Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bloody por lilibel vangarret

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Un final un poquito corto pero las neuronas solo podían llorar. Incluso inspiración-san derramaba cascadas de lágrimas. Cosa rara ya que la tuve a pan y a agua en todo este Fanfic, como que es masoquista XP.

MUCHISIMAS GRACIAS. Disfruten del FINAL.

También otra cosita... ¡Feliz Día de la mujer a todas esas lindas lectoras que se atrevieron a seguir esta trama! ¡Feliz Día... Anticipado!

Ah, otra cosa, pásense por mis otros fanfic ^_^

 

 

 

 

 

 

Caminaba por aquel pasillo a dirección de ese cuarto, llevando en su mano aquel obsequio dentro de su envoltura, adornándolo un moño. Su platinado cabello lo llevaba atado en una coleta baja dado a dejarlo crecer a causa del pasar del tiempo. En realidad de los años, manteniendo aun así esa juvenil fisionomía idéntica a la de su padre. Que en algunos momentos lo metían o sacaban de apuros.

Levanta su mano en puño para tocar esa puerta, hasta que el percibir a alguien dentro como el escuchar una voz conocida lo obliga a detener su mano. Y simplemente quedarse a esperar que finalizaran. Pero nunca se esperó que su nombre saliera a relucir de dentro.

-Ichiru? –repite esa voz la pregunta-

-Sí. Que hay de ustedes dos? Están manteniendo ese tipo de relación de maestro-alumno. –inquiere la mujer que en su voz denotaba el pasar de los años. Tratándose de Sayori Wakaba, una senil Yori– ¿Acaso has venido a traerme una buena noticia como regalo de cumpleaños?

-Él y yo pensamos diferente, además, estamos ocupados. Así que lo lamento. –muestra ese castaño una sonrisa, hallándose sentado en ese sillón frente a esa cama-

-Yo sé cuándo me mienten o no, y sé que ustedes han estrechado su relación. ¿O acaso te preocupa que lo estés utilizando como reemplazo de Kiryuu Zero? –muestra ella una sonrisa conciliadora-

-Uh? –la observa, pero después baja su mirada, entrelazando sus manos–. Eso no está ocurriendo. Aunque sean visiblemente idénticos, son dos personalidades distintas. Yo... Yo ya me di cuenta que, incluso antes de su nacimiento, Zero siempre estuvo atado a ese Chupasangre.

-... –ríe Yori ante ese calificativo-

La puerta por fin es tocada, para después dejarse ver al segundo causal de esa conversación, sobresaltándose el ocupante masculino que solo puede posar su vista en aquel maduro platinado con rostro de niño.

-Ichiru... –exclama-

-Takamiya-sensei. –responde en igual condición. Tratando de disimular tal derroche de información escuchada por casualidad–. Ah, Buenas noches, Yori-san, lamento la demora, pero es que papá y otousan estaban en apuros en cuál regalo mandarle en su cumpleaños. –muestra una sonrisa para acercársele y brindarle aquel presente–. Y en momentos pueden ser testarudos y enfrascarse en vano en un problema, así sea el más simple del mundo.

-Gracias, Ichiru-chan, tiempo sin verte. –recibe su regalo, pero que deja a un lado para observarlo–. Como regalo de cumpleaños sería la buena noticia de que mañana o quizás el año que viene, recibiré una invitación a la boda de cierto par de personas. –ve a un costado, hacia donde estaba Kaito-

Castaño y albino solo pueden compartir una mirada tímida, ruborizándose Ichiru. ¿No hablaba de ellos, verdad?

-Querrás decir la de mis padres? Eso es ya algo imposible. –trata de distraer la tensión del ambiente–. Es mejor que disfrute su tiempo y no ponga sus esperanzas en ellos. Se aman pero no a tal extremo.

-También tú deberías disfrutarlo. Por favor, disfruten el tiempo que estén juntos. –aconseja Yori, quien, con los años, ya sabía diferenciar una estable relación con futura de una que no-

En una sola pieza quedan esa pareja de hombres. Solo callando.

 

 

 

 

 

 

Noche46 El Canto de la Felicidad.

 

 

 

 

 

 

-Feliz cumpleaños!! –una alegre Keira hace su aparición dentro de esa habitación– ¿Oh? ¿Kaito, Ichiru..? Qué bueno ver...

-Permiso. –rápidamente se disculpa Kaito para salir de ese cuarto-

-Eh? ¿Paso algo? –inquiere esa mujer pelinegra que, con los años había adoptado una peligrosa hermosura para cualquier hombre que no supiera como tratar a Keira Cross. Viendo sacada de onda al albino-

-Me da gusto también verla, Keira-san. Le pido un permiso. –educadamente dice Ichiru para igualmente salir-

La pobre Keira regresa sus ojos miel a su amiga, cruzándose de brazos con ese paquete en su mano.

-Qué les hiciste, Yori?

 

-Takamiya-san! ¡Espere, Takamiya-san! –llama suavemente luego de seguirlo fuera de esa casa– ¡Kaito! –le llama tomándole la mano, obligándolo a girarse-

-Debo irme. Aún es de noche y hay muchos vampiros sueltos. –zanja para no verlo a la cara-

-Si es por lo que dijo Yori-san, no debe por que prestarle atención, ella piensa que la historia de papá y otousan puede repetirse en nosotros. –comprensivo describe el albino Sangre Pura con una sonrisa despreocupada, heredada por su padre platinado y moldeada por su "padre" castaño– Es claro que ella debe disfrutar al máximo lo que le queda de vida y...

Es silenciado Ichiru en contra de su voluntad, a causa de esos labios del cazador. Sacado de base, simplemente le permite a su maestro besarlo, moviéndose inconscientemente su lengua y siguiendo ese juego de sus bocas. Al finalizar queda el maduro albino con sus ojos exageradamente abiertos observando a ese juvenil castaño que se suponía era el mejor amigo de su padre albino. Pero, que en esa noche no le importaba.

-Tú no eres Zero. Eres alguien mejor. –aclara acariciándole la mejilla–. Por eso mereces alguien mejor. No yo. –muestra un gesto de dolor admirándolo, después yéndose-

Mientras quedaba cerca a la luz de aquella lámpara, su mente había quedado en blanco, mientras veía esa espalda de cabeza castaña retirarse en medio de la noche. No reparando ni presintiendo Ichiru en esa presencia idéntica a la suya usando esa gabardina negra, misma que se detuvo antes de entrar a la casa de esa antigua compañera de clases.

Entrecierra Zero sus ojos violetas suspirando y serenando su sobreprotección paternal para abrir la puerta. Por esa noche no armaría una tormenta en un vaso de agua sin primero averiguar lo qué pasaba. Aunque, lo suponía.

-Oh, cómo vas, Zero?! –saluda Keira luego de divisar al mayor de los albinos dentro de la casa-

Esa fue, la última vez que habló con Wakaba Sayori...

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Lentamente avanzaba cabizbajo por ese pavimento usando aquellas negras prendas. Pensaba en todo y a la vez en nada. No sabía Zero qué debía sentir en ese momento. Rabia, frustración, dolor... ¿Llorar? Solo sabía que por lo menos debía asistir a aquel lugar, aunque no le gustara pisarlo. Por eso quiso ir sin compañía, para poder asimilar esa perdida.

Deteniéndose sus pasos, posa sus violácea mirada sobre un costado de ese solitario entorno.

Una horda de murciélagos como de mariposas volaban en medio de la noche hasta posarse delante suyo, mostrando la forma de 4 personas.

-Ustedes... –se extraña Zero por reconocerlos-

-No te dejaríamos solo, papá. –toma la vocería ese joven albino de cabellos platinados que ataba en una cola baja con una cinta. Usando Ichiru una negra vestimenta, a juego con la trágica ocasión-

Ve Zero como ese castaño que era su pareja (pese a costarle mucho aceptarlo con los demás), de facciones libres del paso del tiempo se le acerca, tomándole la mejilla, obstaculizando la imagen de ese par de castaños que eran sus hijos.

-Nunca te dejaría solo, Zero. –asegura Kaname en firmeza-

-Así solo debamos estar alejados te acompañaríamos, papá. –opina ese segundos castaño. Rihaku-

Mientras que su castaña hija le ofrece ese hermoso ramo de flores.

-Gracias, Yuuki.

Su familia...

Eso era lo que necesitaba en esa situación. Por eso, simplemente recarga su rostro contra el cuello de Kaname, sintiendo los sobreprotectores brazos de ese Sangre Pura reconfortarlo, perdiendo sus dedos tras su platinadas hebras un poco largas.

-Aquí estamos contigo, Zero. –pega Kaname su rostro contra el de su pareja-

 

 

En silencio deja Zero sobre ese ataúd ese ramo de rosas blancas dadas por su hija, colocándose al lado de esa apuesta mujer de largo cabello negro que dejaba caer libre por su espalda y hombros. Frente a él, repara en la presencia de Kaito, compartiendo una corta mirada. No debía ser un genio para saber que Kaito dejo de amarlo hace mucho, y ahora enfocaba sus sentimientos en su primogénito. ¿Qué hacer a eso? Aunque le doliera, debía dejarlos decidir por ellos mismos. O, pero antes avisarle a Kuran Kaname, antes de que su amante asesinara a Kaito por sobrepasarse con su hijo mayor.

-" Apostaría a Bloody Rose a que Kaname dirá que "está bien", aunque, cuando me dé la vuelta ira a asesinar a Kaito". –piensa– "¿Por qué Ichiru se parece tanto a mí? Es tan testarudo... Espero que mis hijos menores no salgan igual a mí. ¡Ni a Kaname!". –suspira Zero, resignado-

-Sayori nunca dejo de pensar en ti. Aunque la visitaras poco. –opina suavemente esa pelinegra de largo vestido negro. Keira Cross–. La última vez que la visité me dejo dicho que "deberías disfrutar el tiempo que tienes a su lado" ¿Y Kuran está aquí? –inquiere viéndolo de reojo-

-... –solo sonríe Zero en silencio–. Mi familia.

-Por eso siento esa gran aura cerca.

Su familia, en su mayoría, Sangre Puras, había preferido no importunar con sus presencias en ese funeral. Y era algo que Zero les agradeció enormemente. Pese a pasar los años y la relación de cazadores y vampiros hacerse más llevadera, habían ciertas cosas en la que eso se perdía.

Deciden olvidar las palabras y entregarse a ese silencio, descendiendo ese ataúd a aquel hoyo preparado.

-Yori-chan... –le es imposible a esa pelinegra no llorar por su amiga, sintiendo la mano de Zero recostarse contra su hombro en apoyo-

 

-Onee-san! –corren un par de menores hacia ella. Luego de esa silenciosa y amarga despedida-

-Hm? ¿Qué sucede? –se inclina Keira para quedar a la altura de estos, limpiando con su mano su llanto-

-La abuela Sayori nos dijo "Háganse amigos de Keira-chan a quien le gusta llorar un montón". –recuerda la niña en inocencia-

-Puedes ser nuestra amiga? –inquiere sonriente el niño-

-... –sonríe ella. Esos niños le recordaban al pequeño Ichiru-

-Podemos ser amigos del oniisan también? –posan su atención en ese albino tras ella-

-Claro ¿No es así, Zero? –le muestra una sonrisa Keira, fingiendo alegría en vez de dolor-

Solo ladea Zero su cabeza, sonriendo.

Decide el albino cazador finalizar su visita pasando en pasos suaves al lado de ese castaño compañero de trabajo.

-Ichiru vino contigo? –inquiere Kaito, quedando de espaldas. No podía evitarlo, ya era algo que su cerebro le pedía cada vez que no podía percibir a ese joven estudiante-

-Está afuera. –simplemente responde deteniéndose–. Luego debemos hablar Kaito. A solas.

-Paso algo? –sonríe-

-No, solo intentare de mantener tu cabeza pegada al cuello.

-Ah, entonces... ¿Ya lo sabes? –supone el castaño, cambiando su sonrisa–. Zero, yo...

-Aquí no. Toda mi familia está fuera. Kaname también. Además de yo ser tu amigo, y tu el Presidente de la Academia Cross, ante todo soy padre. –le sonríe despreocupado. No podían hablar mucho, tenían el agudo oído de Kaname Kuran y de sus herederos, mañas ganadas precisamente por su amante. Tampoco quería ser visto como un "ogro-de-suegro". Niega, sonriendo por esa palabra–. Te veo luego.

 

 

Silencioso avanzaba al lado de Kaname, estando la pareja de gemelos castaños a la cabeza, y su copia juvenil detrás. Que pese al medio siglo de tiempo. Sí, habían pasado más de 50 años e Ichiru se veía como él a los 18 años. ¿Y él? Pues como si solo tuviera 22 años. De algo servía ser cazador,... y vampiro aunque le costara reconocer lo otro. Y sus hijos menores igual simulaban años.

-Papá, por cierto. Tenemos algo que decirte. –interrumpe la chica del grupo, ruborizándose mortalmente-

-Ahora? –tímido inquiere su castaño hijo viendo a su gemela. Rihaku. Sin detener sus pasos mientras sostenía firmemente la mano de su hermana Yuuki-

-No crees que es lo mejor para levantar el ánimo a papá? –insiste ella–. Acaba de perder a una buena amiga. Así que... –sonríe-

-Tienes razón. –da Rihaku la razón–. Papá, Yuuki y yo tendremos un hijo.

-Por qué solo dices papá, Rihaku? Qué sepa, Kaname no está pintado... ¿Tú ya lo sabias? ¬¬ –ve Zero hacia Kaname, para nada conforme con esa probabilidad-

-Deberías alegrarte. Serás abuelo. –muestra el castaño padre una suave sonrisa sin dejar de avanzar a su lado-

-¬¬... –una mala cara le regala ¿Qué era ese pretexto sacado de los cabellos por ese Chupasangre? Un claro, "sí, lo sabía antes que tú" ¿Qué pasaba con la confianza padre e hijos?–. Me hará muy feliz. –prefiere dejar a un lado sus desvariaciones y mostrar su mesurada alegría-

-Enhorabuena, Rihaku. ^_^ –sonriente felicita Ichiru-

-Tú no finjas, que de seguro ya sabias. ¬¬... –dirige su atención a su hijo mayor–. Últimamente, ellos te cuentan todo a ti antes que a mí.

-Solo me entere por casualidad UoU –se defiende Ichiru-

-Kaname-sama. –aparece a un costado de ellos Seiren con una suave sonrisa–. Esta noche habrá una reunión importante.

-Entiendo. –responde Kaname por su numerosa familia-

Desaparece la guardiana después.

-Nos adelantaremos. Vamos, Yuuki. –sonríe Rihaku en su ofrecimiento-

-Los veremos allá. –se acerca la castaña a sus padres, dándoles un beso en la mejilla a cada uno– ¿Vienes oniisama? –observa a Ichiru-

-Yo... Iré a cazar con papá. –opina Ichiru-

-No será esta noche, Ichiru. También iré con Kaname.

Sorpresa masiva por la respuesta positiva de Zero Kiryuu a ir a un banquete donde demás Nobles vampiros y Sangre Puras irían, hasta en el mismo Kaname había sorpresa por insólita respuesta. Ya quedándole absolutamente claro a su familia el sentimiento de aversión aun en ese cazador. Bueno, un poco. Su familia eran Sangre Pura ¿no? No podía evitar ese sentimiento negativo hacia los demás vampiros que no fueran sus amigos o familia, era ya algo adherido en sus genes.

-Qué? Se me antojo. –se encoge Zero de hombros-

-Está bien. Entonces les seguiré el paso. –sonríe Ichiru a gusto-

Desaparecen ambos castaños en varios quirópteros nocturnos tomando vuelo, seguido de Ichiru igualmente perder su forma en miles de mariposa siguiendo a sus hermanos menores, quedando esa pareja de padres en el solitario pavimento. Estira Zero su mano enguantada para alcanzar la de ese castaño, reanudando los pasos.

-Por cierto, he estado pensando en algunas cosas en los últimos días. –opina Zero sin detener sus pisadas-

-En qué? ¿Sobre tu candidatura como Presidente de la Asociación? –a su lado afirmaba firmemente esa mano con la suya-

-... –sonríe sin dejar de ver por segundos el suelo que pisaba–. Eso pertenece a Keira o a su hermano Rei. No a mí. No es eso. A que sí yo... –se detiene no sabiendo cómo o por dónde comenzar–. si yo no hubiera peleado, si te hubiera alejado aquel día que me ofreciste ir contigo. Me preguntó cómo habrían sido las cosas, si en ese entonces no hubiera tomado tu mano y te hubiera dicho "Aléjate" Yo... –muerde su labio, cubriendo su flequillo sus ojos-

-... –en silencio lo escuchaba Kaname atentamente-

-Yo... –gira a verlo sin soltarle la mano–. Sé que no viviré los mismos años que tú pero no me arrepiento de atesorar cada minuto a tu lado. Pero, hasta que "ése día" llegue haré que valga la pena. Porque te amo.

-... –muestra una sonrisa ante eso, tomándole la mejilla–. Igual pienso lo mismo. Y también te amo, Zero.

Se le acerca juntando sus labios y besándolo. Empezando a desprenderse esos quirópteros que los envuelven a ambos, sin dejar en ningún momento de finalizar ese profundo gesto.

Quedando aquella calle solitaria.

Notas finales:

Avise que estaba corto ¿no? U_U

Antes que nada: Agradezco a TODOS LOS QUE ME SOPORTARON ¡DOMO ARIGATOU GOZAIMASU *O*!

Pues hasta aquí llegue yo. Bye bye/Mata ne. *O*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).