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Las vueltas del amor por kaira chan

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Notas del capitulo: siguen hasta el capitulo 11 =D
o.O Capítulo 10: Declaración en la enfermería O.o
 
Al entrar al salón, notó que todos seguían sentándose por parejas. No quería, el simplemente no quería. Después de lo que le había pasado en el pasillo menos quería verlo, lo empujó y le dolió, no físicamente, sintió como un rechazo verdadero.
Caminando con la cabeza gacha llegó a la mesa donde estaba el rubio, y se sentó. Este lo miro y luego retomó a su profesor.
 
-Muy bien, he recibido todos los reportes del primer reto. Por un lado tengo una mala noticia, pero para compensarla, tengo una buena para algunos.
La mala, es que no corregí todos los trabajos, así que tendrán que esperar hasta el segundo reto para conocer la nota del primero. Y la buena es que, por lo visto terminaremos antes el proyecto que tenía. Hubo algunos inconvenientes, por lo tanto los retos serán dos.
El próximo ayudara a su primera nota de trimestre. Para los otros dos, lamentablemente continuaremos con el programa del anterior profesor.
¿Alguna pregunta?. –el silencio invadió el salón. La cara de todos los alumnos eran de extremo asombro, menos una, la de Harry. No tenía expresión alguna.
 
“-Entonces, ‘no trabajare mas con Malfoy?, podré quitármelo de la cabeza. ¡Que bien!. Pero... a la vez... que mal. No podré tener excusas para volver a verlo. Bueno, igual a el no parece molestarle esa idea.-“
 
Claro que no, el Slytherin mostraba una suave sonrisa, pero se notaba que eso lo alegraba.
De pronto, miró a Harry. se le acercó disimuladamente y le dijo susurrándole al oído:
 
-¡Ho, Potter!, no tendremos oportunidades para pasarla bien.
 
Harry se estremeció, cada vez que Draco hacia algo así, recordaba cada rincón de su cuerpo. Lo excitaba demasiado, le daban ganas de tenerlo ahí mismo. Pero, que clase de relación sería esa, tener sexo por tenerlo, eso no le gustaba para nada.
Rápidamente intentó recomponerse para contestarle:
 
-Sos verdaderamente asqueroso, Malfoy. –mientras decía todo eso, sentía una horrible puntada en su corazón, odiaba tener que tratarlo así, pero siempre el le daba motivos.-
 
Al notar que el rubio no se alejaba, optó por otra táctica.
Levantó su mano velozmente y dijo:
 
-Profesor, no me siento muy bien, puedo ir a la enfermería.
 
-¿Qué es lo que te sucede?.
 
-Tengo problemas para respirar. –obviamente eso era una completa ironía que el rubio capto enseguida.-
 
-Anda. Luego que alguien te pase las notas de la clase.
 
Al escuchar el “si”, tomó sus cosas y salió del lugar.
Estaba harto de evadir las insinuaciones del rubio, no quería vivir escapándose, tenía que enfrentarlo.
Mientras se dirigía a la enfermería, pensaba y pensaba intentando buscar una solución.

  
La clase era aburrida cuando se encontraba solo, no quería estar mas allí. De pronto, el profesor se calló. Al mirar que pasaba, notó que Parkinson se retiraba.
Al rato, volvió a su actividad anterior: pensar.
 
-Señor Malfoy, la clase esta frente a usted, no por la ventana. Si no quiere que su calificación baje, no se distraiga.
 
“-¡Maldita sea!, y a este que le importa si presto o no atención.-“
 
Y luego de un rato volvió a hundirse en sus pensamientos.

  
Al llegar a la enfermería, la señora Pomfrey le cedió una de sus camas y agregó:
 
-Últimamente te encuentras muy mal jovencito. Porqué no intentas relajarte y cuidar tu salud.
 
-Lo tendré en cuenta, gracias. –y así se descalzó y se acurruco entre las sábanas.-
 
Por suerte se encontraba solo, la enfermera había ido a buscar algunas hiervas, por lo tanto el silencio era su única compañía.
Estaba completamente relajado, sus ojos estaban agotados, ultímamele no estaba durmiendo bien. Se despertaba mucho por las noches.
Se golpe, sintió que alguien se sentaba junto a él. Le pareció haberlo imaginado simplemente, cuando oyó:
 
-Hola, Harry.
 
-¡¡Waaaaaaaa!!, ¿qué estas haciendo acá?. Andate.
 
Era Pancy Parkinson, ¿que estaba haciendo?. Harry estaba verdaderamente asustado, ¿acaso la mandaba alguien?. No se hizo mas preguntas a si mismo y directamente pregunto:
 
-¿Qué querés?.
 
-No pienses que te vengo a molestar, es que... yo simplemente quería hablarte de algo que no puedo callar más. –el color de su cara era imposible de distinguir, pasaba de rosa a rojo, luego volvía a su tono natural, un verdadero desorden.
 
-¿He?, ¿de qué?. –verdaderamente no entendía nada. Nunca en su vida había hablado con ella y ahora como si nada, se sentaba a su lado y le hablaba como si nada, y para rematarla cambiaba de color constantemente. Todo era muy confuso.-
 
-Veras... en estos días, ¿no recibiste una carta anónima?. –cada vez el corazón de la Slytherin latía mas y mas fuerte, parecía que se le iba a escapar de los nervios.-
 
-¿Y cómo te enteraste de eso?. Espera. –tomó el libro donde la había puesto y al ver que la carta no estaba continuó.- ¡¡Tomaste la carta!!, con razón me estabas hablando de esto. Devolvémela. –estaba verdaderamente enojado.-
 
-No, no, yo no te la saqué. Al contrario, para que querría sacarte algo que yo misma te di. –definitivamente no aguantaba mas, sentía un fuego en su interior indescriptible. Ella se había jurado no revelar quien era, lo había escrito en la propia carta, pero sus nervios, sus ganas de decirle lo que sentía, le impedía que continuara con la promesa.-
 
-¿Qué que que...?. –su cara era igualita a la de Ron cuando veía una araña.-. ¿Vos sos la de la poesía?.
 
-S-si.
 
De pronto un tercero intervino.
 
-Disculpe señorita Parkinson, pero debería estar en su clase. –Era la enfermera que ya había vuelto de buscar las hiervas.-
 
-Ahora voy. –respondió con mala cara. Después de todo era una Slytherin. Luego, volvió a mirar a  Harry.- . Pensá en lo que te dije. Chau.
 
Y así, dejando a Harry confundido de pies a cabeza, se fue.
 
“-Esto es imposible, verdaderamente imposible. ¡¡¿¿Porqué??!!. Decime porque Dios mío. La verdad que no tengo suerte, con nada ni nadie. No podía ser otra persona, porque Parkinson, ¿porqué?.-“

  
Seguía distraído, la clase era un bodrio total. Todo era tan aburrido, hasta que algo ocurrió.
La puerta del salón se abrió, dejando entrar a una Slytherin roja como un tomate, temblando de pies a cabeza. Todos estaban aguantándose las ganas de reír. Nunca había pasado algo así, y Malfoy estaba verdaderamente disgustado por la actitud inmadura de la joven. No podía ver como hacía esas estupideces, así que se ahorró sus insultos y volvió su mirada a la ventana. No tenía tiempo para esas cosas, en su cabeza lo único que daba vueltas era quien diablos era el poeta enamorado de Potter.
 
“-Tiene que ser alguien de este salón, sino quien mas podría. No hay muchas opciones.
Que mas da, yo me invento una excusa y me voy de acá, ahora veremos quien gana a quien.”
 
-¡Ouch!. Profesor, me voy un momento.
 
-¿Y quien lo ha autorizado?. No puede salir porque si.
 
-Acaso no ve que me duele el estomago. –respondió furioso por la respuesta.-
 
-Resuelva su problema, y vuelva de inmediato.
 
Tomó sus libros disimuladamente, y se fue.
Por fin pudo salir de aquel aburrido lugar.
 
“-No hay peor castigo que encerrarte una hora con el estúpido de Mintch. Insoportable.”
 
Gran variedad de insultos recorría la mente de Draco mientras caminaba hacia las mazmorras. En su camino, pasó por la puerta de la enfermería.
 
“-No sería mala idea darle una visita a Potter. Tal vez hasta se ponga nervioso. Me encanta verlo así.
¡Pero... ¿qué estoy diciendo por Dios?!. Desde cuando me encanta verlo nervioso.”
 
Estaba parado frente a la enorme puerta, su mano temblaba, aunque no entendía porqué. No tenía coraje de abrir aquella división entre su presa y el.
De pronto, la puerta se abrió. Tras ella, la hermosa figura de un muchacho de ojos verde esmeralda, hacia su aparición.
 
-¿Qué haces aquí, Malfoy?. No tengo tiempo para pelear hoy. –dijo mientras se alejaba del lugar.-
 
-Sabes, Potter. Creo que tengo algo que te pertenece, algo que vale mucho para ti. –tras terminar sacó de uno de sus bolsillos la carta de él.-
 
-¡Maldito, ¿de dónde la sacaste?!, devolvemela.
 
-¡Ha, ha, ha!. Ahora te quedas. Pero sabes que, a mi no me gusta la gente que se acerca a otra por conveniencia. –los ojos de Harry echaban chispas por todas partes.-
 
-¡Justo vos venís a hablar de ese tipo de cosas!.
 
-Si la quieres, tendrás que ganártela.
 
-Jajaja. ¿Cómo?. Yo me tengo que “ganar” algo que es mío. Deja de decir estupideces y dámela ahora.
 
-Creo que no entendiste, Potter. Dije que para que la tengas, TE LA TENES QUE GANAR.
Sino, despedite de tu carta.
 
-¡Maldito Malfoy!, veni acá. –y se lanzó sobre él.-
 
Draco sabía que pronto reaccionaría como el quería, se tenía planeado cada paso que haría y cada respuesta de Harry. Justo antes de que lo agarrara, se movió hacia su izquierda, dejando al moreno delante de él. Era su oportunidad. Le tomo las manos para no recibir golpes y arrastrándolo lo metió dentro de la enfermería que afortunadamente estaba vacía.
Antes de hacer algo, le hecho un hechizo a la puerta para que no se abriera por las dudas y un otro para que no se escuchara nada de lo que pasaría en el lugar.
 
-Vamos a ver si te mereces que te devuelva el poema o no.
 

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