Tendido en un cómodo sofá, observando la chimenea y ahogado en soledad, se encontraba Harry. Estaba muy pensativo; ¿qué tal si Draco peleó con Pansy porque estaba celoso?.
No, eso era imposible, un Malfoy jamás se rebajaría a celar a alguien. No encontraba causa al comportamiento del rubio.
-Hola Harry. –una voz interrumpió sus pensamientos.-
-Hola Herm. Perdón, estaba en otro mundo.
-Jaja, me di cuenta. Dime, –tomó asiento junto a el- ¿cómo van las cosas con Malfoy?.
-Shhh, pueden oírte. Verás... luego de “eso”... no paso nada mas. Pero bueno, ahora intento lidiar con mi nuevo problema.
-¿Eh?, ¿Cuál?.
-¿Acaso no te lo había contado?. –como pudo pasar por alto tantas cosas.-
-No, solamente sé lo que te sucedió esa noche. ¿Hay algo mas?.
-Si. Recibí un poema anónimo de ... Parkinson.
-¿¡Pansy!?. Es que ahora anda revolucionada contigo. El año pasado volvió loco a medio curso; nunca parará. –Jamás había soportado a la Slytherin.-
-Ya sé cual es tu opinión acerca de ella... tal vez por eso no te lo conté antes. –dijo rascando su cabeza.-
-¡Harry!.
-Jaja, era un chiste. Bueno, como te decía; también después de eso me entero por ella que Draco la amenazó de muerte por acercárseme.
-¡Eso es algo bueno!... muy bueno para ser real. ¿Estás seguro que Malfoy hizo algo así?. Es impropio de él.
-Si, yo también me plantee la misma suposición, pero luego pensé: “¿Que tal si.... –su cara se puso roja.- ¿que tal si me celó?”
-Puede ser, también. Habría que averiguarlo.
Busca a Malfoy y aclara esta situación lo mas rápido posible.
Ahora tengo que irme, yo lo vigilaré cuando este cerca de él. Si veo algo llamativo, te aviso.
-¡Gracias!. –sabía que podía contar siempre con su amiga, era de mente muy abierta para algunas cosas.-
-De nada, Adiós. –y salió de la sala.-
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“-Muy bien, muy bien. ¿Qué puedo hacer para que baya a algún lugar donde no haya nadie?. Opciones:
*Trabajo de DCAO. (nunca aceptaría).
*Reunión nocturna de Quidditch –se suele dar a veces.-. (hablaría con algún integrante del grupo y se daría cuenta de la trampa.)
Por último: *Carta firmada por Granger citándolo para hablar sobre el pobretón Weasley.”
“-¡Si!, es la mas creíble. Nunca podrá negarse a su amiga. Te tengo, Potter.
Tendré que asegurarme de que la sangre sucia no aparezca en ningún momento. Encerrarla en el baño no sería mala idea.”.
Tomó su varita, un pergamino y comenzó a moverla para completar la citación. Era obvio que no podría usar pluma; saltaría a la luz que no es la de Hermione.
“Harry, tengo algunos problemas con Ron (tu sabes a lo que me refiero). Necesito hablar contigo. Te espero en la torre de Gryffindor a las 11:00 en punto.
Hermione”.“-PERFECTO”.
-Ahora solo tengo que ir y dejar la carta en la mesa cuando estén durmiendo todos. Mañana será el gran día.
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Ya era de noche, todos estaban en sus respectivas casas a punto de ir a dormir.
-Buenas noches, Harry.
-Buenas noches, Ron.
Tardó varios minutos en poder conciliar el sueño, su cabeza era un mar de problemas.
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Hoy le tocaba hacer la ronda nocturna. Que mejor oportunidad para poder dejar la nota en Gryffindor. Ya tenía la contraseña que había perdido Neville y la carta en su bolsillo.
Estaba muy cansado de todo lo que le tocaba.
Cuando llegó a la esquina, dio la vuelta y tropezó con alguien. Notó que era un profesor.
-Lo siento. –dijo reincorporándose.-
-No te preocupes, estoy bien. –era Mintch.-
Malfoy, tengo que hablar con usted.
-En estos momentos cumplo con mis obligaciones, no puedo.
-Absténgase a responder y sígame, es algo importante.
-¿Sobre...?.
-Ya lo sabrá.
Lo siguió hasta entrar al aula. Tendría que terminar la conversación muy rápido, debía entregar la carta.
-Cierre la puerta por favor.
Bueno, la verdad es que quería preguntarle que le parecía el nuevo cambio.
-¿De que me habla?. ¿Qué cambio?.
-¿Potter no le mencionó nada sobre el nuevo objetivo para mi materia?.
-No. –acaso había cambiado algo y el no se había enterado, estaba descuidando mucho sus estudios.-
-Bueno, en cierto modo es mi culpa, por no haberlos citado a ambos para informarlos. Paso a explicarle: Se decidió que en vez de que su grupo haga los retos, deberá presentar trabajos grupales.
-Eso no me lo dijo.
-Bueno, ahora lo sabe. Comience a reunirse porque son varias preguntar y lo tienen que entregar el próximo mes. Ahora puede volver a su antigua “obligación”.
-Hump –“creído, acaso se cree el rey de Howarts.”- .
Salió de allí; lenta y disimuladamente fue hasta la entrada de Gryffindor. Allí desdobló el papelito e ingresó.
No había nadie, todo estaba oscuro; se estaba jugando la vida ahí dentro. ¿A tanto llegaba por Harry?.
Subió las escaleras sigilosamente ya que algunos escalones chillaban. Cuando por fin terminó con esa tortura, observó por el cerrojo si había algún tipo de movimiento. Divisó las luces apagadas y escuchó también los ronquidos que provenían dentro.
Entreabrió la puerta por si acaso.
Entró entonces; allí bajo la luz de la luna su cara era angelical, brillaba como un querubín. Fue la imagen mas hermosa que había visto hasta entonces. Sacó la carta del bolsillo y la puso sobre la mesita.
No quería irse todavía, ambicionaba observar aunque sea por un rato como dormitaba.
Parecía un joven acosador enamorado, y se sentía muy orgulloso.
Noto que un mechón se encontraba fuera de su lugar, así que automáticamente su mano se enredo en el acomodándolo. Pero no se quedó quieta, si no que fue deslizándose hasta una de sus mejillas ahora sonrosada; sin duda era una visión encantadora.
“-Ojala me entiendas.”
Observó entonces su labios entreabiertos que lo incitaban a devorarlos, se acercó y lo besó suavemente, transmitiéndole todos los sentimientos que le producía verlo allí durmiendo. Vio que Harry reaccionó a ello e instantáneamente se agachó para no ser descubierto. Para su suerte, no despertó. Entonces volvió a sentarse, lo miró y sonrió felizmente por lo que este le hacía vivir.
Luego de unos minutos, se levantó y salió de la habitación.
Nuevamente en los pasillos notó que su corazón latía a mil por hora. Le había afectado tanto estar cerca de el, pero la emoción le había impedido notarlo.
Luego de concluir su ronda diaria, volvió a su dormitorio a descansar y esperar ansiosamente que fueran las 11 de la noche del día siguiente.