Los finos rayos del sol se colaban por la ventana iluminando delicadamente su sonrosado rostro. Su pelo azabache, completamente revuelto le daba un aspecto rebelde inconfundible.
Habría quedado dormitando todo el día, pero sabiendo que era el último esfuerzo semanal, acercó su mano al despertador intentando apagarlo.
Era viernes, el día mas anhelado de la semana, que finalizado le daba paso a dos días de suma pereza.
Tanteó la mesita buscando sus gafas, encontrándose con un extraño papel. Estaba seguro que no había dejado nada parecido allí arriba, por lo que extendió un poco mas la mano, se colocó los anteojos y cortó el sobre.
-Harry. –la puerta se abrió.- ¡¡Llegaremos tarde!!. La clase se adelantó.
-¿Cómo?. –dejó a un costado el sobre y velozmente se vistió.-
Mientras corrían intentaron hablar.
-Ron, ¿dónde está Hermione?. –dijo entrecortado.-
-No lo sé, no la he visto en todo el día. Seguramente esta en el salón.
Por fin llegaron. La clase ya había empezado, por suerte Trealawney los retó un poco, pero no les dio ningún castigo.
Tomaron asiento en una de las últimas mesas, todo estaba ocupado.
Harry notó que Hermione no estaba, ¿dónde se abría metido?. Menos mal que estaba lejos, en esos momentos no tenía ganas de trabajar en adivinación.
La clase transcurrió lentamente. Intentaba no observar donde Draco, pero sus ojos siempre caían en él. Nunca iba a poder olvidarlo. Era una adicción que de pronto era indeseable pero imposible de abandonar.
“-¿Porqué tuviste que mentirme, porqué actuaste así con Pansy?. ¿En que estarás pensando?.”
¿Pero, en que estaba pensando?. Como podía decir semejantes barbaridades, no merecía estar ni en sus pensamientos.
Al terminar la clase, todos cerraron sus libros y volvieron a sus respectivas casas.
Salió, y esperó a un lado de la puerta a su amigo que estaba dentro hablando con la profesora.
-Hola, Potter.
-¿Qué es lo quieres Malfoy?. No tengo tiempo, vete de aquí.
-¿Qué modales son esos?. Pero te lo dejaré pasar. –le encantaba ver como cambiaba de color su cara, era tan inocente.- . Te veré luego... –y lo perdió de vista.-
-Muy bien, vamos. –por fin había terminado, ahora podrían volver a descansar un rato.-
Ya en la sala común, lo primero que hicieron fue ver si Hermione estaba en su habitación. Mandaron a una de sus compañeras a ver, pero esta volvió con malas noticias. No estaba allí.
Su ausencia comenzaba a preocuparlos, pero luego recordó.
-¡Ron!, puede que esté en la biblioteca, recuerdo que ayer me dijo que andaba con un trabajo. Seguro que esta allí resolviéndolo.
-Bueno, que estamos esperando, vamos.
Corrieron, corrieron y corrieron hasta por fin llegar.
Entraron, y se encontraron con que todo desbordaba de la cantidad de chicos que había y así nunca la encontrarían, entonces decidieron separarse.
-Yo iré a ver por los últimos pasillos.
-De acuerdo, Harry.
Transitaba lentamente, girando la cabeza de un lado a otro sin resultados.
Por fin llegó al último de los callejones.
“-¿Dónde te metiste, Hermione?.”
Se abismó mas en el, ya que vio un libro muy conocido. Si, era el último que había leído en sus vacaciones, bastante interesante.
De pronto, sintió la respiración de alguien sobre su cuello. Luego se encontró con que dos manos lo rodeaban impidiéndole huir. Estaba acorralado.
Cuando pudo girar y vio a su provocador, no se sorprendió. Tendría que amagar y discutir, eso sería lo mas creíble, no podía demostrar que aun lo amaba.
-¿Qué crees que estas haciendo?, déjame en paz estúpido.
Acaso no entendés que sos insufrible.
-Solamente quería recordar cierta colonia bastante excitante. –dijo mordiscándose su labio inferior.-
-Asqueroso, lunático. Déjame en paz. –e intentando no usar toda su fuerza, lo empujó para poder librarse y salir corriendo.-
“-No, no, Draco, estas haciendo todo mal. Debes tratarlo bien, no lo acoses.” –se decía el rubio.
*-*-*-*-*-*
¿Qué había sido eso?. Todavía no se había dado por vencido, seguía persiguiéndolo.
Entró a su habitación; había dejado todo atrás, a un Ron confundido y a un Malfoy con ganas.
Se sentó en la cama e intentó poner la mente en blanco. De pronto, recordó la carta.
Cuando terminó de leerla, pudo entender porqué su amiga no había aparecido en todo el día. ¿Le habría pasado algo malo con Ron?. En todo caso, se enteraría a las 11.
*-*-*-*-*-*-*
Entró a su habitación entre patadas e insultos. No tendría que haberlo presionado allí.
¿Qué tal si cuando lo veía a él en vez de a la sangre sucia, huía?.
Bueno, en esos momentos, no tenía que pensar en negativo, pero era obvio la reacción que iba a tener a todo esto.
Abrió las puertas del balcón y salió a respirar un poco de aire. Se sentía bastante bien, la brisa llena de secretos, invadía su cabeza.
“-Espero que entiendas mis sentimientos.”.
*-*-*-*-*-*
Llegó así la ansiada hora. Tomó su capa de invisibilidad y fue a su encuentro.
Por fin llegó. Al abrir la puerta noto la soledad del ambiente.
-¿Hermione?, ¿estás ahí?. –dijo adentrándose mas al lugar. Sorpresivamente la puerta se cerró dejándolo incapacitado para escapar.- ¿He?, ¿qué sucede aquí?.
-Hola, Harry.
“-Esta voz, no, no puede ser.”
Al voltear no encontró a su mejor amiga la cual estaba ansiosa de hablar con el, sino a la persona con quien había compartido su alma, la cual rompió en mil pedacitos.
-¿Qué crees que haces acá?. ¿Dónde esta Hermione?. –estaba muy nervioso, sabía que eso no era buena señal.-
-Ella no vendrá. El que en realidad escribió la carta, fui yo.
-Eres de lo peor. ¿Y ahora que es lo que quieres, volverás a joderme como la última vez?. –se mostraba verdaderamente enojado, ¿cómo haría para calmarlo y explicarle el propósito de todo lo que había hecho?.-
-No, precisamente. Creo que no mereces eso.
-¿Y ahora te das cuenta?. Eres demasiado lento, Malfoy. No quiero estar mas aquí, déjame ir. –y con cierta firmeza y brusquedad se acercó a la puerta, pero al intentar abrirla, no pudo.-
Abre la maldita puerta.
-No puedo dejarte ir hasta que te diga unas cosas.
-A mi no me interesa nada que esté relacionado contigo. Después de todas las cosas que me hiciste, pretendes que me quede encerrado contigo, para anda a saber que cosas. No, no volveré a caer en el mismo jueguito de la otra vez. Una puede ser, dos, tal vez, pero tres es mucho. Así que ahora déjame salir.
No aguantó mas todas las cosas que le decía, era una mas desgarradora que la otra. Sin mas dudas se le tiro encima, cayendo los dos al piso. Se encontraba sentado sobre él para que no escapara, con una mano sostenía su brazo y con la otra le tapaba la boca.
-¡¡¡Mens, manan mens manam mensooss!!!. –no se le entendía nada, con la boca tapada no oiría mas sus hirientes insultos.-
-Debes escucharme unos instantes, por favor.
“-¡¿He?!, dijo “POR FAVOR”, ho ho, esto es peligroso.”
-Nunca pensé que llegaría a tanto por ti.
“-¿He?, ¿por mi?, ¿qué hiciste por mi?.”
-Al principio, si, te tome como un juguete para mi entretenimiento...
“-Por fin lo reconoces.”
-... Pero el otro día, cuando vi que Pansy te besó, tuve ciertos... –no podía estar diciendo estas cosas, pero si quería conquistar nuevamente el corazón de Harry, tendría que seguir.- ciertos... celos.
“-¡Ho, no!, esto es muy grave, ¿¡CELOS?!.”
-Hoy puedo decirte que te amo realmente. Por eso hice todo esto, tenía que explicarte, pero sabía que nunca querrías escucharme. Entiéndeme.
-Muenes mejume mabar. –intentaba contestarle. Por eso, retiró la barrera que lo impedía.-
-Actúas muy bien Malfoy. Pero con ese jueguito a otro, ya te lo dije.
-¿Cómo quieres que te lo pruebe?. Mira, siente esto...
Harry quedó sorprendido, al apoyarle la mano contra su pecho comenzó a sentir los latidos de su corazón, este bombeaba a mas no poder. Por otro lado, notó que el rubio se comenzaba a ruborizar, vio que sus piernas temblaban que sus ojos brillaban. ¿Qué mas pruebas quería?.
-... ¿Y ahora, qué dices?.
No pudo reaccionar de otra forma, era obvio que estaba nervioso tras decirle semejantes cosas, por eso extendió sus brazos y lo apretó contra el sin dudarlo.
Su deseo se había cumplido, ¿se habría ablandado su corazón?; no entendía la razón de sus acciones pero le encantaba poder ser realmente correspondido.
Notó que el abrazo de Draco fue mas intenso y que junto a esto lo acompañaron ciertas lágrimas de felicidad.
-¿Porqué lloras?. –era inusual verlo así, nunca nadie lo había visto llorar.-
-Nunca p-pensé que reaccionarías a-así. Tuve miedo, pero me alegra de que me hayas entendido.
Se besaron, pero no fue como los anteriores, este se encontraba lleno de sentimientos, de amor, de pasión, de deseo.
Sus lenguas comenzaron a moverse lentamente mientras emitían gemidos de entera satisfacción. Una de sus manos no aguantó mas la ansiedad y fue directamente a ese alborotado pelo azabache y enredo cada uno de sus dedos en el.
Harry aferrado a su cintura, lo acercaba mas para que el roce sea mayor. Una de sus manos tomó el cuello del Slytherin y empujó para abajo y profundizó mas el beso.
Ninguno de los dos podía creer lo que estaban viviendo. Nunca pensaron que un simple jueguecito se convertiría en amor mutuo.
Pronto comenzaron a sentir el roce de sus erecciones sobre la ropa, lo cual los excitaba y los incitaba a no parar.
De a poco, el rubio retiró las molestas prendas de Harry y viceversa.
Sus manos recorrían intuitivamente sus cuerpos, y de a poco continuaron desvistiéndose hasta quedar completamente desnudos.
Cada vez sus corazones latían mas fuerte. La calidez que podían sentir al rozar sus cuerpos era ostentosa.
Draco sintió otro deseo, entonces desglosó sus labios y comenzó a besar el tan codiciado cuello del ojiverde hasta cansarse y deslizar seductoramente su lengua para lamer hasta el último rinconcito. Todo esto, despertó en Harry mas ganas de estar con el; no aguantaba, deseaba que lo poseyera ya.
Bajo decididamente al pecho encontrándose con uno de sus ya degustados pezones, se hallaban a simple vista, suculentos. Acercó su boca a este y comenzó a succionar, hasta por fin ponerlo erecto. Luego realizó la misma tarea con el otro.
Continuó bajando hasta encontrarse con el ombligo el cual exploró incansablemente; todo en el era tan dulce y apetitoso.
Por fin llegó al lugar mas esperado, miró la sonrojada cara del moreno pidiendo a gritos que lo tomara, por lo que dijo:
-Eres lo mas hermoso que he visto en toda mi vida.
Se sintió feliz, era muy dulce escuchar esas palabras mientras hacías el amor.
Se acercó decidido e introdujo completamente su miembro. Comenzó entonces a moverse lentamente, quería que disfrutara al máximo ese momento.
Harry se sentía volando en la quinta nube, todo lo que estaba sintiendo producía que su espalda se curvara; era tal la sensación de gozo que no podía quedarse quieto.
Estuvo unos minutos mas así, hasta que por fin se derramo en la boca del rubio. Se sintió un poco incómodo, ¿qué tal si se enojaba o no le gustaba?. Pero para su sorpresa éste lo trago completamente como si fuese lo mas delicioso que haya probado, mientras se lamía los labios.
Luego, volvió a subir hasta su boca y beso apasionadamente sus morenos y carnosos labios.
Al separarse le dijo:
-No tengas miedo, seré dulce. Si te duele, avísame.
Volvió a unir sus labios mientras que uno de sus dedos se dirigió a la entrada. Comenzó a moverlo lentamente intentando no causarle dolor.
Harry, sintió algo de molestia, pero no se quejó en lo más mínimo, sabía que esta vez él lo cuidaría, que haría todo lenta y delicadamente.
Luego de un rato, introdujo el segundo dedo, intentando agrandar mas para menos dolor. Y por último introdujo el tercero. Un chillido de dolor se exteriorizó.
-Voy a entrar. Respira hondo para que no te duela tanto.
E inmediatamente visitó su interior. Notó que estaba muy tenso, por lo que intentó calmarlo. Se acercó y lo abrazó.
-Descuida, pronto pasará.
Comenzó a embestir sosegadamente. De a poco aquel dolor se iba transformando en un glorioso placer, y comenzó a gemir nuevamente. Pasado el tiempo, las embestidas iban aumentando considerablemente.
Ambos gritaban sus nombres mientras se movían al mismo ritmo; por primera vez experimentaban algo así con puro amor de por medio.
Al rato, el rubio se derramó en Harry. Sentía como algo recorría su interior por lo que se sintió feliz. Ambos cayeron rendidos abrazados sobre sus ropas.
Sus respiraciones estaban aceleradas, sus corazones bombeaban a mas no poder, sus cuerpos completamente sudosos. Eso era una verdadera prueba de que en ese lugar se vivió el amor a todo su esplendor.
Estuvieron ceñidos unos instantes, hasta que el silencio se rompió.
-Ahora tendremos que lavar los uniformes. –dijo el moreno inocentemente.-
-.... –no hubo respuesta de la otra parte, simplemente lo abrazó mas fuerte.-
-Draco...
-¿Si?.
-Tengo una inquietud.
-¿Cuál?. –dijo mirando aquellos ojos verdes.-
-¿Harás el trabajo conmigo, el de DCAO?.
-Jaja, mira con lo que sales ahora. Creo que eso es mas que obvio. –y lo besó.-
FIN