Draco sonrió. En ese momento, su presa se encontraba completamente sonrojada, tiritando, avergonzado hasta la punta de sus pies.
A él no le alcanzaba, quería despertar mas emociones en él. Entonces, volvió a apoyar sus brazos sobre los del moreno aprisionándolo nuevamente, y se le acerco más. Sus cuerpos estaban completamente juntos, pegados.
Draco notó que aquella emoción había despertado otra parte de su cuerpo, bastante interesante que ya habría probado antes.
-Baya, baya. No solo reaccionaron tus mejillas. Veo que algo mas... –y miro hacia abajo.-
-¡Déjame!. ¡Sos un pervertido!. ¡No entendés que no es momento de jueguitos!. –dijo entre cortado.-
-¿Y desde cuando te preocupas por las tareas de DCAO?. Esa es la excusa mas estúpida que he oído. Vendele eso a otro. –dijo completamente enfurecido.-
-¡Me cansé!. ¡Me largo de acá!. Termina vos solo esto, yo así no sigo. –dijo mientras lo esquivaba y se dirigía a la mesa en busca de sus cosas.-
-No tan rápido. –dijo tomándolo del brazo.- .
-¡Ya te dije que me sueltes!. Cuando aprendas a ser educado, ahí hablamos, mientras tanto búscate a otro para tus jueguecitos. Veo que lo que yo siento no te importa, pensé que lo que me habías dicho era verdad, pero ahora comprendo que simplemente fue una de tus jugadas para molestarme. Pues esta bien, ríete de este estúpido Potter, pero esto se terminó.
-¡Pero que estás diciendo!. Deja de armar semejante espamento por un insignificante beso. –respondió mientras lo soltaba.-
-¡Ese es el problema Malfoy!, para vos fue solo un INSIGNIFICANTE BESO, pero para mi eso es muy importante, y prefiero estar lejor tuyo, a tener que soportar tus “disparatecitos” en los que me veo incluido. -Cuando termino de decir eso, ya con sus libros en la mano, se fue hacia la torre de Gryffindor, dejando atrás a un Draco completamente confundido.
¿Acaso no entendía que para el era importante, y que no era un juego?.-
A paso ligero fue caminando directamente hasta su sala, al estar frente al retrato, dijo la contraseña y entró. Se encontraba vacía, era tarde, todos estarían durmiendo.
Subió las escaleras y entró en su habitación. Se puso su pijama silenciosamente y se acostó.
Una lágrima comenzó a caer por su rostro iluminado por la luna. Estaba destrozado, no entendía como podía amar a alguien tan... tan... insensible... frío... alguien incapaz de entender el verdadero sentimiento de amar.
Lloró toda la noche, no paraba de pensar en la horrible pelea que había tenido con Draco. Mientras secaba sus ultimas lágrimas, comenzó a recordar todo lo que le había pasado con él. También se hizo presente en su cabeza la gran mentira que le dijo ese día en la enfermería:
“Yo también te amo. Pensaba que solamente tenia curiosidad en vos, pero veo que lo que siento va mas halla de eso.”
Se estremeció por completo. ¿Porqué solamente le pasaba eso a él?.
Ya era de día, cuando Ron comenzó a despertar a Harry a zarandazos.
-Harry, despierta o llegarás tarde a desayunar. Oye, Harry. ¡Harry!.
-¿Qué pasa Ron?. Hoy no voy a salir de este cuarto, dejame tranquilo. Perdoname, y decile a Hermione que hoy a la noche quiero hablar con ella. –respondió mientras continuaba cubierto por las sábanas y frazadas.-
-Bueno, cuando nos den el primer receso vendré a verte.
-Gracias, pero prefiero quedarme solo. No es por nada, pero verdaderamente necesito pensar en algunas cosas. –añadió entrecortado.-
-Muy bien, como quieras, pero si me necesitas, llámame. –contestó el pelirrojo mientras terminaba de salir de la habitación.-
Estaba solo, completa y absolutamente solo.
En clase de DCAO, los alumnos se agrupaban según lo había decidido el destino. El profesor comenzó a dar la explicación normal, cuando la interrumpió con una pregunta.
-Aquí, falta alguien... ¿Potter?, ¿dónde está?. –preguntó mientras miraba al salón.-
-Hoy no se sentía bien, profesor. –dijo Ron levantando la mano.-
-¿Y que le sucedió exactamente?.
-No lo sé, parecía... triste. No me quiso decir exactamente.
-Muy bien –el profesor retomo su antiguo tono de voz.-, continuemos con la clase.
La oreja de tan solo un alumno en toda la clase paró verdaderamente la oreja para escuchar lo que el Weasley decía.
Se sentía culpable, si tan solo no lo hubiese besado por la fuerza.
¿Pero que le sucedía?, ¿porqué se preocupaba por lo que le causaba a él sus actos?. Si tenía que sufrir con tal de darle el placer que merece, entonces sufriría. Pero una voz en su interior, seguía preguntándose: ¿qué estará haciendo ahora, llorará?.
En la habitación Harry seguía llorando, el dolor de cabeza que tenía era impresionante, pero eso no le importaba, sus sentimientos habían caído a un vacío, y no sabía si los recuperaría algún día.
Sintió ganas de abrazar a alguien, cuando se hoyo tocar la puerta.
-¡No quiero ver a nadie!, quien quiera que seas, andate. –grito, mientras la puerta se abría sin prestar atención a las indicaciones del moreno.-
-¡¡Harry!!. –era Hermione.- .¡¿Qué es lo que te sucede?!, ¿Porqué lloras así?. –dijo en tono preocupante.-
-Herm... Herm... Hermione, ¡¡yo le creía, yo pensé que me amaba como me había dicho, pero me mintió, me uso como un juguete!!.
-¿De qué hablas Harry, no entiendo nada?.
-¡De Draco!. –contesto mientras sus lágrimas seguían apareciendo.-
-¡Ho, Dios mío!. ¡Harry, que fue lo que te hizo!. ¿En qué te mintió Malfoy?.
-El dijo que me amaba, Hermione. Cuando yo le confesé lo que sentía, el me correspondió, pero ayer por la noche.... –no termino de contarle nada, ya que al recordarlo le venían mas ganas de llorar.-
-Ayer que Harry, por favor, contame.
-Ayer... me di cuenta de que solamente jugaba conmigo. Que simplemente esa declaración había sido para engañarme y usarme para satisfacer sus placeres. –y cayó sobre la muchacha abrazándola fuertemente.-
Hermione quedó paralizada. ¡Su amigo había tenido una aventura amorosa con Malfoy!, pero ese maldito desgraciado lo había lastimado.
Hermione hervía por dentro, cuando lo viera lo aniquilaría. (n. de la a.: un poco perturbada la muchacha, pero bueno, cuando hay que defender a los amigos, se llega a cualquier cosa).
Trató de tranquilizarse y así calmar a Harry, no podía verlo así, derribado en sus pensamientos, sollozando por un ente, porque solamente así se podía referir a Malfoy.
-Tranquilo, Harry. Ya verás que todo se solucionara.
-No, no lo quiero ver nunca mas Hermione, me va a lastimar otra vez. –dijo mientras se secaba las lágrimas.-
-Bueno, ahora tenés que calmarte solamente. Tenés que concentrarte en que no te vea así, sino tal vez sea peor. Levantate de esa cama, y vamos a clase, tenés que distraerte. –dijo la muchacha intentando animarle de alguna manera.-
-Gracias pero prefiero quedarme acá, creo que necesito tomar un baño y luego veo si me siento mejor y voy a clase. –contesto intentando simular una sonrisa.-
-Muy bien, duchate y después nos buscas. –y así, se levanto de la cama y salió de la habitación.-
No lo dudo un instante, se levanto el también de la cama, tomo una toalla y se metió en el baño. Allí dentro se quitó sus gafas, su pijama, su bóxer, abrió el grifo y puso a llenar la bañera. Tenia ganas de recostarse y pensar, intentar relajarse entre el agua, despejar su mente de cualquier pensamiento próximo a Malfoy. Al estar llena la bañera, se metió en ella y relajó todo su cuerpo. La tensión iba desapareciendo. Había agregado unas sales que había comprado la temporada pasada que le ayudaron mas a relajarse.
Entre los pasillos, un paso ligero iba completamente decidido.
Se paró frente al cuadro, abrió el papelito y pronunció la contraseña. La señora gorda miro unos instantes, y luego le dio la entrada a la sala común.. Ya estaba dentro, y por suerte no había nadie.
Subió lentamente al cuarto de los chicos. Cuando entró en el, estaba desierto. Vio la cama del único ocupante que sabía que estaba, revisó sus sábanas y notó que la almohada estaba un centímetro desnivelada. Al quererla arreglar, ya que era le encantaba el orden, vio por debajo de esta un diario.
Sin duda era el diario de Harry, escucho ruidos en el baño por lo que notó que se encontraba allí. Intento no abrirlo, pero su curiosidad no pudo con su genio y comenzó a ojearlo hasta que encontró algo interesante:
“... ¡¡No aguanto más!!, tengo que descargarme aunque sea de esta forma. Estoy perdido en la oscuridad de mi mente, aquella luz que había empezado a aparecer entre tanta negrura dio su adiós esta noche, y lo peor, es el porqué.
Lo intentaré borrar de mi mente, de mi cuerpo, de mi corazón y mi alma, pero eso me costará mucho, años tal vez. Bueno a lo que voy es que, ¡ el maldito me mintió!.Jugó con mi corazón todo este tiempo. Me besó fuertemente mientras me burlaba, y luego cuando miré sus ojos, me di cuenta que esa no era la mirada de siempre, sino que la fría y estúpida mirada que me siguió estos cuatro años en Howarts.
Ahí me di cuenta que todo era un juego que el armo para saciar sus vicios, y ahora aquí estoy, llorando como nunca lo hice en mi vida, mi corazón esta roto, cada pedazo fue cayendo a medida que volvía a la torre después de lo sucedido.
Nunca fui nada para él, solamente un entretenimiento. Y pensar que me robó el corazón, y lo mas gracioso es que todavía no se como lo hizo, pero lo hizo.
Ojalá me recomponga rápido, espero no encontrarlo nunca mas, sino mi alma se terminara de aniquilar. No iré mañana a clases, necesito estar solo, solo como debería haber estado desde un principio...”
No lo podía creer, al parecer Harry se encontraba muy mal, porque escribir esas cosas aunque sea para el mismo. Todo lo que estaba ahí era lo que sentía al instante y lo que seguro seguiría sintiendo.
Decidió irse de allí, no tenia nada mas que hacer, pero antes...
-¡Ya sé!, creo que por lo menos así estará interesado.
Tomo su varita y un papel y mágicamente (para que no descifrara su letra), escribió un mensaje. Lo dejó sobre su mesita de noche y se fue sigilosamente.
Harry continuaba en el baño, intentando olvidar... aunque le era imposible. ¿Cómo desdeñaría a alguien que se insertó en su corazón con tanta fuerza?.
-Tendré que esforzarme. –y luego de decir esas palabras, se levanto de la bañera, se secó y comenzó a vestirse.-
Al salir del baño, vio que la puerta se encontraba entreabierta. Le pareció raro, creyó que la había cerrado bien Hermione cuando salió de allí. Se acercó a la cama mientras con una toalla sacudía su pelo para un secado rápido. De pronto, paró. Miro sobre su mesa y vio un pergamino enrollado cuidadosamente. Lo tomó y lo abrió. Una hermosa letra lo dibujaba por dentro, al leer lo que decía sus ojos se pusieron como dos platos enormes. Estaba sorprendido, ¿cómo podía ser eso?, ¿alguien entro en la habitación, la revisó y dejo esa nota?. Intentó pensar si alguien tenia la misma letra, pero era imposible.
Volvió a leer una vez mas la nota, no podía creerlo. Se le había añadido otro problema a su lista, pero este mas que un problema sería una distracción. ¿quién seria el/la misterioso/a que entro y le dejo escrito semejante....