MI LUZ ERA…
FLASH BACK
Sujeto su cuerpo volteándolo, su suave torso comenzó a tocar el frio piso mientras que sus caderas eran alzadas al aire.
-oe…-se escuchó una voz agitada en el silencio.-Tetsu, lo voy a meter dentro de ti.
El silencio de la oscuridad se fue cortando cuando comenzó a gemir un chico de cabellos azulados claros. En su cuerpo comenzaba a ser invadido por el moreno quien metía su bien dotado miembro.
-…Tetsu…esto no es amor, nunca existió amor entre nosotros…esto es solo deseo…- la suave voz del moreno ronroneaba en los oídos del más bajo y las embestidas eran cada vez más fuerte, sin una pizca de delicadeza. La mano del moreno jugueteaba con el miembro del pequeño moviéndolo para su propio placer-…eres muy estrecho….maldición, te hubiera tomado hace tiempo de saber que era así contigo.
Gritos…lágrimas…dolor…sangre en cada embestida, no hubo un beso ya que eso significaba algo entre ellos…un beso era signo de amor y eso no había entre ellos.
-ah…-gemío el chico de cabellos celestes al venirse en la mano del moreno.
-veo que acabaste, lástima porque yo aún no…-con aquellas palabras saco su miembro de la entrada y lo comenzó a penetrar otra vez, lo volvió a sacar eh hizo lo mismo. –ah…-gemía el moreno una vez que termino en el interior del menor.-eso es todo, haz lo que quieras a partir de ahora, yo no necesito una sombra débil como tu…nadie puede detenerme- comenzó a vestirse, camino hacia la puerta, los rayos del atardecer entraron al gimnasio, mostrando la escena. Un joven más bajo que el moreno tenia múltiples moretones en todo su cuerpo, sus ojos lloraban, había sangre en sus labios y en la parte trasera, pero esta sangre estaba mezclada con un líquido blancuzco.-hasta nunca Tetsu…-y la inmensa puerta del gimnasio se cerró.
-…Aomine…kun…
FIN DE FLAS BACK
Aquel día, Kagami había podido conocer a un miembro de la generación de los milagros, un ser que no parecía humano y sin embargo se había parado frente a el para jugar básquet en esa cancha, antes había escuchado hablar de él por parte del rubio de Kaijou y de ese cuatro ojos de objetos extraños, había oído de la habilidad que tenía, de la fuerza que poseía pero no lo había creído hasta que lo tuvo frente suyo.
-me llevare a Tetsu.
En la mente del pelirrojo aun daba vueltas aquella frase que dijo el moreno antes de irse, pero ¿Qué significaba aquello?, como era eso que se llevaría a Kuroko.
-¿Cómo es ese tal Aomine del que tanto hablan Kise y Midorima?
-Aomine kun…él era el miembro más fuerte del equipo.
-no me refiero a eso, quiero saber que había entre ustedes dos.
-¿estás seguro, que quieres escuchar lo que había entre Aomine kun y yo?
-…si.
-…bueno, Kagami kun…una luz es más brillante en la oscuridad. Las sombras son más fuertes con una luz brillante…por lo cual la luz necesitaba de la sombra y la sombra necesitaba de una luz brillante, solo que esta luz era una luz rebelde, una luz que no necesitaba de una sombra, esta era una luz que brillaba sola ya que esta no había encontrado a alguien tan fuerte como el-la voz del chico peli celeste se comenzaba a escuchar suave, despacio, tratando de decir a su compañero de equipo un pasado que no lo dejaba en paz.
-¿ese Aomine era tu luz?-pregunto el chico de cejas extrañas y ojos rojos.
-si…
La luz y la sombra se conocieron en la escuela, sin necesidad de palabras ellos se comprendían, solo con los toques de sus manos sabían que es lo que quería uno del otro…la sombra sin luz no es nada.
-Si podemos decir algo de la luz-su mente vagaba en viejos recuerdos de aquella persona de ojos azules-…era que resaltaba mucho en cada juego. el sobresalía con una radiante aura, pero también su arrogancia. Si hablamos de la sombra, esta era invisible, nadie se daba cuenta de su presencia, solo su luz la podía encontrar en su mundo de oscuridad.
-…
-mi luz se llamaba Aomine Daiki, era acogedora y suave, sus rayos siempre llegaban a mí, me envolvía con cariño, con ternura y antes de darme cuenta comencé a anhelar más esa luz, comencé a desearla más…sin esa luz la oscuridad me envolvía…sin esa luz me perdía…porque yo amaba a esa luz y siempre quise que esa luz me ame a mí también; pero porque él era una luz fuerte no podía permanecer a su lado…a cada segundo esa luz tan querida me lastimaba, me golpeaba, me rechazaba y me amaba, como su juguete.
Los viejos recuerdos podían volver otra vez, tan vividos como la primera vez que ocurrieron, tan frescos que aun podía sentir esas manos tocándolo, Kuroko sabía que es lo que tenía que hacer, siempre lo supo, pero en su lugar había preferido escapar y ahora que encontraba un luz que lo pudiese ayudar lo usaría, no para su propio bien, lo usaría para poder ayudar a los que fueron sus mejores amigos en Teiko, los recuperaría y…también lo recuperaría a el, a pesar de que ya no sentía nada por el otro.
-Aomine kun y yo…-comenzó a decir, le diría todo a Kagami, le contaría todo lo que tuvo que pasar, no guardaría nada, ya había pasado mucho tiempo para seguir guardándolo, era este el mejor momento para confiar en el, para creer en su nueva luz, una luz que no lo dejaría.
Kuroko comenzó a hablar despacio, como paso eso en aquel día en que Aomine lo había dejado, no solo había abandonado a su sombra, si no también había dejado el corazón de Kuroko en aquel gimnasio donde tantas tardes habían jugado juntos.
Dicen que el amor es maravilloso, en el pasado estos dos chicos lo quisieron comprender, pero en las llamas de la luz y la oscuridad se consumieron hasta llegar el momento en que ambas se destruyeron…y entonces, la luz alejo a su sombra…muy, muy lejos.