Cuestión de alturas
El día comenzaba de manera normal para Riku, como siempre siguiendo el ritual de comer juntos en la mesa aun si "papá" no estaba en casa. El desayuno era bastante tranquilo aunque Shuichi siempre platicara tan animadamente, ahora parecía más enérgico con la presencia del escritor en la casa. Riku ya no sabía si le desagradaba del todo aunque no podía evitar bajar la guardia al degustar la comida y el delicioso bento que le preparaba.
"Vamos Riku, tu padre también te quiere"
Michael se lo repetía por más que el no quisiera aceptarlo.
Suspiró algo cansino, Shuichi dejó de hablar viéndole algo preocupado.
- ¿Pasa algo cariño?
- ¡N-no para nada! - hizo un gesto negativo, no quería seguir preocupando a su madre por tonterías - Todo estaba muy rico - se levantó de la mesa para llevar su plato al fregadero.
Shuichi se levantó siguiéndole mientras Yuki desayunaba calmadamente, observándoles en silencio.
- Yo puedo lavarlos, para que no llegues tarde - se ofreció Shuichi, Riku no quería aceptar, creía que podía tener la suficiente responsabilidad a su edad para ayudar en la casa.
Su madre siempre quería esforzarse más de la cuenta aunque no se le dieran bien las labores del hogar y mucho menos la cocina.
- Pff...
Ambos habían dejado de discutir por un momento por quien lavaría los trastes. El rubio desde la mesa con un pequeño gesto había llamado su atención. Riku supo que era una milésima de segundo pero sabía que su padre había contenido la risa y Shuichi ya estaba culpándose de no haber visto tan maravilloso evento, se preguntaba qué le parecía tan gracioso a su padre. Porque bien que Eiri Uesugui era alguien difícil de sacar una sonrisa, una sincera, al menos y una risa era algo ya impensable. Ni hablar de los paparazzis en sus buenos tiempos quienes mataban por una fotografía así, la cual podía subastarse en Ebay por sumas absurdas de dinero.
Eiri se aclaró la garganta por un momento al notar que había llamado la atención más de la cuenta.
- ¿Qué miran? - dijo en su tono habitual.
- Reías - dijo Shuichi con ilusión.
- Soy humano, es normal - desvió la mirada - Haz crecido, Riku - añadió y al mencionado le dio cierto escalofrío. No sabía qué hacer o cómo reaccionar.
- Claro que ha crecido, todo el amor y la comida nutritiva que le hemos dado ha hecho que sea un chico sano y fuerte - dijo Shuichi.
- Es lamentable que no sea el caso para ti, parece que te has encogido - Yuki le respondió con una sonrisa burlona.
Y Shuichi pareció caer en cuenta de lo que Yuki hablaba, Riku apenas por unos centímetros le rebasaba y apenas estaba en crecimientos. Shuichi puso sus mejillas rojas algo enojado haciendo un puchero. Su madre era un hombre... aunque ni su estatura ni complexión física realmente le ayudara en ello, quizás por eso la solución más practica el día de la reunión de padres era travestirse.
- Aún tengo esperanzas de ser más alto que tú - dijo con cierto fuego en sus ojos y entonces Eiri si pudo reír libremente.
- Creo que hace más de diez años que escucho eso.
- Encontraré una solución, vender el alma al diablo no funcionó aquella vez pero ya verás Yuki, seré más alto que todos en esta casa - Riku ignoró el comentario sobre el ritual pagano, y no pudo evitar reír.
- Lo siento - trató contenerse aunque Shuichi parecía que estallaría.
- ¡Son tan malos! - ya Shuichi armaba un berrinche para ponerse a plantar setas en una esquina. Yuki se levantó recogiendo la mesa, Riku se sintió acorralado al verle venir hacia él, porque aquel hombre era tan alto e imponente, incluso aunque hubiera crecido no dejaba de parecerle tan grande; se sobresaltó al sentir el tacto en su cabeza apenas desarreglando un poco su peinado.
- Ya déjalo, yo me encargaré, ve a la escuela... y tu almuerzo no lo olvides.
No pudo evitar asentir, sintiendo una extraña mezcla de emociones en su interior, tomó el almuerzo y salió apenas despidiéndose de sus padres, parecía que hoy sería un buen día…