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Para siempre... por ErikaaaMMxLP

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia son parte del juego "Elsword", los mismos NO siguen su respectivo "rol". 

Notas del capitulo:

Este es el primer fanfic que escribí. Espero y lo disfruten tanto como yo al escribirlo. ^^ 

 

 

 

 

Los personajes NO me pertenecen, son creación de KoG.

Raven caminó dificultosamente hacia la casa de su mejor amigo Ciel. Sus mejillas estaban levemente teñidas de un color rosa pálido, producto de su elevada temperatura. Los ojos le brillaban cual par de espiendorosas estrellas. Es taba perdiendo el conocimiento, o eso creía. Ya casi no veía, la oscuridad lúgubre y desapacible se lo impedía, al igual que unas recientes lágrimas que no comprendía. En el medio del silencio se escuchaba el crujir de las hojas secas que iba aplastando. Aquel eufónico sonido hallaba eco en todo el paisaje, al igual que el ladrar de algunos perros que se perdía con la hermosa melodía que creaba el viento frío.

Creía que se desplomaría en el suelo, pero no fue así. Por lo menos hasta que llegó a su destino.

Estaba por llegar. Vislumbró la casa de su amigo a unos cuantos metros gracias a la tenue luz que otorgaba la luna y unos altos focos perdidos por el lugar. Caminó a la entrada como si su vida se fuera a esfumar. Paró en seco estando frente a la puerta. Con su lívido dedo índice tocó el timbre. Dentro se oyó el eco que creó el sonoro mencionado, dando como consecuencia que Ciel despertase.

Abrió los ojos con pesadez y maldijo por lo bajo.

_ ¿Quién carajos viene de visita a las dos de la madrugada?­ Dicho esto encendió la veladora.

Por consiguiente, miró por la gran ventana de su habitación. Observó que en frente de su puerta había alguien echado. Se alteró al instante, se vistió rápidamente y bajó a paso apresurado las escaleras. Se dispuso a buscar las llaves para poder socorrer a quien estaba del otro lado. Dejaba un desastre por todo lugar en el que buscaba. Finalmente su mano izquierda hizo contacto con el bolsillo de su pantalón. Al notar que en el interior del mismo yacía la llave se enojó muchísimo. ¿Cómo había parado la maldita llave allí dentro?

Trató de apaciguar su ira y concentrarse en ayudar a quien sea que se encontrase afuera.

 

Al abrir la puerta se llevó una incontenible sorpresa, la persona que amaba profundamente era quien estaba postrado en su entrada. Abrió su boca y de ella escapó un leve grito desbordante de preocupación:

_ ¡¿Raven, qué te pasó?!­ Barbulló el preocupado Ciel, y de inmediato se hincó para tomar enbrazos de forma nupcial al derrengado Raven.

Ciel no obtuvo ninguna respuesta y era de esperarse. Al acariciar su frente notó que Raven estaba hirviendo. Lo abrazó con inmensa ternura y calidez, intentando proteger lo más importante de su vida. Para él era lo más importante, lo más preciado y hermoso.

Caminaba escaleras arriba casi sin apartar de vista el bello rostro de Raven. Parecía que quería devorarlo con la mirada.

Al llegar a su habitación lo postró a Raven en su alborotada cama. Éste respiraba entrecortadamente e inconscientemente apretujaba las sábanas con sus manos. Sus    sonrojadas mejillas creaban una perfecta y tierna imagen a los ojos de Ciel, que sin darse cuenta comenzaba a excitarse. Así que se dispuso a pensar. Ese cuerpo perfecto se encontraba a su merced, sin fuerzas, débil. Era la oportunidad de su vida. ¿Lo poseería o no? La decisión la tenía en sus manos.

Intentaba contener sus deseos compulsivos de devorarlo y mantenerse cuerdo, pero le era prácticamente imposible. Para colmo Raven se movió de forma brusca, lo que provocó que su camisa se moviera de lugar y dejara a la vista su fornido vientre.

Esa fue la gota que derramó el vaso, ya que Ciel perdió por completo la poca cordura que le quedaba y se abalanzó fugazmente sobre Raven, como un puma cazando a su presa, con suma velocidad. La ‘víctima’ sintió un peso encima de él, luego se percató de que unos labios tersos y perfectamente suaves, hacían contacto con los suyos. En su boca yacía una intromisión, la húmeda lengua de Ciel, que jugaba libidinosamente con la opuesta, mezclando salivas. Raven no podía oponerse, no le quedaban fuerzas; lo único que pudo hacer fue dejarse llevar por aquella sensación exquisita. Así crearon una guerra de lenguas que Ciel ganaba claramente.

Los brazos del indómito acariciaron cada parte de la piel del bisoño, dejando en claro quién era el que mandaba.

Entre medio de jadeos y lascivos suspiros Ciel fue desabotonando la camisa de Raven, ya habiéndolo hecho, la quitó con suma melindres.

El aire les era escaso a los dos, por lo que se vieron obligados a terminar la pertinaz lucha. Al separar sus labios un fino y perspicuo hilo de saliva los mantuvo firmemente unidos. Se miraron fijamente a los ojos; Raven se debilitaba cada vez más, por lo que le fue aún más fácil para Ciel continuar con su voluntad.

Raven no quería seguir con aquello, se le hacía raro. De alguna forma aquél Ciel no era el que él conocía, era otra persona totalmente distinta. El sentimiento de tristeza se le hizo presente, tenuemente el miedo a lo que pudiera pasar.

Miró el par de soles incandescentes que tenía como ojos el opuesto; notó que brillaban, que estaban húmedos. Le dolió el pecho; lo había hecho llorar, había hecho llorar a la persona que más amaba en el mundo. Se incorporó rápidamente, sentándose al borde de la cama.

Encorvado apoyó sus codos en sus piernas, las manos fueron a parar en su cabeza, contactando con su suave cabello azul. Se sintió pésimo.Como de costumbre contempló a Raven, vio que una de sus manos intentaba llegar a él. Se veía tan débil... Tan frágil como el pétalo de una deleznable rosa. Casi rompe en llanto, pero se contuvo. Tomó la lívida y calorífuga mano opuesta, envolviéndola en un manto cálido y apacible. Observando aquellos orbes hermosos implantó un benigno beso en el nexo que los unía, la mano de Raven. Ciel con la voz temblorosa y al borde del quebranto, dedicó en medio del silencio desapacible y abandonado, unas palabras tan desconcertantes como la razón por la cual había todo terminado así. Se disculpó rigurosamente, pero también hizo lo que siempre quiso y anheló, confesar sus sentimientos a Raven:    

_ Raven, lo siento, lo siento mucho. No sé en qué estaba pensando... Sinceramente mi mente se nubló, me dejé llevar por mis espurios deseos; sin pensar en ti, sin pensar en que te haría daño, sin pensar en tu actual condición... No quise hacerte daño o herirte de alguna forma, fui un estúpido al caer tan bajo; lo siento mucho, en verdad lo siento. Y sabes, no sé si éste sea el momento indicado para decirte esto, pero lo haré.

El aturdido y desconcertado Raven sólo escuchó a su “amigo”, pero no tenía idea que lo que Ciel le diría lo dejaría más fuera de sí.

_ Te amo Raven, te amo con todo mi corazón.

Al oír eso Raven no supo en qué pensar. De alguna forma le agradaron enormemente aquellas eufónicas palabras. Se dedicó a seguir oyendo.

_ No sé desde cuándo siento esto por ti, sólo sé que estuviste cada vez más presente en mi mente, en mi corazón. No pude evitar enamorarme de ti, enamorarme de tu sonrisa, de cada movimiento que haces... No sé cómo te tomarás esto, si me odias lo entenderé muy bien, y si te alejas o desapareces de mi vida, quiero que sepas que te llevaré igual en mi corazón y mente, nada me impedirá amarte.

Los ojos de Raven se ciclaron cual par de ópalos de fuego. No podía creer que aquellas palabras salieran de la boca de Ciel. Era tan emotivo, tan tierno que parecía que estaba viviendo un ensueño o fantasía.

_ Quiero que tengas presente que siempre estás en mi mente, siempre. Cuando estás a mi lado en lo único que puedo pensar es en ti, lo demás no importa, sólo pienso en ti. También quiero que sepas que eres la única persona a la que llegué a amar de esta forma, eres el único que despertó este sentimiento en mí, que aunque duela, es demasiado pertinaz y confortante, dependo de él y de ti para poder vivir. No puedo controlar esto, tampoco quiero, solamente deseo que este sentimiento puro florezca cada vez más y más, y que tú puedas aceptarlo para así algún día poder pervivir ambos en el mismo sendero, en una misma vida.

_ Quería decirte eso, nada más...

Dicho esto, Ciel rompió el nexo que los mantenía unidos, se levantó de la cama y apropincuó la frente de Raven, en la cual mitigó un beso límpido y furtivo.

Se marchó de ese lugar.

En la cama yacía Raven, conmovido y con una inquietud inexplicable. La fiebre se había esfumado casi en su totalidad, otra cosa inexplicable. Se sentó, su color ya estaba de vuelta, su temperatura también, apenas sentía calor. En eso entró Ciel con unas pastillas y agua.

 _ Traje medicamentos. Por lo que veo estás bastante mejor...

Ciel tenía los ánimos por el piso.

_ Muchas gracias. Me serán de gran ayuda. Contestó cortésmente Raven. Estaba nervioso, pero no lo aparentaba. Ciel entregó las pastillas a Raven y el agua. Éste se tomó dos.

_ Bueno, yo me retiro, dejaré que descanses debidamente, no quiero que empeore tu condición.

Dijo esto mostrando sus espaldas. Avanzó hasta la puerta. Cuando tomó el picaporte y se dispuso a girarlo, oyó una voz abemolada, oyó la voz que lo hechizaba.

_ ¡Espera!, no te vayas... Yo también quiero decirte algo.

Esa frase le aceleró desmesuradamente el corazón a Ciel. El mismo dio media vuelta y soltó el picaporte. Se acercó nuevamente a la cama.

_ Oye Ciel, en relación con lo que dijiste... Bueno, primeramente, te perdono, esa escena la dejaremos en el pasado, ¿te parece bien?

Raven barbulló eso con una sonrisa agradable y candorosa que le transmitió serenidad a Ciel, ya no se sentía tan culpable, podría estar tranquilo, aunque sea por el momento.

_ Está bien, dejémosla en el pasado, es mejor.

_ Bueno. Por otra parte, quiero decirte que... Emmm...

Se puso realmente nervioso, no podía creer que confesar sentimientos fuera tan difícil. No entendía cómo Ciel lo logró tan fácilmente.

_ ¿Sí? ¿Qué quieres decirme?

_ Es que yo... ¡Yo también te amo!...

Gritó eso para luego esconder su sonrojado rostro detrás de sus manos. Ciel creyó que era una broma. Pero no podía ser así, Raven no hacía ese tipo de bromas. Así que... ¿En verdad lo amaba?

Otra vez su corazón latía ferozmente, pero el de Raven también. Ninguno entendía nada, ni como habían llegado a esa situación ni como pudieron confesarse. Lo único que entendían era su profundo y fiel amor hacia el otro. Sin duda alguna se amaban muchísimo, algo difícil de lincear.

_ ¿E­-Es en serio?

_ Sí. En serio te amo... ¡También eres lo único que está en mi mente!, también amo tu sonrisa, también amo tu forma de ser... Estoy completamente enamorado de ti.

Ciel desbordaba de felicidad. Siempre intentaba contenerla, pero esta vez no pudo. Esbozó una gran sonrisa, una espiendorosa sonrisa. De sus ojos cayeron lágrimas de alegría. Hace mucho que esperaba ese momento.

A sí mismo, Raven no quería descubrir su rostro, estaba apenado, pero increíblemente feliz. Era una felicidad candente la de ambos.

Ciel abrazó fuertemente a su amado. Lo abrazó como si no hubiese un mañana. Raven correspondió tenso al abrazo. Se quedaron así por un buen rato.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

_Te haré mío esta noche, Raven.

Su afirmación dada con aquella voz ronca y tan sensual no hizo más que la excitación de Raven aumentara notoriamente. El mencionado soltó un gemido, anticipando lo que venía, dejando que las manos de Ciel lo desnudaran lentamente, mientras que las suyas trataban de hacer torpemente lo mismo con él. El indómito lo observó de arriba a abajo, con una mirada cargada de lujuria, detallando su cuerpo con sus ojos y manos a cada minuto que pasaba.

_Eres precioso...

Susurró cerca del oído opuesto, para después morder dulcemente el lóbulo de la misma. Fue bajando hasta llegar al cuello, lamiéndolo y mordiendo ése lugar, dejando a su paso notables marcas en el. Luego bajó hasta los pezones. Tomó uno de ellos con una mano, apretándolo con la yema de sus dedos, estirándolo para ponerlo duro. El otro, lo atendió con su boca. Pasó su lengua sobre él, adyacente lo succionó y dio mordidas aisladas y leves. Para ese entonces los gemidos se escapaban sin anuencia de la boca de Raven. El mismo, sentía el aliento caliente de Ciel golpeando y barzoneando su sensible piel. Una vez que el bigardo consiguió ponerlos duros, descendió, repartiendo besos por todo el abdomen de Raven hasta llegar a su hombría que estaba notablemente erecta. Raven ahogó un gemido al sentir los labios de Ciel besar la punta de su miembro. Instantes después pasó su lengua por el mismo lugar, haciendo que el inocente Raven se aferrara a las sábanas. Ciel por su parte tenía la mirada fija en él. Fue bajando su lengua por toda la extensión de aquel miembro, rozando con picardía las partes sensibles que sólo hacían pedir por más a Raven.

Raven mordió su labio inferior fuertemente luego de soltar un gemido de placer. Ciel había introducido su miembro en su boca, lo cual para el receptor de aquella exquisita sensación se sintió jodidamente bien. Ciel apretaba sus labios ante cada movimiento, sin dejar de usar su lengua. Bajaba y subía a un ritmocada vez más constante. Llevó Raven una de sus manos a los azules cabellos de Ciel, incitándolo a que continuara. Después de un bigardo tiempo, sintió que no aguantaría más, Ciel al notarlo separó sus labios del miembro, dejando un resto de líquido blancuzco. Éste, simplemente lo lamió descaradamente. Raven en respuesta lo miró con reproche por haberse detenido, el dominante sonrió burlón.

_ Mi pequeño osito de peluche, ¿no crees que es muy pronto para venirse?

Dijo con un tono burlesco; Raven no hizo nada más que inflar sus sonrojadas mejillas, mirándolo dudosamente. Era realmente tierno cuando hacía eso.

Ciel se incorporó un poco para besarlo, dejando que el otro en medio del beso pudiese probar su propio sabor. Eso era demasiado para Raven, necesitaba que continuara tocándolo; así que trató de restregar su miembro contra el cuerpo que lo volvía loco. Como respuesta, Ciel se separó un poco de él, sin dejar de contemplarlo con una expresión de lujuria fusionada con una escarneciente.

_ Ponte en cuatro...

Dijo Ciel sin pudor alguno. Por lo cual Raven no pudo replicar, además el tono autoritario que utilizó le erizó la piel. Hizo lo que le pidió.

Separó un poco sus piernas para tener acceso a una mejor vista, cosa que avergonzó enormemente al bisoño, pero su vergüenza aumentó aún más al sentir algo tibio y húmedo adentrándose en él; era su lengua. Un gemido más fuerte que los anteriores afloró de su boca cuando Ciel comenzó a realizar movimientos con ella, dejando que su saliva lubricara aquel sitio. Pronto un dedo fue adentrándose, se sentía incómodo, pero la situación y el morbo de sentir dentro de sí a Ciel hicieron que pronto comenzara a disfrutarlo. Un segundo dedo tomó lugar dentro de él, simulaba estocadas con los mismos mientras que su lengua proseguía con su labor. Una vez que tuvo tres dedos en la cavidad de Raven, empezó a abrirlos y cerrarlos para así dilatar más la mencionada. El 'Osito de peluche' no podía hacer más que gemir denodado y mover sus caderas para que llegara más profundo; Ciel al ver esto retiró los dedos dejando una sensación de vacío en su interior cuando lo hizo. Esa sensación no perduró mucho, ya que luego sintió algo mucho más grande y ancho penetrando en su interior.

_ Sólo relájate, mi vida, trataré de no hacerte mucho daño.

Soltó un gemido de dolor, le dolía mucho. Aquel dolor provocó que soltara algunas lágrimas y que estrujara la almohada, irrogándola sin intención alguna. Trató de relajarse como le habían dicho. Una vez dentro, Ciel se quedó inmóvil esperando a que se tranquilizara.

La cavidad de Raven sí que era apretada, o eso pensaba Ciel.

Raven movió un poco sus caderas tímidamente, indicando que podía comenzar su cometido. Ciel así lo hizo; comenzó a moverse melindrosa y delicadamente, abandonando el dolor y abriendo paso a una mejor sensación. Los gemidos de Raven no tardaron en hacerse presentes, ahora, los mencionados, se mezclaban de forma ostentosa con el sonido que se generaba cada vez que sus pieles chocaban; era como una melodía fantástica, era una libidinosa y eufónica sinfonía.

Comenzó a nublarse la vista de Raven con cada embestida que su pareja le proporcionaba. En un movimiento veloz, Ciel lo cambió de postura, dejándolo recostado sobre la cama. Lo penetró de nuevo de una sola estocada, robándole gritos de placer. Llevó sus manos hasta la espalda de Ciel, arañando a ésta y dejando marcas. Se asemejaba a un pequeño gatito aferrándose con sus garras a un gran tronco.

_ Ci-­Ciel... ya no puedo más

 Al escucharlo, Ciel  aumentó el ritmo. Tomó en sus manos el miembro de Raven para masturbarlo al ritmo de las embestidas. No pudo aguantar más, se corrió sobre el pecho del otro y el suyo, sintiendo como llegaba al cielo. Las ‘paredes’ de Raven se tensaron en consecuencia, dándole a Ciel el suficiente estímulo como para correrse también dentro de él.

Unos momentos después Ciel retiró su miembro, provocando que su semilla se deslizara  entre los muslos de Raven, que soltó un jadeo de incomodidad al volver a aquella sensación de vació, solo que esta vez acompañada por algo húmedo dentro de sí. Se miraron por unos instantes, sonriendo dulcemente, sabiendo que esta vez sería la primera de muchas noches más que tendrían juntos.

Notas finales:

Espero les haya gustado. Pronto subiré el segundo capítulo. Cualquier crítica se es bienvenida. ^^ 


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