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Sky High por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Buenos días chicos y chicas, queridos lectores, les vengo a dejar el capítulo de esta semana, además les adelanto que tal vez haya una sorpresa para ustedes el miércoles ;) esperenlo con ganas! aún no les diré de que se trata. 

¡Nos leemos!

12. Doing it


 


 


 


Doing it-Charlie XCX ft. Rita Ora


 


 


 


El día estaba comenzando, la luz solar pegó directo en el rostro de Okami que se incorporó lentamente. Era muy temprano para un sábado, no pasaban de las siete de la mañana pero enseguida se puso de pie y miró el calendario.


-ah maldición-musitó para ella


Era el día más complicado del año, su cumpleaños. Tenía que arreglarse y salir temprano de casa, por lo general Mikoto siempre estaba especialmente irritable ese día.


Todos los años era la misma rutina, debía salir de casa antes de que Mikoto la encontrara y le propinara una paliza porque según ella “Era su castigo por haber nacido” aunque el huir de casa por un día no era nada si lo que le esperaban eran dos puños con su nombre escrito.


Después de una ducha rápida se vistió, nada especial, ella había empezado a odiar esa fecha también desde que se había mudado a la casa de su papá.


-¿en dónde dejé la tarjeta?


Para mantenerla callada, Fugaku depositaba cada año una cantidad obscena de dinero en una tarjeta para que Okami gastara sola sin perturbar la tranquilidad de la casa, pero aunque siempre intentaba gastar todo el dinero de puro coraje, jamás llegaba ni a la mitad, ella sola no podía con tanto así que el dinero iba a cumulándose año con año.


Ese día no sería muy distinto, terminó de arreglarse y salió directo al centro comercial mientras todos dormían. Sin necesidad de decirle nada al chofer, este ya estaba preparado.


Los sirvientes de la casa siempre eran corteses pero aun así se podía sentir aquel aire de hostilidad, todos ellos eran fieles a la familia pero sobre todo, a Mikoto Uchiha. Realmente todo le era indiferente a la azabache, le bastaba con sus hermanos aunque en esos momentos solo fuera Sasuke.


Para ella, la situación familiar le era bastante incómoda pues no podía sentirse completamente dentro de todo. Había ido a vivir con la familia de su papá al no tener más familiares vivos después de la muerte de su mamá, desde ese momento sintió que ya no pertenecía a ningún sitio. Sus hermanos habían sido un consuelo, un recordatorio de que aún quedaba algo por lo que seguir, pero no era lo que necesitaba.


Pegó su cabeza a la ventanilla, esa fecha era triste y nostálgica, siempre pensaba en que le gustaría pasar un cumpleaños sola con sus hermanos pero eso solo avivaría la furia de su madrastra y ella prefería mantenerla calmada.


-llegamos señorita-dijo el chofer


-gracias-contestó ella mientras bajaba del auto


 


 


-_


 


 


Era sábado y Naruto estaba en el centro comercial, después de la charla con Deidara quería despejar su mente un poco sobre Sasuke y su familia. Sus padres estaban fuera de nuevo junto con su primo así que quedarse en casa solo era una invitación a volver a usar ese consolador al que le estaba tomando mucho cariño.


Estaba a punto de reclamarle a Sasuke por haberlo convertido en una especie de ninfómano desmedido, cada vez quería más y más, pronto el consolador no sería suficiente para saciar sus ansias de estar con Sasuke. Estaba caminando por los pasillos del lugar, al ser fin de semana las personas estaban de aquí a allá comprando y paseándose.


No le importaba mucho estar solo, ni siquiera se molestó en pedirle a Kiba compañía, quería un poco de espacio o más bien, un momento para poder tener más fantasías extrañas. Y fue cuando lo vio.


Se quedó parado frente a la tienda de lencería, jamás en su vida había tenido fantasías que tuvieran que ver con ropa interior femenina, pero esos maniquís se miraban tan atractivos y sexys, se preguntó si a Sasuke le gustaría verlo así.


-¿superior Naruto?


La primera reacción de Naruto al escuchar su nombre fue saltar lo más lejos del aparador que pudo. Miró enseguida para saber qué tan tonta debía ser la excusa que diría pero para su tranquilidad, no era más que la hermana menor de su novio, Okami, que lo miraba divertida con un par de bolsas de algunas tiendas.


-¿qué haces aquí, Superior?


-ah… yo…


-no creo que a Sasuke le guste que uses pantaletas y ligueros-rio acercándose a él


-¿tú crees?


-lo sé, a él le gustan los chicos, no pequeñas divas travestidas


El rostro de Naruto estaba colorado hasta las orejas, era vergonzoso y tonto. Pero enseguida reparó en el hecho de que Okami venía sola, no estaba ni Sasuke ni Kiba con ella, pero parecía haber estado ahí por un buen rato por las bolsas que cargaba.


-¿ya comiste, superior?


-ah… no


-comamos algo, yo invito


Naruto parpadeó rápido, él también estaba solo en el centro comercial y pronto se aburriría. Además había algo raro, Okami, aunque sonreía, se notaba triste. Era extraño, era solo la hermana menor de su novio pero desde esa conversación en la fiesta del viaje, sentía que podía estar conectado con ella de una manera distinta a la de su novio.


-claro


 


 


-_


 


 


-La gala de la a Mascarada final será aquí-anunció Fugaku


Aprovechando la ausencia de su hijastra, Mikoto tomo esa oportunidad para poder tener una especie de “momento familiar” que básicamente consistía en su marido y su hijo mayor trabajando en sus planes y Sasuke sentado haciendo mala cara por tener que dejar sola a su hermana menor un año más.


Pero esa vez, Fugaku tenía un importante aviso para decirles a sus familiares. La fiesta más grande de villanos, la Mascarada final, sería ese año en la mansión Uchiha en honor a Lord Crow.


-¿aquí?-preguntó Sasuke un poco más interesado


-así es-intervino Mikoto-será una fiesta increíble y puedes invitar a algunos amigos para que estés más a gusto


-supongo que eso también es para Okami


Una mueca extraña apareció en el rostro de la mujer, era como una sonrisa pero expresaba todo menos felicidad. Sasuke no le tenía miedo, sino que estaba tratando de desafiarla, quería ver que tan lejos podía llegar.


No era ningún secreto que a Mikoto no le agradara Okami, hasta cierto punto podía entenderse que no quisiera lo que había sido el producto de una infidelidad pero el corazón de Mikoto Uchiha estaba más podrido de lo que sus hijos pensaban.


El padre de Mikoto había sido un respetado miembro de la organización yakuza, un hombre respetado y temido que crio a su única hija con mano de hierro, le había enseñado que primero era el orgullo y el estatus. Claro que siendo hija única, debía desposar a un hombre poderoso así que su familia arregló un compromiso con la familia Uchiha. No fue difícil para ella, Fugaku Uchiha era bien parecido y además venía de una familia poderosa.


Nadie dijo que sería fácil, un matrimonio arreglado era una receta perfecta para el desastre. Después de haber tenido a su segundo hijo, Fugaku se dio cuenta que la vida con su actual esposa era muy aburrida y entonces la conoció. Una bella heroína con poderes de hielo, hermosa mujer de cabello largo y ondulado, su nombre era Frozen Queen.


Al principio era el principal obstáculo para cumplir sus planes, ella siempre llegaba en el momento oportuno a salvar el día. Fugaku no pudo resistirse y se enamoró perdidamente de esa bella mujer.


No fue sencillo pero poco a poco Frozen Queen fue cediendo, ella también empezó a tener sentimientos por el villano al que debía detener. Así entonces, Fugaku conoció a quien estaba detrás de la máscara, una mujer cuyo nombre era Nadeshiko y de la que casi no sabía nada.


Empezaron a salir, se veían a escondidas y fingían esa rivalidad para que nadie sospechara nada, era un plan perfecto, ellos estaban enamorados pero aún no podían tomar todo a la ligera.


 Pasó mucho tiempo y entonces un día, Nadeshiko no apareció, Fugaku la buscó pero parecía como si ella misma se hubiese esfumado a propósito. No pudo hacer nada, ni siquiera Frozen Queen asomaba la nariz para variar así que poco a poco se rindió.


Pero algunos años más tarde, se enteró de lo que había sucedido, Nadeshiko había dado a luz a una niña con la sangre de la familia Uchiha, el problema era que para el momento en que lo supo, su amada había muerto en un deliberado altercado que él mismo provocó.


-claro-contestó Fugaku a la pregunta una vez que se dio cuenta que su mujer no podría


-¿puedo irme?-preguntó Sasuke


-¿por qué?-volvió a interrumpir Mikoto


-es el cumpleaños de Okami, quiero alcanzarla en el centro comercial


-¡no vas a ningún lado jovencito!-chillo su madre


No hubo más que discutir, Itachi le tomó el brazo a su hermano menor para que no insistiera, no valía la pena hacer enojar a Mikoto.


 


 


-_


 


 


 


Naruto y Okami estaban sentados en una de las mesas del restaurante en el final de la calle. El mayor se maldijo a si mismo cuando vio el sitio en donde Okami había insistido en comer, era un sitio que definitivamente estaba fuera de su presupuesto.


-dije que invitaría yo, Superior-dijo la muchacha dándose cuenta de la manera en que Naruto miraba el menú


-es fácil de decir… y deja de llamarme “superior” soy el novio de tu hermano, solo llámame Naruto


-bien sup… Naruto-sonrió de medio lado-pero está bien, yo no suelo venir a estos lugares, pero hoy en particular tengo ganas de derrochar algo del dinero de mi papá, hago esto cada año


-¿gastar ese dinero está bien?


-a mi papá no le importa, es su manera de desentenderse de mí el día de mi cumpleaños


Esa última frase había sonado increíblemente triste, Naruto bajó el menú y se dio cuenta de que la expresión de la muchacha pretendía ser neutral, pero en realidad era muy amargo.


-¿Por qué no nos dijiste que era tu cumpleaños? Estoy seguro de que Kiba…


-no-interrumpió ella enseguida


-Okami…


-odio esta fecha, es solo un recordatorio más de lo miserable que es mi vida


Era algo que jamás había pensado escuchar de la boca de la hermana menor de Sasuke, esa alegre e inquieta chica que colgaba siempre del brazo de su amigo. Poco a poco se iba dando cuenta que había un trasfondo más profundo detrás del apellido Uchiha, su novio no era el único, quería saber más, estar dentro del circulo y debía conocer el entorno de su amado.


-olvida lo que dije-volvió a hablar Okami poniendo una enorme sonrisa-pidamos lo más caro del menú


Antes de poder decir nada, Okami llamó al mesero que se quedó un poco sorprendido por el pedido de ese par de adolescentes, no era habitual que dos personas tan jóvenes pudieran costearse tan lujoso almuerzo. Aunque con algo de cautela, el hombre tomó el pedido, se retiró y después de un rato en silencio, sus pedidos llegaron.


-¿alguna vez has probado esta pasta? Es deliciosa, le ponen…


-¿hay algo de lo que quieras hablar, Okami?


La sonrisa forzada de Okami no aguantaría mucho, ella apretó los labios y abrió los ojos queriendo hacer que las lágrimas no salieran pero simplemente no pudo evitarlo, rápidamente intentó hacer que pararan frotando su muñeca en sus ojos pero era muy tarde.


-No sé mucho sobre Sasuke y de ti tampoco-se rascó la cabeza-eres mi amiga ¿sabes? No me gusta verte así


-me siento tan sola…-musitó entre dientes


No pudo contenerse, aunque realmente no quiso hacerlo en un principio, Naruto la estaba escuchando hablar sobre algo que había tenido que guardarse dentro por años literalmente. Jamás había tenido un amigo, el que Naruto estuviera a su lado significaba mucho.


-pero Sasuke está contigo


-no es verdad-respondió tratando de regular su tono de voz-Sasuke solo conoce lo que su mamá quiere que sepa. Naruto, mi vida es una mentira


Jamás en su vida, Naruto había visto  que alguien se recuperara realmente fácil, Okami solo se limpió el rostro y estaba como si nada, solo sorbió por la nariz y entonces pareció que no había llorado en lo absoluto.


-¿estás… estás bien?


-si, lo lamento


-entonces ¿Por qué no me cuentas sobre tu mamá?


Una sonrisa tenue se dibujó sobre los labios de Okami, nunca nadie le había preguntado al respecto, ni siquiera había sido capaz de hablar del tema con Sasuke. La vida antes de mudarse con su papá era un tema tabú en casa, Mikoto no podía verla y mucho menos soportaría escuchar sobre la mujer que se había robado a su marido.


-el nombre de mi mamá era Nadeshiko, heredé mi poder de ella


-¿Cómo se veía? ¿Te pareces a ella?


-no-rio-los genes Uchiha son muy fuertes… ella tenía cabello ondulado y de color gris, además de ojos verdes 


-¿qué sucedió?


-bueno, cuando supo que estaba embarazada se retiró para poder criarme


Nadeshiko había decidido mantenerse fuera de peligro cuando se enteró de que estaba esperando un hijo. Sería un bebé con sangre Uchiha, sabía que no podía solo ir con Fugaku y decirle que tendrían un hijo, entonces llegó a la conclusión que sería mejor no volver a verse.


-cada año mamá hacía un pastel para mí-recordó Okami-lo horneábamos juntas


-entonces, Si tú mamá estaba retirada ¿cómo terminó en ese accidente?


-eso es algo más complicado


El día de su cumpleaños, una mujer misteriosa llegó a su casa a buscar a Nadeshiko, tenía un traje que asemejaba a un lobo y una máscara que cubría su rostro y una insignia en su cinturón con la forma de la cabeza de un lobo. Okami debía esperar en su cuarto pero se quedó detrás de la pared para escuchar, ella solo tenía alrededor de ocho años así que era algo pequeña para entender lo que pasaba realmente.


Esa misteriosa heroína que había aparecido le dijo a Nadeshiko que necesitaba su ayuda, quería que Frozen Queen regresara aunque fuese una última vez. Se trataba de la familia Uchiha y su plan malvado para controlar la ciudad, era una misión a la que no podía decirle que no.


-me dijo que regresaría-continuó Okami-entonces se quitó su collar y me lo puso, me pidió que fuera fuerte y que rezara por ella


Entonces Frozen Queen regresó, solo sería una misión más, después de eso podría volver a su vida normal junto con su hija. Pero algo salió terriblemente mal.


-era una trampa para mi mamá, ella debía entrar al edificio abandonado y detener a los villanos


-¿qué paso?


-había una bomba, detonó en cuanto mamá entro… la esperé durante dos días en casa


-Okami…


-después de eso, llegó papá a la casa y me dijo que fuera con él


Okami estaba asustada, ese hombre había aparecido de la nada alegando ser su padre, ella solo quería a su mamá. “Ella murió, debes venir conmigo” la crudeza característica de los Uchiha fue la dominante en la situación. Ese fue el principio de todo, como si fuese lo más natural, la niña no lloró, fue a su cuarto y tomó su muñeca para ir con Fugaku.


En cuanto llegó a la mansión Uchiha, sintió que las cosas no irían nada bien. Estaba sentada en el sofá de la sala, se sentía triste y temerosa, fue cuando sus poderes comenzaron a aparecer pues una lluvia de escarcha la envolvía. Podía escuchar a Fugaku y a su esposa discutiendo fuertemente por ella en la cocina, Mikoto alegaba que no quería tener a una bastarda bajo su cuidado.


“No llores” fue lo que escuchó antes de subir la mirada, era Itachi que le sonreía cálidamente, esa fue la primera vez desde que había llegado a esa casa que se sintió realmente bienvenida.


-Sasuke era más pequeño que Itachi, así que al principio no me hablaba, Mikoto quería tenerlos lo más lejos de mi


-¿es por ella que no estás en casa?


-Mikoto y yo no nos llevamos bien, ese no es ningún secreto


-pero ella te ha pegado ¿verdad?


-cada vez que se le presenta la oportunidad-sonrió-pero dejemos eso, terminemos de comer y vallamos de compras.


 


 


-_


 


 


Después de la comida, Naruto pensó que sería divertido seguir a Okami, después de todo no tenía nada mejor que hacer más que auto compadecerse por estar tanto tiempo en abstinencia.


Tienda tras tienda, Naruto iba relajándose más, poco a poco entendía más sobre su novio y su familia. Podía verles de una manera distinta, sabía que aquellos eran más que un apellido renombrado.


-¿qué tal me veo?


No podía explicarse lo divertido que era pasar el día de tienda en tienda, normalmente eso le aburriría tomando en cuenta su experiencia previa cargando las bolsas de su mamá. Habían encontrado una tienda de disfraces al final de la calle y no pudieron resistirse a entrar.


-¡me gusta!


La muchacha saltó y aplaudió contenta, los cascabeles en la falda de duende resonaron  en todo el lugar. En esa época del año, esas tiendas siempre estaban vacías así que serían solo ellos dos entonces.


-vamos Naruto, tú también juega conmigo


-¿yo?-preguntó divertido-¿qué podría ponerme?


-no lo sé… solo entra en el probador


Naruto rio divertido pero no hizo más que hacerle caso y en cuanto estuvo dentro, una cascada de ropa empezó a caer desde arriba.


-tranquila, tranquila-rio desde dentro


-anda, apúrate


Sin decir más, empezó a cambiarse, era divertido y no entendía bien la razón, como si regresara a ser un niño de nuevo. Era un juego y uno muy divertido.


-abre el probador


Ambos lo hicieron al mismo tiempo, Okami tenía puesto el kimono negro de la protagonista de xxxHolic y Naruto hacía cosplay de la misma serie, con un uniforme escolar de color negro. Hicieron eso un par más de veces, los probadores se cerraban y un momento después, cuando se abrían, había dos personajes más.


Naruto se quitó el sombrero de vaquero y lo dejó en el suelo, Okami salió para buscar un traje más, intentaba no pisar el vestido largo de princesa y entonces lo vio. Era un traje blanco, realmente elegante así que no pudo evitar tomarlo de perchero y dárselo a Naruto.


-¿Qué es eso?


-es muy lindo-contestó Okami-debes ponértelo


-ni siquiera parece un disfraz


-por favor-hizo una cara de cachorro


-bien, bien


Una vez más, entro al probador y se sacó la ropa de vaquero (definitivamente tenía que llevar a Sasuke a ese sitio) la ropa que le había dado Okami era un traje de gala de color blanco y cuando lo tuvo puesto no pudo pensar en otra cosa más que en historias de fantasmas victorianos. Era elegante y refinado, definitivamente le gustaba.


-¿Naruto?-le llamó Okami


-ya salgo


Lo primero que vio al salir del probador, fue un antifaz de color blanco que hacía juego en las manos de la muchacha.


-¿un antifaz?


-hará juego, póntelo


Él sonrió y lo hizo, volvió a mirarse al espejo y fue como si el tiempo se detuviera. Si imagen era fantasmal, increíblemente sexy  pero sin dejar de ser varonil.


-Sasuke definitivamente amaría esto


Naruto no dijo nada, solo miró sonriente sintiéndose realmente atractivo, definitivamente eso era mejor que haber compradolencería y tacones.


-lo compraré para ti, Naruto


-¿qué?-saltó un poco avergonzado


-será mi regalo para ti


-pero es tu cumpleaños


-y es el primero desde que mi mamá no está que no estoy sola


Una sonrisa débil volvió al rostro de Okami, ella estaba realmente feliz de haber podido estar con alguien el día de su cumpleaños.


 


 


-_


 


 


Okami pasó el resto del día con Naruto, después de la tienda de disfraces siguieron yendo de un lado a otro. Entró por la puerta principal con las manos llenas de bolsas, el chofer la había ido a recoger hacía una media hora y había esperado hasta tarde a propósito, así podría llegar a su habitación sin ser vista.


Caminó por el vestíbulo a obscuras, se había quitado los zapatos para hacer el menor ruido posible, pero por más cuidadosa que fuera no podría evitar lo que ya le estaba esperando.


La luz del vestíbulo se encendió repentinamente, Okami quedó congelada al instante al ver la figura de su madrastra al frente. Pero no era por su simple presencia, sino que la mujer estaba usando una falda tubo y sus pechos estaban cubiertos por una venda dejando a la vista  sus tatuajes. Era un enorme tatuaje Yakuza  que cubría su espalda y parte del pecho. Mikoto Uchiha solo se presentaba así ante sus enemigos y negociantes para imponer, pero sobre todo, los mostraba para intimidar a su hijastra.


-te espero en la habitación blanca


Dicho esto, Mikoto giró sobre sus tacones y se fue, Okami tragó gordo pero no la hizo esperar y después de dejar las bolsas en su habitación fue directo al estudio de su papá.


Fugaku había construido una habitación especial que anulaba los poderes, ese lugar tenía la función de ser un castigo para sus hijos pero en cuanto aquella muchacha llegó a su familia, Mikoto la había usado para sus propios propósitos.


Sus hermanos dormían y su papá no intervendría, entró en el estudio y se quitó la ropa, solo se quedaría con las pantaletas, eso ya era una rutina. En cuanto entró al cuarto, fue recibida con un golpe fuerte en el estómago que le hizo doblarse.


-levantate-ordenó Mikoto con un palo en las manos


Pero Okami no hizo caso, al contrario, se hincó con la cabeza baja, no quería mirar a su madrastra a la cara. Lo que obtuvo por haber desafiado a la yakuza fue una patada que la tiró al suelo. Sin sus poderes, no tenía la resistencia para aguantar, aún así no hacía ruido, no quería despertar a nadie.


-¿pasaste un feliz cumpleaños?-preguntó Mikoto burlona mientras seguía golpeando-¿te divertiste? Claro que lo hiciste, gastando el dinero de mi familia


-esta… esta también es mi familia…


Fue la peor elección de palabras que Okami pudo hacer, eso solo avivo la llama de la furia de Mikoto que no paró, siguió dando golpe tras golpe mientras la muchacha solo trataba de mantener su boca cerrada. Un hilo de sangre escurrió de la boca  de la chica por haber mordido sus labios en un intento por no gritar.


-¡Jamás lo vuelvas a decir!-decía rabiosa la yakuza-¡Nunca!¡Nunca!


Mikoto propinaba patadas tratando de encajar los tacones en la pálida piel de Okami que pronto empezaba a salpicarse del rojo de la sangre de las heridas.


-¡maldita bastarda!-volvió a gritar-ojalá nunca hubieras nacido


Las palabras de Mikoto no tenían gran impacto en ella, los insultos de su madrastra no eran lo suficientemente hirientes, ella no la quería y lo que ella dijera no le era relevante.


-pero aún así mi esposo insiste en que seas parte de esto


La yakuza lanzó sobre la muchacha una especie de tela andrajosa y sucia, Okami se incorporó despacio y vio que lo que tenía en sus manos era un vestido viejo y algo roto.


-seremos los anfitriones para La Mascarada Final-dijo la mujer más calmada-si no te vez presentable ese día-sonrió-me temo que no puedo permitir que nos dejes en vergüenza… y tienes prohibido usar otra cosa que no sea ese vestido


La sonrisa de Mikoto abarcaba todo su rostro, no había manera de que su hijastra pudiera desafiarla, sin ella de por medio, entonces no tendría que soportar a las personas elogiando la belleza de la bastarda  que había robado su lugar en la familia. Ninguna hija de una cualquiera iba a llegar a robarle el cariño de su esposo e hijos.


-y limpia este desorden-volvió a ladrar-la sangre no se irá sola


Y resonando sus tacones por el inmaculado piso, se fue.


 

Notas finales:

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