19. Criminal
Criminal-BritneySpears
-¡¿Cómo te atreviste a hacer semejante cosa?!
Después de haber arrastrado a Naruto de regreso a casa, Minato solo quería llegar al fondo de todo el asunto. El rubio mayor había sentado a su hijo en la mesa del comedor mientras su esposa se quedaba en la entrada de la estancia al lado de Deidara que acababa de llegar también.
-tú no lo entenderías…-musitó Naruto
-entonces explícame, maldita sea
Era muy poco propio de Minato el maldecir, tampoco era su costumbre enojarse y sobre todo, jamás habría hecho semejante escena con su hijo. La sangre le hervía y podía sentirlo, haber visto a su amado y único hijo siendo engañado por Sasuke Uchiha era simplemente lo peor que jamás le pasó, pero estaba aún más enojado porque Naruto parecía seguir defendiendo al azabache.
-¡Yo lo amo!-chilló desesperado Naruto
-no sabes lo que dices
Mientras ellos seguían dialogando, Kushina miraba perpleja abrazada a sí misma. No sabía si era la impresión del momento pero había quedado totalmente congelada, era una sensación agridulce pues jamás se imaginó que se vería en esa penosa situación de tener que regañar severamente al que a sus ojos era un hijo modelo.
Junto a ella, estaba Deidara que también sufría al ver a su primo teniendo que soportar el tortuoso interrogatorio de su tío. Cada palabra que salía de los labios de Naruto para defender a su amado Sasuke era como un doloroso recordatorio de su propio romance furtivo con el primogénito de los Uchiha.
Deidara estaba inquieto, se mordía los labios y trataba de no mirar mucho a Naruto, quería ayudarlo, defenderlo para que pudiera tener un apoyo pero sabía que si intervenía en ese momento cuando su tío estaba fuera de sus cabales, lo único que obtendría sería que lo echaran de casa. Apretaba los puños maldiciendo por lo bajo a Itachi, que a su parecer era el culpable de todo, las decisiones que había tomado el azabache habían tenido peores consecuencias, incluso ellos estaban resintiéndolas.
-¿¡por qué infiernos sigues repitiendo lo mismo!?
-porque es lo que siento, papá, yo lo amo y él me ama a mí-gritó-él prometió que…
-¡no puedo creer que seas tan crédulo! ¡Ningún hijo mío va a relacionarse con esos malnacidos!
-pero papá…
-ni una palabra más, desde hoy tienes prohibido cualquier tipo de contacto con ese maldito Uchiha ¿entendiste?
-Papá…
-entrégame el celular
-¡yo…!
-¡que me lo entregues, maldición!
Tanto Naruto como su mamá y primo se estremecieron enteros al escuchar el grito de Minato. Claro que esto solo hizo que el rubio menor comenzara a llorar del coraje y la impotencia, sin ningún remedio más, dejó su teléfono celular sobre la mesa y enseguida su papá lo tomó y lo lanzó al suelo rompiéndolo en miles de pedazos.
-¡Minato!-intervino Kushina-has ido muy lejos
Pero el jefe de la familia no estaba de humor como para tratar con esas cosas, él era comprensivo y trataba de enseñarle a su familia que siempre se podía ser razonable, pero simplemente le era imposible controlar su ira. La familia Uchiha no era más que un nido de delincuentes y mafiosos, él los odiaba particularmente por la muerte de una de sus más cercanas amigas y jamás los perdonó por el asesinato de Frozen Queen.
-mañana es tu último día en la escuela antes de las vacaciones-habló más calmado-después de que toque la campana, regresarás a casa y tienes prohibido salir de esta casa ¿me escuchaste?
A este punto, Naruto sentía una ira inmensa pero la impotencia solo lo hacía seguir llorando como si no tuviera un fin. Pero para su alivio, el regaño había terminado y su papá se retiraba seguramente a descansar a su cuarto siendo seguido por su mujer que trataba de calmarlo.
Así, solo quedaron los dos jóvenes en el comedor, a Deidara se le partía el corazón de ver a su querido primo sufriendo así, ese era el tipo de cosas que temía. Una relación con un hombre Uchiha significaba la perdición inminente, pero aún así hasta él mismo había caído en esas infinitas redes de caballerosidad y bellas palabras.
Cuando Deidara estuvo seguro de que sus tíos estaban ya en su habitación, se acercó a Naruto a querer consolarlo, pero en cuanto puso una mano en el hombro del susodicho, éste le golpeó la mano alejándolo.
-Naruto…
-¿por qué… no… no me defendiste?-dijo con voz entrecortada
-entiéndeme, Naruto
-¿qué debo entender? ¿Qué mi primo es un cobarde?-sollozó-Deidara…-se quebró nuevamente
El instinto del mayor no fue otro más que abrazar al menor que ya había dejado de lado su efímero enojo para también recibir el confort de una persona que aún creía en la palabra de su novio. Naruto sabía que Deidara también debía estar resintiendo todo, después de todo, él había pasado por eso antes.
-¿esto iba a pasar tarde o temprano?-preguntó Naruto hundiendo su cabeza en el hombro de Deidara
-eventualmente, Naruto-suspiró-los Uchiha y nosotros no nos mezclamos, traté de advertirte
-pero… pero estoy seguro de que él me ama
-tranquilo, deja de llorar que ya se arreglarán las cosas
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Esa mañana en la escuela el ambiente estaba muy pesado, la noche anterior Okami había la había pasado cuidando de su hermano que al ser herido gracias a Red Canary y El Relámpago Amarillo, tuvo que soportar las secuelas temporales del ataque. Ninguno de los dos hermanos sabía bien que era lo que pasaría desde ese punto, seguramente a Naruto le había ido peor tomando en cuenta el explosivo reaccionar de sus padres.
-¡Sasuke!
Los ojos de Sasuke se iluminaron al ver a su novio venir desde el otro extremo del pasillo, abrió los brazos y en cuanto este estuvo ahí, lo estrecho contra su pecho de una manera extremadamente posesiva. Todo a su alrededor había desaparecido, solo estaban ellos dos y nada más, los sucesos ocurridos el día anterior eran bastante serios, solo se necesitaban mutuamente.
-¿estás bien?-se apresuró Sasuke separándose
-debería ser yo quien hiciera esa pregunta, mamá te golpeó directo con su onda sónica
-estoy bien, no me sucedió nada
-lo lamento tanto, Sasuke…-dijo con la voz quebrada
-tranquilo, te llamaré diario y…
-papá rompió mi celular-dijo en un hilo de voz
Sasuke apretó los labios, se sentía enteramente culpable por lo que había sucedido, se suponía que él debía cuidarlo y protegerlo pero solo logró que las cosas se complicaran más de lo que ya lo estaban, como si fuera necesario más drama. El azabache rebuscó en su bolsillo del pantalón hasta encontrar su propio teléfono y se lo extendió.
-toma mi teléfono
-pero Sasuke…
-yo puedo conseguir uno nuevo, tómalo, así estaremos en contacto
Tímidamente, Naruto tomó el celular y lo guardó en su bolsillo trasero, lo escondería más tarde para que sus padres no lo descubrieran. Esas vacaciones serían muy largas y difíciles sabiendo que sus padres no lo dejarían salir.
-aprovecharé cada oportunidad que tenga, Naruto, iré a verte cuando tus padres no estén en casa
-no sé qué haría si no pudiera volver a verte, Sasuke
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-los padres de Naruto se han enterado de su relación con Sasuke
Hinata estaba muy preocupada, Naruto era una persona muy importante en su vida y verlo sufrir era simplemente imposible. Había quedado en el almacén del gimnasio con Kankuro en donde eran libres de hablar durante las clases pues todo el mundo seguía en sus salones.
-sí, el rumor corrió bastante rápido-contestó Kankuro-pero no parece afectarles
-conociendo a los padres de Naruto, su castigo será severo, solo espero que puedan soportarlo
-mi hermano también está inquieto al respecto, me preocupa que cometa una imprudencia
Ultimadamente, sus conversaciones siempre giraban en torno a la situación del amigo de Hinata y su novio. Los dos estaban muy temerosos pues la relación que sostenía Sasuke y Naruto era realmente complicada, a tal punto de poner en riesgo su propia relación.
-temo también por la hermana de Sasuke
-esa chica debería estar en un segundo plano para ti, Hinata
-no puedo evitarlo, he tenido una serie de pesadillas que la envuelven a ella pero solo logro ver cosas borrosas y no es una predicción… yo jamás predigo nada dormida, además Neji me hubiera dicho algo
-solo estás pensando demasiado en ella… en todos
-¿Qué sugieres con eso?
-que sin Sasuke, las cosas hubieran seguido mejor. La llegada de los Uchiha solo logró complicar las cosas y ahora creo que Temari también está saliendo con alguien
-no puedes culparlos por nada, incluso nosotros estamos metidos en este embrollo desde hace casi un año
-¿crees que nuestra relación es un “embrollo”?
-si te soy franca, sí. Kankuro, nuestra relación es un embrollo
El castaño apretó los puños, sabía que su novia se había enfadado por su forma tan egoísta de pensar, pero él solo quería que su relación con esa muchacha floreciera de la mejor manera. Los demás estaban en segundo plano, no quería que nadie interviniera.
-todos ellos son mis amigos-volvió a insistir Hinata
-¿pretendes compararlos conmigo? Pensé que era importante para ti
-suficiente
Hinata no estaba para aguantar los berrinches de su novio así que solo tomó sus cosas y salió del gimnasio. Ella también estaba harta de todo, no quería salir a escondidas y sentía que Kankuro no terminaba de entender sus sentimientos al respecto pero no podía hacer gran cosa, ella también estaba en riesgo si se descubría su relación.
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Kankuro no era el único Sabaku con problemas amorosos, Temari había logrado convencer a Tenten de salir juntas aunque la castaña no estaba del todo segura, sus amigos siempre estuvieron en contra de la familia de su nueva novia, hasta ella misma sabia que nada bueno podía provenir de los Sabaku.
Sin embargo, esos días que había pasado al lado de Temari habían sido maravillosos, ella jamás había experimentado un enamoramiento tan fuerte como esa vez. Tal vez era la adrenalina de salir con “la chica mala” pero disfrutaba estando a su lado.
Habían descubierto una manera eficaz de poder hablar, Temari había hecho que Iruka las pusiera a trabajar juntas alegando que Tenten necesitaba algo de ayuda en clase y la rubia era la mejor opción. De ese modo, tendrían tiempo para ellas solas sin la intervención de nadie.
Estaban en la biblioteca, el profesor Iruka había encargado un trabajo de investigación así que habían salido juntas con esa excusa. Ambas estaban besuqueándose entre unos estantes viejos que nadie frecuentaba, sus labios eran imparables y parecía que iban a comerse una a la otra.
-espera-Dijo Tenten rompiendo el beso
-no viene nadie-se justificó Temari
Pero no surtió efecto, la castaña se separó de Temari bruscamente haciendo que la mayor se preocupara.
-eres algo terca-se quejó Temari
-y tú demasiado confiada-se defendió Tenten
-tal vez la enfermería esté vacía si tanto miedo te da estar aquí
-no es el lugar-suspiró-esto no es correcto, odio estar ocultándome así
-pensé que habíamos acordado que estábamos bien de esta forma
-cambié de opinión
Para Tenten, una chica que jamás había salido con nadie, había sido un tremendo revoltijo emocional el haber aceptado salir con Temari pues siempre había estado en contra de todos los ideales de ella y sus hermanos. Pero el tiempo que había pasado con ella solo sirvió para encontrar a alguien tremendamente distinto.
-no puedes hacerlo, solo empeoraremos las cosas si pretendemos decirle esto a todos
-¿tanto miedo le tienes a tu hermano?
No supo cómo contestar, Temari siempre tuvo en cuenta que su hermano Gaara hacía lo mejor que podía para posicionarlos en una buena familia de villanos, pero ella no estaba interesada. El accidente en donde habían obtenido sus poderes fue un desafortunado incidente que ella deseaba cambiar completamente, hasta ese momento.
-Gaara siempre tiene sus métodos-dijo más seria-piensa que todo lo hace por un bien común cuando solo quiere ser él el centro de atención
-entonces ¿Por qué lo siguen?
-no hay otra manera, chicos como nosotros siempre seremos marginados en esta comunidad… -se cruzó de brazos- no puedo asegurar que la vida como héroe o villano sea de mi agrado, tal vez nada de esto sea para mi
Era compresible tomando en cuenta la procedencia de Temari, ella jamás había pedido tener súper poderes, aunque no se arrepentía de nada. Su vida se había complicado el doble y hasta el triple, pero al final del día, todo valía la pena si tenía a Tenten a su lado.
-planeo irme de casa después de la graduación-se sinceró la rubia-mis planes están muy lejos de ser una tonta heroína y menos una villana
Un tacto frágil y cálido se sintió en la mejilla de Temari, su compañera quería hacerla sentir mejor sin una sola palabra y no las necesitaba para hacerlo. Un beso por fin pudo llegar a los labios de ambas, así estarían bien por un rato.
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La noticia de que los padres de Naruto habían descubierto su relación ilegal con el hijo menor de la familia Uchiha había corrido como la pólvora, cada alumno de Sky High hablaba precisamente de eso mismo. Pero el más emocionado con la noticia era Gaara que enseguida había empezado a trabajar en un nuevo plan.
Debió esperar a que terminaran las clases y regresara a casa, ya se había destruido la mitad de la relación de Sasuke y Naruto, solo faltaba la otra mitad y él sabía perfectamente lo que debía hacer.
-¡Gaara!
Apenas salió de su casa cuando una voz terriblemente conocida le llamó, era indudablemente Sai que había ido a buscarlo.
-sé a dónde estás yendo-se apresuró Sai
-si lo sabes, entonces quítate de en medio
-me niego a dejarte hacer algo de lo que vas a arrepentirte
Los ojos de Gaara se clavaron como cuchillos en el cuerpo de Sai, este último solo tragó gordo pudiendo superar con ello su miedo real. Él estaba enamorado y quería poder ser correspondido, sabía que Gaara aún podía salvarse, estaba a tiempo de abandonar esos planes que solo llevarían perdición.
-además-continuo- yo regresaré a mi ciudad mañana por las vacaciones… y no creo que vuelva
-no estorbes-bramó Gaara sin tomarle importancia a sus palabras
-ven conmigo, solo por las vacaciones, dame la oportunidad de demostrarte lo que valgo… y lo que vale ser un héroe
-no me hagas reír- dijo con un tono burlón-eres patético, regresa de donde saliste, cobarde
Sai apretó los puños, se había prometido hacer todo lo posible para poder salvar a Gaara de él mismo, pero cada vez se hacía más y más complicado tomando en cuenta que el pelirrojo solo pensaba en sus ambiciones de una forma realmente aferrada. Por un momento el azabache deseo que esa determinación del Sabaku pudiera estar siendo usada en algo mucho mejor.
-te lo ruego… deja las cosas como están
Una vez más, una risa de superioridad salió de los labios de Gaara, él estaba más que decidido a hacer lo que debía, a cualquier precio.
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La mansión Uchiha estaba en una sospechosa calma, los sirvientes iban de un lado a otro en silencio mientras su patrona, Mikoto tomaba el té en el jardín. Itachi había salido junto con sus secuaces y Sasuke había aprovechado la oportunidad para poder ir a ver a Naruto.
Okami era la única de los hermanos que estaba en casa, estaba en su cuarto adelantando deberes lo más lejos de su madrastra que podía. Esa lejanía entre ambas era lo que hacía que todo permaneciera en calma.
-señora-llamó una de las sirvientas
-¿Qué quieres?-contestó Mikoto sin mirarla
-hay un chico en la entrada que la busca, dice que es Gaara
El semblante de la mujer cambió por completo, le indicó a la sirvienta que hiciera pasar al chico y que lo llevara a la sala de estar. Sasuke jamás traía a nadie a casa y aunque técnicamente no había traído a Gaara formalmente, ella se había amistado con ese chico muy rápido, definitivamente era la clase de parejas que su hijo debía tener, ambiciosos y con sed de poder, igual a ella.
-¡Gaara!-saludó ella entrando a la sala de estar
El muchacho sonrió levemente para ponerse de pie y drásticamente cambiar su semblante, fue hasta Mikoto y la saludó como siempre lo hacía, solo que esta vez estaba haciendo énfasis en esa expresión deprimida.
-Señora Mikoto…
-¿qué te sucede querido?
-ha pasado algo terrible
-¿has peleado con Sasuke?
-peor-se tapó la cara-él me ha dejado por otro…-sollozó
La madre de los Uchiha se tapó la boca siendo incapaz de creer que su maravilloso hijo menor hubiera desperdiciando un perfecto prospecto.
-pero no ha sido cualquier chico-siguió Gaara-¡hay! Señora Mikoto, me da tanta vergüenza
-¡que no te de pena! Esta es tu casa, querido, puedes decirme lo que sea y más si es sobre Sasuke
-él… él…-volvía a sollozar-está saliendo con… con Naruto Uzumaki
El semblante de Mikoto sufrió una dramática metamorfosis, escuchar que su perfecto Sasuke estaba deshonrando su apellido saliendo con el hijo de sus peores enemigos no era cualquier cosa. Lo único en lo que pudo pensar esa mujer fue en inmediatamente buscar un culpable, o más bien, una culpable.
-Okami…-susurró ella
Escuchar ese nombre hizo que Gaara sonriera para sus adentros, estaba realmente contento de poder por fin vengarse y no sería cualquier cosa pues con suerte, la yakuza haría honor a sus tatuajes y la mataría. Pero era solo un inconveniente, su la hermana de Sasuke vivía o moría le era realmente irrelevante, él solo tenía los ojos puestos en el premio mayor.
-no he querido causar molestias-se disculpaba Gaara con una voz hipócrita
-¿Qué? Oh no, no, querido, al contrario-frunció el ceño-pero debo pedirte que te retires, hay asuntos que debo tratar con mi amada hijastra
-señora Mikoto, si me permite opinar… debería terminar con esa bastarda de una vez por todas, sé que su a marido no le importará, bueno-reprimió una sonrisa-si es que la ama de verdad, dejará que usted la mate
Esas palabras solo encendieron más a la yakuza, Mikoto despidió a Gaara y se quedó ahí hasta que las sirvientas lo escoltaron a la salida. Lentamente se quitó la blusa quedando solo con el sostén, esto fue una advertencia a los sirvientes para que no se metieran en su camino pues, estaba mostrando sus tatuajes por una sola razón.
Mientras, Okami seguía escribiendo el reporte sobre las piedras estelares que disminuyen los poderes ajena a lo que pasaba más allá de la puerta de su habitación, incluso había puesto su música a todo volumen y podía escucharse a All Time Low retumbando en los audífonos.
Entonces la puerta de su habitación se abrió de golpe, apenas le dio tiempo de reaccionar quitándose los auriculares, cuando Mikoto ya la tenía prensada del cabello.
-¿qué…?-fue lo que alcanzó a decir
Mikoto fue bastante brusca desde ese punto, llevó a la joven prácticamente arrastrando en toda la mansión jalándola del cabello. Okami no intentaba forcejear ni un poco, seguramente era una rabieta de la mayor y acabaría pronto, solo debía soportar un poco. Pero incluso ella pudo sentir algo distinto, era la primera vez que su madrastra se tomaba la molestia de arrastrarla, de tocarla siquiera para llevarla al cuarto blanco.
Una vez estando en el lugar indicado, la pelinegra lanzó a su hijastra al suelo, sabía que en ese punto ella ya no se defendería, sus poderes habían sido neutralizados en cuanto hubo pisado la habitación.
-esto ya es el colmo-empezó Mikoto
-tranquila, me desnudaré y acabaremos rápido con esto ¿sí?
Lo que obtuvo como respuesta no fue más que una cínica carcajada por parte de Mikoto, enseguida le devolvió la mirada dejando en claro que eso no era una simple rabieta. Okami abrió los ojos asustada, comprendió que esa podría ser su última golpiza.
-Mi…Mikoto
-¡insolente!-bramó
Los yakuza eran conocidos en el medio no solo por sus terribles negocios, sino que ellos eran expertos en tortura. De un solo tirón, Mikoto doblegó a Okami y le ató las manos, ella ya tenía todo preparado desde hacía mucho tiempo y ahora que por fin se había presentado la excusa perfecta, estaba más que contenta de poder despedir a su hijastra de la manera más lenta y dolorosa posible.
-¡tráiganlo!
La puerta se abrió y uno de los sirvientes entró con una especie de caballete que dejó en silencio, después trajo un baúl que parecía pesado. Okami lo miró suplicante pero él solo desviaba la mirada para no tener que lidiar con la enorme culpa de saber siempre que fue participe en una sesión de tortura al más puro estilo de la mafia japonesa.
En silencio, Mikoto ató las manos de Okami al caballete, a este punto, la muchacha estaba muerta de miedo, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas y su cuerpo temblaba involuntariamente. En silencio y con tijeras en mano, la yakuza se encargó de despojar a la muchacha de su ropa. La desnudez no era casualidad sino que era empleada como una manera de sumisión, significaba que la muchacha estaba a total merced de la Uchiha mayor.
-te pasaste de lista-dijo con los dientes apretados
Puso el pie sobre el baúl y lo abrió de una patada, solo una táctica más de intimidación. Okami ahogo un grito al ver el fuete que ahora estaba en manos de la yakuza, eso era solo el comienzo pues aquel contenedor debía estar lleno de artilugios creados pensando en tortura.
-de…déjame ir…
-¡silencio!-bramó
El sonido sordo del cuero estrellándose en la piel llenó la estancia siendo seguido por un desgarrador grito de dolor, la sensación del cuero encarnándose en su piel era el infierno para Okami. Tal vez era solo el miedo lo que causaba esa híper sensibilidad pero definitivamente podía sentir todo diez veces más.
-¡maldita bastarda!
Uno, dos, tres, ya había pedido la cuenta de los golpes pero entonces estos se detuvieron en seco dándole un breve respiro a la muchacha.
-por tu culpa mi hijo está viendo al chico Uzumaki
-¿qué?-se giró a mirarla-¿cómo sabes…?
Lo que recibió como castigo fue una patada en el rostro, en cuanto volvió a darle la espalda, un dolor mucho más intenso se apoderó de ella. No podía ver lo que estaba ahora en las manos de Mikoto, solo sabía que estaba desgarrándole la piel de la espalda y podía sentir con total claridad la sangre derramándose.
-¡Es tu culpa!-seguía la yakuza-ellos no debían amarte… ¡no debían!
-detente…detente…de…detente-suplicaba Okami en un tortuoso susurró
Pero sus palabras eran ahogadas por los constantes insultos de la yakuza además del sonido de su propio cuerpo siendo azotado. Solo esperaba poder terminar pronto con eso, si debía morir, entonces no le importaba, lo único que le preocupaba realmente era que sus hermanos no vieran esa escena tan espantosa, rezaba porque terminara pronto y así poder ver a su amada madre.