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Sky High por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

¡Buenas! y perdón por el retrazo pero por problemas familiares no me fue posible actualizar hasta ahorita. ¡penultimo episodio! Disfruten.

23. A love like a war

 

A love like a war – All Time Low

 

Después de haber sido echada de la mansión Uchiha, Mikoto se había ido a una de las casas de su familia. La ruptura de su relación solo había provocado consecuencias innecesarias como el repudio de su propia familia que le recriminó haber perdido contra una adolescente, pero no cualquiera sino la hija de la que en algún momento fue su peor enemiga. Jamás conoció a la madre de Okami pero eso no la detenía para odiarla, ella era una mujer con un corazón marchito y como tal, no se rendiría ante una situación tan devastadora pues si la familia Uchiha prefería a una hija ilegítima antes que a ella, haría que todos pagaran.

Ser el centro de atención era su forma de vida, los tatuajes sobre su piel simbolizaban su estatus, además estaba casada con uno de los villanos más grandiosos de todos los tiempos. Necesitaría un plan elaborado, ella podía con eso pues, antes de que Fugaku se retirase, era ella la mente maestra en toda la metodología.

 No podía actuar sola, estaba perfectamente consciente de eso así que no tardó en poner manos a la obra. El repentino cambió de su esposo (o más bien su ex esposo) era la más clara prueba de que seguramente el descontrol reinaba la mansión era irremediable, solo sería cuestión de tiempo para que Itachi también sucumbiera a sus propios deseos así que no le quedaba más que aprovechar. Ella más que nadie estaba totalmente al tanto de las debilidades dentro de la mansión Uchiha, Sasuke, Itachi y también Fugaku eran las personas que ella más conocía, incluso su hijastra no representaba ningún problema.

Tomó su celular y marcó un número conocido, ella sola era capaz de pensar en un buen plan para poder recuperar lo suyo y de paso darles una lección a sus hijos sobre respetar a su madre. Tendría que jugar sucio y engañar a ciertas personas para poder hacerlo pero no era nada extraño para una villana como ella.

-¿sí?-respondió la voz del otro lado- ¿Señora Mikoto?

-Sasori, que bueno que contestas, hay una cosa muy  importante de la que quiero hablarte

-¿ahora? Es que estoy revisando unos planos para…

-es urgente-insistió ella –es sobre Itachi

Un silencio se hizo presente del otro lado del auricular, Sasori estaba realmente frente a los planos del siguiente edificio que tomaría junto con su equipo, era extraño que Mikoto le hablara directamente a él sabiendo que su hijo era la cabecilla del grupo. El pelirrojo frunció los labios, sabía que eso podía pasar tarde o temprano tomando en cuenta que Itachi seguía aferrado a Deidara y por más que intentara ocultarlo, el sentimiento estaba ahí. Sasori apretó el teléfono y suspiró pesado, no le quedaba de otra más que seguir adelante sabiendo que probablemente las cosas empeoraran  más.

-¿En dónde está ahora, señora Mikoto?

-no puedo darte la ubicación exacta por teléfono, te la haré llegar después

Dicho esto, la llamada se cortó dejando a Sasori completamente en silencio. Después de haberse graduado, el chico se dedicó por completo a servirle a la familia Uchiha, incluso desde mucho antes siendo él quien persuadiera a Itachi de terminar su relación con Deidara siguiendo las órdenes de la líder de la familia, Mikoto.

Él en lo particular no sentía nada especial por Itachi, pero valoraba lo que este podía ofrecerle, riqueza y fama eran solo el principio de toda esa maravillosa vida de súper villanos. Las cosas no podían parar allí, Itachi no se echaría para atrás si podía evitarlo pues estaban a solo unos pocos pasos de la recta final, ellos no se estaban yendo por las ramas, su plan era perfecto y contundente, aniquilarían primero a Red Canary y a El Relámpago Amarillo, los demás héroes estarían en la lista después de ellos. Tomarían las escuelas para niños con poderes y así crearían una legión de súper villanos que obedecerían las órdenes de los Uchiha.

 

 

-_

 

 

Las vacaciones eran una tortura completa, se sentía vacío y desesperado pues las cosas no habían salido como él había planeado. Gaara pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación sin hablar con nadie, sus hermanos apenas y se paseaban frente a su puerta sin siquiera molestarse en ver cómo estaba su hermano.

En repetidas ocasiones intentó llamar al celular de Sasuke pero obviamente no contestó, él se había enterado de lo que había sucedido con la familia Uchiha durante las vacaciones, pensó por un momento que podría intervenir pero el contacto con su ex pareja era totalmente imposible, sabía que si no lograba hacer algo antes de que las vacaciones se terminaran, entonces todo habría sido en vano.

Pero eso no lo era todo, su propia mente empezaba a jugarle chueco, se había sorprendido pensando en Sai en más de una ocasión ¿cómo se suponía que se concentrara con ese bicho ocupando sus pensamientos? El azabache debía ser solo una herramienta, no tenía que haber nadie más que Sasuke en sus pensamientos.

El haber escuchado la confesión de Sai no había tenido efecto inmediato, hasta cierto punto le daba igual pero los últimos días no había podido dejar de pensar en eso. Sai ya no regresaría a la escuela, eso le preocupaba pero no sabía la razón pues, según él, su ex amigo y compañero de maldades era una persona totalmente reemplazable.

Estaba a punto de perder la cordura, Gaara no sabía cuánto tiempo aguantaría  así, la soledad de su habitación era asfixiante y las cosas podrían salirse de control para él mismo en cualquier segundo. Estaba solo, silencioso y agobiado, no podría soportar las vacaciones enteras de esa forma pero al mismo tiempo no sabía cómo poder moverse apropiadamente. Entonces, justo cuando pensó que su cerebro explotaría, escuchó el sonido de su teléfono móvil, saltó por la sorpresa pero al mirar la pantalla decía que era un número privado así que con cautela lo contestó.

-¿sí?-contestó deseoso de contacto externo

-¡Gaara!

Esa voz chillona fue melodía para sus oídos, no era otra más que la voz de Mikoto Uchiha al otro lado de la línea. Jamás pensó que volvería a escuchar esa voz pero haberlo hecho lo puso realmente contento, el tono de la madre de Sasuke era sugerente y era obvio que buscaba algo en específico.

-se…señora Mikoto

-lamento lo que mi hijo te ha hecho pasar últimamente, querido- dijo con un tono mustio – he de decir que mi amado hijo ha perdido el camino correcto y todo es gracias a la despreocupación de mi mari… ex marido

-¿qué dice?

-necesito ayuda, tú ayuda- pausó- lamentablemente mi familia me ha orillado a tener que usar un plan de contingencia

-¿me está diciendo que va a arremeter contra sus propios hijos?

-no hay manera fácil de hacerlos entrar en cintura, necesitan una verdadera lección para entender los sacrificios que ha hecho su madre por ellos

Eso era lo que necesitaba para regresar al cien por ciento, su sonrisa psicópata volvió a dibujarse sobre sus labios, las comisuras de su boca se alzaron en una mueca de maldad continua. Pensó en que esa sería la mejor venganza de todas, él quería probarles a todos su valía y qué mejor manera que esa misma para lograrlo.

-¿puedo verla, señora Mikoto?-preguntó más animado- quisiera participar completamente en sus planes

-claro que si, cariño, iré a hablar con Sasuke e Itachi ahora mismo para darles una última oportunidad… pero si las cosas salen mal entonces te enviaré un mensaje

 

 

-_

 

 

El coordinar todo tan rápidamente era un talento innato en ella, pero  aunque sentía un odio inmenso dentro de ella, no podía negar que amaba a sus hijos y quería asegurarse de que tenían el castigo bien merecido. Una charla sería más que suficiente y por eso en cuanto hubo comenzado el movimiento, se había puesto en marcha a la mansión Uchiha. Podía cancelar la operación entera con una sola llamada así que eso era lo que menos le importaba pues, si sus hijos regresaban al camino correcto entonces no habría necesidad de castigar a nadie.

En cuanto llegó a la mansión pudo darse cuenta que no tenía que preocuparse por su marido pues el auto en donde viajaba no estaba. Fue rápidamente ella misma ignorando a los sirvientes que intentaban detenerla en vano pues Fugaku había dado órdenes de no dejarla entrar.  Para su sorpresa, ambos hijos suyos estaban juntos en el comedor charlando amenamente, como solían antes de que Itachi debutara. Pero en cuanto el sonido de sus tacones llamó la atención de los muchachos, pudo ver como sus rostros relajados se tensaban de sobremanera, le dedicaron unas miradas extrañas y amenazadoras.

-mis hijos…

-¿qué haces aquí?-se apresuró Itachi- creí que el abogado de papá había dejado en claro que no podías acercarte a nosotros

Itachi se puso de pie a la defensiva, esa mujer era la última persona a la que quería ver ese día, estaba por fin pasando un buen rato con Sasuke hablando sobre una especie de cita doble para ellos y los Uzumaki. La intervención de su madre fue algo inesperado pero ambos debían tener la delicadeza de echarla sin causar un alboroto.

-quise venir a verlos, ustedes son mis hijos- les dijo con una voz dulce y maternal- yo los amo

No podían negar que las palabras de su madre eran sinceras, después de todo ella seguía siendo eso, su madre. Mikoto había pasado ya días desde que se había ido de casa y tal vez eso le había servido de escarmiento.

-quiero que vengan conmigo- les dijo ella- aún podemos ser una gran familia de villanos… no importa que su padre no esté de acuerdo en este momento pero si pudieran prestarme su fuerza terminaría con lo que comencé y mataría a…

-¡basta!-intervino Sasuke- vete de aquí de una vez por todas

-Sasuke…

-no quiero volver a verte jamás-le dijo acercándose imponente haciendo retroceder a su madre- vete y no regreses

Los ojos azabaches de esa mujer buscaron los de su hijo mayor en busca de apoyo pero  lo único que obtuvo fue una actitud igual a la de Sasuke. A sus hijos no les había hecho nada de gracia lo que había hecho y mucho menos su intenciones para con su hermana menor que ya  no vivía con ellos por su culpa.

-Sasuke… Itachi-dijo con los dientes apretados

-después de tanto tiempo fingiendo ser lo que no éramos, mamá-le interrumpió Itachi- sabías que no éramos felices y aún así seguiste adelante

-porque era lo mejor para la familia

-nosotros sabemos que es lo mejor para la familia, vete, mamá

Los finos labios de Mikoto se apretaron uno contra el otro volviéndose solo una fina línea dibujada en su rostro. Cerró los puños tan fuerte que los nudillos se le pusieron blancos, el coraje que estaba haciendo era tremendamente enorme, pensó por un momento que sus amados hijos podrían retomar la consciencia pero era más que claro que estaba equivocado.

-me iré-dijo ella con los dientes apretados- pero quiero que piensen en lo que están haciendo, yo soy su madre

-vete-repitió despacio Itachi

Eso fue suficiente para que Mikoto se retirara en silencio, entonces tanto Sasuke como Itachi pudieron suspirar más calmados y regresaron a lo suyo. Su relación había mejorado de sobremanera desde el incidente con su mamá y una de las cosas que compartían juntos era la fascinación por los muchachos Uzumaki. Antes de que su madre irrumpiera en su charla, ambos estaban planeando una salida para Naruto y Deidara, algo bastante cursi y algo tonto ante aquel par de chicos pero no se les había ocurrido nada mejor.

-¿el cine?-repasó Itachi

-no, mucha gente

-¿la pista de patinaje?

-tú y yo tenemos la gracia de dos cerdos engrasados ¿de verdad quieres ir a patinar?

Aún después del asunto de los súper poderes y conspiraciones para esclavizar a la humanidad, los Uchiha no eran más que dos muchachos y como hombres tenían necesidades. Itachi era el más emocionado, no veía el momento de tener más intimidad con Deidara, estaba consciente de que si las cosas seguían por el camino en el que estaban entonces también podría dejar su actual trabajo pues su papá ya no era ningún obstáculo.

-¿parque de diversiones?- dijo Itachi esperando ser rechazado de nuevo pero en vez de eso, obtuvo un silencio pensativo por parte de su hermano -¿Sasuke?

-es una buena idea

-¿lo es?

-sí, tonto hermano mayor, llamemos a Deidara y Naruto

 

 

-_

 

 

Después de un par de días coordinando la salida al parque de diversiones, Deidara y Naruto se encontraban fuera de este mismo en un incómodo silencio.  El clima era algo ventoso y frío pero los dos estaban felices de poder tener un poco de diversión con sus respectivas parejas, las cosas mejoraban de apoco para ellos y los Uchiha. Entonces vieron al par de Uchihas acercarse a paso lento, se miraban como un par de estrellas del rock, hasta unas chicas se detuvieron un momento para admirar a ese par de adonis.

Los Uzumaki sonrieron divertidos de tan solo pensar que esas chicas no sabían ni lo mínimo de ese par de torpes que intentaban verse geniales. Eran suyos, miraran por donde miraran, era una verdadera satisfacción verlos llegar. El saludo, un casto beso en los labios que poco a poco se puso más candente pero tuvo que ser roto enseguida.

-tonto-susurró Deidara sobre los labios de Itachi

-¿qué esperamos?-dijo el susodicho tomando a su novio de la cadera y dirigiéndose a todos

-sí, vamos-secundó Naruto

 

 

-_

 

 

Aprovechando las vacaciones, Okami trabajaba casi a tiempo completo en el refugio de animales que dirigía su cuñada con la que cada día se llevaba mejor, Hana era como una hermana mayor, una figura femenina que de alguna forma le recordaba a sus hermanos solo que era más fácil hablar con ella. Sabía que la relación de sus hermanos mayores con los Uzumaki estaba mejorando aunque los mayores seguían siendo huesos difíciles de roer.

Kushina era la más consciente, ella, a pesar de su carácter explosivo podía entender los sentimientos de su hijo además de los de Sasuke. Pero por su parte, Minato seguía recto en su decisión de mantener a su familia lo más alejada posible a la familia Uchiha.

Pero mal que bien, las vacaciones de invierno estaban pasando de lo más tranquilas posibles. Okami estaba terminando de limpiar el pasillo de las jaulas de los perros, jamás pensó que podría estar tanto tiempo con un trapeador y entre popó de perro y aún así sentirse contenta. Escuchó como Hana la llamaba desde el frente del refugio así que dejó las cosas y fue hasta el mostrador en donde la hermana mayor de su novio.

-¿sí?

-escucha, debo salir de emergencia y…

-¿una cita?-le dijo con una ceja levantada y una sonrisa sugerente

-si…-admitió Hana sin posibilidades de engañarla- iba a preguntarte si no te molesta que cerremos hoy y…

-yo caminaré a casa

-¡gracias!

Le tomó más o menos unas dos horas poder dejar el refugio listo para ser cerrado hasta el día siguiente, alimentó a los perros y terminó de limpiar. Okami salió por la puerta de atrás y cerró para guardar las llaves en su morral que colgaba en uno de sus costados, giró sobre sus talones y emprendió el camino a casa, pensaba en tal vez podría pasar a la pastelería para llevarle algo a Kiba así que giró una esquina antes de la debida.

Iba tarareando algún tonto single de una marca de chicles, estaba bastante distraída pero en cuanto giró la mirada hacia la calle delantera pudo ver una cabellera roja inconfundible. Gaara estaba escabulléndose en uno de los callejones. Debió hacerle caso a su primer impulso de ignorarlo y seguir con los planes de la pastelería pero su curiosidad pudo más así que cuidadosamente fue tras él.

Gaara caminaba rápido y la prioridad de Okami era no ser vista, los callejones parecían convertirse en una especie de laberinto sucio, la Uchiha le seguía el paso de cerca a su contrincante bastante bien hasta que el susodicho desapareció detrás de una puerta bastante misteriosa. La muchacha miró a ambos lados y se acercó, abrió un poco esta misma y se dio cuenta de que estaba abierta.

Una vez más esa vocecilla en su cabeza le decía que dejara las cosas como estaban y regresara a casa lo antes posible, pero sus pies no hicieron más que moverse hacia adelante. Era un lugar obscuro así que se pegó a la pared para guiarse, pudo ver una luz proveniente de un cuarto en el pasillo así que se acercó despacio y se inclinó para ver dentro. Tuvo que taparse la boca con ambas manos para no hacer ningún sonido, dentro de la habitación estaban Mikoto, Gaara y los compañeros de su hermano Sasori y Kisame.

-déjeme tratar de entender-decía Gaara- siguiendo este plano podemos crear artefactos anuladores de poderes ¿no?

-en efecto-contestó Sasori- yo mismo hice un prototipo pero no logré hacerlo funcionar, fue por eso que la señora Mikoto me habló de ti, un tecnópata

-bien

Gaara pasó la mano por sobre las piezas regadas sobre la mesa sin dejar de ver los planos de Sasori, entonces cada pequeña parte de metal se fue uniendo como si tuvieran mente propia hasta que poco a poco se fueron formando una especie de brazaletes grandes y gruesos que podrían funcionar.

-atacaremos esta noche-continuó Mikoto-mis hijos son unos tontos y quise advertirles pero no me escucharon

Con manos temblorosas, Okami tomó su celular, tenía que avisar a los demás sobre lo que estaba pasando y después salir de ahí sin ser vista. Marcó el primer número en su lista de marcado rápido y se lo puso al oído mientras se mordía la uña del dedo pulgar.

-¿qué sucede?-contestó su novio al otro lado

-Kiba…-susurró-Kiba estoy en problemas

-no de nuevo… ¿en dónde estás?

-en un almacén cerca de la pastelería… Gaara y mi madrastra planean algo que…

Una mano firme la tomó por los hombros apretando fuertemente, en ese momento la garganta se le secó. Escuchaba a su novio llamarla desde el teléfono pero quedó congelada, se percató que quien faltaba en la mesa era Hidan que ahora sostenía su hombro. Rápidamente hizo que la mano del peliblanco se congelara haciéndolo alejarse y ganar tiempo.

-¡Maldita bastarda!-escuchó dentro de la habitación

Okami sopló muy fuerte y logró congelar a Hidan de la cintura hacia abajo y quitarlo de su camino, entonces intentó correr a la salida aún con el teléfono en la mano pero en cuanto llegó a la puerta, sintió como aprisionaban sus pies e inevitablemente cayó al suelo. Miró sus tobillos para encontrarse con el brazalete recién construido por el tecnópata, intentó congelarlo también pero fue inútil, sus poderes no respondían y antes de poder reaccionar de otra manera, el segundo brazalete aprisionaba sus muñecas. Su atención estaba en congelar los artefactos pero era como si estuviese dentro del cuarto blanco, alzó la mirada y se encontró con Sasori quien había lanzado los brazaletes.

-es inútil-intervino Gaara- mi tecnología es infalible, tus poderes quedaron neutralizados

El sonido de los tacones de Mikoto resonó con un eco exagerado en la mente de Okami, ella empezó a sudar, su teléfono celular aún estaba en el suelo junto a ella, la voz de Kiba seguía gritando su nombre preocupado pero ella estaba simplemente congelada, incapaz de hablar ya que sus poderes habían sido neutralizados. En cuanto su madrastra se paró a su lado, su tacón se estrelló en el teléfono cesando la voz del Inuzuka.

-debo decir que es la primera vez que me alegra verte-dijo Mikoto con un tono de mustia-me ahorraste la molestia de ir por ti

-¿qué…?

-cállate, no quiero oírte-miró a Hidan y Kisame- llévenla, esta idiota nos ahorró el primer paso del plan, pasemos directo a la fase dos

-daré el aviso-dijo Sasori

-lleva a Gaara contigo-ordenó Mikoto- él es muy valioso para nosotros

 

 

-_

 

 

-¡cielos!-saltó Naruto

La casa de los espantos había sido la mejor decisión que Sasuke tomó en todo el día, Naruto estaba abrazado a él después de haber sido sorprendido por una calavera de plástico, aunque claro que el rubio solo fingía y usaba todas esas excusas para estar más y más cerca de su novio. El día estaba siendo cada vez más increíble, estaba atardeciendo y esa era su penúltima parada, ambos querían ver el atardecer en la rueda de la fortuna.

Finalmente salieron de la casa de los espantos y se reunieron con Itachi y Deidara para hacer fila en la rueda de la fortuna, los cuatro tenían mucha ilusión en ese juego. Sasuke sacó el teléfono celular de su bolsillo solo para ver si estaban a tiempo para la puesta de sol y se dio cuenta de que tenía muchas llamadas perdidas de su cuñado.

-¿qué demonios?-susurró

-¿qué pasa?-le cuestionó Naruto

-Kiba me ha estado llamando, creo que en la casa de los espantos no había señal

-llámalo-dijo muy calmado-seguramente no es nada

Sasuke le hizo caso a su novio y marcó de regreso el teléfono de Kiba, sabía que no podía ser nada malo pero aún así siempre estaba ese peligro latente.

-¿qué sucede?

-¡¿por qué demonios no contestaste?!- gritó Kiba histérico

-oh, tranquilo, ¿qué sucedió?

A este punto, los demás habían fijado su atención en la llamada, Itachi había podido escuchar el grito de Kiba en el teléfono, Deidara igual así que los cuatro salieron de la fila de la rueda de la fortuna para poder hablar más calmadamente. Sasuke pasó la llamada a modo alta voz, así nadie se perdería nada.

-Okami me llamo hace un rato…-jadeó-dijo que estaba en problemas

-¿qué pasó?-esta vez fue Itachi

-me dijo el lugar en el que estaba, llevó casi una hora buscándola… no la encuentro

-tranquilízate-volvió a hablarle Sasuke- ven para acá e iremos a la mansión, allí podemos investigar un poco más

-bien, voy en camino

En cuanto el botón para terminar la llamada fue oprimido, los cuatro se miraron entre ellos incapaces de poder decir nada, pero entonces un grito desgarrador de una mujer llamó su atención. La rueda de la fortuna había empezado a girar muy rápido, no había nadie en el juego pero de todas maneras era una escena desconcertante. Una luz empezó a emanar del eje de la atracción que consistía en un círculo enorme de metal con el logotipo del parque.

-no es cierto…

El juego entero parecía ser una finta, el círculo del eje se abrió dejando ver una escena escalofriante. Okami estaba atada de pies y manos dentro de esta rueda, pero ninguno pudo reaccionar a lo que pasaría después porque sobre el juego mecánico aparecieron los secuaces de Itachi.

-¿qué significa esto?-se apresuró el azabache

-significa lo que ves- contestó la voz que menos querían escuchar

Mikoto Uchiha apareció al pie del juego mecánico, traía puesta su falda tubo y un top que dejaba al descubierto todos sus tatuajes, esto era una advertencia para sus hijos que se pusieron alerta. La pelea apenas comenzaba.

 

Notas finales:

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