VENTANA INCOGNITO
~ M.Tw ~
Por más que intentaba comprender lo que decía en aquel párrafo, no lograba concentrarse en su libro; se sentía irresponsable, y el jamás había sido irresponsable en su vida.
La última clase que le tocaba ese día era Historia Oriental, tenían de tarea realizar individualmente una presentación sobre cualquier cultura ancestral que cada uno eligiese; él había elegido disertar sobre el Imperio Ming, en China; le parecía un tema realmente interesante, y por lo mismo se esforzó mucho en aquel trabajo, tanto que hasta le pidió ayuda a su hermano mayor, quien era profesor e impartía clases de Historia en un colegio que recibía a personas que solo podían asistir a clases de noche… Y todo ese esfuerzo se había arruinado esa mañana.
*
El trabajo debía hacerse en PowerPoint y él se aseguró de que el suyo quedase perfecto; pero no contó con que su notebook cometiera, justo esa mañana, un atentado suicida y se cayera, en cámara lenta – o así le pareció a él – y sin que pudiese evitarlo, al piso de cerámica en su habitación. Había caído de una altura ridículamente pequeña, es decir desde su cama, pero al parecer el computador no había podido soportarlo; pues él, confiado en que había sido una caída de nada, presiono el botón de encendido un par de veces… mas no obtuvo ningún resultado.
Miraba la pantalla negra con un tic en el ojo, intentó mantener el control al comprobar que no era un tema de batería, empezó a preocuparse. Tomó en sus manos su computador, dispuesto a solucionar aquello inmediatamente, y sin siquiera tocar la puerta, entró a la habitación de su hermano mayor.
_ ¡Soluciónalo! –exigió autoritariamente al bulto que yacía dormido en la cama que había en el centro de la habitación.
_ ¿Mh? ¿Qué? ¿Qué pasó? – Preguntó la persona bajo las mantas, incorporándose débilmente, con mechones de largo cabello sobre su cara - ¿Otouto?
_ Mi computador no prende, soluciónalo – habló demandante, con el ceño fruncido y los brazos estirados con el computador en ellos hacia la dirección de Itachi, como esperando que se pusiera de pie para recibirlo.
_ Sasu… Te adoro y todo eso, pero acabo de llegar del trabajo y estoy agotado. Asique por favor, hermanito, sal de mi habitación – Itachi habló lentamente, con la cara sobre la almohada, asique solamente se escuchó como un murmullo.
Sasuke se enojó por la falta de ayuda… En parte lo entendía, el colegio donde Itachi trabajaba quedaba a las afueras de la ciudad y siempre llegaba a casa a eso de las cinco de la mañana, pero por otra parte, el desgraciado ni siquiera intentó ayudarlo… Ya se vengaría después.
Con un gruñido salió de su habitación cerrando de un portazo. No tenía en casa a quien más pedirle ayuda, sus padres habían salido de viaje y la verdad no creía que ellos supiesen algo sobre computadoras de todos modos.
Miró el pequeño reloj que había sobre la encimera de la cocina y se dio cuenta de que en media hora debía estar en la escuela.
No podía fallar en la tarea, nunca en sus diecisiete años había tenido una mala calificación; pero no sabía que hacer…
Hasta que alguien apareció en su mente, definitivamente él podría ayudarlo.
*
Decidió cerrar el libro y mirar por la ventana para distraerse mientras esperaba aquella ansiada llamada.
Sintió el celular vibrar en su bolsillo y lo tomó rápidamente en sus manos, agradecía que el profesor de matemática tardara tanto en llegar porque así podría hablar libremente en clase.
_ ¿Pudiste repararlo? –fue lo primero que dijo Sasuke.
_ ¿Ni siquiera me dirás “Hola”?
_ …Hola – gruñó
_ Así no… se dice “Hola, mi amorcito lindo”
_ Déjate de tonterías, Dobe.
El “Dobe”, es decir Naruto, era su prometido. Era un poco más mayor que él… la nada misma, solo ocho años mayor. El rubio tenía veinticinco mientras él, tenía diecisiete; se conocieron gracias a Itachi, que era compañero del rubio en la Universidad, además de amigos, por eso éste iba seguido a su casa. Naruto era una persona realmente divertida, extrovertida y muy sociable… Todo lo contrario a Sasuke; por eso eran la pareja perfecta. Naruto era un poco infantil a veces, y decía las cosas que sentía sin pensarlo… Por eso mismo para Sasuke fue algo chocante cuando, luego del primer beso entre ambos, Naruto le preguntara, de la nada y con una enorme sonrisa ilusionada en el rostro, “¿Quieres casarte conmigo?”. Sasuke estaba emocionalmente preparado para que le preguntara si quería ser su novio, pero no para aquello; asique la única respuesta que el rubio recibió ese día fue un vaso de agua fría en su cara… Pero no se rindió. Luego de tres meses completos llenos de besos, canciones, poemas, películas, salidas, de escucharlo y comprenderlo, de aguantar berrinches y caprichos y hasta de regalarle un gatito negro, recibió su tan esperado “Sí”; Sasuke se había enamorado, y a pesar de ser muy joven, sabía lo que quería, y quería a ese atolondrado rubio para él. Cuando Fugaku lo supo, contrario a lo que había pensado Sasuke, reacciono muy bien – tal vez porque él y los padres de Naruto se conocían de antaño -, sabía que Naruto le convenía a su hijito y aceptó su unión, claro que solamente cuando Sasuke terminara su carrera Universitaria.
Aunque no lo pareciera a primera vista, y quizás en la segunda y tercera tampoco, Naruto era muy listo; trabajaba en la misma universidad donde estudió, dando clases de computación, y paralelamente hacia un magister en Ingeniería Industrial… Por eso le confió a él su computador.
…Y más le valía haberlo arreglado.
_ Pues… te tengo dos noticias, tesoro. ¿Quieres primero la buena o la mala?
_ La buena – suspiró, no estaba para juegos, pero aun así le siguió la corriente.
_ Okey. Tu computador está bien, tu trabajo de investigación está completo, un pequeño cable se había desconectado y por eso la pantalla no tenía imagen pero ya lo reparé… - le informó, quitándole un peso de encima a Sasuke – en unos minutos iré haya para llevártelo así que tranquilo, te aseguro que tendrás la mejor calificación.
_ Gracias, en serio – sonrió, luego recordó la segunda parte de su pregunta – Entonces, ¿Cuál es la mala noticia?
_ Bueno… No sé si es mala en realidad… - Sasuke puso sentir como Naruto sonreía a través del celular y frunció el ceño al no comprenderlo.
_ Dímelo – exigió.
_ Mmh… Noseee… - habló como dudando, pero era claro para el azabache que solo quería exasperarlo
_ Naruto…
_ Bueno, es que… vi tu historial de internet, mi amor – reconoció, Sasuke inclino un poco la cabeza hacia un lado, ¿A qué venía eso?
_ ¿Y?
_ Y nada, solo pensaba que no era correcto que un doncel tan hermoso, tierno e inocente como tú, tuviera tantas visitas a tan variadas páginas porno…
_ …
_ ¿Sasu?
_ …
_ Sé que estás ahí, mi amor, oigo tu respiración – se notaba que Naruto estaba muy divertido con la situación – Que no te dé pena… yo hago muuuchas cosas pensando en ti – declaró orgulloso – Asique si algún día necesitas una mano… - hizo una pausa significativa – Yo tengo dos, ambas completamente tuyas… - Naruto sonrió, y luego decidió dejar de atormentarlo antes de que su niño empiece a buscar algún agujero en la tierra donde enterrarse – Bueno, Sasu, te veo en un rato, ¿sí? Te amooo – y cortó, sabiendo que Sasuke estaba tan avergonzado que no respondería nada más.
Sasuke, al escuchar el pitido que indicaba que la llamada había acabado, solo pudo pensar en una cosa…
Debería aprender a usar aquella ventana de incognito.