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Solo otra común historia de amor por Haru Senpai

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Notas del fanfic:

Este esun cuento que le escribí a una amiga mía Dena ^^ jeje se lo debo desde hace como un año, espero no me mate :s

La persona de la que he estado secretamente enamorado durante los últimos tres meses acaba de... ¿besarme...? Decir que estoy paralizado, confundido y extremadamente feliz sería una nimiedad comparada a la horda de sentimientos que se arremolinaron en mi pequeño cuerpo de niño de secundaria básica (aunque ya esté en polimodal). Es decir... era un sueño ¿no? pronto me despertaría como el noventa por ciento de las mañanas con un problema entre las piernas y la decepción de saber que es una ilusión creada por mi propia mente plasmada en mi rostro. Debe serlo... porque de no ser así, creo que moriré en estos mismos instantes de un paro cardio-respiratorio, aunque agradeceré morir en sus brazos, no quiero irme todavía ¡Hay muchas cosas que quiero hacer! ¡No quiero morir como un patético virgen! Bueno... a mis diecisiete años aún soy virgo, es verdad, y no es que me moleste serlo por ahora, pero uno no quiere irse sin haber probado los placeres de la vida, ¿no? morir sin haber tenido ese flor de cuerpo en mi cama no me suena en lo absoluto tentador, y es que me juré que si un día descubría que estaba por morir, me lo violaría antes para irme sin arrepentimientos, y aunque se pongan a pensar ¿como un uke puede violar a un seme?, yo también lo he pensado, porque debo admitirlo, tengo muchos rasgos femeninos.

Pero como siempre me he puesto a delirar y me envuelvo en mis pensamientos, el hecho importante es que él me estaba besando aún cuando yo creí que me odiaba, y es que mi peor pesadilla y mi más hermoso (y húmedo) sueño se combinaron para atacarme juntos en solo tres semanas...

 

Flashback

El estruendoso e insoportable ruido de la alarma invadió brutalmente mis tímpanos exactamente a las seis y quince de la mañana, de mala gana, busqué a tientas el teléfono y lo apagué como pude, una vez más se salvó por poco de ser estrellado contra una de las paredes. Lancé un largo suspiro, restregándome el ojo con la mano somnolientamente y me levanté para ir al baño, estirando los brazos para despejarme. Una ducha rápida con agua más fría que caliente, lavar la ropa interior de la noche anterior en el lavabo del baño, vestirme con el uniforme, cepillar mis dientes y arreglar mi cabello (algo muy importante), hacía ya un par de días que lo había teñido del negro original, me había cansado del rubio, aunque me quedaba divino. Era una rutina que tenía implantada casi en automático, pues solo cuando llegaba a la cocina para preparar el desayuno me terminaba de despertar lanzando el segundo suspiro del día, luego de inflar por completo mis pulmones. Mientras el café ya se estaba preparando pasé por la habitación de mi hermano mayor y le arrojé una almohada como cada mañana, algo más de mi rutina.

-¡Levántate maldito vago! ¡Tenés veintiocho años! ¡Es tiempo de que te levantes tu solo!- todos los días repetía la misma línea inútilmente, pues ambos sabíamos que por mucho que lo dijera nada iba a cambiar mientras los dos viviésemos bajo el mismo techo.

Su cabello azabache se asomó por debajo de las sábanas, lanzó un gruñido gutural inentendible y volvió a cubrirse completamente.

-¡Vamos! ¡Vas a llegar tarde al trabajo!-

Levanté las persianas dejando entrar al sol que ya se encontraba en todo su esplendor, en el verano sí que amanecía temprano, aunque ya estábamos más para otoño...

-Buenos días mamá y papá.- dije sonriente pasando por al lado de una foto de una bella pareja posando en un abrazo muy mimosos, eran mi alegres y difuntos padres. Fallecieron cuando yo apenas tenía dos años, por lo que solo conozco sus rostros por las múltiples fotos que mi hermano esparció en retratos por toda la casa.

El zombi de un espécimen que se asemejaba a un homo sapiens con rasgos parecidos a los de mi hermano se sentó junto a mí para desayunar, si fuese la primera vez que lo viera probablemente hubiese muerto de un susto, me habría agarrado una taquicardia, y hubiesen tenido que enterrarme junto con mi preciosa consola... bueno quizás era un poco exagerado... pero lo importante es que ya no me podía asustar al verlo, pues es quien reemplaza a mi hermano todas las mañanas desde que tengo memoria.

El micro del colegio pasaría pronto, así que terminé la comida casi atragantándome en el proceso, dejé un beso de despedida en la mejilla del zombi, cuya cabeza cayó abatido por el cansancio a un lado de su plato y una sonrisa apenas distinguible se formó en sus labios. Nos deseamos un buen día y salí para el colegio con mi mochila al hombro.

Llegué irremediablemente temprano, la escuela se encontraba prácticamente desierta, solo unos pocos profesores rondaban los pasillos, pero ya me acostumbre a ello, tomé asiento junto a la ventana y me coloqué los auriculares poniéndolos a todo volumen, escuchando una de mis bandas de música favorita, Sleeping with Sirens, realmente amo la voz de Kellin. El lápiz daba vueltas en mi mano mientras yo miraba por la ventana intentando imaginar algo que pudiese dibujar, pero el tiempo pasó más rápido de lo que pude contar, pues me distraje observando el color de los pájaros en el árbol junto a mí y cuando quise darme cuenta, una mano pesada y conocida se apoyó en mi hombro sacudiéndome levemente.

-¡Despiértate! Sigues durmiendo despierto cada mañana ¿por qué no te quedas un poco más durmiendo en la cama si tanto sueño tienes? Un ratito chiquito no te hará daño.- me sonrió como cada mañana mi mejor amigo, un muchacho alto de cabello castaño y ojos color miel, podía notarse en su barbilla algunos pelos rebeldes, a diferencia de mi que soy prácticamente lampiño, a él si le crece la barba. Me quedé observándolo unos segundos antes de desperezarme estirando los brazos y cerrando fuertemente los ojos.

-Si me quedase un poco más en la cama, no podría prepararme el desayuno o asegurarme de que mi hermano se haya levantado.-

-Mmm... Hablas mucho de tu hermano, sé que es la única familia que tenes, me gustaría conocerlo en algún momento, por lo que cuentas debe ser interesante...-

-¡Para nada! es muy molesto, siempre está haciendo el vago y me persigue a todas partes, es súper irresponsable, aunque todos los que lo conocen no lo crean.-

-Aún así quiero conocerlo... Nos conocemos desde principio de año, ¿que son, dos, tres meses? Desde que entraste a este colegio, y no conozco tu casa, tú ya has venido a la mía.- me reprochaba algo infantil.

-Lo siento es que siempre es un desastre y hay que ordenarla- lamento decir mentiras- por eso me gusta más juntarnos en una plaza, ir a un shopping o tu casa, es más divertido.- le sonreí deseando que no se lo tomara a mal.

-No podrás esconderte por siempre, algún día lo averiguaré y cuando menos lo esperes voy a caerte en la puerta, es una advertencia Lucas- y se sentó atrás mío cuando el profesor cruzó el umbral de la puerta. Más que advertencia parecía una amenaza, y yo le sonreía muriendo de preocupación por dentro, no puedo dejar que pise mi casa.

 

Las primeras tres horas de clases pasaron demasiado rápido, Fran (mi amigo) y yo no volvimos a tocar el tema de la mañana, pues yo ya sé que dirá exactamente las mismas palabras mañana, y el día siguiente, y el que le sigue, como ya es costumbre. Es una linda rutina que mantengo cada día, muy tranquila, no esperaba que esta fuese interrumpida.

En las últimas dos horas teníamos arte, una de mis materias favoritas, pues el profesor era fantástico, inducía la imaginación sin dejar de darte consejos prácticos y métodos. Gracias a sus trabajos de investigación fui capaz de conocer a muchos artistas geniales que hasta entonces no había escuchado nombrar. En la clase de hoy debíamos hacer una estructura tridimensional, por lo que yo estaba dándole forma a un enorme alambre con las pinzas y me ayudaba también del cúter, sin embargo me distraje torpemente por observar unos hermosos y pequeños ojos concentrados, que parpadeaban lentamente con sus largas pestañas, y... ¡¡¡la re p*ta madre!!! ¡¡Me corte la mano con el cúter!! el filo del instrumento abrió mi piel y se hizo espacio entre mi carne, inmediatamente el líquido cálido y rojo envolvió todo, brotando incesante. Treinta pares de ojos se clavaron en mí, el profesor me mandó de inmediato a la enfermería, ¡casi me auto-amputo un dedo! quizás sea algo exagerado pero ¡vamos! ¡que casi se me ve el hueso! ¡estoy seguro! ¡me desangraré! Solo por favor díganle a mi hermano que no fue suicidio, fue solo un accidente.

La enfermería estaba completamente vacía, pues el enfermero del colegio estaba de licencia, creo que había tenido familia hacía unos días y se pidió un tiempo, pero no pusieron a ningún reemplazo por lo que tenía que curarme y vendarme solo. Lavé mis manos con cuidado y me dirigí, aún sangrando, al mueble donde se encontraban las vendas, casi muero de un infarto, si no me mató el corte seguro lo hizo el susto, una sombra se levantó del suelo acomodándose la ropa. Ahogué un grito que hubiera sonado muy poco masculino y él me miró. No se trataba de ningún alien, por suerte, solo era el director, si, el director del instituto, ¿qué tal eh? Me miró un poco desconcertado, se acomodó los anteojos sobre el puente de su nariz y se pasó una mano con pesadez sobre su cabello azabache peinado hacia atrás.

-¿Qué haces aquí?- me preguntó algo rudo.

Le mostré mi mano, un poco perplejo por la bizarra situación.

-¡Pero ¿qué te pasó?! ¿Estás bien? Ven aquí, déjame mirarte.- no esperó a que yo diese un paso, que ya lo tenía a mi lado inspeccionándome con cuidado.

-No voy a morir.- le comenté- ¿Qué hacías en el suelo de la enfermería?-

-Debes tratarme de usted en el colegio, Lucas... Estaba durmiendo.-

-No parece un lugar cómodo para dormir... no debería estar haciendo el vago en la escuela, señor.- me tomó de la mano con delicadeza y me guió hasta la camilla, donde se sentó él, acercándome a su cuerpo para poder vendarme. Una sonrisa se asomó por la comisura de sus labios.

-Lo siento, me venció el sueño.-lo pensó un poco- No debería disculparme con uno de mis estudiantes.- me reprochó.

-¿No ha estado durmiendo bien?- la preocupación se notó más de lo que quería en mi voz.

-No es algo de lo que debas preocuparte.- terminó con el vendaje mirándolo completamente satisfecho.

-Pero...- olvidándome del lugar en donde nos encontrábamos me acerqué más para abrazarlo por la cintura y apoyar mi cabeza en su hombro.- también estás más flaco, no has estado comiendo mucho tampoco.- se levantó y correspondió mi abrazo, acariciando mi cabello.- ¿Es por lo del sábado?-

Me miraba con visible cariño desde su metro ochenta, mientras que yo con mis escasos ciento sesenta y cinco centímetros me sentía impotente. Para estar en segundo año de polimodal era realmente bajito, cosa que no admitiría en vos alta ni muerto.

-En serio no te preocupes.-

Mi cabeza ahora estaba apoyada contra su pecho y observé la mano que había curado.

-Para ser director de un colegio eres muy buen enfermero.- sentí la sacudida en su pecho causado por la risa tranquila.

-Es que conozco a una persona muy torpe a la que siempre tengo que cuidar y curar, siempre se mete en problemas por estar distraída.- me estrechó un poco más contra su cálido pecho con sus fuertes brazos. Era una sensación muy reconfortante. Escuché un leve sonido al que no le presté atención.- No deberías perder el tiempo conmigo así, tenés que levantar las notas si quieres mantener la beca que te di-

-¿Ahora eres el adulto responsable? Mis notas van muy bien, si no entiendo algo simplemente te preguntaré.- acarició mi cabello- Siempre que estés conmigo no tengo que preocuparme de nada.-

-No deberías depender tanto en mí. Aún si yo no estuviera saldrías adelante.- lo miré con el ceño fruncido y un puchero en mis labios, ¿cómo se le ocurrían siquiera decir semejante estupidez?

-Yo...-

-Veo que estás bien.- La voz a mis espaldas me paralizó por unos segundos, lo que tardé en separarme del abrazo y mirarlo con evidente terror, allí bajo el marco de la puerta abierta solo un poco, se encontraba Fran, de brazos cruzados y una mirada fulminante.- No quería interrumpir su amena charla, pero ya terminaron las clases, te traía tu mochila.- dicho esto dejó mis cosas en el suelo.

-Fran...-

-¿Cómo está tu mano?-

-Bi... bien.- ¡Malditas palabras salgan enteras de mi boca! Tengo que explicarle, nadie puede enterarse de esto o me quitarán la beca.- Yo...-

-¿Qué?- un monosílabo, bastaría ese monosílabo para congelar el desierto del Sahara.

-Volveré a mi oficina.-

-Ah... ¡Por favor no te esfuerces mucho!-

-Lucas debes tratarme de usted, ya te lo he dicho. Y no te preocupes, ya recuperé un poco de mis energías.-

-Lo siento...-

-Mocoso,- se dirigió a Fran que aún seguía parado, inmóvil.- ni una sola palabra de esto a nadie o tendrás que buscar vacante en alguna otra escuela.- Fran levantó una ceja, sus ojos expedían una frialdad y repulsión que jamás había visto.- Y cuida de mi Lucas.- me guiñó un ojo antes de salir, yo debería parecer un tomate o peor, sentía el calor en mis mejillas como si pudiese quemarme. La almohada de la camilla se estrelló contra la puerta cuando la cerró tras de sí.

-¿Mi Lucas?- ¡genial tenía que empeorarlo todo con esa estúpida frase!

-No... yo... es que-

-Déjalo, no intentes explicarte, no me interesa.- sin esperar una respuesta se fue, sin mirarme. No importó las veces que lo llamé, simplemente no sabía qué hacer.

 

Mi hermosa y amada rutina fue interrumpida por este incidente.

 

Durante el resto de la semana Fran no me dirigió la palabra más que para lo básico e indispensable, y cada vez que yo intentaba hablar con él a solas sobre lo ocurrido, se hacía el oídos sordos, me ignoraba olímpicamente y se iba. Ya estaba resignándome a que me odiara cuando el Lunes siguiente se apareció por el colegio radiante de felicidad, volvió a hablarme bien, y volvimos a la rutina, aún es un misterio qué fue lo que sucedió en ese fin de semana, fui muy feliz por eso, sin embargo no fui capaz de explicarle la situación y él no quería saberlo, así que simplemente hicimos como si nada hubiese pasado y vivimos felices en nuestra ignorancia.

 

El destino es cruel, y yo, ¿qué puedo decir? la cagué.

Notas finales:

Espero que les haya gustado ^^


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