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Honey x Bee por Karenlauren

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Desperté estirándome como un gato... me daba palo ir a la escuela...

Bostecé y me levanté cuidadosamente, fui al tocador y me recogí el pelo en una trenza desastrosa pero con estilo. Me puse el uniforme de mi nuevo colegio mientras tarareaba contento una canción que hacía mucho que no escuchaba... cogí el altavoz y la puse subiendo el volumen cuando, de pronto, apareció mi vecina aun con el pijama puesto adornando una cara de mal humor al conjunto.

- ¿¡Se puede saber...!? – se quedó muda un momento mientras yo me tensaba - ¿...to be with you...?

Le guiñé un ojo mientras ambos cantábamos a un desintonizado coro Mr. Big, un artista algo raro pero con una música pegadiza pero algo triste... Era la nana que le cantaba la mama de Tenten cuando era pequeña... ella me enseñó este artista, por eso es su favorito, no está nada mal.

Así pasamos casi media hora hasta que descubrimos que debíamos ir corriendo al cole, después de todo, la Presidenta del consejo estudiantil y su Vicepresidente no podían llegar tarde al colegio... ¿Qué ejemplo darían?

Llegaron jadeantes y sonrientes al ver que hasta les sobraban unos minutos, dejaron las cosas en sus asientos, se miraron... sostuvieron la mirada...

- ¡Es tu culpa! – gritaron a la vez mientras se echaban a reír.

Los pocos que ya estaban en el aula les ignoraron, ya era normal que Tenten, la  Presidenta, una chica de pelo corto moreno recogido en dos moños y de tez morena a juego con sus ojos, y Menma – Un doncel de pelo castaño oscuro siempre recogido en esa deshecha trenza y con un flequillo de lado, tez morena como la de su Presidenta y unos hechizantes ojos azules que, con una mirada te perdías en ellos – discutieran cada mañana sobre quién recaía la culpa por casi haber llegado tarde.

Ambos se  miraron y volvieron a reír como el par de cabeza huecas que eran.

Menma se sentía un poco culpable por no poder contarle a su amiga quién era realmente pero eso ahora no importaba, estaba lejos de aquél idiota con pelo de cacatúa y no solo eso, sino que – con la ayuda de Kabuto y Orochimaru – se hizo una nueva identidad que le facilitó el ingreso a una preparatoria muy bien valorada, con una beca, en las afueras de Tokio...

Era un lugar tranquilo y su nueva casa estaba cerca. Vivía en un bloque de pisos solo, su vecina era Tenten que había alquilado la habitación de al lado, la otra estaba vacía.

Ahora era un doncel hecho y derecho, ya no fingía ser un varón.

Se acercó alguien por detrás para apretujarlo en un abrazo que casi le para el corazón.

- ¡Sai! – se quejó con una adorable mueca mientras este le devolvía al suelo - ¡No hagas eso!

- Es que eres tan bajito y tierno que no puedo evitarlo...- murmuró por lo bajini pero con la mala suerte que el doncel le pegó un codazo por lo dicho.

- Tenten, - la mencionada se giró  - Ya...

Esta asintió negativamente y Naruto enseguida se dio cuenta de lo que ocurría. Ambos intentaban sonsacarle algo de su pasado pero era algo de lo que Menma no deseaba hablar y, aunque lo respetaban, no podían evitar sentir curiosidad al ver cómo, de tan en cuando, su amigo y amante se quedaba mirando al vacío con una expresión escalofriante.

Sai puso una de sus sonrisas falsas para volver a abrazar al pequeño que se escabulló fácilmente. En su momento no se quejaba pero en público era igual que abrazar a un erizo.

El profesor entró en el aula y empezaron a dar clase. Estas transcurrieron de forma normal, esa tarde les darían las notas y empezarían las vacaciones de primavera. Iba a ir con Sai a las termas y con Tenten y su familia a la playa. Iba a ser muuuy divertido.

Llegó la hora de la comida, Menma le dio su bento a Tenten, ese era el trato: él le llevaba la comida a cambio de pasar unas vacaciones con ella. O eso quería creer, en realidad era que Naruto cocinaba demasiado bien y como su mejor amiga no logró convencerle para que le hiciera uno a ella, se pusieron de acuerdo en un extraño intercambio.

Las vacaciones pasaron y Menma se sentía renovado... hacía tanto que no lo pasaba tan bien, pero era hora de volver a la escuela.

Este año sería el último, estaba en la misma clase que el año pasado, al ser la mejor, había pocos cambios respecto a los estudiantes...

Oyó murmullos nada más entrar en la sala. Él y Tenten se miraron confusos, hasta que Sai vino a saludarles y les contó que había un nuevo estudiante transferido.

Con emoción, se sentaron cuando sonó la campana que daba inicio a las clases.

El profesor entró y todos se miraron ansiosos...

¿Quién sería el nuevo?

  - Como veo que ya os habéis enterado... creo que no hace falta decir que le tratéis bien y todo eso, ¿verdad?

Todos asintieron perfectamente coordinados mientras el profesor Kakashi invitaba a entrar al alumno nuevo.

Todos quedaron sin aliento al ver entrar a un varón de pelo castaño claro, piel etérea y ojos casi inhumanos. Las chicas y donceles suspiraron menos uno, que tembló en su sitio al oír el nombre:

- Neji Hyuuga.

Sai entrecerró los ojos al ver a Menma encogerse en su asiento y como este se sujetaba las manos por encima de la mesa, en una posición demasiado forzada, para evitar el temblor que parecía apoderarse de su cuerpo.

Esto no le podía estar pasando a él.

Hyuuga le ignoró y tomó asiento al final mientras se quedaba callado, mirando por la ventana. Kakashi quiso que Tenten le enseñara la escuela y esta accedió viendo una oportunidad infalible para apoderarse del corazón del chico.

Al llegar el primer descanso, Naruto casi salió volando del aula. Sai frunció aún más el ceño y le siguió hasta un sitio escondido en la azotea, pero no salió al oír las voces de Hyuuga y Menma, este último gritaba... quería intervenir pero también saber...

¿Qué debía hacer?

Entreabrió la puerta y decidió escuchar.

- Naruto, no seas cabezota, tienes que ayudar a Hinata...

- Me niego – le cortó... ¿Naruto? Esa era claramente la voz de Menma... ¿Qué les había estado ocultando? – No, le advertí que se alejara de él... Lo siento, no puedo ayudarte...

- Sí que puedes, - ignoró su hilo de voz, parecía tan vulnerable Men... ¿Naruto?, en ese momento – tan solo tienes que volver con Sas...

- ¡NO! – Se oyeron jadeos, casi sollozos - ¡Jamás volveré con él!

- Está abusando de Hinata, lo ha estado haciendo todo este tiempo... pero es como una droga, ella no quiere dejarle...  – Se oyeron sollozos cada vez más fuertes - ...no sabes cuántas veces he tenido que llevarla al hospital...

- No...

- ... y no solo eso, su madre la está llevando a terapia... pero amenazó con saltar del tejado de la escuela si la obligaban a dejar de verle...

- ...para, por favor...

- ... ¿y sabes lo peor?...

- ...no lo digas...

- Que es tú culpa. – Hubo un silencio sepulcral – Si no hubieras huido cómo un sucio cobarde, si tan solo te hubieras abierto de piernas para Sasuke como la puta que eres, nada de esto hubiera pasado... Y Hinata estaría bien.

- ... – Más silencio... ya tenía claro que no debía interrumpir, Menma tenía una carga demasiado grande y, aunque sonara egoísta, él no iba a dar la cara por él, le esperaba un futuro brillante en la empresa de su tío. Naruto solo sería una mancha en su perfecto historial, aunque fuera muy bueno en la cama.

Se retiró y fue a su lugar favorito antes de escuchar las últimas palabras de Neji:

- Tienes dos semanas para arreglar tus asuntos aquí o decidirte a regresar conmigo... Sino le diré a Sasuke dónde estás... – Naruto contuvo el aire - ... Lleva mucho tiempo buscándote...

Naruto no aguantó más, el simple hecho de pensar en volver al pasado... le trastocaba, algo estaba mal en su corazón...

¿Por qué de repente dolía tanto?

Empezó a llorar y reír, a reír y llorar... todo a la vez. Neji le miró confuso mientras veía la desesperación crecer en los ojos de aquél ser que parecía caído del cielo, le apenaba pero el estado de su prima era crítico, necesitaba ayuda urgentemente.

De repente, Menma cayó al suelo mientras dejaba que gritos de dolor y frustración, guardados de hace mucho, salieran de su caja fuerte.

Se abrazó intentando parar el llanto pero su cuerpo estaba en pleno estado de rebeldía, había perdido todo control sobre sí mismo.

- Mi bebe... mi bebe... – empezó a sollozar quedamente. Des de hacía dos años, ese mismo día, incluso antes de abrir los ojos, ya había una vela encendida en el balcón de su habitación. Las estrellas siempre se llevaban esa luz.

Neji tan solo observó en silencio... ¿de qué bebé hablaba?

Conociendo parte del pasado de Naruto, a Sasuke perfectamente y el estado actual de su prima, no tardó en atar cabos. Y supo que le pedía algo imposible a Naruto, ¿cómo podía cometer un acto tan desalmado en pos de su prima?

Por primera vez, algo en su corazón se movió pero no terminó ahí, con pasos lentos se acercó a Naruto y le abrazó. Este enseguida le apartó bruscamente, estaba tan perdido en su propio dolor que no era capaz de sanarse, sus heridas no se habían curado con el tiempo... es más, se abrían con el paso del tiempo.

¿Por qué el mundo se había metido con la personita de Naruto?

 

 

 

 

 

 

 

 

Tan solo era una pobre alma en pena que había alcanzado la felicidad. 


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