Death Mask tenía un plan. Estaba cansado de ser elegido por idiotas, no pensaba salir de nuevo, no tenía sentido ser escandaloso y extravagante más. Solo parecía empeorar la situación más.
Paso los siguientes dos días haciéndose normal. Se quitó sus pendientes, un pendiente de ombligo, y pendiente de pezones. Se tiñó el pelo de nuevo a su color natural, marrón claro. Se quitó todo el esmalte de uñas, se quitó los lentes de contacto y se puso las gafas. Tiró todo su maquillaje a la basura. Buscó incluso a través de su armario y tiro cualquier cosa que pudiera ser visto como gay.
Luego empezó por su apartamento, deshaciéndose de todo lo que gritaba, estilo de vida alternativo. Él nunca iba a pasar por esto otra vez, incluso si eso significaba que iba a estar solo por el resto de su vida.
Cuando él se miró en el espejo, se dio cuenta de que le tomaría un tiempo para acostumbrarse a su nuevo look. No había parecido tan normal desde que descubrió que era gay. No parecía tener ninguna luz, sin vivacidad, en su apariencia. Él se veía aburrido.
Y esa era la forma en que lo quería. Nunca nadie volvería a hacerle daño por la forma que tenía su aspecto. Pero la forma en que se veía solo era parte de eso. No podía salir a clubes nunca más. No podía coquetear más con hombres guapos, incluso no podía bailar más.
Esa parte de su vida había terminado. Saga lo había elegido por la forma en que se veía y actuaba. Para que no volviera a suceder, él tenía que cambiar todo eso. Porque el dolor era demasiado como para volver a intentarlo.
Lo último que hizo fue recoger todos los regalitos que Saga le había dado y los puso en una caja para que Shaka fuera a entregárselos. Él no quería tener nada de lo que Saga le había dado. No significaba nada para Saga, solo demostraba que podía comprar a un hombre gay.
Death Mask sintió caer lentamente una lágrima por su mejilla cuando se retiró el pequeño anillo de diamantes de su dedo. Había significado mucho para él cuando Saga se lo había dado. Lo bueno es que no era un anillo de compromiso, eso lo hacía sentir mejor. Death Mask sonrió al recordar lo feliz que se había sentido esa noche. Pero su sonrisa se convirtió rápidamente en algo sombrío cuando el recordó lo que había sucedido después.
No. Esa parte de su vida había terminado. Y por mucho que quisiera mantener el anillo, las promesas que se imaginó que iban con él ya se habían acabado eso… se lo había imaginado. Era mejor para todos, si hacía un corte limpio de todas las cosas y le regresaba todo a Saga.
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Cuando Shaka fue a recoger la caja de regalos, apenas podía reconocer a Death Mask. Estaba tan enojado con Saga por destruir por completo a una criatura perfecta como Death Mask que estuvo a punto de explotar. Tomó la caja de Death Mask, prometiendo entregársela a Saga.
Oh chico, ¡Cuando se la entregara a Saga! Shaka iba a pasar por encima de la barra. Cogió la caja del asiento delantero y salió de su coche y entró en el bar. Tim el portero, de inmediato se reunió con él en la puerta. Shaka pidió ver a Saga, Tim le mostró con una mano una pequeña zona de espera en el piso de arriba.
Después de unos momentos, la puerta del despacho se abrió y Saga salió. Shaka se puso de pie y rápidamente le entregó la caja a Saga.
—Espero que estés muy feliz. Tuviste algo que era hermoso y puro y lo destruiste. Uno de estos días, Saga, tú tendrás tu merecido. Y cuando lo tengas, espero tener asientos de primera fila.
Saga miró la caja llena de todos los regalos que le había dado a Death Mask en las últimas semanas estaban todos juntos. Su cara se llenó de confusión.
— ¿De qué estás hablando, Shaka? ¿Qué pasa con esto? — Preguntó, mientras señalaba la caja en sus manos.
—Como que no lo sabes. Deja de fingir. Death Mask sabe lo que has hecho. Yo no puedo creer que lo trataras de esa manera. Supongo que esto solo demuestra que aun cuando el envase se ve hermoso el regalo puede apestar.
Shaka dio un paso hacia la puerta, volviéndose hacia Saga con un rastro de odio en la mirada. —Sabes, todo lo que él quería era amar y ser amado. Honestamente pensé que eras su alma gemela. Él te habría dado todo lo que tenía para dar, él se hubiera dedicado a ti por el resto de su vida. Él te ha amado más de lo que nadie te ha amado. Me compadezco de ti, Saga. Tenías algo tan precioso en las manos y lo lanzaste lejos.
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Saga se quedó allí y vio a Shaka salir por la puerta. ¿Qué acaba de pasar? ¿Y por qué Death Mask le había devuelto todos sus regalos? ¿Y por qué Shaka decía que había destruido a Death Mask? ¿De qué manera?
Saga puso la caja en su oficina y corrió a su coche. Un millón de diferentes pensamientos fluían en su cabeza mientras trataba de averiguar lo que había ocurrido entre esa noche y el día de hoy.
Él sabía que Death Mask estaba molesto de que no se quedara a pasar la noche con él, pero no veía razón para poner fin a su relación. Pensaba que había estado haciendo feliz a Death Mask.
¿No le había mostrado él lo mucho que le importaba? Él había presentado a Death Mask como su novio a todos sus amigos y conocidos, lo había colmado de regalos, le compró rosas, asumió él incorrectamente. ¿Qué más podría haber hecho?
¿Era el sexo tan importante para Death Mask? Si lo necesitaba tanto, quizás no tenía otra opción. Tenía que haber una manera de que pudiera resolver esto. No podía perder a Death Mask.
Entró en el camino de la entrada de la casa de Death Mask, Saga salió de su coche y se apresuró a la puerta principal. Golpeó con fuerza. Él se sorprendió cuando un hombre de pelo castaño con gafas abrió la puerta. Le llevó un momento darse cuenta de que era Death Mask, su Death Mask. Parecía tan diferente, ese no era Death Mask.
— ¿Death Mask?
— ¿Qué quieres, Saga?
— ¿Qué está pasando, Death Mask? ¿Qué te has hecho? Y ¿Por qué Shaka ha ido a regresarme mis regalos?
—Yo había pensado que era obvio, incluso para ti. No quiero verte nunca más. Te lo dije por teléfono. Así que, desparece.
Death Mask intentó cerrar la puerta, pero Saga era mucho más grande y más fuerte.
Saga abrió la puerta y se empujó al interior. Death Mask dio varios pasos al otro lado de la sala de estar, y miró para arriba a Saga.
—¡Quiero que te vayas, Saga, ahora!
—No. Yo no me voy hasta que resolvamos esto.
—No tenemos nada que resolver, Saga. Yo no estoy dispuesto a ser más tu chico trofeo. Se acabó. ¡Vete, Saga!
—No. No entiendo lo molesto que estas como para terminar conmigo, es porque no pasé la noche contigo. He pensado mucho sobre esto, y creo que he llegado a una solución funcional para los dos. Ahora, solo escúchame, Death Mask. —Dijo cuándo Death Mask iba a interrumpirlo a él.
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Death Mask cruzó los brazos sobre el pecho y esperó a que Saga hablara. Esto tenía que ser bueno.
—Mientras que me des la misma atención y tú seas total y abiertamente franco y honesto conmigo, estoy dispuesto a compartir, pero solo para la parte sexual de las cosas. Si no hay más que eso, así, simplemente no funcionaria. Tienes que decirme cada vez que estés con alguien. De hecho yo preferiría que tu solo encontraras una persona para eso. De esa manera…
Death Mask no escuchó el resto de las palabras de Saga. Él no creía que Saga podría hacerle más daño del que ya le había hecho. Había pensado mal. Death Mask no podía recordar sentirse tas despreciado, tan indeseable, sin amor, ni siquiera cuando él había salido del armario y su familia lo había repudiado. Saga estaba dispuesto a compartirlo con otra persona, tener a alguien más que hiciera el amor con él, para que él no tuviera que hacerlo.
— Saga… — Death Mask comenzó.
—Bebé, sé que esto puede funcionar. — Saga dijo. Cruzó la sala y agarró por los brazos a Death Mask. —Yo no quiero compartirte con nadie. De hecho, la sola idea de que alguien te toque me hace mal. Sin embargo si es algo sin lo que no puedes vivir, voy a encontrar una manera de hacerle frente a esto.
Death Mask ya no tenía ninguna palabra más para decir. Solo podía agradecer que no estuviera llorando. No quería que Saga lo viera llorar. Eso sería un final tan indigno. Pero, gratamente, no parecía haber ninguna lágrima saliendo.
—Lo que tú digas, Saga —Dijo por fin en voz baja.
—Bueno, ¿Estás de acuerdo? — Saga le preguntó. Parecía sorprendido por la respuesta de Death Mask, ¿Pero no era eso lo que quería?
—Estoy muy cansado, Saga. Tal vez podríamos terminar esta discusión más tarde. Me gustaría dormir un poco ahora.
—Oh si, seguro, Death Mask. Tal vez mas tarde podemos cenar o algo. — Saga dijo. Dejó caer los brazos de Death Mask y caminó hacia la puerta.
Death Mask siguió a Saga hasta la puerta principal.
—¿Por qué no me llamas cuando te despiertes? —Preguntó Saga, rápidamente dándole a Death Mask otro de sus famosos castos besos en los labios.
—Sí, voy a hacer eso.
— ¿Vas a estar bien, bebé?
Death Mask le dio una pequeña sonrisa. —Sí, creo que lo estaré. Solo necesito dormir. Todo estará mejor una vez que duerma un poco.
—Está bien, pero no te olvides de llamarme, ¿De acuerdo?
—No se me olvidará. Adiós, Saga.
Saga salió por la puerta, volviéndose atrás cuando Death Mask lo llamó.
— Saga, te amo.
—Lo sé, bebé. —Respondió Saga con una amplia sonrisa.
Death Mask esperó a que Saga le dijera algo más, que le dijera que también lo amaba, pero no dijo nada que pudiera salvar su relación. Sin embargo, Saga solo se dio la vuelta y se alejó. La cabeza de Death Mask cayó hacia su pecho mientras sollozaba en voz baja, cerró la puerta detrás de él. Lo había intentado, un último intento desesperado, porque Saga lo amara. Se había expuesto, había dejado todo. Y eso no le importó a Saga.
Death Mask silenciosamente lavó sus platos, los secó y los puso en su lugar. Sacudió la sala de estar, limpió el cuarto de baño y se aseguró de que todo estaba en perfecto orden. Incluso le dio de beber a sus plantas.
Finalmente. Death Mask llenó una pequeña maleta y la dejó al lado del sofá. Le escribió una carta a Saga y la dejó sobre la mesa del comedor, sabía que Shaka se la haría llegar a él. Por último, cerró la puerta y a continuación fue y tomó una ducha rápida.
Después de secarse, se vistió con su pijama favorita y se metió a la cama. Abrió la mesita de noche y sacó un bote con pastillas para dormir de prescripción. Se quedó mirando la botella durante mucho tiempo antes de abrirla. Se tragó cuatro de las píldoras con un vaso de agua.
Una vez hecho esto, se abrazó por debajo de las mantas y se acomodó. Cogió el teléfono y llamó a Shaka.
—Tienes a Shaka, habla si lo deseas.
—Hola, Shaka, es Death Mask.
—Hola, cariño. ¿Qué pasa?. — Shaka preguntó.
—Te agradecería si no le comentas nada de esto a Saga.
—Claro, no hay problema Cariño. Lo sabes, haría cualquier cosa por ti.
—Lo sé, Shaka y te doy las gracias por eso. Tú has sido un verdadero amigo y no te puedo decir lo mucho que ha significado para mí.
—Ah, cuando quieras, Death Mask. ¿Estás bien?
—Si estoy bien ahora. Mira, me estoy preparando para ir a dormir, solo cuídate y recuerda que te amo. Diles a Milo y a Camus que los quiero mucho, ¿De acuerdo?
— Death Mask, ¿Qué está mal?
—Nada está mal Shaka. Saga vino y me explicó todas las cosas a mí. Ahora lo entiendo todo. Él tiene esta gran idea de cómo puede resolver todo. Incluso me dio otro beso. Dijo que podíamos salir y podíamos hacer algo esta noche. Yo estoy muy cansado, Shaka. Me voy ahora.
— Death Mask …
—Adiós Shaka.
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— ¿Death Mask? ¡Death Mask!. — Shaka gritó en el teléfono, pero Death Mask ya había colgado. Rápidamente marcó el número de Death Mask, pero el teléfono solo sonó y sonó. Rápidamente cogió las llaves del coche mientras corría hacia fuera a la puerta, marcó el número de teléfono de Milo a su paso.
Cuando Milo respondió, él le gritó que fuera al apartamento de Death Mask tan pronto como pudiera y que llamara a Camus también. Luego marcó el número del bar de Saga y pido hablar con él.
Ni siquiera esperó a que Saga lo saludara cuando él estuvo en la línea. —No sé qué demonios le dijiste a Death Mask, pero si le pasa algo por tu culpa, voy a hacer de mi vida una misión y te voy a cazar y a despellejarte vivo.
—¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Qué ha pasado con Death Mask? Estaba bien cuando lo dejé no hace ni una hora.
—¿Lo estaba? ¿En serio? ¿O es que él te dijo lo que él pensó que tú querías oír? ¿Qué fue exactamente lo que le dijiste de todos modos?.
—Creo que eso es entre Death Mask y yo.
—No más, ya no lo es. Dime, Saga, ahora.
—Realmente, preferiría no hacerlo, Shaka es…
—Mira no me importa lo que piensas, quiero saber exactamente lo que le dijiste a Death Mask esta tarde y quiero saberlo ahora, estaba molesto, y obviamente es por lo mismo.
—No sé por qué estaría molesto por eso. Él está de acuerdo con eso.
— Saga. —Gruñó Shaka.
—Oh, está bien. Le dije que ya que al parecer el sexo es tan importante para él, yo estaría dispuesto a encontrarle a alguien que, bueno, alguien con el que podría hacerlo, siempre y cuando todo lo que hiciera me lo dijera.
Shaka no dijo nada de inmediato. Estaba demasiado enojado, y él tenía que concentrarse en conducir. Sabía que tenía que llegar al apartamento de Death Mask tan rápido como pudiera. —Tu estúpido hijo de puta. —Gruñó en el teléfono antes de colgar.
Shaka se estacionó en el lugar del apartamento de Death Mask y salió del coche. Vio a Milo y a Camus corriendo hacia arriba detrás de él. Los tres corrían a casa de Death Mask. La puerta estaba cerrada, pero Shaka tenía una llave. Abrió la puerta, y se precipitaron al interior, empezaron a gritarle a Death Mask mientras lo buscaban.
Shaka casi gritó cuando llegó a la habitación y vio a Death Mask tumbado en la cama, sin moverse, con una foto de Death Mask y Saga apretada en su mano. Rápidamente notó el bote de píldoras en la mesita de noche. Shaka no se dio cuenta de que había lágrimas en su cara mientras recogía a Death Mask y lo llevó al baño.
Camus llamó a los paramédicos en la sala de estar mientras Milo ayudaba a Shaka a darle una ducha de agua fría a Death Mask. Shaka se sentó en el suelo junto a la bañera. Golpeando suavemente a Death Mask en la cara, tratando de que volviera en sí.
Parecía pasar una eternidad antes de que los paramédicos llegaran y lo tomaran al fin. Pero en menos de diez minutos, habían conectado a Death Mask al oxígeno y se lo habían llevado a la ambulancia.
Cuando Shaka los siguió, vio a Saga ir hacia arriba. Milo y Camus no lo pudieron frenar a tiempo mientras corría hacia Saga y comenzaba a golpearlo y a gritarle. Milo y Camus lo tomaron fuerte y lo separaron de Saga.
—Tú hiciste esto, tú y tus estúpidas ideas. — Shaka le gritó a Saga. — ¿Por qué simplemente no te podía gustar la forma en que era? Él no quería nada de ti solo tu amor.
—Yo lo amo a él.
—Excelente forma de demostrarlo, Saga. En primer lugar te niegas a estar con él. Haciéndolo sentir más inferior que la suciedad. ¿Luego le dices que estás dispuesto a compartirlo, para que vaya con otra persona a tener relaciones sexuales? Si no lo querías a él, entonces, ¿por qué infiernos vienes a buscarlo?. Él estaba bien hasta que viniste.
Shaka miró a Saga de arriba abajo con una mirada llena de odio. —Tal vez esté mejor muerto que contigo.
—¿Muerto?. — Saga gritó. Y su rostro palideció. —¿De qué estás hablando? ¿Qué paso? ¿Por qué la ambulancia esta aquí? ¿Qué fue lo que hice, qué le sucede a Death Mask?.
—Si, lo hiciste. Espero que estés contento con lo que le hiciste a él. Yo espero que un día de estos te enamores de alguien que no te quiera y que te trate como una mierda. Y espero que vivas una larga, larga vida y que cargues con lo que le hiciste a Death Mask.
— Shaka yo…
—Será mejor que él viva, Saga, porque si él no…
—¿Qué diablos pasó? —Finalmente Saga gritó.
Shaka se apartó de Milo y Camus, y dio un paso hacia Saga. Se inclinó hasta que sus narices casi se tocaban. Su voz estaba llena de odio y rabia cuando respondió.
— Death Mask no podía soportarlo más, el saber que nunca podrías amarlo como él te ama. No podía soportar sentirse rechazado por que ni siquiera podías tocarlo, que preferías que él estuviera con alguien más, para no tener que tocarlo. Que lo único que él era para ti era un símbolo del hombre gay para lucirlo en tu club. Así que tomó pastillas para dormir.
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Saga solo se limitó a mirarlo, las palabras no tenían sentido para él. No, lo que Shaka dijo tenía que significar algo más. No había manera de que él viviera sin su vibrante Death Mask, se había tomado un bote de píldoras. Él era su luz, su mañana con sol. Él era la vida misma.
—Así es, Saga, gracias a ti, el dulce y hermoso Death Mask intentó suicidarse. Si vive, me aseguraré de que nunca vuelvas a su lado otra vez. Tú no vas a verlo, hablar con él, o incluso lo llamaras nunca más. Pero si él muere, si muere, Saga, te juro que hare de tu vida un infierno.
Saga se quedó allí en estado total de Shock, Shaka se volvió y se acercó a la ambulancia y se subió adentro. Él vio subir a Milo y a Camus en su coche y seguir a la ambulancia. Él no podía pensar.
Saga vio las luces traseras de la ambulancia desvanecerse en la distancia antes de que comenzara a caminar hacia el apartamento de Death Mask. La puerta estaba abierta. Saga entró lentamente en el apartamento de Death Mask y miró a su alrededor, sintiéndose mareado y desconectado.
En el dormitorio se encontró con una fotografía arrugada de él y Death Mask en el colchón. Se sentó a un lado de la cama, manteniendo la fotografía en sus manos. Frotó suavemente sobre la cara de Death Mask, la cara del amor de su vida. El rostro que lo miraba con tanto amor, le trajo lágrimas a sus ojos.
Lo había tenido todo en la palma de su mano, y lo había perdido. Él no lo había visto antes, tal vez no había querido verlo, pero Death Mask lo amaba a él. Todo estaba allí mismo, en la mirada de Death Mask para que cualquiera pudiera verlo. Y él se lo había perdido.
¿Por qué, por qué tenía miedo de amar a Death Mask? ¿Por qué tenía miedo de que su tamaño y su fuerza le hicieran daño a Death Mask? ¿O era porque tenía miedo de que su corazón le doliera por Death Mask, su dulce, y hermoso Death Mask?. Él era un idiota, se merecía todo lo que Shaka le había dicho.
Mirando hacia arriba, vio el bote de píldoras sobre la mesa de noche junto a un vaso con agua. Simplemente no podía creer que Death Mask tratara de suicidarse. Simplemente no tenía sentido. Metiéndose la fotografía en su bolsillo del pecho, salió del dormitorio y entró en la cocina.
Su corazón se apretó cuando vio el ramo de rosas rojas que había comprado para Death Mask en el bote de la basura. En la mesa del comedor, fue donde encontró una carta dirigida a él. Sus manos temblaban mientras abría el sobre y sacaba la nota de Death Mask.
Para mi Saga:
En el momento que recibas esta carta me abre ido. No importa lo que Shaka diga, no es tu culpa. Tomé la decisión de irme por mi cuenta. Acabo de darme cuenta que ya no puedo seguir tratando tan duramente. Simplemente no vale la pena. No podía ser lo que mi familia quería que yo fuera y no puedo ser lo que quieres que sea.
Pensé por un momento que podía. Por ti, lo intenté. Realmente lo hice. Yo habría hecho cualquier cosa para estar contigo. Incluso consideré tener un amante como tú querías. Pero simplemente no funcionaría. No quiero estar con nadie más que no seas tú, y tú… tú no me quieres de esa manera.
Y eso está bien. No podemos elegir a quien amamos. Por cierto eso demuestra esto.
Yo no quiero estar nunca más aquí. Me duele mucho saber, que, a los ojos de la gente que quiero, nunca seré lo suficientemente bueno. Pensé que podía cambiar para hacer feliz a la gente, pero luego me di cuenta de que ya no sería yo.
Yo siempre te amaré, Saga. En el poco tiempo que estuvimos juntos, me diste más alegría de la que he conocido en este mundo. Espero que encuentres lo que estás buscando algún día. Como Shaka dice, hay un compañero de alma allá afuera para cada uno de nosotros. Sé que encontré el mío en ti. Supongo que no siempre puede ir en ambos sentidos. Tal vez si yo no estoy más, puedas encontrar tu alma gemela. Espero que encuentres la felicidad, Saga.
Te amare por siempre. Death Mask.
Saga se quedó mirando el papel manchado de lágrimas en sus manos, sabiendo que estas fueron las últimas palabras que Death Mask había escrito. Sabía que, a pesar de lo que Death Mask había dicho en la carta, él era responsable de esto. Él solo quería tanto a Death Mask que había hecho todo dentro de su poder para tenerlo, a pesar de cómo Death Mask se había sentido.
Si Death Mask moría a causa de esto, Saga sabía que pronto lo seguiría. No tenía sentido vivir en un mundo sin Death Mask.
Saga cuidadosamente dobló la carta y la puso al lado de la fotografía en su bolsillo de la camisa antes de salir de la cocina y salir por la puerta principal. Cerró la puerta detrás de él, salió hacia el hospital. Tenía que saber si Death Mask estaba bien.
Veinte minutos más tarde entró en la sala de emergencias del hospital. Podía ver a Milo y a Camus sentados juntos en la sala de espera. No había rastros de Shaka. Saga pensó que debía de estar con Death Mask.
Caminó hasta la estación de enfermeras, y preguntó por la habitación de Death Mask. La enfermera le preguntó si era familiar, y por un breve momento, Saga no supo qué decir. Entonces él contestó que era el compañero de Death Mask, su novio.
También proporcionó una tarjeta de crédito y dijo que todas las facturas médicas debían ser enviadas a él. Quería el mejor cuidado para Death Mask. Sin importar el costo. Death Mask merecía el mejor cuidado que el dinero podía comprar.
La enfermera sonrió mientras cogía el teléfono y llamó de nuevo a la sala de emergencia antes de agitar su mano hacia las puertas de seguridad. Otra enfermera lo encontró en el otro lado y lo acompañó a la habitación de Death Mask.
Ella le explicó que habían lavado el estómago de Death Mask y se le estaba dando tratamiento para una sobredosis de pastillas para dormir. Pero por el momento ya estaba mejor. En las siguientes veinticuatro horas ellos sabrían más.
El psicólogo del hospital había sido llamado y se reuniría con Death Mask en cuanto él se despertara, ya que se consideraba como un intento de suicidio por parte del hospital. Estaba segura de que a él le gustaría reunirse con Saga también.
El pecho de Saga se tensó cuando se detuvieron delante de la puerta de la habitación de Death Mask. Él respiró hondo y abrió la puerta y caminó dentro. Ahogó un sollozo dentro de su pecho cuando vio a Death Mask tirado en la cama, conectado a una intravenosa y a un monitor cardiaco.
Se veía tan frágil, tan delicado. Su cara estaba tan pálida, casi tan blanca como las hojas que tenía guardadas en su bolsillo. Saga acercó una silla y se sentó junto a la cama, tomando la pequeña mano de Death Mask en la suya. Frotó con el pulgar la pálida piel de los dedos de Death Mask.
Se inclinó y apoyó la cabeza contra la mano de Death Mask y lloró en silencio, moviendo los hombros. Él había hecho esto. Él había tomado a este hombre brillante, hermoso y lo había llevado a intentar suicidarse.