Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Clandestino. por RukiaSeelie

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hi! >.< Lamento la tardanza D: Gracias por sus reviews *-* Me alentaron a seguir ^^ Acá les traigo la segunda parte, la historia ya toma rumbo, y Saru va a cumplir con lo que dijo ♥

Espero que les guste n.n ♥

Dos días habían transcurrido, Misaki cumplió con todas las expectativas de sus padres habiendo acortejado a Jeanne, y asistido a una de esas fiestas en las que solo asistían las familias más adineradas de la ciudad.

Su compromiso era casi seguro, estaba a solo un paso de llevarlo a cabo. Sus padres eran quiénes más ansiaban su matrimonio, ¿Y por qué? Puesto que aunque nadie en el entorno lo supiera, su padre se estaba yendo lentamente a la quiebra, sus millones caían en picada por una mala inversión que había hecho con un socio anterior que casi lo deja en la ruina. Debido a que el padre poseía una reserva, todavía podían sostenerse en pie, pero si alguien llegaba a enterarse de su situación, quedarían expuestos a un sin fin de burlas y serian humillados por toda la sociedad adinerada.

Ahora me encontraba en medio de otra estúpida fiesta, sentado en una gran mesa redonda reunido junto a mi familia y personas de la muy alta sociedad; inmóvil, tieso y sonriendo como un idiota ante cualquier broma.

Por un momento, vi toda mi vida como si ya la hubiese vivido, era un interminable desfile de fiestas y bailes, yates y partidos de polo. Siempre con gente intolerante y la misma platica vacía. Me sentía como si estuviera al borde de un gran precipicio sin nadie que me ayudara. Nadie se preocupaba, ni se daba cuenta.

 

......................................


En el momento en el que la fiesta terminó, el pelirrojo aprovechó una oportunidad y escapó de ese distinguido lugar en el cual se encontraba, corriendo a toda velocidad sin mirar atrás. Estaba completamente harto de la vida que llevaba, años y años siempre con la misma aburrida rutina y fingidas amistades lo habían llevado al límite. Quería acabar con todo esto, y había solo una forma, ésa era, acabar con su vida.

Corrió unos dos o tres kilómetros hasta encontrarse con un pequeño acantilado. La desesperación había invadido cada rincón de su ser, y cualquier tipo de cordura se había borrado de él; una vez situado en la orilla del mismo, dirigió su mirada hacia el mar que lo rodeaba, pensando en la desdichada vida que había llevado, aunque podía recordar algunas cosas buenas. Inhaló profundamente decidido a terminar con su sufrimiento.

- ¡Espera!

Una voz desconocida que provenía de sus espaldas lo había desconcertado.

- ¡¿Qué es lo que quiere?!

- Por favor, solo deme su mano. Lo ayudaré.

- ¡No! Quédese donde está.

- No lo haga. Usted no quiere hacer esto.

- ¿Qué quiere decir? ¡No presuma de saber lo que haré y lo que no haré, no me conoce! - Volteó la cabeza para poder divisar a quien le estaba hablando, sin embargo, debido a la oscuridad, no pudo contemplar su rostro. Sólo pudo notar que era un joven apróximadamente de su edad, bastante más alto.

- Bueno, ya hubiera saltado.

- Váyase, me está distrayendo.

- No lo haré, ya soy parte de esto. Si salta, yo tendré que saltar detrás de usted.

Aquellas palabras dejaron boquiabierto al menor. - No sea absurdo, morirá.

- Soy buen nadador.

Misaki, sentía que aquel sujeto estaba burlándose de él. ¿Cómo un completo extraño arriesgaría su vida tan facilmente por alguien que no conoce? Seguro lo habría visto yendo hacia el acantilado y le habría parecido divertida la idea de observar de cerca a un loco que intentaba suicidarse.

Sonrió. - Inténtelo.

Diciendo aquello, Misaki se arrojó delicadamente hacia el mar.

 

......................................

 

Era una noche más. Saruhiko camibaba por los alrededores de la ciudad, el sector en donde él residia actualmente era un lugar pobre, de bajos recursos, pero no tenía alguna queja con respecto a ello, era la vida que le había tocado y lo aceptaba.

Hoy se realizaba una fiesta en su distrito como siempre solían hacerlo, sin embargo, él prefirió estar solo esta vez y caminar por los alrededores. Era algo que lo tranquilizaba, lo relajaba y lo reconfortaba.

Caminó hasta llegar a una bellísima costa, realmente le gustaba el mar de noche, y cada vez que podía, iba hasta allí y podía quedarse dos o tres horas sin importarle el frío.

Sin embargo esa noche se llevó una grata sorpresa. A unos pocos metros enfrente de él, pudo observar a una persona corriendo a toda velocidad, lo cual llamó gran parte de su atención, y al observar bien, no le llevó demasiado tiempo darse cuenta de que aquella persona era el chico que había capturado todos sus pensamientos un par de días atrás. Sinceramente, no podía creerlo.

Aunque lo que más le sorprendió, fue el hecho de que aquel chico tenía como meta subir el acantilado, y no lo dudó. Instantáneamente fue corriendo detrás de él.

­­­­­­­­Tenía un mal presentimiento.


.........................................................


Su mente quedó en blanco y sus sentidos se paralizaron cuando sus ojos vieron a aquel chico arrojarse sin dudas hacia el mar. Sus piernas respondieron por sí mismas y no vaciló en saltar detrás de él.

El agua se encontraba jodidamente helada, y la marea no se encontraba a su favor esa noche. Sumergido dentro del agua finalmente pudo rescatar a ese cuerpo inconsciente y subir a la superficie. Una vez que estuvieron en la tierra, Saruhiko, -aún con miedo y temor en su interior- colocó el cuerpo del menor boca arriba para posteriormente realizarle compresiones en su pecho; y con éxito, logró que a los pocos minutos, el castaño tosiera un poco de agua salada y fuera recuperando su consciencia.

Parpadeó con dificultad unas cuantas veces, su vista estaba cansada y dolía; y en su boca aún sentía el gusto del agua salada. Observó a la persona que se encontraba enfrente suyo, y se quedó espantado al ver que se trataba del mismo chico que había visto antes de saltar. ¡¿Realmente había ido a socorrerlo?!

- ¿Cómo se encuentra?

- Tú... ¿Por qué lo has hecho?

- Le dije que saltaría detrás de usted.

- Pero, ¿arriesgar su vida por un desconocido? Podría haber muerto.

- Sí, tal vez, sin embargo tampoco podría haberlo dejado morir.

- No tiene sentido haber arriesgado su vida por alguien que intentaba matarse.

- Pues no me arrepiento. Espéreme un momento. - Se alejó del menor, caminó unos cuantos metros hacia atrás y regresó con un abrigo entre sus manos. - Alejémosnos de aquí, hace mucho frío.

El pelinegro ayudó a poner en pie al menor y una vez que lo hizo, colocó su abrigo sobre el mismo.

- ¿De dónde sacó esto? - Preguntó un tanto conmovido.

- Lo tenía puesto cuando llegué aquí, pero me lo quité antes de verlo.

- Ya veo...

- Por cierto, mi nombre es Fushimi Saruhiko.

- Yo soy Yata Misaki. Esto... ¿Puedo preguntarle algo?

- Claro.

- ¿Nos hemos visto antes? Su rostro me luce muy familiar.

Saruhiko rió por lo bajo. - Sí. Yo te he visto, mejor dicho, lo he visto en el interior de su casa, asomado en un balcón.

Misaki intentó hacer memoria, y rápidamente se acordó de aquel día. - No puedo creer que seas-

- ¡Misaki!

Ambos ladearon su cabeza hacia donde provenían los gritos y allí observaron a dos hombres muy elegantemente vestidos corriendo con una expresión atormentada en sus rostros.

- ¡¿Misaki dónde te habías metido?! Estábamos buscándote desesperedamente. - Gritó su padre.

- Sólo salí a tomar un poco de aire.

- ¿Qué fue lo que te pasó? - Se preocupó al ver al menor totalmente empapado y a ese otro sujeto, el cual desconocía también mojado. - ¿Estás bien?

- Sí, tuve un accidente muy estúpido en realidad. Estaba asomado en el acantilado y resbalé, pero Fushimi-san me rescató.

- Bien, debes estar congelándote. Vayamos a casa. - Sujetó a Misaki entre sus brazos, alejándolo del pelinegro.

- ¿Tal vez una recompensa para el muchacho? - Preguntó el otro hombre.

- Ah sí, por supuesto. Mil yenes serán suficientes.

- Hah, ¿Ese es el costo por salvar a tu hijo?

- No te disgustes. Ya sé, - Se dirigió al pelinegro. - Tal vez puedas acompañarnos mañana a cenar, para deleitar a nuestras amistades con tu hazaña heroica.

- Claro. Cuente conmigo.

- Bien, es un hecho.

Luego de que el sujeto que se encontraba con el padre le diera la dirección a Saruhiko, ambos se alejaron llevándose a Misaki, el cual antes de irse, volteó su cabeza y le dedicó una pequeña sonrisa al mayor.

Esa noche, se convirtió en el inicio para los dos.

 

Notas finales:

Son tan lindos ~ ♥ Espero sus opiniones ^^

Hasta la próxima!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).