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El único en mi vida (PAUSADO) En proceso de edición por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo: ¡Hola!

Disculpen la tardanza, pero he estado ocupada.
Que MI Kakaroto hizo ¿QUE?
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Vegeta estaba viajando en esa nave espacial que le robó a Bulma. Se sentía un poco mal al haber dejado solo a su hijo, pero deseaba tanto estar con su amado guerrero. Había sentido un gran alivio al saber que él seguía con vida, pero necesitaba algo más. Quería sentir de nuevo su piel contra la suya, oler su aroma, volverse uno con él en una cálida noche de pasión. Para eso debía encontrarlo; estaba dispuesto a recorrer todo el universo si era necesario, con tal de poder verlo.

—"Demonios" —pensaba.—"Necesito conseguir comida".

Al haberla robado, la nave no tenía suministros ni provisiones. A través del transparente cristal, pudo observar un planeta. Se veía estable, tal vez ahí encontraría alimento. Cambió la ruta, y ésta se dirigió a la atmósfera de ese mundo. Al entrar, hubo pequeñas turbulencias, pero nada tan grave. Al aterrizar en el suelo, salió. Pudo ver una gran neblina que cubría casi todo, y no sintió ningún ki cerca. Dispuesto a largarse de ese lugar, dio media vuelta; pero antes de subir a su medio de transporte, una voz atrajo su atención.

—¡Espera!—decía un ser que tenía piel color azul, y ojos negros como la noche. —Por favor, llévame a mi planeta.

—No—respondió cortante sin siquiera verlo.

Dio un paso. El de piel azul, un poco desesperado por el hecho de que ese planeta estallaría por fuerzas naturales dentro de una semana, decidió utilizar sus poderes especiales.

—Vegeta, Príncipe de los Saiyajin, pareja de Kakaroto, padre de Son Gohan —dijo.

Vegeta paró en seco al escuchar eso. Volteó a verlo, y pudo observar que tenía los ojos cerrados, y tocaba con las yemas de sus dedos su cabeza, en la sien.

—¿Cómo demonios sabes eso?—preguntó sorprendido y un poco molesto, esas eran cosas personales.

—Todo lo veo. Todo lo escucho. Todo lo sé—respondió con sencillez.—Por favor, necesito salir de este lugar. Si me llevas, te prometo decirte todo lo que quieras.

—...—se puso a pensar.—No—repitió de la misma manera.

—Sé que te interesará saber que tu pareja fue visto sin ropa por una mujer en el otro mundo —le dijo mientras cerraba los ojos y se tocaba la sien. De nuevo, el príncipe paró en seco.

—Sube, maldito insecto—respondió serio cuando escuchó eso. Cabía la posibilidad de que lo estuviera engañando con tal de poder irse, pero había acertado en su nombre, raza y familia, así que decidió darle una oportunidad; a parte, necesitaba saber acerca de ese "insignificante" detalle que ocurrió cuando Kakaroto, SU Kakaroto, estaba muerto.

El de piel azul subió rápidamente. Siguió al saiyajin hasta el panel de control, y se sentó en el suelo. De una especie de mochila que tenía, sacó una esfera de cristal. El pelinegro se sentó frente a él, con los brazos cruzados.

—Explícame eso. ¿Cómo que Kakaroto fue visto desnudo por una sabandija?—preguntó intentando soportar los celos.

—Permíteme—dijo mientras el la esfera aparecían unas imágenes.

Primero apareció Goku bailando tango con una mujer de piel verde, y cabello naranja rojizo. El pelinegro se molestó mucho al ver eso, ya que él fue quien le había enseñado a Goku ese baile cuando tenían 15 años, ya que le gustaba lo juntos que quedaban sus cuerpos. Ver cómo sus caderas estaban tan juntas, sus mejillas rozando, y movimientos un poco sensuales, lo hacía hervir en celos y rabia. Se tranquilizó cuando, de un movimiento, tiró a la mujer al suelo.

Pero eso no fue todo, ya que después apareció otra imagen. Su Kakaroto estaba dentro de una especie de lago y, por el vapor que se distinguía ver, el agua estaba caliente. Se veía relajado, tranquilo, descansando solo. Después salió desnudo, mostrando su ·hombría· a todas las mujeres. Esto molestó mucho al de cabellera en forma de flama, ya que sólo él podía ver a ese joven como Kamisama lo trajo al mundo. Sólo él podía ver a Goku desnudo, SOLO EL.

—¿Quién demonios es esa maldita sabandija?—preguntó molesto mientras lo tomaba de la camisa.

—La princesa Serpiente—respondió con un poco de miedo, ahora pensaba que fue mala idea haber subido a la nave con ese hombre que no conocía.

—¿Dónde se encuentra? Voy a ir a asesinarla—gritó molesto.

—Ahora se encuentra...—comenzó a pensar—...en el otro mundo.

—Hmp —hizo ese sonido y se alejó de él. Se sentó en un asiento para el conductor, y se cruzó de brazos. Se relajó un poco, tenía una gran duda y pendiente. —¿Cómo está Gohan?—preguntó mostrando desinterés, pero en el fondo estaba preocupado por su hijo.

—El está bien. Está dormido en su habitación—contestó a su pregunta.

—¿Y Kakaroto?

—El... está muy lejos... demasiado...

—...—no dijo nada, sólo suspiró con pesadez.

Deseaba volver a verlo, quería volver a tenerlo en sus brazos, entrenar a su lado, salir a ese hermoso lago de aguas termales en el que se "casaron" por primera vez, donde le dio la noticia de su embarazo... Hacerle el amor...

El, desde un principio, desde que lo conoció, quería que Goku aceptara estar con él, le hubiera jurado que no se iba a arrepentir, y hasta ahora no había sucedido. Siempre amó sus ojos, su hermosa sonrisa resplandeciente, y su especial actitud. Quería ser la persona que lo hiciera feliz, ser el motivo de su sonreír. Le interesaba ser la persona que lo viera todo el día, ser el encargado de cumplir sus fantasías. Ser su alegría. Quería ser aquel que le robara todos los besos a su boca, ser quien le quitara con amor la ropa...

Siempre lo había deseado así. Y así pasaron las cosas. Pero desde que sucedió lo de Raditz, todo cambió. El quería que las cosas volvieran a ser como antes, pero era muy difícil. Es como si el tiempo que estuvieron separados, los hubiera hecho cambiar. Sí, aún lo ama, pero entre cada problema y cada dificultad, cada batalla, todo eso los están distanciando.

Si tan sólo pudiera hablar con él en estos precisos momentos, podría decirle algo que desde hace un mes deseaba decirle.

—"Ojalá pudieras estar aquí, Kakaroto"—pensaba.—"Nada me haría más feliz, que tener otro hijo contigo".

Pensaba mientras una lágrima corría por su mejilla; la cual, el de piel azul no pudo ver, pero sabía que estaba llorando.

Estaba mal que se enterara de todos sus pensamientos, pero sabía que le preguntaría todo acerca de aquellas o aquellos que se hayan acercado a Goku con intenciones de coquetearle. Era algo normal, si amaba tanto a su pareja era lógico que temiera perderlo. Pero sería un largo viaje, ya que muchas y muchos habían quedado prendados ante la belleza del saiyajin criado en la Tierra y, a pesar de que él no les prestaría atención ni en un millón de años, el príncipe se lo tomaría a mal.
Notas finales: Jeje, me inspiré en la canción "A mi me interesa" de 'El Komander'.

Porfa no me critiquen por mis gustos musicales, tengo muchos muy variados, no sólo esos, aunque me identifico más con corridos.

Bueno, ya no los aburro con mi vida.

Gracias por leer.

~~~Insectos~~~

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