La cosa rara del amor
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Eran las 5:00 y en la Montaña Paoz, un pelinegro con cabellos alborotados se despertaba después de haber dormido toda la noche sin interrupciones.
_Buaaa_bostezó mientras estiraba los brazos_será mejor que me apresure a desayunar para ir a la escuela. Bulma me dijo que debía ir y así aprendería muchas cosas, y no puedo negárselo después de que se ha preocupado tanto por mi. Además, quizás haga amigos nuevos_murmuraba con una radiante sonrisa.
Salió de la pequeña casa y se dirigió a un río de agua cristalina. Se zambulló y en segundos salió del agua con un enorme pez en sus manos. Prendió una fogata y lo cocinó. Tomó un baño al aire libre. Y empezó a comer aquel delicioso pez. Luego de desayunar, reposó unos minutos.
_Nube voladora_dijo en voz alta, y una nube de color amarillo llegó junto a él. Se subió en ella y, a gran velocidad, fue avanzando por los cielos. Llegó a un callejón y bajó de ella, para después irse corriendo hasta un gran edificio, que era una escuela. Entró y, a paso veloz, recorrió los pasillos y entró a un salón que tenía un letrero en la puerta que decía: "2-C", y segundos después sonó el timbre de entrada. Caminó dentro del aula y se sentó al lado izquierdo de un joven de cabello negro que tenía su brazo flexionado y apoyaba su cabeza en su puño, mantenía sus ojos cerrados, incluso cuando llegó.
_Uff_suspiró aliviado el de cabellos alborotados con forma de palmera_Creí que no llegaría a tiempo.
_Te preguntaré una cosa_dijo el de cabellos en forma de flama al instante en que abría los ojos y volteaba a ver al joven que se encontraba a un lado suyo_¿Quién te dijo que podías sentarte aquí?_preguntó con desprecio.
_Vamos, no te enojes. Si lo piensas bien, no hay otro asiento vacío_dijo. …l tenía razón, todos los bancos estaban ocupados.
_¿Y acaso el piso no cuenta?_preguntó aún más molesto.
_¿Y por qué no te sientas tú en el piso?_ preguntó con inocencia.
_Como sea_ dijo y volteó hacia el lado opuesto_ ¿y tu mochila?
El joven, al escuchar esas tres palabras, se percató de algo inusual.
_La olvidé_dijo con una mano detrás de su cabeza mientras reía. Vegeta se cayó de la silla al escuchar eso.
_¿Cómo se te pudo olvidar, insecto? Es tu primer día de clases_dijo con una venita marcada en la frente.
El maestro Baker entró al salón de clases. Vio al joven de cabellos alborotados y al de cabellera en forma de flama, pudo ver su rostro de frustración.
_Alumnos, veo que tendremos un alumno nuevo. Preséntate ante tus compañeros_dijo, el joven se puso de pie y caminó hasta llegar al frente, a un lado del maestro.
_¡Hola, soy Goku!_saludó con alegría.
_Tu nombre completo, por favor_pidió el profesor.
_Soy Son Goku. Aunque mi hermano, cuando lo conocí, me dijo que en realidad me llamo Kakaroto, prefiero que me llamen Goku, porque así me puso mi abuelo Gohan cuando me adoptó_dijo con su eterna sonrisa resplandeciente.
_Bien, Goku. Siéntate_él hizo caso a las instrucciones del mayor_Llegaste en un buen día, ya que hoy comenzamos el segundo bimestre. Su compañero de al lado, se llama Vegeta, el es un estudiante con buenas notas, si tiene dificultad en un tema, me imagino que él estará complacido en explicarle, ¿o no, señor Vegeta?_preguntó y el joven levantó la mirada y lo vio con desprecio.
_No. No pienso explicarle nada a este cabeza hueca.
El señor Baker, resignado por el comportamiento y actitud del más bajo, decidió comenzar la clase anotando varios conceptos en el pizarrón. Todos escribían, a excepción de uno que no tenía dónde escribir.
_Vegeta, pss, Vegeta_dijo en voz baja cerca de su oído.
_¿Qué quieres, Kakaroto?
_¿Por qué me llamaste cabeza hueca?_preguntó con curiosidad.
_Porque lo eres_de su mochila sacó un lápiz y un bolígrafo, también un cuaderno. Se los entregó al otro_Toma, Kakaroto, y no quiero que me vuelvas a molestar en toda tu vida.
_Gracias, Vegeta_dijo sonriente.
Las clases continuaron tranquilas. Historia, Literatura, Inglés, Literatura. Llegó la hora del almuerzo, y ya todos habían salido, excepto Vegeta y Goku. El primero estaba terminando de guardar sus cosas, y el segundo solo estaba sentado. Cuando terminó de acomodar sus pertenencias, se dispuso a salir, pero el otro se puso de pie, y cuando estuvo a un metro de la puerta, lo tocó del hombro, a lo cual él se quitó su mano de encima.
_¡No me toques, insecto!_dijo y se cruzó de brazos mientras le daba la espalda_Creí haberte dicho que no quería que me molestaras por el resto de tu vida.
_Sí, pero quería preguntarte en dónde queda la cafetería.
_Y por qué no le preguntaste a alguien más. Comienzo a pensar que me estuviste esperando para pedírmelo.
_Pues... sí_dijo rascándose la mejilla.
_Sígueme_dijo molesto y comenzó a caminar, seguido por el otro que iba a tan sólo medio metro de distancia.
_"Vaya, no creí que mi plan haya funcionado"_dijo caminando detrás de él.
Llegaron y se formaron en la fila para comprar su comida, Vegeta detrás de Goku. Cuando pagaron sus alimentos, caminaron unos pasos para no estorbar a los demás.
_Allá hay una mesa vacía_dijo Vegeta.
El de cabellos alborotados caminó hacia donde el de menor estatura le había dicho. Al llegar, buscó con la mirada a su "¿amigo?", pero no lo vio cerca. Tras intentar localizarlo, lo visualizó al otro lado de la cafetería, en una mesa completamente vacía.
_"Vaya, será mejor que lo deje tranquilo. Se parece a Milk cuando se enoja"_dijo riendo.
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Tras haberle dicho al de peinado en forma de palmera aquello, el príncipe se dirigió a la mesa en la que siempre se sentaba. Todos, absolutamente todos la dejaban libre sólo para él, ya que su mal carácter era algo frustrante y a veces daba miedo verlo a los ojos. El pelinegro siempre amenazaba a los demás si no lo dejaban tranquilo, ya que le gustaba la soledad.
_"¡Maldito Freezer! Por tu culpa todos los de mi raza murieron. Sólo quedamos con vida Nappa y yo. Raditz nunca volvió, y no sé nada acerca de su hermano, pero de todos modos no me interesa, dijo que era un soldado de clase baja. No es más que un simple insecto."_pensaba mientras comía, después dirigió su mirada al joven de cabellos alborotados que estaba justo al otro lado de la cafetería, pero rápidamente volvió a ver hacia sus alimentos_"Kakaroto es un idiota. ¿Por qué rayos pienso en Kakaroto? ¡…l es un terrícola! ¡Es un simple insecto! Y no sólo eso, ¡ES HOMBRE! En el planeta en el que antes residía era aceptado, ya que había ciertos varones con cualidades especiales para quedar preñados, además de que se aceptaba todo mientras existiera esa estupidez del amor. Pero en este asqueroso planeta insignificante no es tan aceptado, y mucho menos porque es necesario un hombre y una mujer para procrear. ¡MALDITAS BASURAS INÚTILES! ¡Por su culpa no podría estar con Kakaroto!"_pensaba mientras lo rodeaba una gran aura de enojo, pero después se dio cuenta de lo que estaba en su mente_"¡En que diablos estoy pensando! Yo soy un príncipe, no puedo rebajarme a estar con un ser débil. Aunque ahora que no hay nadie que me dé ordenes puedo hacer lo que me plazca"_pensaba pero alguien llegó a su lado.
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_"Decidí dejarlo en paz, pero siento un aura llena de enojo e ira proveniente de él. Será mejor que vaya con él para ver qué ocurre".
Se puso de pie y caminó hasta donde el de cabellos en forma de flama se encontraba. Cuando llegó, el otro seguía en la misma posición, al parecer no se había dado cuenta de su presencia. Se sentó a un lado suyo, y fue ahí cuando reaccionó.
_¿Qué haces aquí, Kakaroto?_dijo mientras se movía un poco para no estar tan cerca de él.
_Lucías muy enojado, demasiado. No vi a nadie que te molestara, por eso vine para ver que todo estuviera en orden. ¿Estás bien? ¿Tuviste algún problema con alguien?_preguntó con amabilidad y una gran sonrisa.
_Lo que pase en mi vida, no creo que te interese, insecto_dijo y se puso de pie, para irse a su salón de clases. Justo en el mismo momento que tocó la perilla de la puerta, sonó el timbre.
Las tres últimas clases continuaron tranquilas. Para suerte de Goku, no utilizaron los libros de texto. Para suerte de Vegeta, aquel joven, que le lleva ventaja de 15cm de estatura, no le dirigió palabra. Al sonar el timbre de salida, todos ya estaban fuera, incluso el maestro Benzon que fue el primero en salir para "arreglar asuntos pendientes con la secretaria". En el aula sólo quedaban los dos pelinegros. El de ceño fruncido estaba por salir, y el otro lo estaba esperando. Cuando iba a retirarse, el otro le habló.
_Vegeta, quería preguntarte... ¿querrías ir conmigo a comer un helado?_el otro suspiró con resignación.
_No dejarás de molestar hasta que acepte, ¿no es así?
_Hay que ser persistente, entonces... ¿aceptas?_el otro, como única respuesta, suspiró hondo y asintió.
Caminaron por varias calles, hasta llegar a una heladería. El de peinado en forma de palmera pagó con el dinero que traía, ya que Bulma le había dado suficiente efectivo para todo lo que necesitara. Pidió dos conos de helado, uno de chocolate para él y otro de vainilla para Vegeta, pero le dijo al encargado que le pusiera jarabe de chocolate encima y una cereza, sólo para el más bajito.
Ambos terminaban sus helados sentados en una banca. Una vez que los acabaron, sólo estuvieron ahí en silencio. Pero era demasiado para Goku, así que decidió empezar la conversación.
_Vegeta_dijo y el otro volteó a verlo. …l estaba aún enojado, pero ya no tanto_¿por qué estabas tan enojado en la cafetería?
_Tengo mis razones_dijo mientras volvía a ver al frente.
_¿Me las dirás?_preguntó esperanzado en saber lo que atormentaba al otro. No sabía por qué, pero quería ser amigo del otro, no importaba cuánto le costara.
_No creo que te interesen_dijo fría y cortantemente
_Si me interesan. Quiero ser tu amigo. Dime, por favor, prometo no decirle nada a nadie_dijo como un niño pequeño suplicaría por dulces.
_Está bien, te las diré_dijo más por resignación que por gusto, lo que menos quería es que el otro insistiera una y otra vez_Pero aquí no, sígueme.
El de menor estatura se puso de pie y comenzó a caminar, mientras el otro lo seguía. Caminaron por cinco minutos. Llegaron a una pequeña fábrica, que sólo tenía cuatro pisos de altura. El príncipe comenzó a trepar por la escalera que se encontraba a un costado del pequeño edificio, era para usarse en casos de incendios. Lo que él quería era llegar al techo sin la necesidad de volar. Cuando subió diez escalones, y que estuvo a un metro y medio de altura, la escalera se desoldó y, tres metros de ella, cayó al suelo. El joven, por su agilidad, pudo brincar sin que le pasara nada.
_¡Maldita sea!_dijo en voz alta muy molesto.
_Vamos, Vegeta, no te enojes_dijo intentando tranquilizarlo.
_¿Cómo no quieres que me enoje, Kakaroto? Era la única manera de llegar al techo_dijo cruzandose de brazos y dándole la espalda.
_Yo sé cómo podemos subir sin la necesidad de esa escalera_dijo y el otro lo miró intrigado_Nube voladora_dijo en voz alta y ésta llegó a un lado suyo.
_Kakaroto, ¿qué es esto?_preguntó mientras observaba detenidamente aquella nube amarilla.
_Esta nube voladora me la obsequió el Maestro Roshi cuando le regresé, con ayuda de Bulma y Oolong, su tortuga. Sólo los puros de corazón podrán subirse en ella, los demás sólo la atravesarán como si fuese una nube normal, a menos de que se sostengan de alguien de corazón puro_dijo y volteó a ver al otro con una sonrisa_¿Qué esperas? ¡Súbete!_dijo con inocencia y una sonrisa.
_"Que cosa más extraña. Necesita un corazón puro, y yo... no lo tengo"_pensaba para después decir_No podré subirme en ella_dijo intentando sonar indiferente y con su caracter frío de siempre.
_¿Por qué no, Vegeta? Por lo menos inténtalo_dijo. El otro, con un poco de fastidio, saltó encima de la nube y sólo la atravesó.
_Te lo dije_dijo molesto y con rabia, pero no con él, sino con el culpable de que ya no sea alguien puro. Tenía un poco de maldad en su corazón, a veces mentía, mató a personas por orden de Freezer, tenía un poco de vanidad... tal vez tuviera todo eso, pero había un aspecto en el que perdió la pureza y era el que más le molestaba y le causaba rencor.
_Entonces, yo te agarro.
_¿Que dijis...?_no pudo terminar su pregunta porque el otro lo había tomado del brazo y lo sostuvo hasta que llegaron al techo de la fábrica. Bajaron y la nube se fue de ahí.
_Aquí podemos hablar, Vegeta_dijo sonriente mientras se sentaba en el suelo en la parte del centro.
_¿Realmente quieres escuchar todo?_preguntó un poco incrédulo mientras se sentaba frente a él, pero a un metro de distancia.
_Sí_dijo con una sonrisa sincera.
El otro estaba completamente resignado a contarle, pero tenía que pensar bien las cosas antes de decirlas, para que parecieran problemas que ocurren en la Tierra.
_Cuando tenía cuatro años, un sujeto mató a todos los que vivían en el lugar en que yo nací. Ese insecto me llevó a mí, a mi madre, a un viejo conocido de la familia y a uno de sus sirvientes a otro lugar. Mató a los propietarios de un gran hogar y tuvimos que hospedarnos ahí. Me obligó por tantos años a matar a otros seres. Me daba palizas casi a diario. …l era más fuerte que yo, por tanto no podía defenderme. Cuando tenía ocho años él..._su voz empezó a quebrarse y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, pero no derramaba ninguna para seguir mostrándose fuerte_Ese maldito insecto abusó de mí, me violó. Ese maldito miserable me tomó una y otra vez. Por tanto tiempo amanecí con un fuerte dolor en mi espalda baja, por mucho tiempo desperté por fuertes dolores; por tanto tiempo tenía que disimular, para no mostrarme débil, que estaba bien cuando ni siquiera podía caminar. Tantas ocasiones que sangré, tantas ocasiones que sufrí, tantas ocasiones que deseaba que ese miserable muriera y nos dejara tranquilos, tantas veces que desee ser más fuerte para asesinarlo... A él no sólo le bastaba tenerme a mí a su merced, sino también a mi madre. Ese miserable la mató hace cuatro meses, y juré vengarla, a ella y a todos los de Vegita, a mi padre... Y sobre todo, juré vengarme por todas las humillaciones que me hizo pasar..._dijo. Era difícil de explicar su estado emocional. ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Enojo? ¿Rencor? ¿Melancolía? ¿Desasosiego? Tal vez todas estas emociones juntas.
Goku, al verlo así, no pudo evitar sentirse mal. …l le había pedido que hablaran, incluso cuando él estuvo intentando darle vueltas al asunto. Era inocente, pero precisamente este día explicaron en la escuela sobre la sexualidad, violaciones y embarazos, por tanto entendió la mayor parte de lo que le dijo. Una parte de él se sintió despedazada, al verlo así, con esos ojos que aguantaban lágrimas, con una media sonrisa completamente falsa, con esos labios que decían estar bien cuando en realidad estaba destrozado en muchos aspectos... Ver a ese chico que estaba tan herido.
_Yo... lo siento mucho_dijo arrepentido viendo al suelo.
_Kakaroto... en toda mi vida, nunca debí mostrarme débil. Si te digo esto, es porque no soy un sujeto insignificante y lleno de emociones. Soy alguien que ya no puede tener sentimientos ni emociones. Si ahora termino rompiendo en llanto, si termino triste, si termino completamente deprimido... ten por seguro que será la primera y última vez_dijo mientras cerraba los ojos y esas lágrimas que había intentado contener resbalaron por sus mejillas.
El otro, no pudo evitar hacer algo que creía que ayudaría al de menor estatura: le dio un fuerte abrazo. Lo tenía tan cerca de él, abrazándolo protectoramente. Podía oler su cabello, acariciar su espalda, sentía su respiración en su cuello, el pecho un poco húmedo por las lágrimas...
_"¿Por qué me siento protegido con Kakaroto? Siento su ki y es demasiado bajo. Además, es un humano ¿cuánta fuerza puede tener? ¿57? ¿100? Más sin en cambio, no puedo evitarlo. Un abrazo... jamás recibí uno así, el de Peach fue el único que había recibido antes, pero no tuve estas sensaciones. ¿Será esa cosa rara y estúpida del amor? No puede ser eso. Además, está prohibido que alguien de la realeza tenga una relación con alguien de su mismo género, a menos de que una parte tenga la habilidad de quedar fértil, y yo no he sabido de un sólo saiyajin varón que pudiera quedar preñado, ni mucho menos un humano.
Permanecieron así mucho tiempo, uno junto al otro, en un gran silencio. No era uno incómodo, de hecho, hasta era tranquilo. El cielo comenzó a llenarse de nubes oscuras, avisando que llovería.
_Vegeta..._dijo y éste se separó de él para verlo a los ojos_Creo que va a empezar a llover. Será mejor que vayamos a casa.
_Tienes razón, Kakaroto_dijo y se puso de pie. Goku llamó a su nube voladora y se subió en ella. Agarró a Vegeta para ayudarlo a bajar.
_¿Quieres que te lleve a casa?_preguntó con amabilidad.
_No es necesario, puedo ir solo.
_Bueno, adiós Vegeta_dijo y se fue.
Cuando lo perdió de vista y sintió su presencia lejos, emprendió vuelo a su propio hogar. El viento era algo frío, y pocas gotas de agua caían del cielo, pero eso no le impedía seguir. Al llegar a esa isla, entró a la casa, se dirigió al baño y llenó la tina con agua tibia. Se desvistió y se metió dentro.
_Kakaroto..._murmuró estando entre el agua_Yo..._no podía tragarse su orgullo y admitir lo que le ocurría, ni siquiera estando solo. Tomó fuerza y dijo en voz alta_Te amo Kakaroto.
Aún con su respiración agitada, como si hubiera entrenado, piernas temblorosas por los nervios, miles de emociones encontradas... se puso de pie y salió de la bañera. Se vistió y se recostó en la cama.
Necesitaba descansar para volver a ser el de siempre, volver a tener esa actitud fuerte para cuando llegue la hora de pelear contra Freezer. Tal vez, cuando todo eso termine, pueda estar con el de cabellera alborotada. Unos minutos después de estar recostado, se quedó dormido. Su ceño fruncido aún estaba marcado, aunque levemente, su respiración era tranquila y suave, sus ojos estaban cerrados y su cuerpo completamente relajado. Era, simplemente, un momento de paz.
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