Sacó su cuaderno que estaba en el puesto del azabache, el cual lo miró desafiante. A él no le importó, tenía tantas ganas de estar afuera otra vez… Su abuelo no lo dejaba salir los fin de semanas, no sabía el porqué y tampoco se molestaba mucho en averiguarlo.
Bajo la mirada del azabache Naruto comenzó a dibujar el paisaje que tenía en mente; unas montañas llenas de nieve, delante un lago congelado y dos personas patinando en él. Todo lo borró inmediatamente cuando se vió a él mismo en el dibujo, junto con sus padres.
—’Maldición...’ —Se suponía que sus muertes ya no le afectaba, debía seguir adelante, pero… Simplemente no podía.
El otro alumno miraba todo intrigado, el dibujo era realmente hermoso, aunque estuviera en blanco y negro. Pero, ¿por qué lo borró?
Notó que la mirada del rubio se volvió cristalina, quizás iba a llorar, pero en vez de eso empezó a dibujar a un zorro.
—’Qué chico más raro...’
El rubio por su parte estaba sonriendo. Los zorros eran sus animales favoritos, siempre lo calmaban… Eran como él en cierto modo, solitarios, juguetones y burlescos. Sí, claramente como él.
—Disculpa Naruto. —Escucharon ambos adolescentes. Naruto levantó la mirada y se encontró con Sakura.
—¿Sakura?, ¿qué pasa? —Aunque seguía enfadado con ella le habló lo más gentil que pudo.
—Disculpa por no haber ayudado antes… —Dijo mientras lo miraba a los ojos, no mentía.— Es solo que… Ya sabes, iba tarde a clases, no puedo arriesgarme a que me expulsen… No quiero perder a nadie.
—Lo entiendo. —Dijo con una sonrisa.
—¿Estás mejor? Te vi muy mal, ¡no sabes cuánto quise ayudarte! —La chica abrazó a su amigo, lágrimas casi cayendo de sus ojos.
—Sí, estoy mejor. —Mintió, aunque por cierto lado era verdad pues comparado como estaba antes sí estaba mucho mejor ahora.
Hubo un pequeño silencio, Sakura rompió el abrazo para observar, por si su compañero mentía, pero no encontró ningún indicio.
—Naruto si me estás minti--
—No lo estoy, Sakura te diría si estoy enfermo. —Volvió a sonreír.
—Haruno, vuelve a tu asiento. —Se escuchó a Kakashi decir.
—¡Pero sensei, todos están haciendo lo que quieran!
—… Pero están en sus asientos. —Como le encantaba molestar a sus alumnos.
—¡Aish! —Hizo un puchero y se fue a sentar, dándole miradas a Naruto.
Naruto volvió a su dibujo, dando pequeños detalles.
—Disculpa…
—Uchiha Sasuke. —Dijo seriamente.
—Eh sí… ¿Me podrías pasar ese estuche?
—… —Sasuke se lo iba a pasar, pero antes de eso decidió preguntar;— ¿Por qué borraste el dibujo anterior? Me gustaba.
Naruto no respondió inmediatamente, se tomó su tiempo, buscando las palabras adecuadas.
—A mi no. —Dijo con una sonrisa.
—Deja de sonreír así, sé que es falsa. —La sonrisa se cayó de su cara.
—¿Qué sabes tú...? Sé que los Uchihas son multimillonarios.
—Sí, pero eso no significa que lo tenga todo. ¿No crees? —Naruto no respondió, solo bajó la mirada, avergonzado.— Nunca he tenido amigos, mi familia nunca está conmigo. Por eso he venido a este internado.
—…
—Seguro que tus padres se están arrepintiendo de haberte mandado a ti aquí. —Dijo con una leve sonrisa. El rubio le caía bien, y se veía que era una buena persona.
—Ahí te equivocas. —Sus manos que antes estaban en la mesa del Uchiha ahora estaban sobre sus piernas, hechas puño.— Mi abuelo me mandó aquí. Mis padres están muertos.
A ambos les sorprendió la sequedad con lo que lo dijo, no había sentimientos, nada.
—’...’ —Naruto no reaccionó por unos segundos, siempre le había tenido respeto a sus padres. Había prometido no faltarles el respeto nunca, y ahora menos.
—Lamento haberlo dicho…
—No te preocupes. —Tomó el estuche que se ensució con un poco de sangre que tenía en las manos por la presión hecha en sus manos.
Sasuke ahora se sentía mal por él, no sabía que sus padres estaban muertos. Pero de todos modos, ¿por qué le preocupaba tanto? ¡No lo conocía!
—El dibujo me recordaba a ellos. —Dijo en un susurro. Sasuke asintió.
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La campana para el almuerzo ya había sonado, y Naruto caminaba por los pasillos vacíos. Todos estaban en la cafetería o en sus alrededores almorzando o hablando con amigos.
Pero Naruto no tenía ganas de comer, en vez de eso había ido a su habitación para buscar su cuaderno de dibujos.
Por eso ahora se dirigía al parque, para buscar algo que dibujar.
—Aquí está bien… —Se sentó en el suave pasto, bajo la sombra de un árbol, un poco más allá estaba Sai, o Sasuke. De verdad no los distinguía.
Dibujaba tranquilamente, de vez en cuando veía un pequeño pájaro que parecía cantarle. Estaba realmente relajado, podría dormirse…
—Aagh… —Bostezó, dejando sus cosas al lado de él.— Todavía tengo tiempo… —Cuando estaba por cerrar los ojos escuchó que lo llamaban.
—Naru. —De atrás de él apareció un castaño con los ojos color perla, abrazándolo sin saber cómo.
—¡¿N-Neji?! —Ahora estaba totalmente despierto, asombrado por la acción de su compañero.
—El único… —Lo abrazó más fuerte.— Vine a ver como esta mi novio.
—N-No soy tu novio… E-Eres mayor… —Estaba totalmente rojo de la vergüenza.
—¿Y? ¡Eso es mejor!, me puedes decir Neji-senpai.
—¿N-Neji-senpai…?
—¡Suena incluso mejor cuando tú lo dices! —El castaño casi tenía un sangrado nasal por las acciones del rubio, un año menor que él.
—¡Neji, para! —Se escuchó detrás de ellos.
—¿TenTen? —Dijo el susodicho observándola con intenciones de matar por interrumpir el momento.
—Deja a Naru en este instante, ¡pervertido! —La chica separó a ambos chicos. Ambos empezaron a pelear, dejando que Naruto se fuera tranquilamente.
Naruto no tenía nada contra de Neji, pero se sentía raro cuando estaba cerca de él… Ni siquiera sabía si era gay o no, nunca había estado con una chica y empezar con un chico… No sabía.
—’¡Qué problemático es esto!’ —Después de analizar lo que había dicho comenzó a reír, se parecía a Shikamaru diciendo eso.
Todas sus risas risas se fueron cuando sus mareos aumentaron nuevamente, tuvo que sentarse rápidamente. Ya no podía quedarse ahí por tres horas, ¡debía enfrentarse a eso!
—’Ya sé… Iré a la enfermería para tomar unos medicamentos.’ —Sonrió victorioso, ya tenía la respuesta a sus problemas.
Se levantó con dificultad, pero no con la misma de antes. Ahora era menos, y agradeció eso. No se imaginaba arrastrándose por el suelo hasta la enfermería, que quedaba al otro lado del internado.
Por suerte todos seguían almorzando u haciendo otras actividades, realmente no había nadie en los pasillos, ni siquiera maestros. O eso pensaba él.
Sasuke lo estaba observando desde lejos.
—’¿Qué le pasa?’ —No sabía por qué le preocupaba tanto el rubio, ni siquiera lo conocía lo suficiente.
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Cuando Naruto llegó a la enfermería no encontró a nadie ahí, era de esperarse… La enfermera siempre estaba bebiendo.
—Maldita borracha…
—Te escuché mocoso. —Por la puerta entró una rubia de ojos miel con dos coletas bajas. Vestida semi formal.
—Baa-chan pensé que estabas bebiendo.
—… No…
La mujer se sentó y comenzó a rellenar unos papeles, indicando porque se había ido.
—De todos modos, ¿qué haces aquí? Hoy no te toca educación física (N/A Deportes).
—¡Solo fue una vez! —Se arrepintió de gritar pues sintió que un millón de agujas se metían en su cabeza, todas al mismo tiempo.— Aaugh…
Se llevó las manos a la cabeza y no se molestó en ocultar su dolor.
—¿Naruto, qué sucede? —Tsunade se había puesto seria, el chico nunca venía porque estuviera enfermo.
—Nada, nada. Solo tengo un dolor de cabeza, esperaba que me dieras algo para el dolor. —A pesar del dolor sonrió.
—... Claro... —La mujer se acercó a un mueble antiguo donde guardaba los medicamentos que podía dar en el establecimiento.
—Gracias Baa-chan. —El joven no necesitó tomar agua, solo se la tragó.
La rubia no dijo nada. Ella era doctora, solo hacía horas de servicio aquí por dos razones; Shizune la obliga por beber y porque está Naruto.
Ella lo conocía desde que había nacido, después de todo era la madre de Minato y esposa de Jiraiya.
—Sé que estás ocultando algo mocoso.
Al parecer el rubio que estaba cerrando la puerta escuchó porque su cuerpo se tensó por unos segundos.
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—'Eso estuvo cerca...' —El dolor había disminuido drásticamente, pero los mareos seguían ahí. Sentía que debía vomitar y lo quería hacer, pero no había comido nada por los mismos mareos.
—Naruto. —Escuchó la voz del azabache, pareciera que estaba molesto, y mucho. Pero, ¿por qué?
—¿Qué...? —Cuando se dio vuelta sintió que lo tomaban de los brazos y lo empujaban contra la pared.
—Te vi. ¿Qué relación tienes con ese castaño?
—¿Neji...? Es mi amigo. —Contestó con una sonrisa.— Aunque es un poco pervertido...
—¿No es tu novio? —Dijo un poco más aliviado.
—Eso es lo que él quisiera. —Respondió guiñando un ojo, juguetón.
—'Oh Naru-chan... Él no es el único que te quiere'. —Una tercera persona observaba a los dos hombres mientras seguían platicando.