Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A su lado por InuKidGakupo

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Me quedó mucho más romántico de lo que esperaba D: La narrativa si es más oscura y menos directa que Toma, incluso confusa y metafórica, pero se debe a la situación por la que está pasando, un trance nubloso de la mente (Qué es entendible enlazándola al anterior). Perdón si no es taaan carnal como esperaban, pero son fragmentos de lo que fue y significó para él, de su propia contemplación, su significancia al final de todo, así que creo que acerté al no ser tan precisa, pero si mostrando lo que son los rastros de una mente quebrándose (Espero no me haya salido tanto del personaje). Ojalá les guste… más notitas al final :3

A su lado

~Bardock~

El vacío. Oscuridad que nubla las retinas, que se riega y absorbe cualquier brillo que pase en el rostro y en la mente, en cualquier idea flotante que llegase a aparecer. Nada. La nada pesa, al mismo tiempo que es suave y ligera como algodón, porque no acarrea consigo, sólo el vacío, la oscuridad. Algo golpea en la mente, en el fondo, y se acentúa con cada momento, llevando un golpeteo constante del que no soy completamente consiente, sólo me dedico a permanecer ahí, en el mismo segundo que se alarga a un infinito profundo y asfixiante.

El negro se vuelve blanco, como bruma subiendo, espumosa bruma que cubre cada trozo de oscuridad en esa cortina falsa que ahora se tiende en mi panorama. El blanco reemplaza todo, y sobre este, figuras creadas por pinceles en mi mente toman forma, líneas detalladas en cortos trazos forman una figura, una esencia, al juntar cada una con la otra, colapsando en profundos vértices que le dan una movilidad al panorama. Y todo vibra, y todo se llena de colores, y todo se siente tangible y real, poderoso, casi parece dejar de ser sólo espuma en mi cabeza.

Suspiros, sí, profundos suspiros escapando de una boca, de unos labios que se abren y se cierran al segundo siguiente, tengo la impresión de que quiere decirme algo, pero permanece en silencio, sólo dejándome apreciar su escandalizada respiración. Yo hablo, contrariamente, y me escucha con atención, permaneciendo quieto, en su lugar, mientras sus ojos se delinean claramente y puedo mirarlo fijamente, me contempla. Electricidad, fuego creciente, cenizas, suavidad y dureza. ¿Qué es? No puedo explicarlo. Pienso en pólvora y en plumas cuando expando mis pensamientos hacia eso, humedad y flamas, desierto y eterno mar.

De pronto, la figura frente a mí, esperando pacientemente sentada en la cama, se pone de pie, mostrándome su longitud, su ansia que puedo oler, es poderosa, es profunda, se siente como la mía misma. No duda, obliga a mi cuerpo a pegarse a la cama, presionado por el peso de su propio ser que deja caer sobre mí, aplastándome, reteniéndome entre su repentino agarre, entre la fiereza de los labios.

Respiraciones agitadas, corazones latiendo con frenesí dentro de los pechos. Labios, secos y rasposos, prisioneros, justo como los de un guerrero de nuestra categoría. No, no existen contemplaciones o barreras, no existe tampoco la consideración. Brutalidad, instinto, deseo, fuego y tormentas sólo se hacen presentes alrededor, formando torbellinos que te empujan al abismo. Los torbellinos, encarnados en nuestro par de lenguas que buscan dominar al otro, tomar el control de esa lucha, pero intentarlo sólo me hace gruñir, siento perder el aire de un momento a otro, y empujo con más fuerza en el interior de su boca, como si buscara yo mismo abrirme paso a través de él y provocarle el mismo efecto que ejerce sobre mí.

Su garganta resuena, vibra y siento en mi propia boca su gruñido gutural, golpeándome. Mis dientes se afanan a su labio inferior, dedicando una mordida que lejos estaba de pasar desapercibida, pero lo veo tensarse y disfrutar, aprieta mis hombros con vehemencia en respuesta, cerrando los ojos un momento y aplastándome más contra la superficie que me sostiene. Bocas, manos, piel, electricidad, mucha maldita electricidad, y me pregunto por qué no siento negación o asco al respecto, por qué, en realidad, es más la curiosidad, el anhelo.

Roces, fricción entre las telas que nos separan, estimulación que llega a provocar tensión en los músculos de mi cuerpo, leves espasmos que me abordan con cada nueva sensación. Había calor, mucho, mucho calor. Miradas, palabras, compañía, ¿Qué era lo que habíamos hecho hasta ahora? No hay pensamiento en respuesta, sólo necesidad, sólo coincidencia, sólo impulsos que se materializaban en el interior y te hacían moverte a su entero gusto.

Un roce, otro roce, y necesito levantar la cadera para buscar más contacto con la pelvis. Dureza, mi erección palpita en lo alto, y siento la suya propia golpear contra mi muslo, buscando la misma satisfacción que yo. Me contraigo un momento al sentirlo, pero al bajar mi pelvis sólo busco volver a subir. Y lo hago: una, dos, tres, incontables veces, subo y bajo a un ritmo que él se ha dedicado a imitar, uniendo su cuerpo en contra del mío y refregándose, buscando su propia satisfacción en igual medida.

Hambre, tal vez la palabra se le parezca, sentía hambre, un hambre diferente, un hambre generada por el vacío que aún estaba dejando la situación, una escena que buscaba extenderse pero había cosas de por medio que le estorbaban y le impedían llegar al punto deseado. La ropa desaparece, y me encuentro descubierto ante él, y al míralo, no me siento ajeno a su cuerpo, mis manos, curiosas, comienzan a llenar de a poco el vacío, al tiempo que él busca llenar el suyo propio.

En ese momento quiero golpearlo, el fuego quema dentro y llega el momento en que no puede retenerse dentro. Lo hago, sí, tan malditamente duro que casi cae fuera de la cama, pero resiste, y se va en mi contra mordiéndome un costado del tórax, me obligo a reprimir un grito. Sus dientes, deslizándose sobre la piel, trazan sus senderos; tengo la impresión de que memoriza cada uno de los sabores que encuentra en todo lo largo.

Su cavidad bucal, mi miembro, erguido… hundiéndose. Gemidos, ahogados e imposibilitados al final de mi garganta. Disfrute, goce, y más pólvora regándose. Dedos, aferrándose a los mechones y marcando el ritmo deseado, necesitado. Su boca me abandona en un momento, y se reacomoda sobre mí.

Mi cuerpo se tensa, el sudor resbala y la agitación en el pecho aumenta. Indaga, con alguno de sus dedos, en mi interior, y por la aguda sensación tomó su cola que se balanceaba en el aire en un impulso, apretándola de modo amenazante. Tensión, espasmos, titileos por mi brusquedad, pero no lo detiene. Feroces, profundas e ilegibles orbes se posan en los míos, igual de necios, igual de deseados.

Siento el crujir de su peluda extremidad en el centro de mi mano, y algo como un agudo gruñido sale de él, gesto que me hace liberarlo. Pero no hay final, no todavía. Toma fuerza, y se acomoda para continuar, entonces se abre paso. Fricción, asfixia, algo hirviendo en el interior. Un vaivén, un golpeteo, un trance que te hace perder la noción y la fuerza. Ritmo, dedicación, frenesí, más y más movimientos, dolor y un poco de algo más. Luego, realización, satisfacción, calma, y al mismo tiempo, algo despertó en ese momento.

Casi invisibles habían sido las cosas a lo largo de todo, antes de ese día, trazadas y colocadas a propósito para hacernos seguir ese camino. Miradas, roces, palabras, silencios, recuerdos, experiencia, había sido todo y nada. Y había seguido, mucho tiempo después, incontenible, y por la brusquedad e incomprensión, jamás medité lo suficiente al respecto, y ahora, todo se aglomeraba en mi cabeza e imágenes fluían una tras otra, ahora, apretaba mi garganta y golpeaba mis entrañas sin compasión.

Ahora… mirando la bruma hacerse a un lado de mis retinas me quedo estupefacto, los segundos comienzan su rumbo una vez más y las figuras frente a mí se vuelven etéreas, se pierden con el aire a mí alrededor. Vuelvo a sentir mis pies sobre la tierra dispareja del lugar, y las ideas pasan a través de mí con más fluidez. El aire caliente del lugar golpea mi rostro, aspiró con potencia, percibiendo en él el olor a muerte y sangre; percibo su sangre.

Mi cuerpo se paraliza, no puedo moverme, no puedo hacer nada más que mirarlo, más que tratar de descubrir si eso es real o sigo en la capsula de recuperación, soñando. No, por un momento deseo que la niebla regrese a mis ojos y me prive de la realidad que se pinta frente a ellos, quisiera detener las figuras que se acaban de escapar de mi interior, pero se desvanecerían entre los dedos, estoy seguro. La realidad cae sobre mí, aplastando, y entiendo lo que sucede, entiendo que no hay modo de que esto sea un sueño, y me toma unos segundos saber que en verdad no podrá sobrevivir ahora, entiendo que está muriendo, ahí, frente a mis pies, siento su propia vida desvanecerse.

La cabeza me duele, y las ideas rebotan de un lado a otro: Estoy enfurecido, invadido por la ira, el impulso de ir y buscar al responsable se mete y agita mis venas, quiero correr y aniquilarlo, destrozarlo miembro por miembro, hacerlo pagar. Pero abre los ojos, y me veo engarrotado en mi sitio, soy incapaz de dejarle solo en ese momento, me contengo con todas mis fuerzas, sabiendo que si me voy me arrepentiré de dejarle ahí en su agonía.  Le observó, por última vez.

Sonríe, y ese gesto me hace odiarle, ¿Qué es gracioso? ¿Por qué lo hace? En un segundo quiero golpear su rostro por verse tan calmado, tan tranquilo, lo siento como un cretino por estar muriendo y sonreír como si no pasara nada. Como si no me estuviera dejando. Como si la idea no significase nada. Pero sé que jamás fue lo suficientemente fuerte como debía, qué seguro el muy estúpido se conforma con que yo esté aquí, siempre tan mediocre al respecto; al contario de mí que ser impotente ante su muerte me está volviendo loco. Pero la furia hacia él desaparece al segundo siguiente, se reemplaza por la desesperación de querer mantenerlo, de la imposibilidad. Y guardó esa imagen en mi cabeza como último recurso.

Hubiera dicho algo, lo que fuera habría sido bueno, quise gritar, exigirle que se pusiera de pie y dejara de joderme, pero sólo pude pensar en la bruma misma, en las imágenes que dejó en mí, volátiles, y como secuela me oprimían el pecho, en el dolor compartido. Quise hacer más, quise estar más, pero cerró los ojos, y fue el final.

Para los dos.

Algo resonó, algo se quebró y se difuminó: era el final. Había sido robado, ultrajado y yo no había podido estar ahí para hacer algo. Se fue, en un segundo, en el mismo segundo que era eterno como efímero. Una maldita vida juntos atascada de batallas y se le ocurre morirse cuando no estoy presente, de esa manera tan burda, sin poder hacer nada. Quiero reclamar, a quien sea, pero ahora mismo no parezco estar vivo tampoco. Arrastró a algún lado una parte de mí mismo en ese momento, se arrancó de alguna parte de mi cuerpo, una de la que no estoy seguro donde, sólo sé que se apagó junto a él.

Mirarlo así me hace pensar que está dormido, y me maldigo a mí mismo por pensar algo tan infantil, pero mi mente se apagó y no soy dueño de mis acciones. Por alguna razón, siento la necesidad de limpiar su rostro, como si quisiera conservar un último vistazo menos traumático para mí mismo. Paseo sobre su piel un trozo de tela que él llevaba, buscando guardarlo pedazo por pedazo. Buscando llevarme egoístamente un pedazo de él conmigo también.

Mientras ato la cinta a mi cabeza lo sé, arrastrando mis pies por el lugar, lanzando puños a los enemigos buscando tu retribución. Nada me haría traerte de vuelta, y las cosas se difuminan también, los recuerdos se acentúan como sueños que sólo se vivían dentro de esa habitación. Qué no eran propios de nadie más.

“No” me hubiera gustado decirte “Ya no me importa ahora” habría estado bien. Pero no hay nada que pueda cambiar en este momento, y debo ser lo endemoniadamente fuerte para afrontarlo. No lo supe, jamás lo supe y creo saber que jamás llegaré a saberlo, pero lo rememoro ahora una y otra vez, y sé que no era tan simple como había creído siempre. Sí, tal vez no era lo que debía, tal vez hablaban demasiado como para mantener una idea fija de ello, tal vez sólo pasó de esa manera porque tenía que serlo… pero tal vez sólo tenía algo de miedo.

Tal vez debí haber mandado todo a la mierda como tú lo hiciste.

Pero al final, estaba fuera de tiempo para hacer cualquier cosa, y los restos de una vida compartida se desbarataban a mis pies.

Ahora, siendo tarde, entendí lo que fue estar a su lado.

Notas finales:

Como notaron, Bardock se nota algo “arrepentido” al final, y los por qué, en efecto, los reservo para la historia larga xD No estoy segura de cómo quedó :s esperaba más un relato porno pero ambos acarrean tantas cosas y la escena en la película se nota tan particularmente profunda que se me hizo imposible no indagar en otros aspectos, en las sensaciones que experimentaba Bardock, en lo que cruzaba por su mente al respecto, creo que fue su momento de reflexionar, y por eso su perfil serio e indiferente se sale de línea un momento.

¡MIL MILLONES DE GRACIAS POR SUS COMENTARIOS! Shoré xD :3 en verdad, fueron 8 meses sin publicar en esta página, y me emocionó saber que se acuerdan de mí, y más con esa fuerza y ese interés! Realmente no lo esperaba! ¡Yo no dejaré de escribir yaoi ni abandonaré esta página! Es sólo que la heterosexual y la aventura me llegó y en este tiempo he aportado a Fanfiction algunas historias. Pero el yaoi me llama y regresó con varias ideas en la cabeza.

Agradezco los bellos comentarios infinitamente, cada uno fue hermoso y lo aprecio bastante. Quiero agradecer especialmente a Diosadelamuerte que aguanta mis locuras y me aporta sus ideas para con estos dos en charlas eternas, además es muy paciente conmigo (I love U) y a Schala S, gran autora a la que admiro mucho y que se tomó el tiempo de leerme, gracias hermosa no sabes lo que vale para mí! Gracias a issa_bel07, Dayari, Suki Nomonaga, Everysee, kathiashuizu y a todas las chicas y chicos, no me olvido de ustedes, los adoro, mil gracias!

Perdón por la nota tan larga! Espero poder ver a algunos de ustedes en la “pre-cuela” de esta historia, cuyo título será Habitación 318. Espero traerla pronto! Les mando besos y abrazos psicológicos! Saludos y suerte!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).