Capítulo 1: prólogo
Aquella sala era fría, enorme y con un penetrante olor a antiséptico. ¿Cómo fue que llegue aquí? En estos minutos no lo recuerdo, en todo lo que puedo pensar es en el intenso y palpitante dolor de mi cabeza y como me encentro encadenado a una silla, mirando a mi mejor amigo y hermano luchar desesperadamente por su vida.
Maaaattt!!!! Grité con todas las fuerzas que me quedaban...pero él ya no puede escucharme, lo que sea que le hayan inyectado ahogó sus gritos y lo dejo inmóvil en aquella camilla a merced de esas personas de blanco. No creo que ellos sean médicos o que incluso sepan algo de medicina, solo son idiotas que quieren probar sus estúpidas drogas en alguien.
Maaaat!!!!!!!! Vuelvo a gritar, pero es inútil…ya no responde. Lo único que me queda es maldecir en silencio, poco a poco comienza a crecer la ira dentro de mí, pero de que vale, si no puedo hacer nada, solo puedo intentar controlar las lágrimas que amenazan con caer libremente por mi rostro…
Por favor…déjenlo en paz…quienes son…que quieren…porque?...porque Matt…eran muchas las interrogantes que me atormentaban, era mucho el arrepentimiento que pesaba…las lágrimas que luche por contener ya caían libremente por mi rostro…ya no quedaba nada…nada por hacer, solo cerrar los ojos y esperar el momento exacto donde despertaría de esta pesadilla, lamentablemente esto era real, tan real como el miedo que se arrastraba por mi cuerpo.
Finalmente cerré mis ojos y esperé, esperé como un idiota que ocurriera un milagro, uno tan increíblemente grande que nos librara de esta, después de todo, como dicen, la esperanza es lo último que se pierde.
El Inicio
Mi nombre es Alex, tengo 24 años, y luzco como un chico normal, no muy alto, delgado, cabello rubio, piel pálida con pequeñas pecas que adornan mi cara y ojos verdes que según aquellos que me conocen asemejan el color de las hojas en primavera.
Vivo en un pequeño pueblo al sur de California, es un lugar tranquilo y agradable para vivir. Es aquí donde conocí a Mateo, o Matt como suelo decirle, quién es un año menor que yo y mi mejor amigo. Nos conocimos en la primaria y desde entonces hemos estado juntos en todo momento, incluso en la actualidad donde compartimos lugar de trabajo.
Matt a diferencia de mi es un chico introvertido y un poco cerrado con los demás, él es un poco más alto que yo, delgado pero con un físico bien trabajado, piel pálida, cabello negro y desordenado y ojos de un azul tan intenso que se asemejan al océano.
El proviene de una familia bastante adinerada, pero no cuenta realmente con el apoyo de esta, ya que como dijo su padre el día en que él fue, es solo una gran decepción. Es extraño pensar que lo que dijo su padre aquel día hacía referencia a que Matt se acababa de titular de mecánico y no de abogado como le ordenó.
En fin, es fácil deducir que yo igual soy mecánico y trabajamos en el mismo taller, pero a diferencia de Matt, yo provengo de una familia humilde, pero que siempre está ahí para mí cuando la necesito, es por esto que intento estar siempre con Matt cuando él lo requiere, casi como un hermano mayor.
Sin embargo le fallé cuando más me necesitó...