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La casa de los sicarios por Elite Minority

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Notas del capitulo:

 

YEAH, LA AUTORA DE BEGIN AGAIN AÚN NO TERMINA SUS FICS Y EMPIEZA OTRO!!!!

 

Les advierto que será un fic corto, no quiero hacerlo gigantorme.

 

A mis veinte años, yo creía que había visto y entendido muchas cosas. En realidad seguía dentro de una burbuja, una burbuja que explotó borrando la barrera al mundo que yo solía conocer. Ésto sucedió un día después de la muerte de mi padre.

 

Cuando mi madre me dijo con todo el tacto del mundo que él había muerto, yo no sentí que mi vida cambiara en absoluto. Él siempre se la pasaba, según él, trabajando, dejándonos a mí y a mi madre en una enorme mansión bañados en dinero. Nunca se lo reproché, en realidad me importaba una mierda lo que él hiciera, si estaba vivo o no, no era mi problema.

 

El rostro de mi madre tampoco pareció muy afectada por aquello, mas, cada vez que me miraba parecía como si pidiera perdón con los ojos. En ese momento no lo entendí, pensaba que, quizás, ella creía que yo estaba triste por mi padre. Ahora comprendo que realmente sentía pena por mí. No por la muerte de mi padre, sino porque yo era su hijo y heredero directo.

 

Ella, mi madre, en el funeral me abrazó con fuerza como nunca antes. No la aparté, pero no correspondí su abrazo, ahora lo añoro mucho. Mi madre no me abrazó para transmitirme algún sentimiento, solo era una excusa para quedar carca de mi oído y susurrarme:

 

-Tu padre murió asesinado, y aquél hombre de traje con un ramo de flores violeta es un compañero de trabajo de él. Quiere llevarte para que ocupes su lugar, pero tú debes alejarte, ni siquiera intentes mantener un contacto visual.-

 

-¿Hay algo que deba saber?- Le murmuré posando mis manos en su cintura, sin intención de alejarla, más que nada, para mantener las apariencias de familia destrozada.

 

-Tu padre era un buen hombre que estaba en los lugares más equivocados. Yifan, hoy en la tarde me iré de éste país para no regresar. Tú también deberías irte cuanto antes y no volver por nada del mundo.-

 

Ella me soltó y sujetó mi rostro con sus manos, mirándome a los ojos y yo mirándola a ella y su miserable vida como esposa y mujer. Siempre en casa, sola, sin salir y sin disfrutar de su familia. La mujer que estaba en frente de mí no tenía motivo alguno -además de yo- para quedarse. Ella mordió sus labios con nerviosismo antes de depositar un suave y último beso en mi mejilla.

 

No miré hacia donde iba, no me importaba. Aquella vez supe que jamás la volvería a ver y no miré su andar por última vez. Preferí acercarme al ataúd de mi padre y sentarme en una de las bancas de madera que habían. Incluso muerto, mi padre había demostrado todo su poder económico al ser un funeral carísimo, lleno de detalles estúpidos que nadie notaría.

 

Por cierto, el lugar estaba repleto, pero nadie me daba sus condolencias. Solo habían muchas personas que mantenían las apariencias frente a mí, por ser el heredero. No sabía en que trabajaba mi padre, pero lo que sea que fuese, ganaba demasiado dinero para ser legal.

 

Y sí que era ilegal.

 

Sentí que alguien se sentaba a mi lado, dejando un espacio de unos treinta centímetros entre nuestros cuerpos. No lo miré, porque pude ver de reojo unas flores violetas. Él tampoco parecía mirarme, incluso, se apoyó completamente en el respaldo mientras que yo mantuve mi cuerpo inclinado hacia adelante, apoyado en mis codos y con las manos entrelazadas.

 

Después de unos minutos me levanté, y sin mirar al hombre que seguía sentado caminé delante de él para dirigirme a la salida y abandonar ese lugar de una vez. Quería irme, no solo de aquel lugar, sino también de la cuidad, del país, y si fuera posible, del mundo.

 

Cuando pequeño soñaba con viajar a otros planetas, atravesando galaxias en una nave espacial. Mi cuarto a esa tierna edad estaba forrado en dibujos de galaxias, llenos de estrellas y colores. A veces mi madre me ayudaba a pegarlos en las partes más altas que yo, incluso con la ayuda de una silla no alcanzaba. Gracias a la genética, ahora era muy alto y mi madre parecía más pequeña de lo que era a mi lado.

 

Lo que arruinó mis planes de viajar fue la mano de Jaejoong, más bien, la daga que puso frente a mi rostro cuando pasaba por su lado. No me hizo daño, ya que su única intención era detenerme y yo pude ver el momento en el que elevó su brazo hacia mi rostro. Los sicarios pueden matarte en un abrir y cerrar de ojos, así que aquel movimiento de Jaejoong fue demasiado lento para él.

 

Sí, Jaejoong es un sicario y de los mejores. Lo conocí en ese lugar vistiendo un traje completamente negro al igual que su cabello y sus ojos. En cambio, su piel era blanca y sus labios de un tono rojizo que combinaban con su apariencia fría. Jaejoong es el hermoso sicario de Yunho, además de su pareja. Donde estaba Yunho lo seguía Jaejoong como una sombra sigilosa y mortal.

 

Por ende, Yunho se levantó y avanzó hasta mí jugando con las flores violetas. Supongo que en ese momento mantenía una sonrisa, de esas que se burlaban de mí, especialmente de mí, solo por no haber nacido en aquel mundo donde él reinaba.

 

-No intentes escapar, ya estás atrapado- Me dijo a mis espaldas. Jaejoong me tomó del hombro y me volteó para que mirara a Yunho. Él también estaba vestido con un traje, y, como era Yunho, se veía demasiado sensual. -Por más que lo intentes, nadie ha salido vivo de las manos de Hero, excepto, tal vez, yo.-

 

-¿Quién eres?- Le pregunté al no saber su nombre en ese instante. Él sonrió de lado, como siempre lo hace, y ¿Cómo no hacerlo? Le sale genial al infeliz.

 

-Puedes llamarme U-know, pero soy mucho más que eso- Me dijo con tranquilidad -Yo sé quién eres, así que ahórrate las palabras. Solo vengo a pedirte por las buenas que, como buen heredero, sigas con la labor de tu padre, si sabes a lo que me refiero.-

 

-No tengo idea a lo que se refiere y no me interesa.- Le respondí, y siendo sincero, quizás no estaba diciendo la verdad en esos momentos.

 

Yunho alzó una ceja, mirándome como extrañado, después miró a Jaejoong quién pareció leerle la mente y asintió. Siempre he envidiado la capacidad de ellos de comunicarse sin palabras, como si sus mentes estuvieran conectadas.

 

-La mejor manera de saber, es que lo veas con tus propios ojos.- Me dijo Yunho volviendo a mirarme -Acompáñanos, te aseguro que será un viaje agradable. Chen y Xiumin son muy buenos anfitriones-

 

Con esa frase pensé "Un prostíbulo, un maldito prostíbulo lleno de putas. En eso trabajaba mi padre" y no me pareció tan mala idea acompañarlos como había sugerido Yunho. Pero los nombres que habían mencionado no parecían femeninos del todo. Supuse que era un prostíbulo exclusivo para gays.

 

En realidad, la homosexualidad en Corea había dejado de ser un tabú hace años, siendo aceptado por todos. Eso no significó que hubiera un gran cambio en la sociedad, pero sí que se construyeran más lugares exclusivos para gays con mucho dinero.

 

Y con esas ideas, se me ocurrió que mi padre era dueño de un exclusivo prostíbulo gay, que obviamente era ilegal y yo tendría que hacerme cargo de la parte aburrida, papeles, papeles y más papeles.

 

Por supuesto, con esos pensamientos en mi mente me negué a pasarme la vida detrás de un escritorio leyendo papeles mientras afuera había mucho sexo. Le dije aquello a Yunho. Mi conciencia, la parte que solo piensa en mi pene me reprochó, diciéndome "¿A quién no le gusta el sexo?". Bueno, yo no tenía ganas de tener sexo con un prostituto, por muy imbécil que fuese en ocasiones con respecto al amor, yo siempre soñé con encontrar a alguien que hiciera mi corazón acelerarse.

 

Gracias a Yunho lo encontré. Aunque aún falta para que mi amado sea mencionado en su totalidad. Lo que si sucedió aquel día fue que Yunho me dio pequeño golpe en la cabeza, como si hubiera dicho una estupidez y él me la estuviera quitando con el golpe. Se cruzó de brazos y me dijo que en el bolsillo de mi pantalón había un papel con una orden, y que si no la cumplía, la gente que me había estado siguiendo desde que nací se encargaría de hacerlo cumplir.

 

En los veinte años que tenía en aquel entonces, nunca me percaté de que habían personas acechándome. Fue algo perturbador, pero me relaje cuando Yunho dejó las flores violetas en mis manos antes de marcharse seguido de Jaejoong.

 

Puse mis manos en mis bolsillos y me percaté de que había un papel doblado por la mitad en él. Seguramente fue Jaejoong quién lo puso. Sigo teniendo ese papel y jamás olvidaré lo que dice:

 

 

"El señor Wi Yifan está cordialmente invitado a la casa de las Amapolas. Un coche será enviado para que lo recoja en su mansión a medio día, se le pide que se arregle elegantemente ya que la ocasión lo exige. Si el señor Wu Yifan no acata éstas palabras, las consecuencias podrían ser lamentables.

                                                                                                                                     Atentamente: U-know.

 

 

Notas finales:

Y pues eso

 

Es un nuevo fic del que tengo muchas espectativas que espero cumplir de alguna manera.

 

¡¡¡¡Les digo de ante mano que morirán algunos personajes!!!!!!!!!

 

¿Dudas, consultas, comentarios, criticas, adelantos, tomates, taldos, etc? COMENTEN!!!!

Nos leemos en otra ^^

Chu~~~


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