Alguna vez no se han puesto a pensar que todo lo que viven es un sueño, que las experiencias de su vida han sido fantasías fugaces. Que no son nada para nadie, que simplemente respiran para vivir o ¿Viven para respirar? Al final de lo mismo.
Tengo miedo de un día abrir mis ojos y ver que todo en lo que creí, ame, aprecie y conviví desaparezca o solo haya sido una ilusión mía. Al final solo somos una estela más en un inmenso océano. Queremos dejar huella o ser alguien a quien recuerden pero no nos ponemos a pensar que aquellos recuerdos son solo ilusiones que algún día se esfumaran pero que aun así hacen feliz de la persona que lo recuerda.
Al final lo que debemos hacer es vivir cada día al máximo porque no sabemos lo que va a pasar mañana.
Vive ahora que puedes, que respiras. Haz locuras, comete errores, crea recuerdos para ti para aquellos que amas y así cuando llegue tu día de partir tendrás la satisfacción que hiciste lo que deseabas, lo que amabas y que con ello fuiste feliz he hiciste feliz a quien estaba a tu alrededor. No te encierres en tu mundo, abre los ojos, más allá de lo que limita tu horizonte existe algo mucho más grande.
Yo estoy ahora aquí pero mañana no sé dónde este. Tal vez llegue a ese lugar que todos anhelamos, tal vez en un hospital o mi peor pesadilla convertirme en un recuerdo mas. Aun así lo que tengo claro es que quiero vivir hoy, disfrutar del olor de las flores hoy. Disfrutar hoy, Gozar hoy porque no sé si habrá un mañana para mí.
En aquella habitación se vio como el un chico de cabello castaño dejaba de escribir. Dejó el bolígrafo a un lado mientras cerraba su cuaderno para luego guardarlo en el tercer cajón de su escritorio. Suspiro largamente y mientras lo hacía escucho la voz de él así tranquilizándose un poco. Al final de cuentas no se encontraba solo.
Sintió como la puerta se abrió y luego aquel silencio en el que estaba hundido desapareció.
—¿SeungKwan que haces aquí solo? Mejor salgamos al jardín — hablo un chico de cabello castaño mientras mostraba una sonrisa hermosa al pequeño Boo.
—¡Claro quiero ver cómo están las orquídeas y las flores de loto! — SeunKwan se levantó algo cansado, estado que lo acompañaba últimamente a diario. Las pastillas no servían de mucho hoy en día, mas solo lograban amortiguar un poco el dolor en su espalda y cabeza pero aun así el ver a Hansol le era más efectivo que cualquier dosis de penicilina, porque por el simple hecho de tenerlo cerca se sentía mucho mejor.
Los dos jóvenes salieron de la habitación con rumbo al jardín que estaba en la parte trasera de la casa, en el camino hacia allá se sentía un ambiente cómodo y tranquilo. SeungKwan miraba atento a Hansol mientras él le relataba detalle a detalle lo que había hecho hoy en la mañana.
Por otra parte Hansol miraba a aquella figura a lado suyo, a su Boo. Todo en él era perfecto y cuando conversaban le gustaba ver las expresiones que hacia el pequeño chico. Disfrutaba verlo arrugar el ceño o simplemente ver su sonrisa.
Los dos jóvenes caminaron por un tiempo en el jardín. Conversaciones iban y venían, las risas nunca faltaron y uno que otro golpe por parte del menor tampoco.
Les gustaba escuchar como los pájaros cantaban, era interesante ver como aquellos sonidos se unían a los de la naturaleza y daban como fruto una melodía única que disfrutaban los dos juntos.
Después de un par de pasos más el dolor volvió a SeungKwan y con ello la fatigación se hizo presente obligándolo a detenerse y tomar asiento. Miro el estanque que se encontraba al frente suyo y su mente voló en un viaje que parecía no tener fin. Su vida al principio parecía que no iba a tener sentido y vivía cada día porque el aire era gratis pero todo eso cambio cuando Hansol llego a su vida. Desde aquel momento que dejo entrar al chico de cabello castaño, su vida cambio completamente y por eso estaba feliz pero a la vez triste por dejarlo después de todo lo bueno que hizo por él.
—¿Hansol me recordaras cuando yo ya no este? — SeungKwan hablo o más bien dicho susurro aquello porque temía la respuesta.
—¡SeungKwan no digas eso! ¡Tú estás mejorando y tenemos aún mucho tiempo! — hablo con un nudo en la garganta, aun negándose ver la verdad.
—El tiempo es algo que se acaba y el mío está por terminar. No me arrepiento de nada de lo que he hecho o bueno tal vez de unas cosas, pero aun así hubiera querido que mi tiempo fuera un poco más largo. Pero no se pudo. — suspiro mientras veía como una mariposa alzaba el vuelo.
—Siempre serás mi pequeño cachorro asustadizo — SeungKwan rodeo con su brazo la espalda de su novio, conteniendo fuertemente sus lágrimas.
—Y tú siempre serás mi lobo rebelde — suspiro y dos lágrimas rodaron por su mejilla.
—Te amo SeungKwan.
—Y yo más a ti. Te agradezco por todo lo que has hecho por mí — sonríe acogedoramente mientras ve como Hansol le seca las lágrimas.
—Lo hice porque te amo.
—Por eso te agradezco por amarme aun sabiendo el final de nuestra historia.
—Me niego a ese final. Simplemente no lo acepto.
—Nuestra suerte fue echada y así quedo. — SeungKwan miro al castaño y sonrió mientras acercaba su mano al rostro de él.
—¡SeungKwan… —el castaño no lo dejó terminar pues ya sabia lo que va a decir y eso le dolía.
—Hansol la vida continúa después de mí.
—Te equivocas mi vida eras tú y cuando ya no estés no tendré vida — sollozo bajamente haciendo que SeungKwan también lo hiciera.
—¡La tendrás y vivirás por los dos! Harás todo lo que quisimos hacer, tendrás las experiencias que quisimos tener. Yo estaré ahí contigo, tal vez no físicamente pero estaré en tu corazón y eso me hace feliz.
—¡No quiero que te vayas! — susurro mientras lo abrazaba y dejaba salir las lágrimas que tanto guardaba.
—Yo tampoco — dos, tres lágrimas se deslizaron por las mejillas de SeungKwan
—SeungKwan quédate conmigo un día más. Despierta a mi lado mañana por favor.
—¡Lo haré! — sonrio SeungKwan
—¿Me lo promete? — Hansol mostró su dedo meñique ya que así era la única manera en la que el castaño cumplía sus promesas.
—¡Te lo prometo! — y sellaron aquella promesa con un beso.
Se quedaron unas horas más mirando el atardecer, sus colores y como se mezclaban con armonía. De nuevo caminaron para ir dentro de la casa, ahí cenaron amenamente y después de ver una película y realizar una pequeña sesión de besos fueron a dormir.
Hansol se aferró a SeungKwan como si no hubiera un mañana y él simplemente abrazo los brazos de su amado. El sueño llego para los dos así transportándolos a un mundo diferente donde los dos podían estar sin miedo a perderse.
A la mañana siguiente SeungKwan rompió por primera vez una de sus promesas ya que nunca más volvió a despertar de su sueño. Hansol lloro en silencio abrazando el cuerpo de su amante, el castaño aun no creía que su pequeño no despertara, sabía que este día iba a llegar pero aun así no estaba preparado para el dolor que estaba sintiendo en ese momento. Miraba el rostro de SeungKwan y lloraba.
Se veía tranquilo y de hecho sereno. Dio un último beso a su pequeño —Te Amo SeungKwan.
Los días pasaron y Hansol emprendió un viaje hasta la playa, en el camino iba abriendo el jarrón y tomaba un puño de las cenizas para esparcirlas por el lugar. Así fue todo el camino hasta que llego al lugar que un día SeungKwan le indico. Abrió el jarrón y esparció las últimas cenizas de su amado.
—Ya eres libre mi pequeño — una lagrima bajo por su mejilla. —En donde sea que estés recuerda que te amo y te amare. Hasta siempre SeungKwan…hasta siempre.
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Había una vez un lobo que nunca valoro la vida, y pensaba que esta era efimera y sin sentido. Nunca creyó en lo de cuidar a los demás y de hecho odiaba el amor porque solo era un sentimiento que hacía a las personas preocuparse por cosas sin sentido.
Un día mientras caminaba por la oscura noche, choco contra algo. Al mirar de lo que se trataba se topó con un cachorro asustado, miro atento al pequeño cachorro haciendo que este se asustara y empezara de nuevo a caminar. El lobo curioso le pregunto al pequeño cachorro a donde iba en la noche y este respondió:
—Tengo que realizar un recorrido para poder descansar — el lobo miro extraño al gato y lo empezó a seguir. Tenía curiosidad de como esa pequeña bola de pelos pudiera llegar a “ese lugar”
Los dos empezaron una aventura, recorriendo distintos lugares del planeta solo para llegar al destino del cachorro. Atravesaron montañas, navegaron mares, caminaron por lugares boscosos y por desiertos, en ciertos momentos parecía que el pequeño cachorro se iba a dar por vencido pero el lobo siempre estuvo a su lado para apoyarlo, por lo que aunque se cansaban en momentos, los dos se veían y las fuerzas regresaban.
En el trascurso del viaje el lobo se enamoró del cachorro y este de él, por primera vez el lobo sintió ganas de vivir para cuidar a alguien. El pequeño cachorro nunca le dijo cuál era el lugar al que quería llegar pero a el lobo no le importó mientras pasara más tiempo con el cachorro estaba feliz. Los dos animales en aquellos años sintieron muchas emociones, aprendieron muchas cosas y descubrieron un mundo realmente maravilloso.
Los años pasaron y los dos ya habían recorrido todo el mundo hasta tal punto que de nuevo llegaron al principio. El cachorro estaba feliz pero cansado al igual que el lobo, se acostaron en las hierbas y el lobo acurruco al pequeño cachorro entre sus patas mientras lamia su cabecita.
—¿Por qué estamos donde empezamos? — pregunto mientras el cachorro empezaba a cerrar sus ojos.
—Aquí era donde quería llegar.
—Entonces porque caminamos por todo el mundo
—Porque antes de marcharme de este mundo quería conocer lo grande que era. Quería tener sensaciones que si me hubiera quedado aquí no las hubiera sentido. Quería vivir todo lo que el mundo nos ofrece y ahora que lo hecho contigo me siento muy feliz, me siento feliz de haberte conocido y de que tu hayas sido quien me acompañe en mi recorrido. Gracias por todo — el pequeño cachorro hablaba con una sonrisa en sus labios pero después de decir aquello cerró sus ojitos y su semblante se tornó sereno mientras su respiración fue debilitándose hasta que dejo de ser sentida.
El lobo al ver que su pequeño cachorro se había dormido para siempre, aulló a la luna y se aferró al cuerpo de su pequeño. De aquel ser que le dio tanto, por él había descubierto y sentido tanto que no podía creer que ahora ya no escucharlo más sus ladridos.
—Empezaste otro viaje sin mí — dijo dando una última lamida a la cabeza del cachorro —Yo también estoy muy feliz de haberte conocido y ahora solo espérame hasta que yo te alcance en aquel viaje.
El lobo empezó a escavar con sus garras un hoyo para su cachorro, después de ver que fuera lo suficiente hondo con cuidado deposito el cuerpo del perro para después volverlo a tapar. Se quedó ahí a lado de su pequeño, pasaron meses y años y todos los demás lobos se preguntaban porque el lobo se movía de aquel lugar y si lo hacia era solo para comer porque después regresaba a estar allí.
Un día el lobo vio el atardecer y dio un último suspiro, cerró sus ojos y nunca más los volvió a abrir porque ahora él estaba a lado de su pequeño cachorro empezando una nueva aventura.
Tengo miedo de muchas cosas y no entiendo otras tantas más lo único que entiendo es que estar a tu lado fue el mejor regalo que me dio la vida, viviré y disfrutare de ti todo lo que el tiempo me quede pero después de mi partida tú debes seguir disfrutando de esta maravillosa vida que se nos concedió.
Gracias Hansol por todo, por mimarme, por amarme y cuidarme. Tal vez en esos momentos estés llorando al leer esto pero aunque no este físicamente estoy en tu corazón. Gracias por hacerme vivir mi vida al máximo pero es tu turno ahora. Vive la tuya que yo te acompañare siempre. Disfrútala al máximo. La vida es una sola y tenemos que disfrutarla al máximo.
Vive, ama, sueña; eso es lo que al final te llevara a la felicidad
SeungKwan