Error
¿Por qué estás así? Ni siquiera yo lo sé. Apenas saliste un momento del Honky Tonk, y regresaste. Tu rostro cambió, tus facciones se ven distintas. ¿Por qué, Ban? Te ves triste. No me gusta.
Estábamos celebrando el cumpleaños de Himiko ¿sabes? Y aún seguimos en eso, pero te ves… tan distante entre tanta gente, Kadzuki, Juubei, Toshiki, Paul… Hasta MakubeX se ocupó de dejar sus ocupaciones en la fortaleza ilimitada para venir. Después de todo, todos somos amigos.
Qué difícil es mirarte entre este gentío. Te busco, y te encuentro sentado en una banca. Pienso en mis cosas, si tan sólo entendieras lo que siento, el que yo tenga que aceptar que no eres…
Me acerco a ti, con mis ojos castaños enviándote chispas. Chispas de admiración, de ese sentimiento erróneo que no puedo resguardar en mi corazón. Si tan sólo pudieras comprenderme, Ban… ¿Por qué demonios tienes esa expresión melancólica?
Me siento a tu lado. Volteas tu rostro y me miras, con aquéllos ojos que me hacen sentir escalofríos cuando se cruzan con los míos. Es tan difícil, es tan difícil entender que no me perteneces…
“Si supieras como se siente
mirarte entre tanta gente,
saber que no eres para mi,
saber que no me perteneces,
o al menos se que es asi,
tal vez no ha sido suficiente
robarme el corazón pues se
que nada dura para siempre…”
- ¿Qué te ocurre, Ban-chan…? – Te pregunto. Suspiras y me tomas del rostro, acariciando mis mejillas en un gesto cariñoso muy impropio de tu ser público. Lo has hecho varias veces cuando estamos solos, me hablas dulcemente, recordándome una y otra vez las razones por las cuales me enamoré de ti. Maldita sea contigo ¿Eh?
- Soy un error, Ginji. No tengo derecho a existir.- Susurraste, soltándome y mirando por la ventana al lado de la mesa.
¿Acaso lo dices por lo que pasó con el trabajo? No es tu culpa, Ban. Que no hayamos logrado recuperar… a la persona preciada para esa chica… no es nuestra culpa. Y menos que ella se suicidara días después. Las cosas no habían salido bien y el chico había muerto. La muchacha se sintió tan mal que días después decidió suicidarse...
- No lo eres, Ban. Si es por eso yo también lo soy. Peor. Hice sufrir personas… y ya… - Intento consolarte, decirte palabras alentadoras. Pero nunca seré capaz de darte fuerzas, Ban, eso lo sé. Porque… yo soy el débil de los dos. – Ya no puedo hacer nada para remediarlo. –
- Tú quieres usar tus poderes para ayudar a los demás, Ginji… yo… soy un ser maldito… no puedo hacerlo… -
- Ban… si dices… que eres un error… - Suspiro, odio cuando te pones así. ¿Qué acaso no entiendes que me haces sufrir de esa forma? Sólo quiero verte alegre… - Para mí, eres el error más perfecto de la creación… -
“Yo solo veo en ti…
El más perfecto error de la creación…”
- Ginji… te lo agradezco… - te volteas y me miras un rato, hasta que me abrazas suavemente y te levantas, conmigo aún siendo estrechado por tus brazos. ¿Por qué mis palabras nunca entrarán en tus oídos…?
- Ban… no hay… de qué… - Susurro, sintiendo cómo me sueltas y luego te diriges a donde están el resto de personas. Natsumi me mira, cuando mi rostro cambia completamente a tristeza. ¿Por qué nunca entiendes mis códigos…?
“Enamorarme de ti, inevitable sufrir
es traicionar de nuevo el corazón
por que tú y yo…
ya no podemos seguir
por que en mi vida ya no hay dolor
enamorarme de ti yo se…
Fue mi gran error…”
Suspiro un poco y me mantengo en pie. No es justo ¡Maldición! Siento que las lágrimas luchan por salir, pero no se los permito.
“Enamorarme de ti, inevitable sufrir
es traicionar de nuevo el corazón
por que tú y yo…
ya no podemos seguir
por que en mi vida ya no hay dolor
enamorarme de ti yo se…
Fue mi gran error…”
La morenita se me acerca, abrazándome un poco. – Ginji, lamento que esto te pase. Ban es un…-
- Ban es… simplemente el amor de mi vida, Natsumi-chan… Y es un error el enamorarme de él… lo sé… pero tendré que lidiarlo con la cabeza en alto…- Le respondo, forzando una sonrisa. La chica me devuelve la mirada, acariciándome el cabello.
- Trata un poco más. – Me susurra al oído, y regresa. Allí es cuando me veo obligado a irme hacia donde está el resto de la gente…
La fiesta está en su pleno apogeo. Todos celebran, inclusive están Kagami y Akabane en el lugar. Siempre éste tipo de reuniones nos reiteraban quiénes eran los que siempre andaban con nosotros.
Me uno, comiendo y riendo. Estoy sentado frente a Ban, y eso hace cambiar completamente mi estado. Cómo me gustaría olvidarlo, cómo me gustaría, pero no puedo. Si tan sólo pudiera cambiar lo que siento, enamorarme de otra persona. Pero fue inevitable cuando mis ojos se cruzaron con los de él. Simplemente supe que él era el que había estado buscando, sin importar que fuese hombre. Sentía como si estuviese en un sueño, viviendo una de las ilusiones del Jaggan. Mis ojos se pierden en la profundidad en la noche mientras Himiko se sienta al lado de Ban.
No hay duda que Ban siente algo por ella, no sé si raya en amistad o va más allá, pero por más que intento olvidarlo e ignorarlo no puedo evitar ponerme asquerosamente celoso de ella.
Lo conoce desde chicos ¿No…? Algo que nunca yo pude hacer, acompañarlo en su niñez, y seguramente mi amor así fuese más grande. Lo querría más.
No puedo evitar sufrir, siendo que me estoy lastimando profundamente por simple estupidez de mi propia parte… Me siento tan mal, estoy traicionando a mi propio corazón, y sé que enamorarme así de él es incorrecto… éste sentimiento no puede existir… pero no quiero olvidarlo todo y matar éste sentimiento, pues me costó tanto volver a amar, volver a confiar en las personas… Ban me enseñó tanto...
“Si pudiera cambiar al tiempo,
cambiaría lo que ahora siento,
desearia no estar asi,
dejar todo por un momento
y talvez completar quien soy
sin hablar sin decir te quiero
no me quiero pedir perdón
y matar este sentimiento…”
Si llegaba a borrar éste sentimiento, jamás sería el mismo. “Soy un error, Ginji…” Ja, el error era yo.
¿Te has enamorado alguna vez de un hombre, Ban? Lo dudo mucho.
“Yo sólo veo en ti…
El más perfecto error de la creación…”
Salgo. Necesito respirar aire fresco. El sentirme tan mal frente a tanta gente no era algo muy común en mí, así que decidí guardarme el dolor en secreto y sufrir en silencio. Inevitable el sufrir por ti, Ban.
- No soy el único que está extraño ésta noche ¿Cierto? – Tu voz me altera inmediatamente. Siempre me pasa esto… Limpio mis lágrimas con algo de torpeza y te encaro, sonriendo de manera tonta.
- ¿Por qué lo dices? – Pregunto, mirándote con aquella expresión desmentidora
- Te ves triste, Ginji. – Susurras, acercándote a mí. Señalas mis ojos y me veo obligado a voltearme para mirarme en el espejo de tu pequeño auto, notando que estaban húmedos y un poco rojizos.
- Son… cosas que pasan, Ban, sólo eso…- Intento huir, escapar de alguna forma, pero verte allí me hace sentir peor. Tengo que mantener ésta facha de ser el amigo, de ser simplemente el pilar en el cual te apoyas cuando estás mal.
- No lo son. Tú nunca estás triste, así que algo te pasa, Ginji.- Te me acercas más y me abrazas fuertemente. Yo no puedo evitar sentir derretirme por dentro, no es justo que seas así conmigo cuando te conviene. Pero igualmente te abrazo de vuelta, ya que no puedo evitarlo. Lloro en tu hombro por el error que cometí, por el que sigo cometiendo, por mentirte, por portar ésta máscara. Por todo.
Me consuelas con palabras de aliento y tus dedos entre mi cabello. No hay mejor consuelo que ese y tú lo sabes, pero igualmente mis lágrimas no cesan y te preocupas. Me odio por mentirte, Ban. Ban, yo… te amo…
- Ginji, esto es algo serio. Deja de llorar, por favor… - Me levantas el rostro y secas mis lágrimas con tus dedos, acariciando mis mejillas. Yo no puedo parar, me siento terrible. Tal vez sea eso lo que dicen de que el amor es traicionero y te hace sufrir mucho. Lo más irónico del asunto es que la persona que me estaba haciendo llorar era la que me consolaba.
- Ban… - Por fin entendí la razón de mis lágrimas. Era porque… necesitaba decírtelo. Si no…. No podría soportarlo. No más…
No podía con las indirectas, las miradas, los mensajes que te enviaba simplemente eran sin importancia para ti. Tenía que ser directo.
Me limpié las lágrimas con mi mano derecha, tomándote de los hombros luego. Te miré a los ojos, con mi rostro ruborizado, y luego empecé a decirte, con voz pausada.
- Yo… Lo que me pasa es… - Tomé aire. – Me cuesta tanto decírtelo, pero lo haré… Ya no me puedo callar más esto… - Hice una pausa. Tu mirada cambió, se volvió sutil.
Me miraste directamente a los ojos, sabiéndote yo expectante.
- Éste sentimiento… lo llevo conmigo desde que vi tus ojos por primera vez… Ban… estoy enamorado de ti… Y no es ningún juego…-
“Enamorarme de ti, inevitable sufrir
es traicionar de nuevo el corazón
por que tú y yo…
ya no podemos seguir
por que en mi vida ya no hay dolor
enamorarme de ti yo se…
Fue mi gran error…”
- Me estuve sintiendo mal por eso toda la noche… y… no se que hacer… sólo quería decírtelo… con el tiempo que llevamos juntos deberías saberlo… - Cerré los ojos. – Lo siento, Ban.-
- ¿Sentirlo? ¿Sentirlo por qué? – Preguntaste. Subí mi vista, estabas sonriendo. – Desde hace cuánto había estado esperando que te sinceraras conmigo, Ginji… - Me tomaste entre tus brazos.
- Es un error, Ban… lo que siento por ti… es un error… - Susurré, sintiendo miedo. Mucho miedo. Quería salir huyendo de allí. Me rechazarías, me odiarías... me...
- Pues si así lo crees, no es nada sincero. Porque en ese caso, los errados somos ambos… - Me subiste el rostro y me lo acariciaste, limpiando de nuevo las lágrimas que salían.
- Ba… Ban… - Jadeé.
- Así es, Ginji. Los que estamos cometiendo un gran error somos ambos… pero qué error más hermoso… - te inclinaste, y me besaste.
Simplemente eres el más perfecto error de la creación.
Te amo, Ban Midou.
- Te amo, Ginji Amano.-
“Enamorarme de ti, inevitable sufrir
es traicionar de nuevo el corazón
por que tú y yo…
ya no podemos seguir
por que en mi vida ya no hay dolor
enamorarme de ti yo se…
Fue mi gran error…”