Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fear. por Raes

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Cuidado! con las advertencias. No todo es lo que parece. (?)

Notas del capitulo:

YeY!
Esta vez vengo con una cortita historia MarkSon.

¿Saben qué me inspiró a hacer este escrito? Un remix de 'A' XD!

Por lo que sucederá al comienzo, acepto todo tipo de verduras, frutas y/u objetos punzantes a mi persona. (?)

  Sus venas no transportaban simplemente su corriente sangre, por ellas sus hematíes tenían compañía.

 

  La falta de luz en concordancia con el elevado sonido de música y los frenéticos movimientos alrededor de él lo alocaba aún más, tenía sus sentidos perturbados, su vista alterada y todo su entorno era maravilloso. Las gotas en sus ojos habían surtido efecto en su capacidad motora, ahora se movía eufóricamente de lado a lado y sonriéndole a cualquiera que también ocupara la misma pista de baile.

 

  Había estado haciendo exactamente lo mismo los últimos dos meses, semana tras semana, findes tras findes. Ya no le importaba si amanecía en casas ajenas, si al finalizar la fiesta el dinero en su bolsillo era nulo, si al día siguiente su ropa era un desastre y recordaba sólo parte de lo que había sucedido.

 

  Para él, su vida ya no tenía sentido.

  Ya no tenía sentido si Mark no estaba en ella.

 

  Jackson bailoteaba de acá para alá, animado por sus amigos que conoció el mismo día que visitó por primera vez ese pub nocturno. Los mismos que le ofrecieron ‘las gotas de la visión’ como la denominaban ellos. Y a causa de ese transparente líquido, las siguientes seis horas el sentido común de Wang era escasamente el original.

 

  Desde que Mark dejó su vida terrenal, Jackson pensó que su vida también había partido el día en que le dijo adiós. Creyó que sin él, no tenía por qué seguir viviendo correctamente. Mark lo había hecho, siempre tan leal y pegado a las reglas… ¿y qué le había sucedido? Su destino y vida fueron arrebatados en un accidente automovilístico por un desquiciado al volante. No tenía razón para seguir transitando sus años sin la compañía de quien amaba, y que seguía amando. Los recuerdos lo torturaban en el día y lo derrotaban en las noches donde lo único que hacía y donde encontraba consuelo, eran las lágrimas, y su profundo arrepentimiento y culpa lo asechaban echándose la culpa por no haber sido capaz de hacer algo para que Mark siguiera con vida.

  

  

  O los efectos estaban pasando o ‘las gotas de la visión’ no hacían su trabajo. Porque comenzaba a pensar en él… otra vez.

 

 

 

  Abandonó el centro de la pista a los saltos siendo aclamado por varias personas que se divertían al igual que él y encaminó hacia donde sus momentáneos amigos consumían lo mismo, y demás cosas.

 

  Necesitaba más cantidad, necesitaba olvidarse de quién era… al menos esa noche.

 

  Se lo entregaron como si de agua común se tratara, sin rodeos ni reclamos, tampoco condicionamientos ni dinero a cambio. Encantado, inclinó su cabeza hacia atrás y con ayuda de su mano libre sostuvo sus párpados abiertos hasta que las dos gotas a cada ojo se perdieran completamente sin escaparse por el rabillo. Parpadeó varias veces para comprobar si éstas ya habían sido asimiladas, les devolvió la peculiar botellita y tras un suspiro y sacudida de cabeza, regresó a su lugar en la pista.

 

 

 

  A Mark no le hubiera gustado nada de eso.

 

  A Mark le hubiera disgustado si lo viese allí.

 

  Mark jamás lo hubiera dejado ir.

 

  Mark. Mark. Mark…

 

  

 

  Perturbado, zarandeó su cabeza intentando retirar su voz interna. Esa misma voz que día tras día le recordaba lo triste que se había vuelto su vida. Ya con dos dosis en sus ojos era increíble que su conciencia fuese siendo capaz de manejarlo. Frustrado, se retiró a los baños empujando a cuanta persona se le interpusiese en el camino. Allí, se recostó con los brazos extendidos en las encimeras de los lavabos absorbiendo el frío propio del material cerámico. Quizá, las gotas necesitaban su tiempo antes de llegar completamente a su organismo.

 

 

 

  Mark…

 

 

 

            – ¡Basta! –gritó solitario encerrándose en uno de los cubículos del baño.

 

  Abatido, impactó su cuerpo contra la puerta y plegó sus piernas juntándolas a su cuerpo. Enfrente, el sanitario lo hacía ver aún más miserable, su deplorable estado ahora era adornado tristemente con una cascada que corría de sus ojos hasta perderse por su mentón. Lloraba, como lo hacía casi siempre.

 

            – ¡Por qué! ¡Por qué no puedo olvidarte! –Gritó aferrándose a su cuerpo– ¿Por qué? –Se preguntó en un susurro.

 

  Después de que Mark se marchara, Jackson había perdido el control. Maldecía todo y a todos. La figura de él se le aparecía como una ilusión en el espejo, lo único que podía sentir esa su amor hecho pedazos.

  Estaba al borde de un acantilado, cansado, destrozando los recuerdos que poseía.

 

  Sus fuerzas aminoraban, los ojos le ardían, tal vez el lugar estaba siendo maldito y conspiraba en su contra. De un sobresalto abandonó el baño limpiándose los restos de lágrimas y se dirigió donde sus amigos seguían delirando conjuntamente.

 

            – ¡Necesito tus llaves!

 

  Jackson las arrebató sin permiso de la chaqueta del único poseedor de auto. El tipo no reaccionó, siquiera volteó a ver al sujeto que le inspeccionó el bolsillo. Victorioso y enredado en sus confusos pensamientos, dejó el lugar hasta encontrarse en la calle sin un alma cercana a él. Rió histéricamente dirigiéndose al auto negro que conduciría, reía porque no sabía hacerlo a la perfección, había abandonado las clases para obtener su carnet en el tiempo en que Mark seguía vivo.

 

  Acarició el volante como si fuese una reliquia, se miró en el espejo retrovisor y se sonrió, se veía bien al frente de un auto a punto de partir quién sabría dónde. Cuando colocó las llaves, no tuvo ningún otro pensamiento que no fuese acelerar a todo lo que pudiese olvidando y dejando atrás todo lo que alguna vez le dañó, eliminar ese rozamiento con el asfalto hasta sentirse levitar sobre las frías calles.

 

 Amaba tanto que no hubiera nadie a esas horas de la noche, que nadie fuese capaz de verlo cuando el inminente suceso llegase. No quería ayuda, no quería que le salvaran la vida, lo único que deseaba era desaparecer. No le dio tregua al pedal del acelerador, no le importó que el marcador estuviera indicando por encima de los 100 km/h.

 

  Sin embargo… nunca esperó que una persona de pronto se le cruzase en el camino. Una persona idéntica a Mark.

 

 

 

  Y así… su vida se vio resumida en un segundo.

 

  Cuando lo conoció, su primera sonrisa, su risa contagiosa, sus repentinos abrazos, su mirada llena de alegría y amistad. El momento en que se declaró, su primer beso, sus momentos juntos. La salida, la vuelta, el accidente. La muerte.

 

  En un ínfimo instante, donde su cuerpo fue disparado por el parabrisas hasta impactar contra el suelo.

 

 

 

 

 

  ‘Despierta.’

 

 

 

  ‘No estás muerto.’

 

 

 

  ‘Vamos, levántate. Tengo algo que enseñarte.’

 

 

 

  ‘¿Por qué insistes en hacer de cuenta que no me oyes?’

 

 

 

  ‘Vamos Jackson Wang, levántate.’

Notas finales:

Como verán, el resumen es el mismo que esta última parte, en el siguiente cap aclaro de dónde proviene... o quizá en el otro c:

Gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).