Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

What if Kai was the last ninja? por Room 13943

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, bueno, bueno... ¡Soy una jodida loca! Pero no me lo tomen en cuenta, eh. So... ¿qué cómo diantres se me ocurrió ésta historia? Ah, buena pregunta; todo empezó cuándo volvía de la tortillería mientras escuchaba la canción Dynamite, de la banda japonesa BRADIO (sí, la mismísima que hizo el opening de Death Parade).

Y como soy una enferma de mucho cuidado, me dije a mi misma mientras que la señora de la esquina me miraba con cara de estupefacción: ¿Y por qué no, eh? ¡Por qué diablos no! ¡A escribir, joder! 

En el trayecto las tortillas salieron volando y unas se rompieron, así que me las comí para ocultar la evidencia.

 

Hablemos de la historia:

* Título: What if Kai were the last ninja?

* Advertencias: AU, OoC, Limón.

* Géneros: Romance, Acción (tal vez), Humor, Drama.

* Notas Extras: La historia no es desarrollada desde el principio, pues es básicamente lo mismo, sustituyendo a Kai por Lloyd, es decir, que el "Ninja Verde" no es el supremo de todos los supremos (no sé si me explico). Eso es ya a cada imagimación. La trama se desarrolla a partir del capítulo en donde se descibre que Lloyd es el Ninja Verde en adelante, con sucesos un tanto cambiados, al igual que los personajes.

 

Ninjago no me pertenece (lamentablemente, porque si lo hiciera, sería yaoi del rikolino), todos los derechos a sus respectivos autores (LEGO). Sin embargo, la histiria es 100% mía, evita el plagio. Gracias.

Notas del capitulo:

*sin comentarios* 

P.D.: Soy un ascazo para empezar las historias y para terminarlas. ¿Por qué existe el principio y el fin? -momento de filosofía profunsa by Yo-

—¡¿Eh?!— se escucho gritar a todos.

¿Qué significaba todo eso? ¿Por qué todo había cambiado tan drásticamente? ¿Por qué ahora Kai, aquél castaño de ojos verdes, vestía un traje rojo? ¿Era él? ¿En serio era él? Pero era imposible, ¿no? Simplemente imposible. ¿El Sensei Wu lo sabía?

Esas preguntas y más recorrían las mentes de los chicos una y otra vez mientras no hacían más que contemplar a Kai, de arriba a abajo, con el traje rojo vivo que llevana puesta. Le sentaba de maravilla, y ninguno lo cuestionaba, su marcada figura era totalmente visible. Todos, absolutamente todos, creían que veían a un ángel. Aunque sería mucho decir. Y el shock les impedía hablar o moverse siquiera.

Por suerte, el rubio atino a salir de su trance justo a tiempo, antes de que la cueva les cayera encima de la cabeza dura que tenía. Tomó a Kai de la muñeca, sorprendiéndolo y luego despabiló a los demás, que parpadearon perplejos.

—¡Rápido, hay que salir de aquí antes de que se derrumbe por completo! ¡Corran!

Obedecieron sin rechistar, yendo detrás de él y de Kai, que trataba de seguir el ritmo acelerado del primero.

 

—¡¿Usted lo sabía?!— cuestionó el rubio, golpeándo la mesa de madera con las palmas de sus manos, causando un pequeño temblor en la estancia. Wu lo miró tranquilo, bebiendo su taza de té y Kai, detrás de él, sentado con la mirada gacha, no decía absolutamente nada—. ¡Responda, maldición!

—No— dijo al fin el anciano, haciendo que Kai alzará la vista y Lloyd rechinará los dientes, disgustado. ¿Qué no lo sabía?, pensó.

—¿No lo sabía...? ¡¿No lo sabla?! ¡¿Eso qué quiere decir?! ¡Miente! ¿Cómo es que puede estar tan tranquilo si no estaba enterado de esto?— gritó, volviendo puños sus manos. Un par de puños temblorosos, por la impotencia y la fuerza ejercida.

—Lloyd...— habló el castaño desde atrás, siendo totalmente ignorado por el mencionado. ¿Cómo es que él podía ser el Ninja Rojo? ¿Era una broma? ¿Un sueño? ¿Una maldita pesadilla de su peor pensamiento?

—Escúchame, Lloyd— volvió a hablar, dejando la taza en la mesa tambaleante—. Esto me ha sorprendido tanto cómo a ti y a los demás. Estoy muy preocupado por lo que pueda pasar a partir de ahora. Pero el destino es el destino.

—¡Al diablo el destino! Por mi esa cosa se puede ir a la mierda, simplemente no me lo creo... Es imposible... ¿Por qué él? ¿Por qué Kai?... No quiero... No quiero... ¡Me niego!— todo su cuerpo tembló, apunto de desplomarse en el suelo.

—Deberías dejar tus celos de lado, Lloyd.

El rubio, furioso, chasqueó la lengua y golpeó la mesa fuertemente, sobresaltando tanto a Wu como a Kai, que también temblaba de una horrible impotencia y dolor.

—¡No lo entiende!— gritó por último, antes de salir de la habitación, azotando la puerta en el camino.

El anciano suspiró y Kai parecía que estaba a punto de echarse a llorar. Y lo hizó. Rápidamente cubrió su rostro con las manos y los sollozos rezonaron por todo el lugar, rebotando en las paredes, formando un agradable pero infeliz eco.

—¿Por qué...? ¿Por qué yo, Sensei Wu...? Yo tampoco quiero esto... ¡No quiero que Lloyd me odie por esto!— las lágrima resbalaban por sus mejillas, haciéndolo ver como un niño pequeño.

—No te odia, Kai, en lo absoluto— respondió con serenidad.

—¿Ah, no?— sonrió tristemente, secando las mejillas con su palma—. Ya veo... Si eso es amor, no quiero saber que es el verdadero odio...

—Ve a tu habitación y descanza. Lo necesitas.

El castaño se puso de pie, tambaleante y salió del cuarto arrastrando los pasos que daba.

—Lo entiendo perfectamente, Lloyd— susurró, cerrando los ojos, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

 

Llegó a su habitación y cerró la puerta sin ganas con su espalda. Se arrojó inevitablemente a su cama, para abrazar su almohada y soltar todas sus lágrima contenidas: todas las lágrimas que había estado guardando por todo el amor que residía en su interior por aquél rubio malhumorado pero bondadoso a la vez. Podría decir que había sido amor a primera vista, a pesar de que lo consideraba estúpido, porque tal cosa no existía; hasta que lo conoció.

Trataba de no mezclar su trabajo de ayudante con su vida privada, pero a ver le era imposible. Cada vez que estaba a su lado, el corazón le latía a mil por hora, produciendo un desagradable sonido en su oído que lo bloqueaba de todo lo demás que no fuerq su hermoso rubio de ojos escarlata.

Y ahora, por su entera culpa, por querer ser de más ayuda, por querer que Lloyd se fijará en él más como un simple amigo, la había echado a perder. El rubio lo odiaba, y no sabía cómo resolver eso. ¿Por qué tuvo que ir? ¿Por qué su jodida obstinación por ser más venció a su conciencia, ocasionando tamaño problema? Pensar en eso lo hacía sentir más infeliz, sin embargo, necesitaba decirselo. Necesitaba castigarse por ser tan idiota y egoísta.

Oprimió más fuerte la almohada contra su cuerpo y pegó su rostro en ella, respirando fuertemente. Cerró sus ojos, intentando dormir para olvidar todo aunque fuera por un par de horas o minutos, aunque sabía que el error cometido lo atormentaría hasta en sus sueños.

Pero un par de toques suaves en su puerta lo sacaron de todo su mundo de dolor. Se limpió la cara, tratando de lucir normal y se incorporó de la cama roja, dando un saltó hasta llegar a la puerta, la cual abrió lentamente, con un miedo inmenso.

—Hola, Kai— dijo el de ojos escarlata, con una sonrisa de sufrimiento.

Kai retrocedió un paso, y agachó su cabeza automaticamente, aún sosteniendo la puerta con sus manos que había comenzado a tiritar.

—¿Me... dejarías pasar?— preguntó, al ver que no recibía una respuesta que no fuera la demacrada cara del castaño. Éste asintió sin más, haciéndose a un lado. Lloyd entró con aire cohíbido, como si nunca hubiera estado allí y se paró justo en el medio de la habitación. Respiró hondo, tratando de relajar su tenso cuerpo—. Kai, quisiera hablar contigo, así que... me gustaría que me mirarás a los ojos.

El castaño hizo lo que pudo y como pudo. Para cuando al fin había alzado por completo su cara y sus ojos verdes se encontraron con los del chico, éste último tomó su barbilla con una mano y la cintura con otro, juntando sus cuerpos.

—¡¿Q-qué?!— gritó sorprendido Kai, tratando de retroceder.

—Yo no te odio, Kai— empezó—. No te odio en lo absoluto, ni tampoco estoy celoso de ti. Pero si enojado, aunque no contigo, sino conmigo. Escúchame, por favor. Yo... Yo en verdad te amo mucho, Kai. Te amo y no te pondría en riesgo por nada de este mundo, simplemente me niego a ello, y el hecho de que sea el Ninja Rojo me hace preocuparme en demasía. Te amo. Te amo. Te amo. Amo cada parte de ti. Y por eso te protegeré de todo. Déjame protegerte, también déjame amarte.

Las lágrimas volvieron a fluir de los ojos vidriosos del castaño, que con sus puños, apretó la tela verde del traje de Lloyd, arrugándola por completo. Hundió su cara en el cuello del chico y se echó a llorar como nunca antes lo había hecho. Pero había una diferencia en todo. Ahora eran lágrimas de felicidad. 

—Yo... Yo...— su voz tartamudeaba, incapaz de completar una simple oración de cinco palabras—. Yo tam-también te a-amo, Lloyd... Te amo, ¡te amo!

El mencioando abrazó más fuerte la cintura del castaño y, acariciando su rojiza mejilla mojada, lo besó en los labios una y otra y otra vez. Pequeños besos cortos que dejaban una estela de calor en ambos labios, cargas eléctricas parecían recorrer sus espaldas, haciéndolos temblar de exitación.

—¿Me dejarás protegerte?— preguntó Lloyd, besando de nuevo esos dulces y esponjosos labios rosados.

—Sí— respondió, sonriendo cariñosamente—. Lo haré.

Notas finales:

Vale, a lo mejor no es tan largo, pero para ser el primera capítulo está bien, ¿no? ¿No?

En fin, hasta el próximo capítulo.

Besos♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).