Gajeel POV
Era tarde, bastante noche y me encontraba saliendo de mi casa hacia la salida de la cuidad, pensaba ir a un trabajo y viajar de noche era buena idea.
No había prácticamente nadie a esa hora o eso creí hasta que escuché algunos gritos que me sonaron extrañamente familiares.
Me acerque rápidamente al lugar de donde venían esos gritos y otras voces, entonces la reconocí, supe que esa voz pertenecía al stripper de hielo de nuestro gremio.
Un grupo de hombres se encontraba atacándolo e incluso, extrañamente, arrancándole la ropa, no sé de qué iba eso pero obviamente no me quedaría sin hacer nada mientras eso pasaba.
Corrí hacia ellos y comencé a atacarlos rápidamente. Ciertamente no parecían tan poderosos e incluso algunos huyeron de mi cuando comencé a derrotarlos.
No entendía por qué el stripper no los había derrotado.
Cuando ya no había ninguno de ellos cerca, me acerque a la princesa de hielo y entonces supe por que no se había defendido de ellos.
El chico estaba en el suelo y aunque estaba obscuro pude notar que sus ojos estaban de un color gris más claro que el de su color habitual.
Su mirada no se enfocaba en ningún punto y con sus manos tocaba todo a su alrededor intentando ubicarse. Estaba ciego.
Suspire, no podía dejarle ahí solo estando ciego así que lo tome en brazos y lo cargue como si se tratase de un costal en mi hombro.
Era un poco pesado, pero no tanto como había pensado que seria.
- Noooo d-déjame. ¡Suéltame! - comenzó a chillar asustado intentando soltarse de mi agarre.
- Shhhhh, tranquila princesa soy yo.
- ¿G-Gajeel?
- ¿Quién más? ¿Tú hada madrina?
- Bien, si eres tu… ¿A dónde me llevas? - me dijo un poco más tranquilo.
- A mi casa. Así que ya cierra la boca y estate quietecito. -le dije mientras le pegaba una pequeña palmada en el trasero.
No sé por qué lo hice, supongo que me pareció divertido molestarle un poco para que se relajara. Lo había estado sintiendo temblar hasta hace un momento.
No dijo más y dejo que lo llevara conmigo, creo que no tenía muchas opciones era eso o quedarse ahí en medio de la calle sin poder ver nada.
No paso mucho tiempo para que llegáramos a mi casa.
Entrando fui directamente hacia mi habitación y lo baje con un poco de cuidado recostándolo en mi cama.
Prendí la luz de la habitación y comencé a observar a detalle al pobre chico.
¡Valla que le habían lastimado! Tenía todo tipo de heridas adornando su cuerpo, el cual estaba únicamente cubierto con su ropa interior.
Usualmente pensaría que eso había sido obra de su extraña costumbre de stripper, pero yo mismo había visto como algunos de esos tipos le sacaban la ropa.
Sinceramente eso me hiso molestar mucho, más el hecho de imaginar que habrían podido hacerle si no hubiera llegado a tiempo.
Esos bastardos querían aprovecharse de que estaba ciego, pero a todo esto… ¿Cómo le había sucedido eso a la princesa de hielo?
Fui por un pequeño kit de primeros auxilios que tenía en mi baño con lo básico para atender heridas.
Me lo habían dado debido a que solía meterme en muchas peleas.
Le ayudé a sentarse y comencé a curar sus heridas, él intentaba aguantar el dolor pero no podía reprimir los quejidos que salían de su boca.
Y a decir verdad se veía algo lindo con ese sonrojo que tenía... “¡Un momento! ¿Qué diablos estoy pensando?”
Intenté concentrarme en lo que hacía para dejar de pensar en esas tonterías. Vale, el chico es atractivo, pero ¡no me gustan los hombres!
“Tampoco es que me guste nadie en particular pero eso da igual.”
Mientras seguía concentrado en sus heridas, comencé a intentar hablar con él intentando averiguar lo que le había sucedido.
- Y bien, ¿Que te ha pasado para quedar así?
- Yo... No estoy seguro, me atacaron por sorpresa cuando volvía de un trabajo.
- ¿Entonces simplemente te atacaron sin razón?
- Sí, yo realmente, no los había visto antes.
- Ammm… hablando de ver... ¿Ellos fueron los que te dejaron ciego?
- Eso creo, aunque no sé cómo sucedió, supongo que fue uno de sus ataques. Solo… en algún momento mientras me perseguían y atacaban comencé a ver borroso y a sentirme débil así que corrí hasta Magnolia.
- ¿Y no puedes ver absolutamente nada?
-No.... cuando iba llegando a la cuidad deje de ver por completo… T-Todo está obscuro como si tuviera los ojos cerrados y no pudiera abrirlos sin importar cuanto lo intente.
- Entiendo - dije viendo el gesto de preocupación y temor que se formaba en su rostro.
Terminé de curar sus heridas y vendarlas. Se le veía cansado así que le ordené que durmiera y así lo hiso.
Me quedé mirándolo, se le veía bastante tranquilo y aunque odie admitirlo es bastante atractivo.
Al día siguiente lo llevaría con el anciano para que le ayudara de algún modo.