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El amor no siempre nace de la vista por Ake chan

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes usados en este fic pertenecen a Hiro Mashima, yo únicamente los tomo prestados para mi historia. 

Espero que el capítulo sea de su agrado :) 

Gajeel POV

No sé en qué momento me quedé dormido cuidando al stripper, pero cuando desperté aún era temprano.

Me apresuré a darme una ducha y a buscar algo para desayunar. Después desperté al chico, logrando accidentalmente, que se asustara al principio.  

Seguramente al despertar recordó lo que había pasado.

Se le formo un gesto de tristeza y después se sentó en la cama, comenzando a palpar las cosas que estaban cerca de él con sus dedos.

Le ayudé a levantarse y le pregunté donde vivía, para así poder, llevarle primero a que se pusiera algo de ropa.

Después de desayunar le llevé en mi espalda, cubierto con una sábana, hasta su casa.

Cuando llegamos lo cargue hasta su habitación y le ayude a vestirse, el stripper se sonrojo bastante, cuando me sintió cerca poniéndole una playera. Se veía bastante tierno así de sonrojado.

“¡Mierda! De nuevo estoy pensando cosas raras de ese stripper.”

Cuando estuvo completamente vestido volví a cargarlo en mi espalda para llevarlo con el anciano, quizá él podría ayudarlo.

- Y… ¿Sigues igual? Tú sabes, ¿Sin ver nada?

- Si... - murmuro desanimado

- Bueno, no te pierdes de nada, la cuidad esta igual de aburrida que siempre. Gehe

Comenzó a reír levemente por mi comentario y se relajó un poco, quedándose más tranquilo el resto del trayecto.

Cuando llegamos con el maestro, este se preocupó bastante y mando a llamar a la bruja amargada que suele curar a los del gremio.

Mientras ella llegaba, comenzó a hacerle preguntas a la princesa de hielo.

Le conto lo mismo que a mí y el anciano se quedó pensativo, hasta que llego esa mujer. Ella nos sacó de la habitación para poder revisarlo.

“¡Que se cree esa maldita bruja para echarme!”

Le hubiera dicho un par de cosas que pensaba sobre ella pero sinceramente me interesaba más saber que tenía el stripper de hielo.

Me fui a una de las mesas del gremio a esperar y no paso mucho tiempo antes de que saliera esa vieja bruja a buscarnos.

Nos explicó que el chico estaría ciego por tiempo indefinido.

La única manera de devolverle la vista, aparte de derrotando al sujeto que le dejo ciego, era con el tiempo.

Dijo que buscaría alguna pócima para acelerar el proceso, pero de momento no sabía de alguna así que él necesitaría ayuda para irse adaptando.

Cuando el anciano se me quedo mirando fijamente, me dio un mal presentimiento.

- Entiendo gracias Porlyusica. Gajeel cuidaras de Gray mientras este en ese estado.

-¿Qué? Estas bromeando, ¿cierto? ¿Nadie más puede cuidar al bastardo stripper de hielo?

- No y es posible que intenten atacarlo de nuevo. Además Gray no puede ocuparse él solo de su persona estando así.

- Pero, ¿de verdad no hay nadie más?

- No, Wendy, Erza, Natsu, Lucy, Laxus, Raijinshuu y Elfman están en trabajos. Mirajane está en una sesión de fotos.

- ¡Pero, yo iba a ir a un trabajo!

- No es necesario que me cuidé, abuelo, yo puedo quedarme en casa. Estaré bien. - dijo Gray con un tono de voz desanimado y algo triste.

- Gray eso no es posible, si alguien te ataca no podrás defenderte y no estás acostumbrado a estar así, podrías lastimarte. Gajeel cuida de él, por favor. - Insistió el anciano entre preocupado y molesto.

- Vale, lo hare -dije aceptando resignado.

Nos dejó ahí solos y el stripper se quedó sentado en la cama sin decir nada hasta que acerqué a él para poder cargarlo y llevarlo en mi espalda a mi casa.

“¡Ya que tengo que cuidarlo, será donde yo me sienta a gusto! Él tendría que aguantarse.”

Lo subí a mi espalda y justo cuando empezaba a caminar, me detuvo un susurro de su parte.

- Lamento causarte problemas... - murmuro con un deje de tristeza en su voz.

- Supongo que no es culpa tuya, así que no estés preocupado por estupideces, solo has lo que yo diga y estaremos bien.

- Vale, gracias por ayudarme y… por salvarme ayer de esos tipos - me dijo algo sonrojado en voz baja.

- Gehe. No fue nada, princesa.

Llegando a mi casa lo baje con cuidado y lo deje en el sofá de la sala de estar.

Comencé a arreglar un poco la casa, para que no hubiera algo, con lo que pudiera tropezarse o hacerse daño.

En la tarde lo lleve a su casa para que tomara todas las cosas que pudiera necesitar como ropa, cepillo de dientes y cosas por el estilo.

No hablamos mucho ese día solo algunas cosas comunes.

Le ayudé a empacar algunas cosas. Él me iba diciendo donde estaba su ropa, champú, cepillo, etc. y yo se los iba pasando.  

Él los metía con cuidado en su maleta, palpando con sus manos, el contenido e intentando acomodarlos.

Volvimos a mi casa y al poco tiempo fuimos por algo de comer, ya que no tenía muchas cosas en mi casa. Gray quiso intentar caminar por su cuenta.

Primero se tropezó varias veces y poco después se pegó a mí, agarrándose de mi brazo, algo tembloroso después de haberse caído una par de veces.

Todo iba bien hasta que escuche a unas mujeres susurrando que hacíamos una “linda pareja” con lo que me sonroje.  

Me apresuré a cagarlo, como si fuera un costal, en mi hombro para llegar más rápido a donde compraría la comida.

Gray se sorprendió un poco cuando lo cargue y se asustó por el movimiento tan rápido, quejándose un poco de mi brusquedad.

Pero no le di mucha importancia. Pedí la comida para llevar y me apresure a volver.

Estábamos en silencio hasta que me pidió que le diera el salero, le dije que lo tomara él, de la alacena que estaba atrás de mí, mientras yo sacaba la comida de las bolsas.

Él fue caminando torpemente hacia allí, yo me había olvidado por completo de su ceguera, pensando en otras cosas.

Me gire de golpe al escuchar cómo se le caían varias cosas encima.

- ¡Qué demonios! ¿Acaso no viste todo lo que estaba ahí? - dije gritándole molesto al ver todo tirado.

- ¡No! ¡Claro que no lo vi, no puedo ver nada! - chillo comenzando a llorar entre frustrado, molesto y asustado.

- Oh... Lo siento, lo he olvidado por un momento.

Me sentí culpable por haberle gritado, sinceramente me había estado portando como un idiota con él todo el día. Incluso había terminado por hacerle llorar.

Me acerque a él con un pañuelo y le limpie un poco el rostro y las lágrimas que seguían saliendo de sus ojos, mientras él intentaba reprimir su llanto.

Lo cargue en brazos, lo lleve al baño y abrí la regadera.

Después le ayudé a desvestirse, dejándolo bajo el agua tibia para que pudiera ducharse y lavar de su cabello y cuerpo lo que le había caído encima.  

Ya le había visto desnudo un par de veces.

Pero no pude evitar sonrojarme un poco -“por estúpido que parezca”- al verle así, después de haber sido yo mismo, quien le ayudara a quitarse la ropa.

Me apresure a pasarle su champú y el jabón que había traído en su maleta.

Comenzó a lavarse con lentitud y no pude evitar quedarme embobado observando como lo hacía.

“¡No! Solo, estoy cuidando, que no le pase nada mientras se ducha. ¡Si, solo eso!”

Una vez término de bañarse, le ayude a cerrar las llaves del agua y le pase un par de toallas para que se secara.

Odié que lo hiciera, tan lentamente, por que se vía bastante sens... “¡No, nada!” Solo me molesto por que ya tenía ganas de comer y tardaba mucho.

Le arrebate la toalla de las manos y comencé a secarlo yo mismo.

Mientras lo hacía, me llego un aroma bastante agradable, que provenía de él y me perdí un poco.  

Le ayudé a vestirse de nuevo con otras ropas y fuimos juntos a comer lo que había comprado.

Así fueron pasando algunos días, en los que estuve cuidando y ayudando a la princesa de hielo. Sin darme cuenta, nos fuimos haciéndonos cada vez más cercanos.

Notas finales:

Intentare actualizar el lunes de la próxima semana ;D


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