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Los hermanos sean unidos por Jenny Almendra

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Notas del capitulo: Buenas ^^

Gracias a los chicos que comentaron! Y gracias por esperar tambien, espero que les guste el cap :D
Capitulo 2: No somos hermanos


–Debes estar equivocada, este… engendro no puede ser el hijo de mi padre.– Le dijo hacia la mujer. Ella suspiró con cansancio.

–¡Ja! Te llenas la boca con palabras como ¨respeto¨ y sin embargo no las pones en práctica. ¡Pingüino!– Le dijo. Lo último hacia claramente una referencia hacia su vestimenta. Claude era un hombre de cabellos café oscuro. Una cara limpia y masculina, con un porte elegante. Lo que más resaltaba de él eran unos hermosos ojos ámbar, además de la vestimenta formal que llevaba en ese momento. Un traje completo, acompañando de una corbata negra con sutiles bordados en plateado. Ese toque de perfección, se veía opacado por su rostro fúrico.

–¡Serás!– Le refutó Claude. El otro joven comenzó a reírse descaradamente, sacándose la capucha que lo acompañaba.

–Jajaja. Ni siquiera lo entendiste ¿verdad?– Se rió, ahora si podía verle bien la cara y las expresiones que ponía. En cierto sentido, Jake si se parecía a su padre. Tenía el cabello negro, revuelto, una sonrisa burlona, mostrándole todos los dientes. Solo era un poco más bajo que él. Tal vez le llevaba unos diez centímetros. Y esa mirada de altanería, como si no se rebajara ante nadie. Sus ojos eran negros, oscuros como la noche.

–¡Basta! Compórtense de una vez.– Les volvió a reprender la abogada.– No voy a permitir más de este comportamiento. O se calman o llamo a seguridad para que los calmen y los saquen de aquí.

–No hace falta, yo ya me iba.– Jake se dio la vuelta y los saludo con la mano sin mirar atrás.

–¡Espera un momento!– Le gritó la abogada para salir detrás de él.

–Será mejor que nos vayamos de una vez. Lo que sea que debas preguntarle a Anna, será mañana.– Le dijo su madre tranquilamente. Le sorprendió el que no le dijera nada durante su discusión con Jake.

Ambos se dirigieron al estacionamiento del Buffet, y se subieron a un lujoso auto negro, un Line Cero. Ya eran las 5 de la tarde, se irían directo a casa. Estaba preocupado por lo que decía el testamento. Su padre había decidido dividir su fortuna en tres partes. Una parte para la esposa, la otra para el hijo y la última para el hijo no reconocido. Lo que le tenía aun más preocupado es que ese chico tenía más poder, o mejor dicho, más derecho a recibir todo de su padre. El no era más que su hijastro. Y aceptar a un desconocido como hermano y nueva familia, era inaceptable. No lo iba a aceptar. ¨Los hermanos sean unidos¨ sí, claro.

Antes de arrancar, prefirió hablar con su madre un momento.
–¿En que estaba pensando papá? ¿De dónde-de donde salió ese chico?– Preguntó.

–Ay, cariño. Podríamos hablar de esto en casa. Estoy muy cansada.– La mujer llevo la mano a su frente, frotando con cansancio.

–Papá te pidió que cuidaras a ese chico como su hijo ¿Qué dices al respecto?– Ignoró las palabras de su madre y siguió preguntando. Quería sacarse algunas dudas.

–Que lo haré.– Dijo decidida su madre.

–¿Qué?– inquirió con incredulidad.

–Claude. A ese niño tu padre lo tuvo antes de conocerme, para ese entonces nosotros no existíamos en su vida. No tenemos nada que reclamarle. Aunque parece un chico bastante animado, creo que deberíamos conocerlo primero antes de juzgarlo. – Le dijo su madre mientras lo veía fijamente. Ella por el retrovisor podía observar los ojos de su hijo, el cuál miraba inexpresivo hacia el suelo.

–¿Papá… lo quería?– Preguntó dudoso, sin quitar sus ojos del suelo.

–No lo sé. Pero deseaba que se uniera a la familia. Yo quiero cumplir su deseo.– Dijo ella finalmente, con calma y tranquilidad. Ese fue su pie para encender el motor e iniciar marcha. Salieron del estacionamiento, camino a casa.
Al llegar, metió el auto a la cochera, y de allí se dirigieron a la entrada principal. Al entrar, se fueron derecho para la sala. Sobre el sillón se encontraba una mujer, sentada mientras miraba una revista de moda. Al escuchar la puerta, dejo la revista sobre la mesa del centro y se levantó, acomodándose un poco la falda. Y les sonrió a ambos. Claude se acercó a ella y la besó, abrazándola por la cintura para atraerla hacia él.

–Hola, cariño. Vaya que tardaron.– Le dijo ella con una ligera risa.– Merry, ¿Cómo está?– Se dirigió a la mujer, dándole un beso en la mejilla, mientras ella la imitaba.

–Bien. Ya me siento mejor. Aunque ha sido difícil, pero estaremos bien – Dijo ella con una sonrisa nostálgica. –Ahora me iré a descansar. Ya no puedo más. Los dejo, chicos. Portéense bien, eh.– Después de la advertencia en broma que les hizo, subió por las escaleras, perdiéndose de la vista de ambos jóvenes.

–¿Y bien? ¿Qué paso?– Le dijo ella sentándose sobre el sofá. Palmeo el espacio a su lado invitando al otro a sentarse con ella. El se sentó, y se cubrió la cara con ambas manos para después pasarlas por su cabello, como mote de exasperación.

–Resulta que papá, tuvo un hijo antes de conocer a mi madre. Y ese bastardo se apareció hoy a la hora de leer el testamento.

–¿En serio?

–Sí. Y eso no es todo. Le dejo la tercera parte de todo. A mí y a mi madre las otras dos y a él la ultima ¿En qué estaba pensando?... No importa que sea su hijo de sangre, es un completo desconocido como para dejar todo eso en sus manos.– Ella lo abrazó por los hombros.

–No te preocupes. Si no es su hijo, podrás quedarte con todo.– Mencionó ella, tomándolo con delicadeza por la barbilla para atraer su mirada hacia ella, viéndolo a los ojos.

–Tienes razón.– Dijo él con un tono más vivo. Desvió la mirada hacia otro lado.– Pero no, el lo reconoció frente a todos. Es su hijo, debe estar seguro. Lo peor es el carácter que tiene. Es un chiquillo mal educado y rebelde, por lo visto. Solo espero no tener que verlo de nuevo.– Dijo él, suspirando.

Su madre bajó nuevamente. Ambos al oír el sonido de los tacones chocando contra las gradas, se dieron vuelta para verla.

–Hijo, esta noche viene Jake a cenar. Lucy te quedaras ¿verdad?

–Sí, si no es molestia.– Respondió la mujer con una sonrisa.

–Claro que no, querida.– Le dijo la mujer. Claude se tragó su enojo y no dijo nada. Lo más probable es que esa noche se enojaría mucho.

***


Jake salía del estudio muy enojado, estaba dispuesto a volver al hotel lo antes posible a descansar. El viaje lo había agotado mucho y apenas había dormido. Venir desde New York hasta Starlight, le había costado 6 horas de sueño que quería recuperar. Lo peor había sido que anoche no había descansado bien. No había dormido solo.

–¡Espera, Jake! ¡Cálmate, maldita sea!– Dijo Anna tratando de seguirle el paso. Ya en la puerta del edificio, Jake se dignó a verla.

–¿Qué quieres?– Le dio la cara y le preguntó.

–¿Podrías dejar tus berrinches por dos minutos? Te pedí que simplemente asistieras y te comportaras, no que te pelearas con tu hermano.– Le gritó ella.

–El no es mi hermano. Yo no soy hijo de ese hombre. No quiero nada de él.– Enumero las razones por las cuales se encontraba molesto.

–Y yo lo sé, pero debes hacer las cosas como se debe ¿Qué dirá tu madre?– Siempre le hizo gracia la forma en que se expresaba, hacía movimientos con las manos a medida que hablaba. Pero este no era momento para reírse.

–No me importa.– Se cruzó de brazos y miró hacia otro lado.

–¿Vas a ir a casa?– Le preguntó ella, como él no respondió.– Ven a mi casa, entonces.– Le propuso.

–No, está bien. Me quedare en el hotel y visitaré a algunos amigos aquí antes de irme. No quiero meterme en la vida de un matrimonio joven y a papá y mamá los veré después.– Hizo ademán de bajar las escaleras. Pero se detuvo al ver pasar un coche.

Line Cero. Conocía esos coches, pertenecían a una de las compañías de coches que había en Starlight. Un lujo que solo pocos se daban. Por la ventana delantera del coche vio al hombre de ojos ámbar con el que había discutido. Estaba seguro de que lo odiaba. Indudablemente porque él se quedaría con el dinero que le ¨correspondía por derecho¨. Los hombres de dinero tenían una única ambición. Mucho más dinero. Así que reflexionó unos segundos.

–Bien. ¿Qué quieres que haga?– Le dijo, se cruzó de brazos y la observó expectante.

–Que te lleves bien con la señora Ross y con su hijo. Que los trates con más asiduidad, es lo que tu padre querría.– Le habló con calma.

–…l no es mi padre. Mi padre se llama Frederic Marshall y mi madre Lilian Marshall.– Le dijo. Ella le pegó una ligera cachetada que no le dolería a nadie, solo para tranquilizarlo un poco y jugar con él.

–Y yo lo sé, hermanito. Pero debes hacer esto. Le llamaré a Merry para que puedas ir a conocerlos mejor.– Le dijo. También cruzó los brazos para hacerse respetar. Ambos eran hermanastros. EL apellido de Anna había cambiado cuando se caso, al igual que el de su madre.

–Bien.– Decidió resignarse. Observó la dirección por la cual el coche oscuro despareció. Había aceptado acercarse a la familia del hombre que lo abandonó. A él y a su madre. Ya vería que clase de personas eran y que podía hacer para sacarle ese hombre el aire de superioridad que tenía.

Continuara…
Notas finales: Bueno, espero que les haya gustado ^^

Lamento la tardanza, pero ahora mismo no tengo el mismo tiempo que antes y con el trabajo, la escuela, el curso que sigo y los cursos de ingreso a la Uni me quitan tiempo ToT

Tal vez esto este avanzando muy lentamente(?) pero es porque quiero que suene logico(?) xDDD

Bueno nos vemos

See you Later...

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