En medio de la biblioteca se encontraban dos personas de diferente genero, pereciera que uno de ellos estaba en otro lugar menos allí, no tenia o no sabia la respuesta que le daría ¿Qué lo molestaba? Pues bien, en resumidas cuentas cuando alguien te dice >>Hola, quiero ir a ver a tu hermano<< para él pareciera que le dijera >> Hola, quiero salir con tu hermano ¿Me llevas con él? << O algo por el estilo. Debemos aclarar que eso es lo que piensa, no lo que en verdad pasa.
-Oye ¿pasa algo?- saca de las nubes al peli-verde.- ¿me llevas o no?- se volvió a acercar frente al de mirada indiferente.
-… si lo hago ¿Qué gano yo?- tal vez era una buena opción preguntárselo.
-Umm ¿El placer de mi compañía?- o más bien no.
- Eso no se come…- esto al parecer le causo gracia a la joven. Comenzó a reírse levemente tratando de mantener la compostura frente a él pero pareciera que era imposible a estas alturas.- ¿Por qué te ríes?- le miro confundido. Primera vez que alguien no le teme o le guarde rencor.
-jajaja, l-la verdad no se…- respiro hondo y seco las pequeñas lagrimas que salieron durante la acción.-bueno, no sé que darte. Además solo te pedí que me llevaras donde… ¿Cómo era? Ami...Ane...- balbuceo palabras en intento por encontrar aquel nombre tan peculiar que oyó de él.
-¿Te refieres a Aniue?-
-ahh ese era, pues bien. Llévame con “Aniue”- sonrió posicionando sus manos en su cintura.
Esto incomodo un poco al chico, nadie mas que él podía llamarle así. Era algo propio de él y si, no solo me refiero a eso.
-… ¿todos los humanos son así de idiotas?- cosas como esas no se oyen todos los días.
-¿eh? ¿Acaso dije algo indebido?- llego a entender un poco el motivo de la pregunta.
-… dime, si te pidiera algo ¿Lo harías?-
-¿Al menos me escuchaste?- una venita sobresalía en su frente.
-¿Lo harías?- volvió a preguntar el terco demonio peli-verde.
-emm, pues si puedo si… supongo- dijo la dubitativa peli-negra quien intento mirar hacia otro lado.
-aja, entonces si te llevare con él-
-¿eh?...- fue, sin objeción, tomada del brazo siendo arrastrada hacia la salida.- ¡¡espera!!- intento deshacer el agarre pero fue inútil, ese peli-verde era fuerte y además no la dejaría irse así como así ¿Qué acaso no quería un buen guía?
….
Fue escoltada por todo el pasillo sin siquiera ser soltada por aquel de ojos verdes, pareciera no incomodarle los leves golpes que le daba la chica de anteojos quien pedía que le soltara ya que era un tanto vergonzoso la situación en la que se encontraba.
-… ¿Todavía falta mucho?…- pregunto ya resignada mirando hacia otro lado.
- si – esto la hizo suspirar desanimada, era un tanto abrumador tener de escolta a un joven con actitud algo rara pero por extraño que pareciera, le agradaba un poco.
-oye dime, ¿cómo te llamas?-
-creí que lo sabías…- dijo sin mirarle mientras subían las escaleras.
-pues no lo sé, ¿qué te hizo creer eso?- reprocho cual niña pequeña haría con su mayor.
- no sé, tal vez el hecho de que nos espiaras fuera un factor importante en la pregunta- la joven le miro azorada y con un pequeño rubor en sus mejillas, todavía no olvidaba eso.
-y-ya te dije que fue un accidente… además eso no viene al tema- hizo un puchero infantil y tierno. No evito hacer sentir intrigado al otro quien le miro por un corto lapso de tiempo antes de que le descubriera.- ¡Ya! Dime tu nombre- pidió un tanto irritada. Trataba de cambiar el tema.
-mmm, yo me llamo Amaimon…-
-Amaimon- repitió intrigada.- bueno, yo también debería presentarme…-
-Que buena idea- completo irónico.
-tsk- chasqueo la lengua.- ¿vas a seguir molestándome?-
-¿Lo hacía?-
-Oh no, solo lo pensé- dijo irónica y a la vez irritada.
-ahh…- siguió- ¿me dirás o no tú nombre?- la otra se calmo un poco, estaba a punto de darle con lo que sea en la cabeza.
-…-suspiro.- me llamo Yuniko… pero mejor dime Yuni…- pidió a mitad del pasillo.
-… que raro nombre-
-¡mira quien lo dice!- dijo al momento de llegar justo enfrente de una puerta.
-ya llegamos- la soltó y toco la puerta.
-Adelante-
Abrió la puerta en cuanto lo escucho y paso primero antes que la joven quien dio unos pasos para no quedar fuera. Se cerró y los dos se quedaron viendo de frente al director quien tomaba una taza de té.
-Oh, hace un buen tiempo que no te veo Amaimon- dijo fingiendo sorpresa.- ¿Qué te trajo hasta aquí?- si que fingía sorpresa.
-Vine a traerte a esta chica Por si no la visteya que deseaba verte- se aparto para dejar que la viera.
-ohh pero que sorpresa. Pensé que estabas en clases ahora, sabes que no es bueno faltar el primer día ¿No crees?-
-¿Eh? ¿Primer día? Pero si yo no…- se escucho el abrir de una puerta detrás de ella interrumpiendo la conversación.
-Disculpe la tardanza pero por si no se dio cuenta, tengo clases a las cuales asistir- dijo de malhumor y con una venita sobresalir de su frente.- Y bien, ¿para qué me llamo?-
-Bueno era por esto- se levanto dirigiéndose luego hacia la joven quien no evito mirarle intrigada y con algo de temor.- necesito que le enseñe las instalaciones de la academia y su cuarto, que por cierto esta en el mismo edificio que el de ustedes así que tendrán una vecina- la tomo de los hombros y la giro para que así la viese.
-¿ella?- la miro, sabia quien era.- pero tú no eras la de…-
-se llama yuniko- interrumpió el peli-verde que hace rato no hablaba.- pero prefiere que le digan Yuni- esto hizo molestar a la peli-negra quien le lanzo una mirada fulminante.
Todos se miraron por un momento.
- bueno basta de presentaciones, la joven necesita descansar. Okumura-sensei hágame el favor de llevarla a su recamara.- la llevo hacia él- y por favor no hagan alboroto- todos le miraron extrañados, ¿Qué quiso decir con eso?
-…- suspiro.- bueno, déjeme enseñarle el edificio.- le dio paso para que así saliera primero. Ella asintió tímidamente y se fue junto con él dejando a los otros dos a solas.
El corazón le palpito.
-y Amaimon, ¿planeas irte otra vez?- pregunto entre pasos dirigiéndose de nuevo a su asiento.
Volvió a palpitar pero con cierta rapidez.
Era sumamente extraño lo que sentía al estar con él en la misma habitación. Suponia que se debía a aquel sentimiento que descubrió hace poco pero no era el momento para revelarlo, quizás no aguante mucho mas el pequeño control que poseía en esos instantes.
-Me niego a perder- pensó mientras se iba hacia la puerta de salida- El juego aun no termina- se fue sin voltear a verle.
El palpito de estabilizo y ahora solo quedaba planear la forma en la que lo calmaría para siempre.
…..
-aahh- bostezo.- todas las clases son aburridas- dijo para sí mientras caminaba hacia su edificio, se tomaría un receso en su cuarto antes de asistir a las clases de Exorcistas.
Todo era muy aburrido, el joven demonio prefería mil veces asistir a las clases de exorcismo que ir a las clases normales, sentía que no encajaba (O mejor dicho no entendía) entre los demás. Más encima de que estaba atrasado con las clases en las que deseaba especializarse. Yukio no era de gran ayuda, casi no tenía tiempo o al menos eso le decía.
-¿Por qué siempre me evade? Siempre dice que es por eso, que es por aquello, pero no siento que me diga la verdad- pensó mientras se adentraba al edificio de aspecto antiguo y descuidado.
Era más que obvio lo que pasaba pero él no lo notaba, era muy ingenuo en esas cosas e incluso aun pensaba que a su hermano le gustaba Shiemi. Algo que a la vez lo molestaba ¿Quizás eran celos? No lo sabía explicar pero creía que esa era una razón, solo que ¿A quién celaba?
-Ya llegue- dijo sin intención de recibir alguna respuesta. Algo que no esperaba era que en ese momento no se encontraba del todo solo.
-Bienvenido nii-san-
-¿eh? ¿Yukio pero que haces aquí?- pregunto sumamente sorprendido. Era extraño verle a estas horas en la casa y no en sus tareas cotidianas.
-Tuve que atender un asunto pero ya me iba, por favor no hagas nada imprudente- se acomodo para irse por la puerta usando la llave especial.
-¡E-Espera! ¿A que te refieres con eso?- no alcanzo a detenerlo recibiendo solo un saludo con las manos.- Maldito megane…- susurro indignado y molesto con el menor.
Sin nada más que hacer, se fue en dirección a la cocina para así beber algo fresco. Tomo un vaso, se sirvió y se fue a sentar a la mesa para relajarse un poco. En eso, siente que alguien se está acercando a donde se encontraba. Como si fuera costumbre, desenfunda la kurikara y espera paciente la aparición de lo que sea que se encontraba en su casa.
-Oye Yukio dime dond… ¡Ahh¡- grita espantada por el movimiento que casi lanza sobre ella el demonio quien se tropieza y cae al suelo (te lo mereces >->)- ¡¿qué te pasa?!- pregunta con temor al ver unas flamas azules esparcirse por toda la zona.
-Auch, eso dolió… ¡debería de preguntarte lo mismo!- dijo enfundando de nuevo la espada.
-…- se dio cuenta de algo.- o-oye… ¿y-y esa cola?- ladeo su cabeza para divisar mejor lo que había encontrado.
-¿e-eh?- miro a su atrás y la escondió rápido.- ¿A-A que te refieres? Yo no tengo nada jeje- ella pestañeo dos veces antes de acercarse y sacarle lo que tenía entre manos.
-¿Así? ¿Y esto qué es?- el joven se ruborizo e intento apartarse lo más que pudo para que dejara de tocarle en esa zona sensible.
-Ya déjame- jadeo mientras la sacaba de encima suyo. Ella le miro intrigada, ¿Qué le ocurría?
-Vaya vaya ¿Qué hacen?- los dos se giraron para encontrarse con aquel que dijo eso y el temor no se hizo esperar. Se trataba de un furioso Yukio quien demandaba una buena explicación a aquella tan vergonzosa situación.
-Ehh, ¡Yukio!- dijo Yuni mientras se levantaba del suelo soltando por fin al joven.- N-No es lo que piensas!!!- intento explicar la joven mientras movía sus manos cómicamente frente a él.
-Sí, tiene razón...- corroboro el mayor mientras se levantaba también.- A-Además ¿Qué haces aquí?-
-¿Qué? ¿Ya no puedo volver siquiera a ver cómo andan las cosas?- esa mirada dejo más que helados a los participantes quienes negaron con la cabeza.- Bien, será mejor que vayas a las clases. No vaya a ser que se te dé por faltar- él mayor volvió a negar y se fue corriendo dejando a la chica a solas con su hermano.- ¿Necesitas algo?
-a-ah no no, y-yo ya me iba- sin más, se fue como Rin, corriendo a cualquier lado para así escapar de aquella atemorizante mirada.
El castaño suspiro y se relajo un poco dejando de ver a esos dos ingenuos jóvenes. Si, para él eran como dos chiquillos que no sabían lo que hacían. Como Shiemi diría él.
Se apoyo contra la pared junto a una ventana entreabierta en la que se giro a mirar por un momento para luego mirar hacia el frente nuevamente. No estaba solo después de todo.
-Oye, Gracias por avisarme pero da por hecho que esta será la única vez que te lo diga- era más que evidente que aquella figura oculta no se trataba de nadie más que de Amaimon, ese curioso demonio que llego a ver aquella escena tan peculiar en las parejas. Por esa misma razón no dudo en dar alerta.
-Yo solo hice lo que me pareció...- sin decir mas, desapareció dando un salto por la ventana. ¿Qué más le diría? Él solo era su confidente y como tal tenía que apoyarlo también.
El castaño solo hizo una mueca de disgusto luego de que desapareciera la presencia de aquel raro demonio. Era extraño para el sentir una especie de gratitud por parte de ese al que aun consideraba una mala persona, pero, ¿que mas haría? Gracias a él pudo llegar a tiempo para interrumpir lo que creía, era una insinuación por parte de Rin o Yuni. Encima que parecían incrédulos ante sus acciones, cosas de jóvenes se diría, cosas de jóvenes primerizos.