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Una vida de locos por LisM334

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Notas del capitulo:

 

el primer capitulo esta aburrido, porque es el primer cap, y lo escribí hace como 4 meses, mas adelante se pone interesante...

Notarán que algunas partes estan algo raras, esto pasa porque el fic lo escribimos dos personas.

Espero que les guste...

 

Para Baekho, todo en Busan era deslumbrante pero no más que Seúl. Aunque lo que conocía no era más que el depósito donde vivía con su primo, Minhyun, y el camino a la escuela ya que se había mudado hace no más que dos semanas.

La primera semana fue un lío, el deposito era grande pero con todas las cosas de Minhyun, que se había llevado prácticamente la casa entera, y las cosas que su madre empaco que por suerte no empaca la casa, después de meter todas las cosas en la “casa”, no sabían por dónde entrarían ellos.
Pero en fin, se las arreglaron para acomodarse.

De eso ya había pasado una semana y media, ahora estaba haciendo el desayuno, mientras Min se preparaba para el colegio, él quiere convertirse en cantante de una banda electro-urbana, que se llame *MINHYUN y su banda*

Minhyun es sólo unos meses menor que Baekho, la madre accedió a que su ‘bebé’ se mudara sólo porque Baekho viviría con él, y el padre estaba feliz porque por fin él tendría el sótano para hacer su guarida de machos.
Por otro lado Baekho decidió mudarse para poder tener más oportunidades de cumplir su mayor sueño, el de llegar a Seúl y convertirse en el más famoso... ¡Critico de comida! De Corea, y del mundo. Si no podía cumplir ese sueño se convertiría en cantante o agente de bienes raíces.

—¡Min, baja a desayunar, se enfría! 

—¡Aquí estoy! ¿No puedes esperar a que termine de peinarme? —pregunta Minhyun, acomodando su cabello. 

—Nho, s tarde i thengo kue llegar antsh para la cere...emonia de ingrezo, thú tambiém —dice mientras mastica el pan que tenía en la mano.

—no hables con la boca llena, estúpido, no se te entiende nada 
—le regaña Minhyun.

—shii~ Mami~

Terminaron el desayuno, cerraron la casa y salieron corriendo, apenas que sí alcanzaron el metro. 

—tú te bajas dos paradas después de mí, si pudiera te acompañaría pero no puedo ¿No te perderás verdad? —le dice mientras Baekho presta atención al camino— ¿Me estas escuchando? 

—sí, te escucho... no me acompañas porque ni tu sabes el camino ¿Eh? 

—sí, lo admito —confiesa fingiendo estar avergonzado, ambos estallan a carcajadas. El camino siguió con el mismo ambiente hasta que Minhyun se baja en su parada—. Ahí te ves —se despide antes de descender junto al mar de gente que también baja en esa estación. 

Baekho le despide con la mano mientras se adentra más en el vagón ya que aún le quedan 20 minutos más de viaje, se sienta junto a una ventana, para observar mejor el camino 

—definitivamente es deslumbrante —piensa mientras recorre con la vista la ciudad. 

Minhyun asiste a una escuela diferente, una escuela de arte, a su madre le gusta cantar y aún más como canta su hijo, Minhyun, con la ayuda de su madre convenció a su padre de mandarlo a esa escuela, los gastos de la escuela los pagan sus padres, ahora él trabaja para pagar parte del alquiler del depósito y algunas cosas de su escuela; en cambio Baek, se mudó con la ayuda de sus padres, que pagaron la mudanza y los dos primeros meses de alquiler mientras él consiga un trabajo estable. 

En eso está pensando cuando en el altavoz se anuncia que está llegando a su parada, se levanta de su asiento y baja. 

Estaba de camino a la escuela cuando se queda viendo como un hombre cocina una comida típica de Busan, se la compra, y sigue su camino, cuando llega a una intersección y se olvida por donde seguir, hace un piedra, papel y tijera para decidir dónde ir. Sigue por el lado derecho, como nada a su alrededor indica que ése era el camino correcto, piensa en caminar un poco más, si no encuentra la escuela volvería e iría por el otro camino, casi vuelve cuando divisa un chico que lleva el mismo uniforme que él, entonces lo alcanza y le pregunta si ese era el camino hacia la preparatoria GENIE el chico le dijo que sí y que su nombre era Jonghyun, pero que le llamara JR, luego le pregunta si era su primer año en esa escuela y Baekho le dijo que se había mudado hace poco a Busan. 

—¿De dónde eres? 

—de Jeju, a mi nombre es Dongho, pero puedes llamarme Baekho —se presenta, esbozando una hermosa sonrisa. 

—gusto en conocerte Baekho —dice extendiendo su mano. 

—un gusto —dice estrechando la mano de JR. 

—bueno, mejor nos apuramos o nos dejaran afuera. 

Y después de eso casi corrieron al colegio. 

Al llegar todos ya habían entrado, están por entrar al colegio cuando un hombre vestido con ropa deportiva los detiene en la puerta. 

—¡¿Por qué llegan a esta horas?! Ya pasaron 10 minutos desde que todos entraron —les grita muy enojado. 

—ya profe, tranquilo que ya llegamos —dice JR, restándole importancia al asunto. 

—tenía que ser Jonghyun... bueno, pasen al salón de ceremonias... ¡AHORA! 

—vamos —le dice a Baek, ambos salen de allí. 

El profesor se les queda viendo, niega con la cabeza y espera unos minutos a otro alumno que siempre llega tarde—. Parece que hoy no viene —piensa y cierra las puertas. 

Mientras tanto... 

En una casa del otro lado de la ciudad, una señora bien vestida abre la puerta del cuarto de su hijo, para encontrarse con un chico de aspecto femenino vestido con su uniforme y acostado en la cama con los brazos abiertos como cuando alguien quiere hacer ángeles de nieve. 

—Minki ¿No piensas ir a la escuela? Ya es tarde —dice abriendo las persianas cerradas. 

—si ya es tarde y aún no he salido de mi cuarto, es porque no pienso ir —le contesta sin moverse. 

—Ay~ mi lindo bebé se puso rebelde —dice ella sólo para molestar, se sienta en la cama y estruja los cachetes de su hijo. 

—¡mamá no hagas eso!... y no soy un bebé —reprocha incorporándose con rapidez. 

—para mí siempre serás mi lindo bebé y eso nadie lo cambia —se para y lo abraza—. Bueno, si no vas a ir tienes que hacer los deberes de la casa, yo voy a trabajar, no olvides llevar a tu hermana a la escuela —le suelta y sale del cuarto sin antes estirarle los cachetes de nuevo—, nos vemos luego, cariño. 

—debí haber ido —piensa, y se cambia de ropa. Camina hacia el cuarto de su hermana y golpea la puerta —Hana, despierta que tienes que ir a la escuela —nadie contesta—. Hana arriba —ni siquiera un mínimo ruido—. Voy a entrar —cuando entra se encuentra con sabanas colgando del ventilador de techo y pequeñas entradas entre colchones y muñecos, y un cartel que dice ‘castillo de la princesa Hana’—. Hana ¿Dónde estás? —pregunta ya que no la veía entre el desastre. 

—aquí en mi cama —responde la susodicha—, entra por la puerta donde esta FUFI. 

—¿Y por qué no sales tú? 

—porque soy una princesa. 

—sal de ahí —le dice aún calmado. 

—NO, porque yo soy la princesa —niega desde su escondite. 

—si no sales a la cuenta de tres, no te daré dulces —ordena con un tono severo. 

—ya estoy aquí —dice la pequeña saliendo en menos de lo que cae un rayo—. Mis dulces —extiende sus manitas. 

—te los daré después —ante eso ella hace un puchero—. Ahora ayúdame a sacar esto —comienza a descolgar las sabanas del ventilador— ¿quién te ayudó a hacer esto? 

—papá —dice Hana tirando de FUFI su gran oso de peluche. 

—claro, él lo hace y después uno se las tiene que arreglar solo —se queja enojado. 

Cuando termina de acomodar todo manda a la niño a bañarse, mientras él busca el uniforme de la niña, cuando esta sale le ayuda a vestirse. 

—yo quiero llevar la verde. 

—no puedes. 

—¿Por qué no? 

—porque tienes que llevar el uniforme. 

—¿Por qué? 

—Porque sí —responde y le coloca la remera, el mameluco rosa y luego le peina—. Ya está, vamos a desayunar —dice cargándola y bajando al comedor—. Come —le pone el cereal y la leche enfrente. 

—Pero yo quiero tostadas —se queja apartando el plato. 

—vas a comer el cereal y punto.

—¿por qué? 

—Porque yo lo digo, come —dice y le pone el plato enfrente. 

Hana comienza a comer de mala gana. 

—Come con ganas o no comes nada —le dice y ella comienza a comer con la mejor cara que tiene. Sonríe contento y la niña también lo hace, ya que ver una sonrisa en su hermano era algo casi imposible. 

Luego de prácticamente obligar a la niña a comer, le puso sus zapatos y la llevo a la escuela. Cuando subió al metro, para volver a casa, en el piso de este encontró una pulsera que rápidamente junto. Al tenerla entre sus manos la observa detalladamente, era de plata, simple pero muy bonito, y tiene dos pequeños dijes, uno era un tigre, el otro una letra “B”. —¿Será de alguna chica? Una con buen gusto. Bueno, ya es mío —piensa Minki mientras se coloca la pulsera en la muñeca —me queda di-vi-no-. 

.—'—.—'—.—'—.

Minhyun va camina hacia su Instituto cuando de repente es brutalmente envestido por un chico que pasaba corriendo a toda velocidad. Ambos caen al suelo, el chico desconocido encima de Minhyun, y sus rostros quedan muy cerca. 

—lo sien… —dice el chico pelirrojo pero no llego a terminar su frase, porque es golpeado en el rostro por Minhyun, quien estaba rojo de la ira-vergüenza por la escena. El pelirrojo con la fuerza del golpe cae a un costado, a lo que el castaño aprovecha para pararse y acomodándose el flequillo. 

—¿Qué te pasa? —le grita Minhyun viendo como otro chico se para y le encara de frente e 'intimidante' le mira. 

—¿Qué te pasa a ti? ¿Por qué me pegas? 

—porque estabas encima mío, idiota —responde el castaño mirando al pelirrojo desde arriba, ya que el chico ‘intimidante’ era más bajo. 

—idiota eres tú, adiós muñeca —dice el pelirrojo sonriendo con maldad, Minhyun intenta protestar pero el otro chico sale corriendo. 

El castaño muy enojado sigue su camino. Sin percatarse de que le faltaba algo muy preciado, que cierto chico pelirrojo le había robado.


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