La mitad de la población mundial son llamados “dueños” o “amos” y la otra mitad son llamados “mascotas”. Y tal como los nombres lo dicen la mitad de la población tiene de mascota a la otra mitad y estos deben obedecer cada orden que sus dueños sin cuestionar o quejarse.
Si dos personas que son dueños tienen un hijo este sera mascota y a su ves si dos mascotas tiene un hijo este sera dueño así se evita la discriminación de familias. Quien sera mascota o dueño lo decide una maquina cuando un bebe nace así la población queda divida exactamente a la mitad
cuando un bebe nace y es considerado mascota se le coloca un collar azul en el cuello para diferenciarlo hasta que cumple los 15 años cuando se le asigna un dueño que le colocara su propio collar en el cuello para que el resto del mundo sepa que esa persona le pertenece.
La luz del sol de la mañana entro por mi ventana, despertándome para comenzar un nuevo día.
-¡sorpresa! ¡feliz cumple Gaara!- dijeron mis hermanos Temari y Kankuro
- ¿no saben tocar?- dije tapándome la cara con la almohada
-no seas terco- dijo Temari mientras se sentaba en el borde de la cama y quitándome la almohada- hoy cumples 15, hay que festejar-
¿tenia que recordármelo? Toda mi vida he deseado que este día jamas llegara, lo he odiado desde siempre, y ellos lo saben.
-te guste o no empiezas una nueva etapa en tu vida fingir que no sucede solo sera peor- dijo Temari con un tono molesto, al parecer la expresión de mi rostro reflejo mis pensamientos.
-me voy a bañar- dije levantan dome y yendo al baño.
…
sentir las gotas de agua en mi cuerpo me relajaba, no me importaba si era el agua de la ducha o la fría a lluvia. Cerré las canillas, corrí las cortinas, me coloque frente al espejo, tome una toalla y desempañe a este para así poder ver el patético reflejo de mi patético rostro.
Nunca me gusto relacionarme con otras personas, siempre me fastidian, me ponen nervioso con sus estupideces, preferiría pasar el resto de mis días solo,pero eso es imposible, tendré soportar las ordenes de alguien mas por el resto de mi vida y ese maldito collar azul en mi cuello me lo recordaba cada día.
Me apresure a vestirme y bajar a desayunar con mis hermanos y mi padre .
Temari y mi padre son dueños, Kankuro y yo somos mascotas y mi madre, quien murió cuando yo tenia 5 años, también era una mascota, la mascota de mi padre, así se conocieron.
Termine de desayunar y me despedí de los tres, era muy posible que no los viera hasta dentro de un mes, salí de mi casa y tome un taxi hasta la escuela, lo que seria mi ultimo día de escuela.
…
siempre me siento al fondo del salón, solo, y todos en la clase saben bien que no me gusta que me molesten. Poco a poco mis compañeros fueron llegando y sentándose en sus asientos y por ultimo entro el profesor, en sus mano sostenía una correa que iba directo al collar verde que tenia una chica en su cuello, ella era la mascota del profesor.
-felicidades- comenzó a decir- han terminado la escuela y cada uno de ustedes tomara caminos diferentes, me siento orgulloso de haber sido su profesor, ahora las siguientes personas que nombre se pondrán de pie e irán al autobús que los espera afuera-
no hacia falta decir los nombres, era obvio que seriamos las únicas 10 personas con collar azul en el cuello.
En el autobús había mas jóvenes con el collar azul y todos con la misma expresión de miedo en el rostro, pues hoy otra persona nos elegiría para ser nuestro dueño.
Me senté en el fondo y el autobús arranco, al hacerlo me percate de que en todos los asientos estaba el papel de las 3 reglas:
1_ la mascota debe obedecer a su dueño.
2_ las mascotas tienen derecho a ver a sus familiares o pareja al menos una ves al mes.
3_ los dueños tiene prohibido golpear a sus mascotas.
Era como un maldito recordatoria de los únicos 3 derechos que tendré de ahora en adelante.
El autobús freno en otra escuela para recoger a otras 5 futuras mascotas, cada segundo que pasaba odiaba mas este día. Un chico de pelo oscuro se sentó junto a mi llenando el ultimo asiento del autobús y este arranco.
Nadie hablaba solo se escuchaba el ruido del motor, fue el viaje mas largo, aburrido y detestable de mi vida. Nos detuvimos des pues de una hora y media de viaje, las puertas se abrieron indicando que debíamos bajar y así con muy poco entusiasmo y algo nerviosos todos comenzamos a bajar para entrar a lo que se llamaba “tienda de mascotas” un lugar donde los dueños podían elegir a sus mascotas.
Nos metieron en una habitación con mesas, sillas, algunos sillones, un pequeño estante de libros, una maquina de bebida y otra de bocadillos, era un lugar algo pequeño pero para los 25 que eramos estaba bien, en una de las paredes había un gigantesco espejo, era muy obvio que del otro lado estarían los dueños observándonos para elegir a uno de nosotros. Una mujer de pelo oscuro y corto con un collar blanco en su cuello entro en la habitación, tenia una bolsa de papel en la mano.
-les daré uno de estos a cada uno, pónganselo en el cuello y cuando salga su numero en la pantalla salgan por la puerta- dijo mientras sostenía un cartel con el numero 1 en la mano y comenzó a repartir los otros que tenia en la bolsa, me toco el numero 5, pase el hilo que sujetaba al cartel por mi cuello, tome un café de la maquina y me senté en una de los sillones individuales.
después de unos minutos el numero 15 apareció en la pantalla, que estaba en sima del espejo, y el chico de pelo oscuro se levanto y cruzo la puerta y así un numero tras otro apareció en la pantalla hasta que solo quedamos 3 y el bendito numero 5 apareció en la pantalla, suspire y de muy mala gana me levante y salí del cuarto, afuera había un escritorio lleno de papeles y la chica de pelo corto sentada detrás de este,pero eso no era todo, parado junto al escritorio estaba un chico de pelo puntiagudo y rubio, ojos azules y vestía un pantalón negro y una remera naranja, en su mano sostenía un collar negro y en su rostro había una pervertida sonrisa, me miraba atentamente mientras me acercaba a el, de ahora en adelante seria mi dueño, de ahora en adelante debía obedecer cada cosa que me pida, llegue a estar en frente suyo y me gire para que pudiera quitarme el collar azul y reemplazarlo con el negro que sostenía, ajusto la correa al collar, acerco sus labios a mi oído -ahora sos mio- susurro jalo de la correa y comenzamos a caminar para salir del edificio, subimos a un auto estacionado a fuera y nos dirigimos a su casa.
El conductor era un hombre de pelo largo y blanco posiblemente el padre de... de mi dueño, ambos nos sentamos en los asientos de atrás y solo cuando arranco me percate de que en el asiento del acompañante estaba sentado otro hombre también de pelo largo pero oscuro, no podía ver cual de los dos llevaba collar.
-Uzumaki Naruto- dijo el rubio sacándome bruscamente de mis pensamientos- ese es mi nombre ¿y el tuyo?-
-Sabaku no Gaara- Naruto me sonrío y no volvió a hablar en todo el camino.
Al llegar a su casa bajamos del auto y pude notar que el hombre de pelo negro llevaba un collar verde como sus ojos.
-Naruto debo ir a trabajar nos vemos para cenar- dijo el hombre de pelo blanco
Naruto asintió y me condujo a su casa, por dentro era muy bonita y grande.
- ¿el es tu padre?-pregunte mientras entrabamos en su habitación
-si, pero adoptivo- apenas cabo esa frase me puso contra la pared , junto sus labios con los mios y metió su lengua en mi boca, estaba sorprendido, puso su rodilla en mi entre pierna y sus mano en mi cintura, quería quitármelo de encima, pero no podía, por que soy su mascota y debo dejarme hacer lo que el quiera.
-¿po.. por que fue eso?- pregunte en cuanto separo sus labios de los mios
-porque quise- volvió a besarme mientras desabotonaba mi camisa, escuche como esta caía al suelo, entonces comenzó a frotar sus manos por me pecho, mi cintura, jugueteaba con mis pezones, revolvía mi pelo, todo mientras me besaba, sin duda era alguien que tenia experiencia en esto, era odioso.
Me tiro de espaldas a la cama y comenzó a quitarme los pantalones.
-¿que haces?- pregunte
-¿no es obvio? Marco mi territorio.
Me quito lo que me quedaba de ropa, ahora estaba desnudo ante un desconocido, paseo sus mano por mi pecho, mi rostro, mis piernas, pero principalmente mi miembro, jugueteaba con el mientras volvía a besarme, odiaba todo en especial la pervertida sonrisa de su rostro, comenzó a besarme el cuello bajando lentamente hasta mis pezones donde se quedo lamiéndolos lentamente por unos segundos hasta que decidió seguir bajando cada ves mas llegando a mi miembro ya erecto, metió su boca lo mas que pudo y volvió a subir y a bajar, subir, bajar, subir, bajar cada ves mas y mas rápido.
-aag, ha- me sorprendí al escuchar esos gemidos salir de mi boca.
Me corrí y el trago toda mi esencia, puso su mano en mi cintura y me giro, era obvio lo que pretendía hacer, no quería, pero no podía negarme, paso su mano por mi trasero suave y delicadamente, cerré los ojos preparando me para lo que venia.
-¿sabes que es lo mejor?- comenzó a decir- que no puedes negarte-
¡Maldita sea! Tenia que decirlo
soltó un a risa y metió su miembro dentro de mi, solté otro gemido por el impacto y el dolor que me causo, empezó a embestirme fuertemente cada ves mas rápido, mas fuerte y mis gemido lo acompañaban, de alguna forma muy extraña sentía un placer que nunca antes había experimentado, por primera ves en mi vida e sentía vivo.
Naruto se corrió dentro de mi y se acostó alado mio me miro con sus ojos azules y dijo
-ahora, sos oficialmente mio-