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Para tu conveniencia por LuzMin

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Notas del fanfic:

Notas: No me pertenece KnB o 7-Eleven. Pero compre una cosa rara ahí una vez.

Bienvenidos sean todos, esta es una traducción de un fic que me encanto, la autora original es chasingstarfall y les dejo el link del fic original por si lo quieren leer en su idioma nativo (http://archiveofourown.org/works/4405178/chapters/10004162 ).

¿Qué les puedo decir? Estoy muy agradecida con la autora de este fic que me dio el honor de traducirlo, espero no echarlo a perder, daré mi mejor esfuerzo para mostrarles porque este es uno de mis favoritos. No me queda más que decirles que los reviews para esta historia serán para la autora original yo solamente lo traduzco.

Espero les guste tanto como a mí. Y aquí va.

Cuando me besó por primera vez, el mundo a mi alrededor de repente comenzó a dar vueltas, y mi cabeza se sintió tan ligera casi como si volara. Mis ojos se cerraron, y me sostuvo fuertemente por los brazos y pude sentir como me caía. Me apretó fuertemente por los bíceps y esto fue lo único que evitó que chocara contra el suelo.

 

Sí, la primera vez que él me beso, me desmaye por la impresión.

 

Vergonzoso, lo sé, pero que un extraño que apenas has conocido alrededor de una semana – un hombre aparte de eso – de repente de la nada te agarre y se plante enfrente de ti, tú estarías un poco sorprendido también. Sobre todo cuando dicho beso ha sido el primero en tu vida. Eso no es algo que se tome a la ligera o que lo dejes pasar con una sonrisa nerviosa antes de salir corriendo de ahí sin mirar atrás.

 

Definitivamente no cuando fue él quien de manera repentina me beso salvajemente.

 

De cualquier manera, estoy saliéndome del tema. Todo esto comenzó alrededor de una semana justo como cualquier otra, es decir, era lenta, dolorosamente aburrida, y sin duda me había servido más de una taza de café de los recipientes de la tienda mientras mi jefe no me estaba mirando. No tenía ni idea, que mi vida estaba a punto de tomar un alocado giro, y todo por culpa de él cuando entró aquella noche por la puerta.

 

 

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“¡Furihata! ¡Más te vale no estar tomando otra vez del café mientras me doy la vuelta! – mi jefe me regañó desde algún lugar oculto de la tienda. “¡Esos recipientes de café son para los clientes que lo pagan, no para perezosos que trabajan medio tiempo!”

 

Me quede inmóvil, con la taza de plástico lleno de líquido humeante justo enfrente de mi boca. “U-uh” tartamudeé, escondiendo la taza detrás del mostrador para que estuviera fuera de la vista. “¡Por supuesto que no, Hyuga-san!” me reí nerviosamente. Él fue caminando alrededor de los grandes estantes que estaban en la tienda y estando en un rango visual adecuado, me lanzó una mirada que me decía que definitivamente dudaba que le estuviera diciendo la verdad, pero no dijo nada más al respecto.

 

Le envié una media sonrisa inocente, a lo que él rodó los ojos antes de hablarme. “Voy a la parte de atrás a checar un par de cosas. ¿Crees que puedas ocuparte de la tienda mientras no estoy?”

 

“¡Sí, señor!” le conteste

 

“Bien, vuelvo en un rato. Y, ¿Furihata?”

 

“¿Sí, señor?”

 

“… se te cayó café en la camisa.”

 

Mire hacia abajo y vi que en efecto tenía una pequeña mancha de café en mi pecho sobre mi uniforme de color rojo. Deje escapar otra risita nerviosa, ganándome que Hyuga-san volviera a rodar los ojos antes de retomar su camino hacia la parte de atrás de la tienda donde guardamos los artículos que teníamos en el almacén antes de que los pusiéramos a la venta. Cuando estaba seguro que estuviera fuera de su vista, agarre mi café y tome un largo trago a la bebida. Después de dejar la taza sobre la mesa, mire mi reloj y suspire al ver que eran apenas las 10:30. Los turnos de la noche eran sinceramente un gran pesar.

 

Mire hacia la mancha de mi camisa, y luego me asome por la ventana. No parecía como si alguien fuera a llegar- A lo que me refiero es que de cualquier forma no mucha gente viene aquí a estas horas de la noche. Así que decidí que probablemente estaría bien si corría rápidamente al baño y tratara de limpiar algo del café que estaba en mi camisa. Dándole un último vistazo, salí detrás del mostrador y me encamine en dirección al baño.

 

Siempre estaba sorprendido y agradecido por lo limpio que se encontraba el baño de los hombres. No es que dejemos entrar a cualquier persona aquí o algo así, pero  es solo que los baños públicos siempre son un asco en mi opinión. Pero los nuestros incluso olían bien, por lo que sin duda era impresionante.

 

Me acerque al lavadero y me mire al espejo mientras agarraba una toalla de papel. Mi nido de rata que tenía por cabello siempre se acomodaba por todas direcciones. Lo juro, no podía hacer nada al respecto. Tenía mente propia al parecer. Débilmente intente aplacarlo pero simplemente regresaba a su alocada forma que decidió tener ese día. Suspiré mientras me daba por vencido al tratar de domesticarlo y comencé a examinar mejor mi rostro.

 

Parecía seriamente cansado. Había círculos oscuros debajo de mis ojos demasiado grandes para mi rostro, y mi iris demasiadas pequeñas para mis grandes ojos, los cuales estaban rodeadas de color rojo que eran producto de mi falta de sueño. Estos constantes turnos nocturnos serían mi final, pero considerando que tenía clases en la universidad todo el día, no tenía mucha opción con respecto a las horas que trabajaba. Suspire nuevamente y tome un puñado de toallas de papel, las humedecí y puse un poco de jabón en ellas.

 

Solo un par de horas más, Kouki. Puedes hacerlo

 

Frote sin piedad la estúpida mancha de café sobre mi camisa, pero no mostraba ninguna señal de ceder pronto ante mis intentos de limpiarla. Con un gruñido, arrugue las  empapadas toallas de papel y las arroje al bote de basura.

 

Buen tiro, me dije a mí mismo. Talvez debería considerar unirme al baloncesto.

 

Me reí ante este pensamiento. No podía ni imaginarme a mí mismo jugando un deporte como ese. Era demasiado intimidante ese juego para un cobarde como yo y me enorgullece anunciar eso. De cualquier forma tengo otras cosas que ocupan casi todo mi tiempo, y cuando no estoy trabajando, voy a clase, o estudio o simplemente caigo rendido en mi cama. Incluso a veces me pierdo en el sillón de la sala cuando no tengo la suficiente energía para llegar a mi habitación.

 

Traté de aplacar mi cabello por última vez, pero decidí de una vez por todas que era inútil. Así que me rendí y volví a regresar al trabajo. Justo cuando salí del baño, un hombre corpulento entró por la puerta automática. Llevaba una sudadera oscura con el gorro puesto así que la mayoría de su rostro estaba oculto. Sus manos estaban metidas en los bolsillos de la sudadera, había hecho bastante frio últimamente, así que no pensé mucho en ese detalle.

 

“¡Bienvenido al 7-Eleven!” Salude tan alegre como pude. Ya era tarde y estaba increíblemente cansado, así que era seguro que no era un saludo tan animado como el que usualmente doy pero el hombre solo asintió con rigidez y pareció aceptarlo.

 

Continúe mi camino hacia la parte de atrás del mostrador donde mi café ya helado estaba esperando por mí. Y estaba considerando la idea de rellenar mi taza mientras Hyuga-san estuviera en la parte de atrás, el hombre encapuchado comenzó a acercarse al mostrador. Estaba a punto de preguntarle si necesitaba ayuda para encontrar algo cuando sacó las manos de sus bolsillos.

 

En una de ellas estaba sosteniendo con fuerza una brillante navaja con la cual me apuntó directamente.

 

Mi sangre se tornó igual de fría como mi café que tenía enfrente de mí. Ya podía sentir como mi cuerpo comenzaba a temblar así como mi corazón empezó a latir más fuerte de lo que había latido antes. Mi boca comenzó a abrirse para llamar a Hyuga-san para que viniera en mi ayuda, pero el hombre encapuchado me detuvo.

 

“Ni una palabra”, me advirtió con la navaja más cerca de mi pecho. “¿Entendiste?” y asentí “Bien. Ahora vacía la caja registradora”

 

Asentí nuevamente y empezó a acercarse mi mano temblorosa hacia la caja registradora.

 

“Detente”, una voz autoritaria gritó. Me paralice, mi único movimiento era un ligero temblor en mis manos y cambie de dirección mi mirada hacia donde provenía aquella voz.

 

No era el hombre encapuchado quien había hablado, pero había otro hombre de pie detrás de él, que probablemente había entrado mientras yo estaba en el baño, porque no había manera de que perdiera de vista a alguien así entrando por la puerta.

 

Él no era muy alto, de pie quizá era un par de centímetros más alto que yo, pero la mirada enloquecida sobre esos ojos de color disparejo le daban una presencia increíblemente imponente e intimidante. Creo que el hombre encapuchado estaba sintiendo la presión que este desconocido pelirrojo estaba emitiendo.

 

“Sal de aquí”, le advirtió el hombre intimidante, su ojo izquierdo de color oro brillante y el derecho como el rojo vivo miraba intensamente la nuca del hombre encapuchado. Sinceramente estaba más asustado por este nuevo hombre que había llegado que por el cuchillo que estaba prácticamente tocando mi pecho.

 

La mano del hombre encapuchado se tensó un poco sobre el mango de la navaja, y se giró para mirar al hombre detrás de él, y pudo captar en todo su esplendor aquella mirada llamativa.

 

“No me gusta repetir lo que digo”, dijo el hombre de cabello rojo, dando un paso hacia adelante. “Dije sal de aquí” sus ojos brillaron peligrosamente y el hombre encapuchado prácticamente se tropezó consigo mismo para salir corriendo por la puerta de la tienda.

 

Me encontré soltando un suspiro de alivio que ni si quiera sabía que estaba sosteniendo en la mano, y mis piernas temblorosas finalmente se rindieron. Me las arregle para sostenerme del mostrador antes de golpearme contra el suelo. Me sentía mal del estómago, y sostenía mi cabeza que estaba dándome vueltas, descansando mi cuerpo sobre el mostrador en caso de que me sintiera a punto de desmayar de nuevo. Mientras estaba tratando de calmarme, el hombre pelirrojo se había acercado al mostrador y dejó un par de bebidas deportivas antes de dirigirse a mí.

 

“¿Estas bien?”, preguntó

 

Asentí, todavía incapaz de encontrar mi voz, y lo miré.

 

Sus ojos rojos - los cuales podría haber jurado que eran de diferente color hacia unos minutos atrás – me miraban con una especie de manera calculadora en algún sentido. Sentí como si estuviera analizándome o como si me estuviera evaluando de alguna manera y honestamente me asustó un poco. Aun así, este hombre prácticamente me había salvado el pellejo, así que decidí no prestarle importancia a este sentimiento y debería agradecerle o decir algo.

 

“U-um”, comencé, mi voz se quebró un poco debido a los sentimientos de miedo que aun persistían y que seguían en mi mente. – “Gra-“

 

“Me gustaría que me cobraras ahora”, me interrumpió. Sentí una punzada de molestia por haber sido interrumpido cuando estaba tratando de expresar mi gratitud, pero considerando que el hombre frente a mi logró hacer que saliera corriendo el otro tipo armado y que además era el doble de su tamaño con unas cuantas palabras, decidí que probablemente era mejor no expresar mi molestia ante él.

 

“P-Por supuesto” respondí, escaneando rápidamente sus bebidas y diciéndole el total de su compra. “¿Le gustaría una bolsa?”, le pregunte mientras me daba su tarjeta

 

“Eso no será necesario”, dijo. Le entregue su tarjeta de vuelta, y se giró para salir de ahí con un pequeño asentimiento de cabeza hacia mí.

 

“¡Espere!” lo llame cuando casi estaba llegando a la puerta. “¡Olvido una de sus bebidas!”

 

“No, no lo hice”, respondió

 

Mire confundido hacia abajo, a la fría bebida que se encontraba frente a mí. “P-Pero-“

 

“Eso es para ti”, sentenció, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Se volteó ligeramente hacia mí con una pequeña sonrisa sobre sus labios. “Debo retirarme ahora. Buenas noches, Furihata.” Y con eso, se fue tan rápido como había aparecido.

 

Le tomó un par de segundos a  mi mente asimilar exactamente lo que había pasado. Esto es para ¿mi…? Tome la bebida del mostrador y unas gotas de agua se deslizaban por la botella hacia mis dedos por el cambio de temperatura. Es mi sabor favorito también, reflexioné. Mientras miraba fijamente la botella en mis manos, Hyuga-san finalmente salió de la parte trasera y se acercó a mí.

 

“¿Sucedió algo, Furihata?, me preguntó echando un vistazo alrededor de la tienda. “Te ves terrible ahorita”

 

Sus palabras me sacaron del trance en el que me encontraba mientras miraba la bebida deportiva y sentí que otra ola de nauseas regresaba. Y fue cuando sucedió. El mundialmente famoso Furihata Kouki nervioso vomitó lo que quería decir.

 

“¡Hyuga-san!”  Grite “¡Fue aterrador! Salí del baño y fue cuando este gran hombre llego con su gorro puesto pero no creí que fuera la gran cosa porque hace un poco de frio afuera, ¿tú sabes…? Pero entonces se acercó al mostrador y sacó un cuchillo frente a mí y trate de llamarlo Hyuga-san  pero él me dijo que no lo hiciera y que necesitaba vaciar la caja registradora y mis manos estaban temblorosas y sudorosas y cuando estaba a punto de hacer lo que me pidió cuando este otro chico apareció detrás de él –él era un poco pequeño y tenía el cabello color rojo y esa mirada aterradora que tenía en su rostro- y se las arregló para ahuyentar al tipo enorme y luego me sentí mal y recargue mi cabeza sobre el mostrador para intentar calmarme pero este otro tipo se acercó y me preguntó si me encontraba bien y después me interrumpió cuando trate de agradecerle y compró un par de bebidas deportivas y cuando se estaba yendo dejo una y fue cuando le dije que había dejado una y me dijo que era para mí y entonces se fue. ¡Pero, pero Hyuga-san! ¡Él sabía mi nombre!” me detuve para recuperar el aliento y mire hacia Hyuga-san con los ojos muy abiertos

 

“¡Guau!”, Respondió Hyuga-san empujando sus anteojos más arriba en el puente de su nariz. “me alegro que no estés herido, Furihata. Fue una suerte que este otro tipo estuviera allí para ayudarte, de lo contrario se hubieran llevado todo el dinero y probablemente tu estarías acurrucado en el suelo llorando o algo por el estilo”

 

Fruncí el ceño por la última parte de su declaración “Pero, Hyuga-san” repetí “El sabia mi nombre”

 

Hyuga-san resopló un poco y rodó los ojos nuevamente. “Eso es porque estas usando una etiqueta con tu nombre, idiota” Mire hacia mi pecho y recordé que, sí, en efecto llevaba una etiqueta con mi nombre, como siempre. Solté mi típica sonrisa nerviosa, y sentí mi cara como se calentaba por la vergüenza.

 

Hyuga-san se rio de nuevo antes de que me hablara. “De acuerdo, tonto, todavía estás en tu turno. ¿Qué te parece si vas y rellenas el recipiente de café nuevamente mientras me pongo en contacto con la policía para decirles lo que paso?”

 

“Sí, señor” respondí, arrastrando los pies hacia los recipientes de café, aun cabizbajo por la vergüenza

 

“Y, ¿Furihata?” me llamó Hyuga-san

 

“¿Sí?”

 

“Ve y sírvete una taza mientras lo preparas”

 

Sentí como en mis labios se formaba una pequeña sonrisa “Sí, señor”

 

 

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Y terminó siendo una de las noches – aunque técnicamente ya era de mañana ahora- donde quede increíblemente agotado de entre todas de las que he tenido y toda mi motivación quedó embarrada en el sillón con todo y mi ropa,  con las pocas horas que me quedaban para dormir y que consideraba muy valiosas.

 

Había sido un poco más agitada de lo normal durante el resto de mi turno, debido a que la policía apareció y me cuestionaron con lo que había sucedido: si podría dar una descripción del hombre encapuchado, si había salido de la nada, etcétera. Honestamente, lo que pasó después de que la policía llegara era un poco confuso. Llegaron justo cuando había terminado de preparar el recipiente con el nuevo café y me bombardearon con preguntas hasta casi a la hora que mi turno terminara. Estaba agotado en el momento que finalmente se fueron, tanto mental como físicamente y todo lo que podía pensar era en ir casa y acurrucarme en mi cama calientita. Lo que obviamente no sucedió, teniendo en cuenta que apenas llegue a mi sillón antes de que mi cuerpo decidiera darse por vencido en estar despierto.

 

Mi primera clase del día no comenzaba hasta las 9:00 de la mañana, así que tuve un par de horas para descansar, de las cuales estaba agradecido por cada hora que dormí. Una noche completa de sueño era una cosa rara para mí en estos días.  Estaba estudiando arte en la universidad de Tokyo, y estaba convirtiéndose en algo extremadamente exigente. Cada vez que me daba la vuelta, parecía que había otro proyecto que no me había molestado en iniciar todavía, y con mi trabajo el cual me quitaba mucho de mi tiempo estaba constantemente en las fechas límites de los proyectos. Pero aparte de la no tan grande cantidad de dinero que me dejaron mis padres cuando murieron – la mayoría del monto fue destinado para la colegiatura de la universidad – me mantenía financieramente yo solo, así que no podría considerar la posibilidad de renunciar.

 

No me gusta quejarme de mi situación porque estaba agradecido por lo que tenía. El turno nocturno en el 7-Eleven en realidad no era tan malo de cualquier manera. Claro, no siempre era emocionante – excluyendo los acontecimientos de esta noche por supuesto – pero no me importa la tranquilidad de ello. Hyuga-san es agradable y disfrutaba trabajar con él, aunque tuviera mal humor a veces. Con todo, estaba bastante contento por cómo iba mi vida, pero no podía dejar de sentir que algo estaba a punto de cambiar.

 

 

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Mi alarma sonó demasiado pronto para mi gusto cuando abrí los ojos y fui brutalmente atacado por los rayos ardientes del sol que llegaban a través de la ventana que había estado demasiado cansado para cerrarlas antes de irme a dormir. Toque la pantalla de mi celular para recibir ese estúpido, molesto tintineo que había elegido como mi tono de alarma y lo detuve antes de aventar mi celular contra la pared. Que ya había sucedido una vez antes. No me levantaba con buen humor por la mañana.

 

Me senté y estire mis músculos adoloridos. Realmente me estaba lamentando el haber dormido en el sillón. Definitivamente no era lo más cómodo. Originalmente había pertenecido a mis papas, el cual lo habían tenido más o menos 5 años antes de que yo naciera, y ahora yo estaba en mis 20 años. También tenía este color vomito verde horrible y estaba terriblemente chueco y en medio estaba un poco hundido. Para ser honesto, era un terrible sillón, pero tenía un extraño apego sentimental a él, y no era capaz de deshacerme de él porque prácticamente me rogaba para que no lo hiciera. Le di una palmadita cariñosa antes de levantarme e ir al baño a tomar una ducha.

 

Si tuviera que quejarme de una de mis mayores debilidades – aparte de mi cobardía y mi falta de autoconfianza- seria mis adoradas largas duchas que tomo. De verdad, si no soy cuidadoso, podría pasar horas debajo del agua caliente sin siquiera darme cuenta. Cuando mis padres vivían, ellos realmente me ponían un límite de tiempo, si no estaba fuera antes de ese límite ellos irrumpían en el baño y me sacaban arrastrando de ahí. Eso sucedía más veces de las que me gustaría admitir. De todos modos, tenía que tener cuidado de la cantidad de tiempo que estaba en la ducha, especialmente con mi apretado horario.

 

Me las arregle para entrar y salir en menos de 30 minutos, lo que honestamente era toda una hazaña para mí. Enrede una toalla blanca y suave alrededor de mi cintura y fui a mi habitación a encontrar algo de ropa. No estaba lo que se consideraría a “la moda” por lo que mi selección de ropa era bastante limitada cuando llegaba a mi guardarropa. Finalmente me decidí por una camisa de manga larga de color negro y unos jeans nada ajustados.

 

Bostece salvajemente y eche un vistazo al reloj de mi buro. Todavía tenía 15 minutos más antes de que tuviera que salir, así que fui a la cocina y me tome el tiempo de hacerme unos huevos y café. Estaba empezando a asustarme seriamente por el hecho de que me estaba volviendo adicto a la cafeína, pero sinceramente apenas y podría funcionar sin ella. Me trague los huevos que prepare y vertí mi café en un vaso desechable así no tendría que preocuparme de bebérmelo antes de salir de casa. Revise el reloj de nuevo, me di cuenta que era momento de ponerse en marcha así que rápidamente me puse mis tenis agarre mi mochila, mi café y me deslice por la puerta recordando cerrar con llave al salir.

 

“¿Ya de salida, Furihata-kun? – dijo una voz de la nada

 

Salte cuando finalmente vi al hombre de cabello azul a mi lado

 

“¡Kuroko!” Exclamé “¡No te había visto!” – en serio este tipo era como un fantasma. Me reí un poco y trate de tranquilizar a mi corazón por la sorpresa que me había llevado. “Sí, estoy saliendo para mi clase”

 

Asintió, mostrando prácticamente ninguna emoción en su rostro. “Está bien, entonces espero que tengas un buen día”

 

Le sonreí e hice una pequeña reverencia. “¡Tú también!” Le conteste y salí por el pasillo

 

Kuroko era un chico muy interesante. Como lo he dicho, era como un fantasma, tenía la muy mala costumbre de acercarse sigilosamente a las personas sin que se dieran cuenta. Ni si quiera Kagami, que había estado con Kuroko desde hace años, era completamente inmune a su habilidad fantasmal del hombre de cabello azul. Sin embargo, disfruto pasar tiempo con él, al igual que con Kagami. Ellos viven a dos puertas de mí y fueron los primeros en darme la bienvenida cuando me moví al complejo de departamentos hace unos años. De vez en cuando me invitan a cenar, lo cual siempre es maravilloso porque Kagami fue un chef altamente calificado. Los considero a los dos mis amigos más cercanos.

 

Deje salir otro bostezo mientras me dirigía al elevador. Yo vivía en el tercer piso por lo que podía subir por las escaleras sin embargo era increíblemente perezoso e insisto en que tomar el elevador es la única manera de trasladarme. Presione el botón  “abajo” y espere a que las puertas se abrieran, tomando un largo trago a mi café. Ya podía decir que iba a ser un largo, muy largo día.

 

 

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“¡Furi! Invite a algunas personas a ver una película esta noche ¿Puedes venir?” Preguntó Fukuda mientras metía mi cuaderno de bocetos a mi mochila. Acababa de terminar la última clase del día y lo único que quería hacer era volver a mi cama y dormir durante 20 años.

 

“Ah, disculpa. No puedo.” Me disculpe. “Tengo que trabajar esta noche”

 

Fukuda frunció el ceño “Todo lo que haces ya es trabajar” Suspiró “De acuerdo entonces. Pero definitivamente vendrás la próxima vez, ¿entiendes?”

 

Sonreí y me reí suavemente “Si, sí lo entiendo”

 

Él se animó un poco con eso y me dedicó una gran sonrisa. “Bien entonces nos vemos luego Furi” Se despidió con la mano y se fue.

 

Me reí cuando vi que se había ido. Fukuda era realmente un gran tipo, me lamentaba de que no fuera capaz de pasar más tiempo con él y con Kawahara tan a menudo como antes solía ser. Los había conocido a los dos casi toda mi vida, y eran las dos personas más confiables que he conocido. Honestamente me mataba el dejar pasar las oportunidades de pasar tiempo con ellos y defraudarlos una y otra vez. Ellos comprendían mi situación, y además de eso eran un apoyo increíble. No se cómo le hice para sobrellevarlo después de que mis padres murieron, sino fuera por ellos que estuvieron a mi lado dándome patadas en el trasero cuando más lo necesitaba y regresar al camino. Sin duda se los recompensaría todo algún día.

 

Colgué mi mochila a mi hombro y me encamine a la salida del salón cuando mi profesor me detuvo.

 

“Espera un minuto, Furihata” dijo Aida-sensei. “Tengo que hablar contigo acerca de algo”

 

“¿Sí, señor?- pregunte, mientras iba caminando hacia el escritorio donde se encontraba

 

“Se trata de las obras de arte en las que estás trabajando últimamente”

 

“¿Acerca de qué?”

 

Frunció el ceño “Francamente, es decepcionante”

 

Mi corazón sintió una puñalada “¿D-Disculpe?” tartamudee “¿A qué se refiere con eso?”

 

Suspiró y se pasó la mano por el cabello antes de responder “Realmente no sé cómo decirlo exactamente, pero esta vacío. No hay emoción en ella. Es superficial. Un intento barato de expresión. Visualmente, no es malo, pero el arte se supone que debe hacer sentir algo profundo en el interior cuando se mira, inspirar algún tipo de emoción, y todo lo que siento al ver el tuyo es una sensación de aburrimiento. ¿Tiene sentido?”

 

Me quede mirándolo fijamente. No podía formular ninguna palabra mi boca, y entonces asentí.

 

“Bien” dijo “Ahora, sé de lo que eres capaz de hacer Furihata. Definitivamente tienes talento, pero la creación de una obra de arte requiere más que eso. Requiere tu alma. Tienes que estar dispuesto a ser vulnerable y derramar tu todo en el lienzo. En este momento, no parece que seas capaz de hacerlo. Así que para tu próxima entrega necesito que te expongas a ti mismo en tu trabajo. Toma la oportunidad, no te conformes por mediocridad”

 

Asentí nuevamente. “¿E-eso es todo, señor?”

 

“Sí, eso es todo” respondió Aida-sensei

 

Hice una pequeña reverencia y me apresuré a salir del salón. Estaba nervioso, sentí como algunas lágrimas se empezaban a formar en la esquina de mis ojos. ¿Qué quiso decir con “exponerme a mí mismo en mi trabajo”? ¿Cómo puedes poner esa clase de emoción en una obra de arte? Frustrado gemí y jale las puntas de mi cabello. No tenía ni idea de lo que supone que debía de hacer. ¡Nunca pensé que el arte pudiera ser tan complicado!

 

Aida Kagetora fue un muy exitoso artista y bien conocido en el mundo del arte, y sabía que él solo estaba tratando de ayudarme a crecer como artista, pero todo lo que realmente había conseguido era desalentarme y confundirme. No tenía ni idea de lo que iba a hacer para mi próximo proyecto, pero esperaba que no lo arruinara, lo que sea que fuera a hacer. El arte era la única cosa que realmente tenía y no quería perderlo.

 

Suspire y saque mi celular para ver la hora. No tenía que trabajar hasta dentro de un par de horas, así que decidí que iría a casa a tomar una bien merecida siesta, y comer un poco antes de salir en la noche. Con suerte esta noche sería normal.

 

 

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En el momento en que lo vi entrar, supe que la noche seria cualquier cosa menos normal.

 

“B-Bienvenido al 7-Eleven” salude mientras el entraba al lugar de aquella calle fría

 

El hombre pelirrojo me envió un educado asentimiento y se dirigió a las bebidas deportivas, y rápidamente agarró un par, justo como lo había hecho la noche anterior. Tranquilamente lo observaba desde detrás del mostrador. Parecía… diferente a la noche pasada. Todavía tenía esa presencia intimidante a su alrededor, pero no estaba emitiendo esa misma sensación aterradora que había antes. Giró su cabeza ligeramente dirigiendo su mirada hacia donde me encontraba. Sentí como mi rostro se calentaba al ser atrapado mirándolo y rápidamente desvié mi mirada. Empezó a acercarse al mostrador mientras yo estaba mirando hacia otro lado.

 

“Me gustaría que me cobraras ahora” dijo poniendo sus bebidas en el mostrador.

 

“Por supuesto” dije extendiendo mi mano para escanear los productos. En un arranque raro de valentía me decidí a hablar un poco más con él, específicamente acerca de la noche anterior. “U-um” comencé tímidamente “Solamente quería darle las gracias por lo de anoche. De verdad me salvo… uh… “ y me calle

 

“Akashi” respondió “Akashi Seijurou”

 

¿Akashi Seijurou? Ese nombre me sonaba vagamente familiar, pero no podía determinar de dónde.

 

“Bueno, gracias Akashi-san” dije finalmente

 

Una sonrisa apareció en su rostro “No hay de que” respondió

 

Le di una pequeña sonrisa y termine de escanear sus productos. Me dio su tarjeta que rápidamente tome. Cuando se la regrese me di cuenta que me estaba mirando con una expresión expectante.

 

“¿Y bien?” preguntó

 

“¿D-Disculpe?”

 

“Te dije mi nombre completo” explicó “Por lo que es de buena educación que me digas el tuyo también, ¿no te parece?”

 

Sentí como mi cara enrojeció de sobre manera. Dah! “¡P-por supuesto!” tartamudeé “Me llamo Furihata Kouki”

 

Su expresión cambio a una pensativa “¿Kouki, eh?”

 

Asentí, y finalmente le regrese su tarjeta

 

Asintió ligeramente y tomó una de las bebidas antes de volver a salir de ahí

 

“Olvido…”

 

“Quédatela” dijo interrumpiéndome

 

“Uh… de acuerdo, gracias Akashi-san”

 

Akashi-san asintió de nuevo y continuó caminando hacia la salida “No fue nada” insistió “Buenas noches… Kouki”

 

Y se fue

 

No iba a mentir, la forma en que dijo mi nombre me dio escalofríos. Y no sabía cómo sentirme al respecto.

 

 

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Nunca me imaginé que Akashi-san regresaría la noche después de nuestro primer encuentro, y mucho menos que iba a venir todas las noches durante el resto de la semana.

 

Honestamente, estaba empezando a asustarme.

 

El aparecía aproximadamente a la misma hora cada noche, siempre vestido con un traje que parecía ser bastante caro, iba directo al refrigerador de las bebidas deportivas tomaba un par, e iba directamente al mostrador , compraba las dos con su tarjeta y dejaba una atrás y me deseaba suavemente las buenas noches y salía de la tienda.

 

Era la misma Cosa Cada Noche. Y de alguna manera todavía conocía cero cosas de él, porque nuestras conversaciones duraban uno o dos minutos y la mayoría de ellas consistían en decirle cuánto dinero debía. No era exactamente la más emocionante de las interacciones sociales que tenía. Afortunadamente, las pequeñas interacciones que había tenido con él la semana pasada me ayudaron a dejar atrás la impresión de “Usted es el hombre más aterrador que he visto”  que originalmente había formado de él, así que ya era algo. Sinceramente no tenía idea porque seguía apareciendo noche tras noche y solo por una bebida deportiva barata que podía conseguir en cualquier máquina expendedora de cualquier sitio. Como lo había dicho, era un poco extraño.

 

Cuando entro el séptimo día, ya me había acostumbrado a la rutina en la que habíamos caído. Por lo que me sorprendí mucho al ver que no iba al refrigerador de las bebidas donde solía ir,  en lugar de eso fue hacia mí. Estaba confundido por el repentino cambio en la rutina, pero no pase mucho tiempo pensando en ello. No era como si fuera una regla que tuviera que ir al refrigerador primero o algo así. Solo abrí mi boca para darle la bienvenida a la tienda, como lo hacía cada noche, cuando sucedió.

 

De repente, su rostro está muy, muy muy cerca del mío, - podría haber jurado que su ojo izquierdo brillaba de color oro como lo había hecho la noche en que nos conocimos- y antes de que tuviera oportunidad de prepararme o correr y esconderme o hacer algo parecido, sus labios chocaron salvajemente contra los míos.

 

Y es aquí donde comenzamos. La parte donde estaba demasiado desconcertado, sorprendido de que mi primer beso fuera robado de esta manera, que mi cuerpo no  podía manejar la situación y había decidido renunciar a la conciencia.

 

Antes de perderme completamente de este mundo, escuche una risita y una voz escalofriante sentenció una promesa aún más escalofriante. “Esto va a ser divertido, Kouki”

 

Me retracto de lo que dije antes

 

Akashi Seijurou, era por mucho, el ser humano más aterrador que había existido.

 

Notas finales:

Notas de la autora

¿Qué es esto? No sé cómo mi cerebro creó algo con todas estas palabras. Tuve un sueño raro con esta historia la otra noche y supongo que se convirtió en esto.

También son las tres de la mañana, lo que probablemente es la razón del porque estoy perdiendo la cabeza en este momento. También una disculpa por cualquier error ortográfico o cosas como esas. Como lo he dicho son las tres de la mañana.

Buenas noches

Notas de la traductora

¿Qué les pareció? A mí me encanta esta historia como lo dije antes, estoy ya traduciendo el siguiente capítulo espérenlo pronto. Traduciré sus reviews a la autora :D así que no se preocupen. Espero sigan esta historia y les esté gustando.

Saludos


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