Tal vez sea esto sea lo más absurdo que he hecho pero siempre utilizo la misma excusa para poder pasar más tiempo contigo, una contraseña secreta sólo para los dos. Sinceramente sólo quería aprovechar cada segundo para estar a tu lado, a pesar de que después me dieron uno propio.
Hacer lo mismo desde hace un tiempo logra agotar pero estando a tu lado es distinto. Se siente como si sólo existiéramos los dos, eres en lo que único que pienso día a día, llevándome a un mundo de fantasía. Apartados de los demás, sólo tú y yo. Sé que si logro perder el control contigo lograría arruinar una amistad por unos sentimientos, así que los mantendré ocultos, haré cualquier cosa para evitar que los notes, pero sé que no podré controlar el latir de mi corazón, las sonrisas involuntarias que te regalo cada vez que te veo, o las locas fantasías que tengo al ser algo egoísta sobre tal vez ser novios algún día. Han sido ya varias las ocasiones en las que pareciera que tenemos los mismos sentimientos como si fuéramos correspondidos mutuamente pero ya no sé qué pensar, solamente me hago ilusiones sobre si logrará o no pasar.
Fueron varias las ocasiones en las que traté de confesarme pero, simplemente no podía soy un completo cobarde ya que además del peso de mis ilusiones y sentimientos también se encontraba otro problema el cual no podía enfrentar, es más, estaba en constante huida de éste. Sé que no es razón para excusarme pero, simplemente no podía con ello. Tal vez si hubiera sido un poco más valiente te hubiera encarado de frente pero, ya no estás aquí.
Recuerdo perfectamente el día en que me armé de valor para cortar de raíz estos sentimientos, para que así no poner en riesgo nuestra amistad.
―No sé qué más puedo hacer, parece que esta es la única solución
Le hablaba por teléfono a una amiga cercana la cual sabía de mi situación, buscaba algún consejo, apoyo o tal vez una señal que me advirtiera el peligro inminente que se acercaba.
―Te das cuenta que lo que estás a punto de hacer los va a destrozar completamente ¿verdad? Una vez hecho esto, ya nada será igual.
Colgué la llamada aún con ciertas dudas en mi corazón, todo esto lo hago por el bien de ambos ¿no es así?
―No puedo hacerlo, no puedo hacerle esto. ― me decía una y otra vez. No puedo permitir que mis sentimientos interfieran con esto que tenemos. Porque ahora es real y temo perderlo…
Pero qué tontería, perder esta unión especial que tenemos por unos sentimientos.
Lo único que quería era desaparecer por esa noche, envolviendo mi cuerpo en una sábana al mismo tiempo que iba desahogando cada ilusión que me había hecho en forma de un sollozo que lentamente se vuelve un llanto desgarrador.
Mientras más y más me sumía en mis pensamientos imposibles de realizar no notaba la insistente luz que salía de mi celular, al igual que las incontables veces que sonó. Me había encerrado en mis pensamientos de tal forma que todo lo que ocurría a mí alrededor se volvía inexistente.
Deseaba que todo fuera un sueño y al despertar, ver esa sonrisa tan radiante que siempre me regalas al despertarme después de haberme quedarme dormido en el autobús.
Pero el sólo hecho de pensar en ti causaba que la herida fuese cada vez más profunda.
Al día siguiente, traté de mejorar un poco mi aspecto, siendo un completo desastre los ojos completamente rojos e hinchados junto con el cabello peor que un nido de pájaros.
Recogí del suelo mi celular para ver los mensajes de la noche anterior y encontré uno en específico que podría ayudarme en mi cometido. Era el de una chica que al parecer quería salir conmigo y pensé en darle una oportunidad. No será justo empezar una relación cuando no compartes los mismos sentimientos pero tal vez, solo tal vez pueda llegar a olvidarte.
Fue así como comencé un “romance” con ella.
Solo esperaba un día llegar a redirigir mis sentimientos… Aunque eso no fue posible.
Al presentártela noté como fugazmente tu rostro se ensombreció pero después lo reemplazaste por una sonrisa… ah me confunde tanto pareciera como si estuvieras celoso… pero eso sería imposible ¿verdad?
En un arranque de emociones completamente irracional decidí preguntarte sobre cómo ser un “el novio ideal”. No sé lo que estaba pensando, actué por instinto, dejándome llevar por el simple pensamiento de “Qué pasaría si un día fuéramos novios”. Más sin embargo, no esperaba que respondieras.
Pero, cada cosa que salía de tu boca ya la había imaginado que la hacía contigo, los paseos en la tarde, las citas un poco improvisadas o, simplemente quedarnos juntos siendo el compás de nuestros corazones una bella armonía.
Tengo que soportar esto, de esta forma evitaría arruinar esta amistad. No debo desistir, debo ser completamente firme en esta decisión. Ya basta de siempre prometer hacerlo para al final ver tu rostro y regresar a tu lado, siento que de alguna forma me terminarás odiando y, a pesar de que esto será tan pero tan doloroso tal vez ninguno se podrá recomponer, eso si tan sólo fuera correspondido… sé que de esta forma en mi corazón ya no existirá algún rastro de las emociones que en algún momento abarcó, de mi alma sólo quedará la sombra del recuerdo. Qué más da si ahora he de hacerme trizas el corazón con tal de que te encuentres bien. Pero por favor no pienses mal de mí, no odies a este ser cobarde que prefirió hacer esto antes que arriesgarse.
Pasaban los días y tu comportamiento cambiaba al igual que las estaciones; de unas sonrisas, abrazos e incluso los saludos pasamos gradualmente a la soledad, yo por mi cobardía no me atrevía a dirigirte la palabra… los dos cambiamos. Trataba de concentrarme completamente en alguna otra cosa para evitar regresar a tu lado y decirte la verdad llorando en tu hombro, completamente arrepentido por mi comportamiento para finalmente fundirnos en un abrazo como solíamos hacerlo… fueron varios los días en los que notaba en tus ojos el rastro de unas lágrimas haciéndome preguntar si realmente lo que hice fue lo correcto, pero no me atrevía a preguntarte ya que temía la repuesta.
Tal vez todo se hubiera evitado si tan solo hubiera sido capaz de conectar mis pensamientos con mi boca y, te hubiera encarado de frente en vez de huir como un mísero cobarde podría haber sido una historia completamente distinta.