POV Mingyun.
¿Destino o casualidad? Siempre te dije que yo escogía ¨Casualidad¨ porque para mí el destino era algo que no existía. El día que llegaste a estudiar al mismo instituto que yo llamaste rápidamente la atención de todos por ser tan hermoso y misterioso. Mi interés creció en ti el día que supe que estabas en primer lugar y yo en segundo, como era eso posible, yo quien era el mejor de nuestro año. No paso mucho para que te considerada un rival, pero tú nunca me consideraste uno a mí, tu vivías el día a día de la forma en que querías.
Paso un tiempo y volví a ganarme el primer lugar, pero el triunfo me supo amargo al enterarme que bajaste de notas por estar yendo a aprenderé como dirigir la empresa de tu papá. Aparte de ser guapo, inteligente y bueno en los deportes, resultaste siendo todo un chaebol. A los ojos ajenos tú eras perfecto pero yo podía notar que algo faltaba en ti, la frase ¨es demasiado perfecto para ser cierto¨ era la que para mí se ajustaba perfectamente a ti. A pesar de toda la competitividad que podía sentir hacia ti, algo más nació dentro de mí. Terminaste confesándome que yo te gustaba, no dude en besarte ese día a pesar de estar en los baños, saboree tus labios por primera vez y me sentí entrar al cielo, ese mismo día nos hicimos novios.
Ya no me importaba tanto el primer lugar, yo solo quería verte siendo feliz. Cambiaste o ¿Ambos cambiamos? No lo sé, pero tú sonreías más, eras más expresivo y no te contenías en nada. Si estabas enojado pues lo hacías saber, si estabas feliz reías, si estabas triste llorabas. Pude ver todo de ti y tu todo de mí. Un día me dijiste ¨Encontrarnos fue cosa del destino¨ yo aún no creía en eso y solo te dije ¨Fue casualidad porque el destino no existe¨ no te enojaste por mis palabras, solamente reíste un poco y me besaste.
Te conocí cuando teníamos 17 años. El día de nuestra graduación del instituto cuando ya teníamos 18 te entregaste a mí en aquel apartamento que tus padres te habían regalado, ese lugar que ocupabas para estudiar cuando teníamos exámenes. Tu cuerpo vibraba tal como el mío, tus labios buscaban los míos como yo los tuyos, trate de no ser brusco pero dejaste salir al principio gemidos de dolor, quise detenerme pero no me dejaste. Las caricias, los besos y mordidas ayudaron a disminuir el dolor, te adecuaste a mi forma y yo arremetí contra ti, sentía que estaba en el paraíso, eras estrecho y tu voz salía muy sensual de entre tus labios, el movimiento de tus caderas y tus gemidos me enloquecían, te viniste cuando te acaricie y yo después llene todo tu interior. Me sentía completo y podía asegurar que tú también.
Yo te lo dije, no fue obra del destino porque según tus palabras ¨Cuando es el destino siempre estaremos juntos¨ te fuiste cuando termine mi primer año de ingeniería, dejaste todo y fuiste a estudiar a Londres. Me dijiste que podíamos seguir juntos pero yo solo te dije ¨Es mucha distancia, conocerás nuevas personas¨ con esas palabras abordaste el avión no sin antes decirme ¨Es el destino Kim Mingyun¨ trate de sonreír al ver cómo te ibas pero una vez cruzaste esa puerta yo me derrumbe.
Pase días enteros sufriendo hasta que hansol, mi compañero de universidad me hizo ver que tenía que seguir con mi vida y mis sueños. Tome cada pieza de mi roto corazón y las junte sin importar el resultado. Seis años han pasado de tu partida, termine mis estudios y llevo dos años trabajando en una de las empresas más importantes del país. Soy ingeniero, me gusta programar y me pagan por hacerlo, gano bien, vivo bien pero ¿Tu donde estarás?
-¿Soñando despierto de nuevo?-Una mano blanca se mueve de arriba hacia abajo frente a mi rostro.
-No…-Hablo bajito y me acomodo en mi silla.-¿Tanto de nota?-Le pregunto a hansol, él logro entrar a la misma empresa que yo.
-¿Estabas pensando de nuevo en él, verdad?
-Tal vez. Escuche que hoy viene el nuevo presidente, las empleadas dicen que es muy joven-Trato de cambiar el tema de conversación.
-Sí, escuche lo mismo. Ese no es el punto, nunca me dijiste su nombre ¿Cómo se llama?
Me cruzo de brazos-Jeon… Jeon Wonwoo…
-Hey Mingyu acaso tu…
-Mingyu-Me llama mi jefe.-El presidente está conociendo a todos los empleados y te llama a su oficina.
-Mingyu…-Me llama hansol.
-Ya regreso-Me levanto de mi silla. Tomo el ascensor hasta último piso. La secretaria me anuncia y me indica que puedo pasar. Veamos qué tan joven es el presidente del que todos hablan. Entro y cierro la puerta, seguido hago una inclinación.
-Te lo dije o no, es el destino mingyu-Levanto mi rostro, mi cuerpo no sabe cómo reaccionar. Wonwoo sonríe tan brillantemente. Pase intentando reconstruir totalmente mi corazón por muchos años pero él con una sola sonrisa juguetona lo ha sanado en cuestión de segundos.-¿Me has extrañado? Lo te extrañe mucho, quien diría que te encontraría en este lugar-La sonrisa juguetona sigue adornando su rostro.
Camino a paso decidido y sin titubear hasta él, giro su silla para tenerlo frente a mí. Nunca le dije muchas veces la palabra ¨Te amo¨ pero ahorita siento que he recuperado mi alma, tengo que asegurarme de que sea él y no un sueño.
Me inclino y lo abrazo muy fuerte, él se pone de pie aun en mis brazos y se aferra a mí, esto no es un sueño-Te extrañe tanto.
Me dedico a sujetarlo fuerte, a besar su cuello, a oler su aroma a sentir su cuerpo con mis manos. Es él, es real y esta vez no se me puede escapar.
-¿Qué te dije que era?
-El destino, esto realmente es el destino-Acaricio su rostro mientras veo que realmente no ha cambiado mucho, sigue igual o más hermoso.-Santo cielo, te he extrañado tanto. Te amo wonwoo.
-Te amo también min…-No lo dejo terminar y uno nuestros labio. He soñado tantas veces con sus labios, he añorado estos labios y todo él más que a nada ni a nadie. No puedo dejar que se aleje una vez más, voy a estar siempre a su lado y voy a hacer que cada día compensemos el tiempo separados. Wonwoo en verdad es mi destino y estoy más que feliz porque así lo sea.