1.-MUDANZA
- ¿¡Cómo que no me ayudará a meter los muebles, acaso los $2,000 pesos no lo incluye!? -Ahí estaba yo, discutiendo con el hombre de la mudanza, no es que no pudiera meter los pocos muebles que había llevado a la ciudad, pero se me hacía un robo pagar tanto por tan poco. Al final y un poco reacio acepto a ayudarme.
Me llamo Mateo, mido 1.68, mis ojos son color miel, mi cabello es rizado y lo tengo un poco largo sobre las orejas, de un tono rojo caoba. Estudié y viví toda mi vida en un pintoresco pueblo llamado “DreamBay” termine mi bachillerato, ahora debía empezar la Universidad y ahí radicaba el problema pues no había ninguna universidad en el pueblo. Tendría que irme a la ciudad dejar atrás mi zona de confort, mi familia y mis “pocos” pero muy queridos amigos de la infancia.
Entré al departamento o al que seria mi hogar al menos hasta terminar la Universidad, tenia 2 habitaciones con baños incluidos, cocina y la sala. Era pequeño pero muy lindo, solo viviría yo así que era más que perfecto agregándole que era muy barato para estar situado justo en el centro de la ciudad, me quedaba cerca la escuela y lugares para distraerme como cafeterías y bares.
Cuando terminé de desempacar ya había oscurecido totalmente, estaba realmente cansado y pensé en que mañana tenia que ir a la Universidad a dejar mis papeles y solo de pensar en eso me cansé aun más, mis días de estrés estaban solo comenzando y pensando en eso me quede dormido.
Desperté, me vestí con unos jeans negros una camisa tipo leñador de cuadros y unos tenis converse color negro, desayune y salí corriendo hacia la Universidad. No, no corrí así literal, tome mi bicicleta y en menos de 15 minutos ya estaba ahí. La estacione no sin antes ponerle candado, vamos, si en mi pueblo me habían robado una no quiero imaginar ahora que estoy aquí.
Antes de entrar a la dirección vi como llegaba un auto, un Macerati negro muy... Impactante. No crean que es solo porque soy un pueblerino créanme un auto así se lleva la mirada de todos. De el se bajo un hombre muy alto, vestía unos blue jeans una playera negra con cuello “V” su cabello era negro lo tenia corto, tenia un cigarro en la mano y ojos azules, era realmente muy muy guapo. No me quede mirándolo mucho tiempo pues tenía que entregar esos papeles, aparte ya moría de hambre el desayuno no fue suficiente la comida y yo no podemos estar separados demasiado tiempo.
Tengo que aceptarlo me perdí dentro del campus, justo cuando estaba entrando a un salón que resulto ser la biblioteca choque con una chica castaña de cabello largo lacio, llevaba lentes era muy linda.
-Lo siento mucho soy una tonta distraída -dijo mientras me miraba preocupada.
-No te preocupes creo que fue mi culpa, estoy perdido -respondí con pena.
-¿Enserio? ¿A donde quieres ir? Tal vez yo pueda ayudarte -preguntó mientras sonreía.
-A la dirección tengo que entregar mis papeles, este año entro a la facultad de Derecho, por cierto me llamo Mateo -dije mientras extendía mi mano para presentarme.
-¿Derecho? ¡Que suerte! Yo soy Kate tu nueva compañera -dijo mientras estrechaba mi mano. -Ven conmigo te llevare hacia la dirección, yo también acabo de dejar mis papeles solo que vine a la biblioteca a encargar un libro -dijo y nos encaminamos a la dirección.
Al llegar nos encontramos con el chico guapo del macerati y antes de poder decir cualquier cosa Kate se acerco a el y lo abrazo por la espalda.
-¡LEO! Hace tanto tiempo que no te veo - decía Kate mientras los abrazaba y el chico que al parecer se llamaba Leo ponía cara de fastidio.
-Basta Kate no exageres nos vimos hace una semana en la parrillada familiar - dijo Leo su voz gruesa un poco fastidiado.
- Jajajajaja lo sé, lo sé, solo lo hago para molestarte un poco - dijo soltándolo al fin -¡Oh que maleducada soy! Leo él es Mateo y estudiara con nosotros en la facultad de Derecho -decía mientras jalaba mi brazo acercándome a ellos.
-Mucho gusto -dije sonriendo mientras levantaba mi mano para saludarlo.
Me miro un poco y regreso su vista a Kate -Si si, como sea. -Dijo dejándome con la mano levantada, aunque para disimular metí la mano en el bolsillo de mi pantalón -Tengo que irme mi padre llamó necesita ayuda en el bufete. -Se despidió de Kate con un besó en la mejilla y se fue de la universidad.
-Woou, al parecer no le caí nada bien -dije un poco desanimado. Pensando que seguramente es de esos niños ricos engreídos, que creen que por ser guapos y tener dinero puede tratar a la gente como quieren. Ok, tengo que calmarme ese tipo no puede afectarme tanto.
-Oh discúlpalo, el no siempre es así, solo a veces con las personas que no conoce bueno… otras veces también con las que conoce –decía Kate un poco confundida no sabia ni como reparar el daño.
- Jajajajaja no te preocupes Kate eso no me quitara el sueño, por cierto, ¿de donde conoces al niño malcriado? -Pregunte con curiosidad y un poco divertido.
-¿Niño malcriado? JAJAJAJAJAJ moriría por ver su cara mientras le dices eso, bueno ese malcriado es mi primo nuestros padres son hermanos pero, dejemos de hablar de mi familia mejor dime ¿me acompañas a la cafetería? Me muero de hambre -decía mientras se frotaba su panza.
-Esas palabras son como música para mis oídos, Kate creo que tu y yo nos llevaremos muy bien -dije con una sonrisa mientras nos dirigíamos a la cafetería de la universidad.
Mientras comíamos Kate me conto que su padre y el de Leo tenían un Bufete de abogados muy prestigioso en la ciudad y que a veces Leo les ayudaba en algunos casos o para acomodar documentos. También me dijo que ambos son hijos únicos viven muy cerca y crecieron juntos casi como hermanos, aunque a veces pelean por la actitud de Leo que la tiene muy arraigada desde pequeño, aunque también lo defendía decía que el tiene un corazón muy noble y si lo llegaba a conocer bien terminaría amándole, yo solo pensaba: Patrañas.
Al terminar de comer nos dirigimos hacia el estacionamiento donde estaba mi bicicleta y su auto que, al contrarío de su primo no era nada llamativo se trataba de un Volkswagen beetle color azul muy lindo. Se despidió diciéndome
-Nos vemos en una semana Mat, cuídate mucho - subió a su auto y se marcho.
Me agache para quitarle el candado a mi bicicleta mientras pensaba que entre tantos autos nadie querría robarse mi bicicleta, de pronto una voz me hizo voltear hacia arriba.
- Que linda bicicleta –dijo un hombre rubio, con el cabello un poco largo despeinado, era alto más que yo al menos (aunque Leo nos rebasa por mucho) ojos color café pero muy claros. Llevaba una playera manga larga color blanca pero con las mangas azules y unos jeans negros, en la mano llevaba un casco de motociclista ¡Dios, era muy guapo!
-¿T-te estas burlando o algo así? –Me puse nervioso al instante, no note tono de burla en su voz pero llevaba una sonrisa muy burlona, estaba confundido, aunque si esta escuela estaba llena de hombres así, aquí me quedaría para siempre.
-No, claro que no, jajajajaaja de verdad esta linda –decía mientas reía y yo me sonrojaba con solo verlo -aunque yo prefiero esta clase de bicicletas –dijo señalando una motocicleta color roja con detalles en negro que estaba alado de el.
-Supongo que tu prefieres la velocidad y yo la seguridad –dije mas tranquilo tratando de no ser muy obvio mientras guardaba la cadena y el candado en mi mochila.
-Supongo que si –dijo mientras sonreía un poco y afirmaba con la cabeza. -¿Y como te llamas? –decía mientras se acercaba mas a mi.
-Soy Mateo mucho gusto –dije estirando mi mano para hacer espacio, no podía dejar de ver sus ojos marrones y el no despegaba sus ojos de los míos.
-Soy Dylan y el gusto es mío –decía mientras sonreía de medio lado estrechando mi mano.
Se acerco un poco a mí y dijo -que lindo tus ojos son color miel –mientras me metía un mechón de mi cabello detrás de la oreja.
En ese punto no recordaba ni como caminar pero mi cerebro (gracias a los dioses) funciono y dije -G-gracias, lo siento pero me tengo que ir, fue un gusto. –me monte en la bicicleta y salí de ahí lo mas rápido que pude mi corazón latía como un loco sentía que se podría salir en cualquier instante, no podía dejar de pensar en unos ojos claros y en cabello rubio. Raramente me dieron muchas ganas de iniciar las clases.