Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Otra noche sin poder dormir por TabiiiTa

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Hola gente! Traigo un nuevo oneshot, después de publicar el último recordé lo mucho que me gusta escribir uwu y con la motivación aproveché de terminar esta idea que también estaba en mis borradores.

El título, ni lo tomen en cuenta(?), mi neuronas colapsada no dieron para más y solo dejé la primeras palabras de la historia como tal, jajja. ¿Lo siento?

Espero les guste.

 

Notas del capitulo:

Quería escribir algo deprimente, pero la intensión duro hasta las ¿600? palabra. Planeaba enfocarlo la historia en la relación de amistad de Onew y el MinKey, pero luego mutó a esta cosa de hermanastros volviéndose cercanos akjdkald. Y no me arrepiento. XD

Otra noche sin poder dormir. Los pensamientos agalopándose uno tras otro en su mente son la alerta, pero aun sabiéndolo Jinki no puede hacer nada más que dejarse llevar. Esto ha estado sucediendo demasiadas veces como para ignorarlo, pero tampoco sabe que hacer al respecto. En momentos como este siente que el mundo se toma una pausa solo para recordarle la miseria en su vida.

Se ha sentido demasiado solo últimamente.

Demasiado abandonado.

Demasiado perdido.

Demasiado…. vacío.

La sensación de que algo falta en su vida ha estado con él desde que tiene memoria, pero sólo hace poco se hizo realmente consciente de ello. Quizás porque ya no puede lidiar con el vacío. Mentira, nunca ha podido lidiar con ello, pero ya ni siquiera puede fingir que lo hace –su mente se encarga de recordarle.

Pero ese vació no es realmente tan malo, lo malo es no saber cómo llenarlo. No saber por qué está allí en primer lugar.

Su vida familiar es agradable. Su padre siempre lo ha apoyado y se preocupa mucho por él. Es cierto que su madre murió antes de que pudiera recordar su rostro, pero la esposa de su padre es una mujer cariñosa y cuidaba bien de él. Su hermanastro, Jonghyun, puede ser un poco difícil de tratar, pero es un buen chico. Tiene buenos amigos también. Kibum, Taemin y Minho son sus amigos de la infancia y siempre han estado con él… por lo menos hasta hace poco.

Luego de su graduación se volvió difícil mantener un contacto frecuente, ya que todos tomaron caminos diferentes. Jinki comprende, sin embargo, era parte de crecer. Cada quien debe perseguir sus sueños. Jinki apoya la decisión de Kibum de tomarse el año para preparar el examen de ingreso a la universidad. También apoya a Minho, quien decidió seguir el deseo de sus padres y estudiar para ser abogado. E intenta cuidar de Taemin a quien le faltan dos años para graduarse. Jinki entiende, puesto que el mismo sin saber qué hacer con su vida simplemente decidió estudiar algo que le parecía interesante sin saber si la arquitectura era realmente su pasión.

El mismo tuvo que conocer nuevas personas, dar examen tras examen, pasar noches de desvelo, frustración, estrés y falta de tiempo. Sabía que sería parte de la vida universitaria, por lo mismo se esforzó tanto en mantener el contacto con ellos. Incluso si su día era consumido por sesiones interminables de estudio siempre recordaba enviar algún mensaje de ánimo a cada uno de ellos, a pesar de que las respuestas eran cortas o a veces ni siquiera llegaba alguna.

El ruido de un teléfono vibrando le hace prestar atención a la cama junto a la suya. Jonghyun tiene la manía de mantener su teléfono en vibrador –Jinki lo regaña con esmero cada vez que puede, porque siempre pierde las llamadas, pero es ignorado de igual forma– más de una noche se despertó por el constante ruido del celular vibrando sobre el velador.

Jonghyun no está durmiendo, Jinki lo sabe porque después de compartir habitación con él durante casi un año, llegó a la conclusión de que el menor tenía problemas para dormir. Jonghyun nunca lo ha mencionado, claro; pero Jinki es un buen observador.

Su relación con Jonghyun no es demasiado mala, a pesar de que el menor se niega a llamarlo hyung y tiene tendencias sádicas de vez en cuando, es un buen chico. A Jinki le habría gustado que fueran más cercanos, pero su relación era la mejor que se podía conseguir tratándose de dos adolescente forzados a convivir como hermanos.

El teléfono de Jonghyun sigue vibrando sobre el velador y Jinki está a punto de lanzarle una almohada al menor como advertencia, pero este decide finalmente tomarlo y comienza a teclear. Interfiere cuando ve que el menor no tiene intenciones de despegarse de él.

–Duérmete. Mañana tienes clase. – Es directo, está demasiado cansado como para adornar sus palabras con amabilidad.

La luz de la pantalla táctil le permite ver el rostro sorprendido de Jonghyun y sus ojos curiosos buscan en su dirección.

–¿Estás despierto?– La voz del otro suena tan somnolienta como la suya. Jinki prefiere ignorar la pregunta obvia y mira el reloj digital sobre el velador. Son las 5 de la mañana ¿cómo pasó tan rápido el tiempo? Incluso Jonghyun suele estar dormido a esa hora, por lo que supone algo estuvo molestando al menor y lo ha mantenido despierto todo este tiempo.

–¿Qué te tiene preocupado esta vez? – Jinki gira hacia la otra cama y se arropa con las mantas, con toda la disposición de escuchar al menor. Jonghyun bloquea su teléfono y se revuelve nervioso en la cama, entonces Jinki sabe que su intento de acercamiento fracasa como todas las veces anteriores.

–¿De qué estás hablando? Estoy perfectamente bien.

–¿Entonces porque sigues despierto? Tu hora límite son las 3am si no puedes dormir hasta entonces te quedas despierto toda la noche.

–Me sorprende tu poder de deducción Lee Jinki. Pero olvidaste algo importante. No consideraste el hecho de que duermo junto a un idiota que habla dormido. ¿Crees que podría dormir así? Quizás si no durmiera junto a ti no tendría problema.

Es cierto que a veces habla dormido, pero no es su culpa que el menor tenga el sueño tan ligero. ¿cierto?

Siente una fugaz punzada de dolor en su pecho, pero como la mayoría de las veces ignora la sensación y opta por guardar silencio. No quiere hacer algo estúpido como responder de la misma manera.

En el pasado cometió el error de replicar con palabras echas para dañar, pero la vacilación y la mirada herida en el rostro del otro al escucharlo, le hicieron querer tragarse sus palabras. No quiere volver a provocar esa expresión en el rostro de Jonghyun. Por eso ahora, prefiere contenerse antes de volver a sentir la culpa de lastimarlo otra vez.

Jonghyun se queda callado también, pero se revuelve en su cama, inquieto, hasta que se detiene deliberadamente y vuelve a hablar.

–De cualquier manera, podría preguntarte lo mismo. ¿Por qué sigues despierto? – Jonghyun refunfuña provocando una pequeña sonrisa en el mayor. Tan infantil como siempre.

–No puedo dormir – responde con simpleza y él menor suelta un bufido.

–Eso es obvio, idiota. Me refiero a lo que no te deja dormir.

Después de pensarlo un buen rato, Jinki libera un largo suspiro, derrotado.

–No lo sé – Es honesto, pero refunfuña.

–Si no quieres decirme está bien, no me interesa – Como es de esperar el menor no toma bien su respuesta, suele creer que todo el mundo está en su contra o algo por el estilo.

–No es eso, niño taimado. De verdad no sé. Simplemente el sueño no llega a pesar de que estoy cansadísimo – Jinki trata de ser lo más sincero posible y, esta vez, el otro se conforma con su respuesta.

–Quizás estás pensando demasiado

–Sí… – Probablemente era eso.

–Cuéntame, estoy de humor como para escuchar tus problemas. Hablar siempre ayuda. – Jonghyun suena más amable que todas las otras veces en las que han hablado, incentivándolo pero Jinki no puede aceptar su ofrecimiento. Su mente es atormentada por cosas que jamás le ha contado a nadie.

–¿Qué te hace creer que quiero contarte a ti?

–Bueno, no es como si Kibum o Minho fueran a escucharte ¿no? Por lo que he visto te han dejado de lado ya. Lamentablemente para ti, mi no-hermano, soy lo único que tienes.

Solo con escuchar el tono de su voz puede imaginar la sonrisa burlona del menor. Jinki nunca ha entendido como se las arregla Jonghyun para decir palabras tan hirientes sin una pizca de remordimiento. Ha llegado a pensar que quizás no se da cuenta o simplemente le encanta bromear de esa manera tan cruel.

Se siente herido y molesto porque ha tocado una fibra sensible de su ser. La amistad para Jinki siempre ha sido una de sus prioridades y Jonghyun le refregaba en la cara lo mal que le está resultando. No quiere nada más que gritarle a la cara todo lo que se guarda, pero se muerde la lengua y se acurruca bajo las mantas, dispuesto a ignorarlo, el menor no tiene la culpa de sus inseguridades. De seguro, está pasando por su faceta de adolescente rebelde, eso es todo, razona Jinki. Él también fue así alguna vez, recuerda. Aunque nunca tuvo un hermano con el cual desquitarse.

 

– a88; –

 

Son tan solo las 12:30 de la noche, pero ya puede sentir el sueño filtrándose de su cuerpo. Jonghyun lo interrumpe en medio de su meditación nocturna, con su voz algo ronca.

–¿Otra vez sin poder dormir?

–Así parece.

–Te dije que te haría bien hablar, pero me ignoraste. Ahora revuélcate en tu miseria.

Jinki se ríe por el humor cruel de Jonghyun, esta noche está de buen humor y las palabras pasan de largo sin lastimarlo.

–Ya me encontré con Taemin y de todas maneras no necesito contarte mis problemas a ti, simpático.

Deja que el sarcasmo se note en sus palabras, los pocos momentos que comparte con su hermanastro no son los más agradables momentos familiares y ambos lo saben. Jonghyun suelta un bufido como respuesta.

–Como si ese mocoso pudiera entenderte. Hasta yo soy más maduro que él. Apuesto a que te pasaste todo el tiempo escuchándolo quejarse de cómo sus padres no lo dejan cumplir sus sueños.

Jinki aprieta la mandíbula. Maldita sea. ¿Cómo es que Jonghyun sabía tanto si casi nunca hablaban? Él ni siquiera podía recordar la banda favorita del menor, a pesar de que su lado de la habitación estaba empapelada de posters.

Era cierto. Taemin era varios años menor que Jinki. Aún estaba en la escuela y las preocupaciones que agobiaban al pequeño, ahora le parecían pequeñas en comparación a las suyas, pero siempre lo escuchaba y aconsejaba.

–Bueno, escuchándolo me pude distraer.

–Sí, sí, claro. Se nota que te sirvió escucharlo. – Jonghyun está siendo sarcástico, es obvio pero Jinki prefiere ese tipo de repuestas en vez de las crueles. – Como sea, me apesta ver tu cara derrotada por los rincones de la casa, así que vuelve a la normalidad pronto. Hasta tu sonrisa de idiota es mejor que la cara de culo que te cargas últimamente.

Extrañamente, eso es una especie de alago viniendo de Jonghyun. Jinki ha llegado a creer que al menor le encanta esconder sus sentimientos tras insultos, así que en vez de enfadarse una media sonrisa se forma en su rostro mientras cruza los brazos tras su cabeza. Esta noche quizá podrían conversar de verdad.

–¿Y tú qué? ¿Cuándo planeas tratar tu insomnio?

La verdad es que Jinki siempre ha tenido curiosidad por la condición de Jonghyun, pero nunca se atrevió a tocar el tema. Se convenció de que el otro tiene problemas para dormir desde siempre.

–No es un gran problema. No me pasa muy seguido. – Las palabras de Jonghyun salen automáticas, tratando de restarle importancia al tema pero Jinki no es tonto.

–Ajá

–Ya estoy acostumbrado. Agrega el menor, Jinki no pasa por alto el nerviosismo en su voz.

–De acuerdo, ahora sin excusas. – Habla serio, tratando de sonar como el hermano mayor que no es.  –¿Por qué no le has dicho a tu madre?

Incluso Jonghyun no puede resistirse a su voz autoritaria cuando la utiliza. Y bastan unos segundos de asfixiante silencio para que confiese.

–No quiero preocuparla. Si sabe que no he podido dormir desde que nos mudamos, va a culparse y es capaz de dejar esta casa ¿sabes? Ella es esa clase de mamá. Sería capaz de romper su matrimonio por mí bien. – La voz de Jonghyun se apaga al final, Jinki entiende. Él nunca se opuso al matrimonio de su padre, pero más de alguna vez pensó en cómo sería arruinarlo, aunque eso fue antes de ver lo feliz que era junto a su nueva compañera de vida.

–Una gran madre – Jinki sonríe ante la imagen de la señora Kim, una mujer pequeña, amorosa y comprensiva que preparaba las mejores comidas. Ella siempre se esforzaba por hacerlo sentir a gusto, y lo había conseguido, Jinki le tomó cariño muy pronto.

–La mejor. – Corrige Jonghyun.

–Me pregunto si la mía habría sido así de estar viva. – Suelta Jinki sin pensarlo, aunque no tiene tiempo de arrepentirse por la confesión.

– Claro que sí, por algo tu padre la amaba ¿no? Él es un buen hombre también. – Jinki se sorprende gratamente. El menor sonaba como alguien sensible hablando así. ¿Sería por la intimidad del momento o ese era un lado oculto de él? No pregunta.

–El mejor papá del mundo. – Termina agregando, y puede escuchar una risita desde la cama de Jonghyun.

–¡Ah~!Creo que somos muy afortunados –  Jonghyun suena divertido y Jinki sonríe también, imaginando la sonrisa pícara del otro.

Se siente por fin, luego de muchas noches inquietas, en paz. Puede que sus problemas sigan allí, pero al menos recuerda lo afortunado que es. Hace una lista mental de todas las cosas buenas en su vida y se siente mucho mejor. Además, una nueva idea ronda su mente. Ahora tiene esperanzas de poder mejorar su inexistente relación con Jonghyun.

Inevitablemente, bosteza. Morfeo está llamándolo.

–Buenas noches, Jonghyun.

–Buenas noches.

Y el sueño no tarda en llegar.

 

– a88; –

 

Son las 1am y Jinki no está durmiendo. Esta vez no se debe a la falta de sueño. La fiesta organizada por sus padres está en su apogeo. Hay muchos invitados: familiares, amigos y conocidos. Todos presentes para celebrar el primer aniversario de su matrimonio. La música alegre resuena por todos lados, todavía hay comida por montones y alcohol para quien le apetezca – aunque no es el principal atractivo.

Al parecer Jonghyun cree que sí. Jinki vio preocupado como las últimas horas el menor rondaba con demasiada frecuencia la barra de los tragos, parece algo molesto e incómodo. Jinki no puede imaginar porqué.

Se ha pasado la mayor parte de la velada charlando con familiares con los que había perdido el contacto. La verdad, le hubiera gustado que Minho y Kibum estuvieran presentes, pero tenían mejores planes y no se atrevía a invitar a Taemin sabiendo que tenía clases a la mañana siguiente.

Se dirige a la sección de los tragos para quitarse el amargo sentimiento del pecho. Bebe de un sorbo un vaso de vodka, a sabiendas de que se llevará el malestar lejos sin afectar mucho su percepción. Deja el vaso vació en la mesa, con un ruido sordo,  y se encuentra con la mirada de un atento Jonghyun puesta en él.

Por breves segundos Jinki se siente incómodo, como si hubiera sido atrapado con las manos en la masa. Pero luego recuerda que es mayor de edad y puede beber todo el alcohol que quiera. A diferencia de Jonghyun, quien porta un vaso medio lleno de algo luce sospechosamente como un coctel de fresas.

Jinki planea regañarlo o mínimo bromear con él, puesto que ya está cercano a cumplir la mayoría de edad y podía ser un poco indulgente al respecto. Sin embargo, la siguiente acción de Jonghyun lo descoloca, cortando todo plan de acción premeditado.

–Hyuuuung~– Jonghyun hace un puchero, que enternece tanto como sorprende a Jinki.

El menor jamás lo llamaba así, jamás, jamás. Incluso cuando sus padres o el mismo se lo pidió, se negó rotundamente. Y ahora lo llamaba «Hyung» de la manera más adorable que Jinki hubiera escuchado.

¿Qué demonios estaba sucediendo?

– Ehhh… Jonghyun, ¿estás bien?

El más bajo hace otro puchero, ladea la cabeza como un niño pequeño, sin responder. Por un momento, Jinki lo mira desconcertado. Luego se acerca a paso seguro hacía él y sigilosamente le quita el vaso de las manos para colocarlo sobre la mesa. Jonghyun no protesta.

–¿Cuántos de esos te has bebido? – Frunce la nariz ante el ligero aroma a alcohol mezclado con fresas que desprende el menor.

–No lo sé, ¿tres? – Jonghyun sonríe, inocente. Jinki jamás lo ha visto así antes y no sabe cómo reaccionar.

–Creo que estás ebrio –Afirma, no del todo seguro, podría tratarse de una broma.

Jonghyun suelta una carcajada exagerada mientras apoya una mano en Jinki y con la otra cubre su boca mientras ríe. El mayor lo confirma: Jonghyun está ebrio.

Jinki ve a sus padres mirar a ambos con curiosidad, las risas de Jonghyun atraen la atención de quienes lo escuchan, se obliga a reír siguiéndole la corriente y sus padres vuelven a su conversación, satisfechos. Luego de que el incidente pase como un chiste entre hermanos, Jinki toma el brazo del más bajo para arrastrarlo lejos de las pocas miradas sospechosas que aún se mantenían sobre ellos. 

Jonghyun se queja todo el camino hasta la cocina, llamándolo «Hyung» de manera empalagosa y Jinki ya no lo siente tan extraño como antes, de hecho le gusta ser llamado así por el menor.

Se para frente al más bajo y lo examina brevemente. Tiene una sonrisa permanente y las mejillas un poco rojas, su cabello está algo desordenado y el nudo de la corbata –del costoso traje que su madre preparó especialmente para él– todo desecho. Pero no puede encontrar la motivación para regañarlo, al estar lejos de los demás, comienza a encontrar divertida la situación.

Al menos hasta que ve que Jonghyun se pone pálido de repente y sus ojos comienzan a buscar frenéticamente algo en la habitación. Jinki contempla como las arcadas encojen al menor y apenas tiene el tiempo suficiente de facilitarle una bowl que estaba a su alcance. Jonghyun termina derramando todo lo que consumió esa noche sobre los restos de una ensalada cesar.

Aparta la mirada con asco, pero aun escucha los ruidos producidos por el menor y se le revuelve el estómago. Cuando Jonghyun termina, Jinki vacía, sin mirar, el contenido en el lavaplatos y abre el grifo esperando que todo se vaya por el desagüe. Mientras lo hace, ve a Jonghyun tambaleándose antes de apoyarse en la mesa cercana. Preocupado, olvida su tarea de limpieza para acudir a él.

El más bajo está más pálido que antes, sus piernas no lo mantienen estable y Jinki tiene que pasar un brazo por su cintura para erguido. Luce muy mal, siente lástima por él.

Hyuuunng, todo da vueltas. Me cabeza duele... Haz que se detenga, hyung.

Las suplicas de Jonghyun enternecen momentáneamente a Jinki, pero la preocupación también está allí aguijoneando su mente.

–Vamos a la habitación. Te sentirás mejor si te recuestas.

Jonghyun asiente a ojos cerrados. Le es difícil caminar, pero Jinki lo ayuda sosteniendo su peso. Suben las escaleras con dificultad y los quejidos del menor lo tienen mirándolo con preocupación a cada paso que dan.

Logran llegar al segundo piso, pero se detienen en mitad del pasillo cuando Jonghyun vuelve a tener arcadas. Rápidamente Jinki lo empuja al baño cercano y Jonghyun se abalanza justo a tiempo sobre el inodoro.

Jinki se agacha junto a él, le da palmaditas en la espalda sintiéndose mal por él. Jinki se había embriagado unas cuantas veces, pero nunca hasta ese punto. Debía sentirse horrible.

Cuando Jonghyun termina Jinki lo ayuda a levantarse y lo guía hasta el lavamanos, el menor aún está más o menos consciente. Con movimientos muy descoordinados se enjuaga la boca y moja su rostro buscando alivio. Tiene la respiración agitada y una mueca de dolor arruga su frente. Jinki toma una toalla y lo obliga a sentare en el lavamanos para secarle el rostro.

Es extraño estar cuidar así de Jonghyun. El más bajo tiene los ojos cerrados como si la luz empeorar su estado de suplicio, Jinki aprovecha la ocasión para apartar un par de mechones de cabello de su frente. Es de verdad, extraño sentirse así de cercano a él, pero le gusta este nuevo Jonghyun que se deja cuidar como un bebé.

Sin más incidentes logra recostarlo en su cama. El menor tiembla de frío y sigue pálido. La preocupación sigue molestando a Jinki, pero sabe que no es nada del otro mundo, ha visto a varios de sus amigos así antes. Suelen terminar con una horrible resaca al día siguiente pero viven para contarlo.

Le quita los zapatos y la corbata antes de cubrirlo con las mantas. Jonghyun tiene el ceño fruncido por la intensa luz de la habitación, al notarlo Jinki se levanta a apagarla y enciende la lámpara del velador en su lugar.

Se sienta en la cabecera de la cama.

–¿Está mejor?

–Sí– Jonghyun responde bajito y suena tan débil, que el pecho de Jinki se aprieta.

Jonghyun siempre le ha parecido fuerte y seguro de sí mismo. Pero ahora se ve tan frágil, mientras se estremece cada pocos segundos. Siente la necesidad de cuidar de él. Sin poder evitar el impulso, acaricia su cabeza afectuosamente.

–¿Tienes sed? ¿Necesitas algo? 

Jonghyun sacude la cabeza con negación, pero saca su mano de entre las mantas para sujetar la muñeca de Jinki y acercarlo un poco.

–Tengo frío, hyung. Voy a morir de frío– Acompaña sus palabras con una mirada suplicante que Jinki espera haber interpretado bien.

–Oh, Uh… ¿quieres que me acueste contigo? – En circunstancias normales nunca habría hecho una sugerencia como esa, pero tratándose de un Jonghyun en este estado las cosas cambian.

El menor asiente fervientemente, aceptando de inmediato.  El par de ojos semicerrados mirándolo expectante le quitan cualquier duda. Se libera con delicadeza del agarre de Jonghyun y en un pestañeo se cambia a su pijama.

Jonghyun le hace espació en la orilla y Jinki se acuesta de espaldas. El cuerpo helado de Jonghyun no tarda en apegarse a él en busca de calor, está congelado, y el contacto le provoca escalofríos, pero Jinki no se aleja. Al contrario, desliza uno de sus brazos bajo el cuello del menor  y con la mano libre recorre el contorno del su cuerpo para ayudarle a entrar en calor. Le está resultando a cada momento más natural tomar cuidado de Jonghyun.

El más bajo le envía una sonrisa de agradecimiento y, sin mirarlo, susurra un «gracias, hyung» que le infla el pecho de orgullo y afecto. Jinki piensa que se podría acostumbrar a ser el hermano mayor y se duerme con ganas de volver a disfrutar de esa faceta del menor.

 

– a88; –

 

Está recostado de lado, usando su brazo como almohada. La lámpara de noche está encendida permitiéndole tener una buena vista de la puerta de la habitación. No puede dormir. Y Jonghyun no llega a pesar de que el reloj marca las 12:45am.

Ha estado vagando por los rincones de su mente que prefiere mantener ocultos. Sus inseguridades se hacen más grandes con el silencio de la noche, dormir no es una opción con tanta preocupación acechándolo. Hasta algo tan insignificante como el examen del día siguiente le parece un asunto gigantesco en la soledad de su habitación. Si falla arruinará todo su buen rendimiento, los profesores, sus padres, todo estarán decepcionados y quedará manchado su calendario de notas.

Con la ansiedad carcomiendo su cerebro le echa otra ojeada al reloj. ¿12:46? ¿Se puede pensar tanto en tan poco tiempo?

¿A qué hora pretende llegar Jonghyun?, piensa en medio de su desesperación.

Han pasado dos noches desde el incidente de la fiesta. La mañana siguiente a la borrachera, Jinki fue pateado fuera de la cama sin piedad. El menor, azorado, lo había amenazado de muerte para que fingiera que nada pasó. Jinki lo había mirado incrédulo desde el suelo y pronto una idea malvada se formó en su mente.

 «¿Hyung debería traer el desayuno, Jonghyun-ah? »

Entre una lluvia de cojines voladores y maldiciones, Jinki pudo ver a un Jonghyun con orejas rojas haciéndose un ovillo en la cama. Pensando aliviado, que al menos el menor no había tenido resaca.

Desde entonces su relación no ha cambiado mucho, pero ahora Jonghyun forma parte de su lista personal de problemas sin resolver. Se había reprendido mentalmente un centenar de veces por no haber hecho más esfuerzos para conocer al menor. Quizá era su culpa que se mostrara tan esquivo con él.

El sonido de pisadas en el pasillo lo saca de sus pensamientos. Se pregunta brevemente si sería buena idea fingirse dormido, pero prefiere enfrentar a Jonghyun y hacerle un par de preguntas para saciar la curiosidad que se ha ido gestando dentro de él. Solo con la intimidad que trae la noche pueden tener conversaciones de verdad.

Al entrar a la habitación Jonghyun no dice nada, parece cansado y Jinki lo observa colocarse el pijama en silencio en el rincón más oscuro de la habitación. Espera hasta que el menor está recostado bajo sus cómodas mantas para comenzar.

Se toma unos minuto para mirarlo bajo la luz de la lámpara, y nota algo más que cansancio en su cara, Jonghyun está desanimado. Hasta parece triste. Opta por posponer su cuestionario para más tarde, a favor de averiguar que lo tiene en ese estado.

–¿Qué pasa?– Jonghyun no coopera. Sonríe abatido, sin contestar.

Jinki medita unos instante como abordar el tema, pero si Jonghyun no quiere hablar sobre ello es mejor no forzarlo. Decide seguir con el plan original.

–¿Por qué bebiste tanto esa noche?

Jonghyun guarda silencio, se cubre más con las mantas y solo deja parte de su cabello a la vista. Justo cuando Jinki cree que tampoco va a responder eso, comienza a hablar.

–Estaba enojado.– Las colchas amortiguan sus palabras, pero escucha de todas maneras y el otro suena exactamente como un niño taimado.

–¿Por qué?– Jinki se atreve a presionar un poco.

–¿No lo notaste? Todos me miraban como…–Jonghyun se detiene, de repente consciente de lo que está a punto de revelar. De seguro está teniendo un debate interno sobre si continuar o no, Jinki decide ayudarlo a decidir.

–Vamos, puedes decirme lo que sea. No se lo diré a nadie. Todo lo que hablemos durante la noche se queda aquí.

Jonghyun se descubre la cabeza y voltea a mirarlo con ojos inseguros. Segundos más tarde,  saca también su mano y apaga la lámpara. Finalmente, con la oscuridad apagando todo sus filtros, comparte sus pensamientos.

–Todos me miraban como el delincuente de la familia– Jinki se sorprende un poco cuando comienza a hablar, no esperando del todo que confiara en él. Detecta la molestia en su voz, pero no logra ocultar lo herido que se siente.  –Sólo porque no tengo buenas calificaciones y no me gusta estudiar… Siento como si todos me reprocharan el estar arruinando la familia perfecta. Apuesto a que tú piensas lo mismo. Sólo soy el hermano molesto que te obligaron a tener.

Jinki busca su silueta, boquiabierto. Jamás se le pasó por la mente que Jonghyun tuviera esa clase de preocupaciones, siempre se vio tan indiferente, tan despreocupado con respecto a todo. Pero quizá al concentrarse en sus propios tormentos jamás pudo notarlo.

–Nunca pensé eso de ti– Se apresura a decir –Si bien no nos llevamos del todo bien, no pienso que seas malo Jonghyun. Tu madre y papá solo quieren lo mejor para ti, por eso te fastidian con las calificaciones. Quieren que ingreses a una buena universidad para que tengas un buen futuro. ¿Y familia perfecta? ¿De dónd–

–¿Y si no quiero eso?– Jonghyun lo interrumpe con una chispa de espanto en su voz. Sin tiempo para ocultar su angustia tras una broma. Jinki se queda con la palabra en la boca, sin saber cómo reaccionar a la confesión –Mamá siempre me dijo que no quería que fuera igual a papá, pero no puedo evitar que me gusten las mismas cosas y detesto tanto parecerme a él. No quiero terminar como un maldito fracasado y repudiado por mi propia familia.

Jinki recuerda fragmentos de las conversaciones familiares, el padre de Jonghyun era un músico que quiso ser exitoso sin conseguirlo. Siempre fue un alma libre y nunca se hizo responsable del menor. Para sobrellevar su fracaso terminó metido en las drogas, que lo condujeron a su final como ser humano. Casi nunca se hablaba de él, pero cuando lo hacían era tratado con la solemnidad de un muerto. Jinki entendía el rechazo de Jonghyun.

–Jonghyun-ah – No hay pizca de broma en su tono cariñoso. Ahora mismo Jonghyun es un niño perdido y quiere guiarlo a un lugar seguro. – Tú nunca serás como él. Es inevitable que existan similitudes entre ustedes, pero tú tienes a tu madre, a papa e incluso a mí para guiarte por el buen camino. Personalmente no dejaré que desperdicies tu vida.

–Jinki…– Jonghyun dice su nombre con una mezcla de cariño y súplica. Aunque al momento siguiente está soltando una pequeña carcajada nerviosa. Sus escudos están activados otra vez. –Ahora mismo, de verdad suenas como todo un hermano mayor.

Emocionado por el alago, Jinki sonríe de oreja a oreja. Le agrada escuchar eso viniendo de Jonghyun incluso si lo dice con tono de burla. Le gustan mucho estos pequeños momentos de sinceridad con el menor, en donde tienen confianza como verdaderos hermano.

–Puedo ser uno si me dejas.

–No quiero– La respuesta es inmediata y frena la alegría burbujeante que embriagaba a Jinki, pero sabe que aceptar habría sido demasiado viniendo de Jonghyun y de todas maneras dudaba poder desempañar bien el rol.

–Tú te lo pierdes– Le da una mirada resentida al bulto de la otra cama, que el menor no puede notar y se acurruca sintiéndose somnoliento. –Volviendo al tema, creí que tendrías más tolerancia con el alcohol.

–¿Y eso por qué? – El menor suena más tranquilo ahora, Jinki se siente aliviado.

–¿Por tus salidas nocturnas? – Jinki no suena nada seguro, la verdad no sabía con certeza a donde iba Jonghyun.

–¿Adónde crees que voy?– Jonghyun suena jocoso  y Jinki se siente un poco tonto por hacer suposiciones.

–Ehhh, uhhh. ¿A fiestas? ¿Bares? ¿Discotecas?

El bulto sobre la otra cama se retuerce y las carcajadas no tardan en dejar a Jinki desconcertado. ¿Qué era tan gracioso?

–Acabas de decirme que soy un buen chico, ¿pero crees que me voy de juerga todas las semanas? Qué elocuente, mi casi-hermanito.

–No creo que beber sea del todo malo, es prácticamente un parámetro social. Así que eso no te quita lo buen chico. –Jinki frunce el ceño. Jonghyun a recuperado su confianza habitual.  –Yo mismo soy un bebedor social.

–¿Esa es la manera elegante de decir que eres un alcohólico anónimo?

–Eso quiere decir que no bebo hasta vomitar todo lo que he comido, a diferencia de cierta persona.

–Mira Lee Jinki, esa era la primera vez que bebía ¿de acuerdo?– Parece un poco molesto por el recordatorio de ese hecho vergonzoso. –Es cierto que voy a bares, pero no a beber. Es la primera vez que terminó así de borracho y espero sea la última.

–¿Si no vas a beber entonces qué?

–Si quieres saberlo, acompáñame la próxima vez.

Jinki olvida todo enfado anterior con la invitación. Totalmente contento porque Jonghyun jamás ha aceptado sus invitaciones a salir, pero ahora es él quien lo invita.

–Por supuesto. Pero te aviso de antemano que no cargaré ningún borracho a casa.

Sonríe con su propia broma, mientras escucha una especie de gruñido por parte de Jonghyun.

–El viernes a las 10, entonces.

–De acuerdo.

Su promesa queda pactada en el silencio nocturno, el mismo que ha sido testigo de sus conversaciones más honestas.

 

– a88; –

 

–De verdad lo siento. Sabes que me cuesta un montón  juntarme con ellos, no tienen mucho tiempo libre.

Jinki traga nervioso, detesta tener que faltar a su palabra. Además Jonghyun no ha dicho nada y hasta ahora ha sostenido una conversación unilateral. Mira el reloj digital sobre la mesa marcando las 10:05pm, su ansiedad empeora.

–Ajá – Ve a Jonghyun meter su billetera en el bolsillo trasero, con fingida indiferencia, le está dando la espalda. Pero sus movimientos son bruscos. Le perturba que el otro no esté reaccionando así que lo intenta de nuevo.

–Por favor, Jonghyun. Entiende. – Sus palabras gatillan algo dentro de Jonghyun. Lo ve tensarse por completo y al momento siguiente el más bajo lo enfrenta con la mirada llena de ira contenida.

–Claro que entiendo, Jinki. Siempre has antepuesto a tus amigos antes que la familia. No es nada nuevo. ¡Ah! Pero espera, yo ni siquiera soy tu familia– Las palabras llenas de ironía son como veneno.  Sus ojos claros ocultan mucho más que simple enfado, y esa sonrisa sarcástica se ve demasido forzada para ser real. Jinki se queda sin aliento. Fugazmente recuerda todas las celebraciones familiares que se perdió por salir con sus amigos.

–¡Jonghyun!–  Una punzada de dolor le atraviesa el corazón. Se pone de pie para enfrentarlo, escandalizado. No quería hacer que Jonghyun se enfadara, no quería decepcionarlo. Pero no debería reaccionar así solo por cancelar una cita que podían volver a planear.

–Puedes correr como el patético idiota que eres hacia ellos. No me importa, siempre has sido un arrastrado. – Jinki se queda helado, la anticipación quema su cerebro haciendo cortocircuito, tiene el mal presentimiento de hacia dónde va esta conversación.  –Cuando Kibum o Minho lo dicen llegas a volar para verlos ¿pero ellos qué? ¿Han estado cuando los necesitas? ¿Saben lo aterrado que estás de pensar sobre futuro?  ¿Saben que desde hace meses tienes problemas de sueño?¡No ¿cierto?! ¡Porque están demasiado ocupados con sus grandiosas vidas de la cual no eres parte!

Por unos segundos solo se escucha la respiración agitada del menor. Jonghyun tiene los puños apretados a sus costados y pareciera que podría saltar a pelear en cualquier momento, como un animal salvaje. Por otro lado Jinki se desploma en la cama sin fuerzas, mientras lo mira sin pestañear.

–Jonghyun… – Lo supo todo el tiempo aun sin habérselo dicho. ¿Tenía la capacidad oculta de entender a las personas?

La comprensión estuvo a punto de disparar un brote de llanto que Jinki apenas pudo contener. Sin querer revelar lo mucho que lastimaban sus palabras se atreve a darle una mirada de rencor al menor quien suelta una carcajada incrédulo.

–Tú y los imbéciles de tus amigos pueden irse a la mierda.

Con los ojos llenos de lágrimas sin derramar, Jinki contempla con el corazón en la mano como Jonghyun toma su chaqueta con brusquedad y se marcha dando un portazo que resuena en toda la casa, especialmente en su pecho.

 

Son casi las 12:00pm. Jinki está sentado en la barra de un bar en los suburbios,  que por fuera tenía mala pinta pero dentro es toda una maravilla. La iluminación es buena y el ambiente agradable, pero la música es la razón que lo mantiene pegado allí.

Después de mucho pensarlo, finalmente decidió cancelar sus planes con Minho y Kibum. Estuvo mal cancelar a Jonghyun a última hora, lo sabía. Incluso si extrañaba mucho a sus amigos, no debió hacerlo. Su enojo era justificado.

El menor tenía razón, Jinki siempre anteponía a sus amigos antes que la familia, pero ya no sería así. Corregiría ese mal hábito suyo de una buena vez.

Vuelve a tomar un sorbo de su trago antes de volver la vista al pequeño escenario del fondo. El cantante entona una sexy pista de R&B a ojos cerrados como si intentara sentir la música con todo su ser.

Cuando  Jinki vio a Jonghyun sobre el escenario, la conmoción lo dejó aturdido. Jonghyun lucía totalmente diferente a como estaba acostumbrado a verlo. Vestía unos pantalones negros ajustados y un sueter de cuello alto blanco ceñido al cuerpo, pero no era solo su vestimenta la que le produjo el shock –que por cierto hizo que lo viera bajo una nueva luz– sino su voz. Jinki no tenía idea de que Jonghyun cantara, hasta ahora.

Su canto transmite tantos sentimientos. Es dulce, cálido y tembloroso. Suave, intenso y profundo. Todo a la vez.

La piel de Jinki se eriza con cada frase que captan sus oídos y se obliga a beber otro trago para calmar el insistente golpeteo en su pecho, que no ha parado desde que vio al menor enfocado por las luces estroboscópicas.

En estos momentos pareciera como si Jonghyun se hallara en otro mundo y quisiera llevar a todos con él. El más bajo canta como un maldito ángel y a Jinki le encantaría ser llevado al cielo por él.

Se la pasa otros quince minutos deleitándose con el talento del Jonghyun antes de que el menor fije por accidente sus ojos en él, reparando en su presencia.

Jonghyun no exterioriza su sorpresa, pero su voz vacila un poco. Lo mira fijamente el resto de la canción, hasta que se excusa y baja del escenario para caminar directo hacía el.

Jinki siente el impulso de salir corriendo por el rostro inexpresivo de Jonghyun, pero lo ignora ágilmente como hace con su acelerado corazón. Ve un suave rubor en sus mejillas cuando el más bajo está lo suficientemente cerca, pero podría haber sido efecto de las luces.

Cuando Jonghyun se sienta junto a él no sabe por dónde empezar a hablar. Escucha el murmullo de las conversaciones ajenas, pero nada sale de su propia boca. ¿Debería disculparse primero o alagar el increíble talento que acaba de descubrir en su hermanastro? ¿Quizás debería saludar?

–¿Cómo puedes tener tan buena tolerancia?– Afortunadamente Jonghyun interrumpe a su torpe cerebro en funcionamiento.

–Solía beber con papá. – Responde por inercia, ojos fijos en el rostro del menor pudiendo notar como su expresión dura se transforma en una mueca de incredulidad.

–No más de un vaso por vez,– aclara Jinki –pero supongo que de alguna manera ayudó a mi tolerancia.

–Así parece.

Al parecer Jonghyun intentaba hacer las cosas más fáciles para ambos iniciando esa conversación. Y Jinki no se puede quedar sin expresar lo que acaba de provocar en él.

–Eres increíble. De verdad, increíble. Tienes que ser un cantante Jonghyun, no puedes desperdiciar tu talento en otra cosa.

Con el alago las mejillas de Jonghyun se colorean de un adorable color rojo, Jinki tiene el placer de ver a Jonghyun avergonzado de esta manera por primera vez en la historia de su forzada hermandad.

Resiste la tentación de apretar sus mejillas. Cada cosa nueva que descubre de jonghyun le parece fascinante, no se cansa de conocer las facetas ocultas del menor.

–Gracias. La verdad…ese ese mi sueño, así que el decir eso digas significa mucho para mí.

Jonghyun arregla su flequillo, nervioso. Sonríe, tímido y algo explota dentro de Jinki. Siente como si se acabara de tragar una estrella. ¿Este siempre ha sido el Jonghyun que conozco?

Se siente genial, porque no importa que no estén en la privacidad de su habitación o bajo el manto seguro de la oscuridad nocturna, acaban de avanzar un paso más allá y son capaces de ser honestos incluso en un ambiente tan expuesto como un bar. Finalmente, Jonghyun está mostrándose tal como es.

–Ahora te entiendo un poco más. No tienes que temer seguir los pasos de tu padre Jonghyun. Tú puedes ser un cantante, uno de los buenos. Estoy seguro de que tu madre lo entenderá, de hecho, cuando te escuche no podrá hacer nada más que apoyarte. – Jinki derrama todo lo que piensa, importándole poco que sus palabras suenen aceleradas, necesita hacerle entender ese punto de vital importancia al menor.

Jonghyun evita mirarlo, inclina un poco la cabeza dejando que su flequillo oculte sus ojos.

–¿De verdad crees eso?

–Completamente– La seguridad en su voz, provoca una sonrisa triunfante en el más bajo y Jinki se contagia de su sonrisa, teniendo un pequeño momento de felicidad infinita.

 

Caminan juntos a casa. Sin hablar de nada realmente, un par de bromas pesadas por allí, pero ninguna charla real. Ha sido un viernes demasiado intenso para ambos.

En la puerta de su habitación compartida, Jinki se detiene antes de abrir la puerta recordando algo importante. Jonghyun simplemente lo mira curioso.

–Siento lo de antes. Tienes razón al pensar que soy patético. Pero no puedo evitarlo, mis amigos son importantes para mí.– Jonghyun frunce el ceño, sin gustarle del todo la última parte. – Aunque eso no quiere decir que tú no lo seas. También eres muy importante para mí incluso si no compartimos la misma sangre. Siento no haber equilibrado las cosas antes.

Jonghyun luce culpable y refriega su cara, complicado.

–No quise decir todo de esa manera. Eres un muy buen amigo, Jinki. Sólo… me fastidia demasiado que se aprovechen de ti. Según lo que veo, siempre eres el único que entrega todo.– Una mueca de disgusto acompaña su declaración. Se ve contrariado, como si se acabara de dar cuenta de que reveló más de lo que quería. –No es como que me importe. Olvidemos lo que pasó y ya.

El menor toma la perilla de la puerta y lo hace a un lado para entrar a toda prisa.

Jinki se queda de pie allí medio divertido por la reacción del menor y aliviado por su respuesta. Contempla como Jonghyun se cambia a toda velocidad para luego esconderse entre las mantas.

Descubre otra cosa sobre Jonghyun: no dice cosas crueles por diversión, parece más como si tuviera tanto sentir dentro suyo que a la hora de expresarlo las palabra se abarrotan en su mente y todo lo que intenta decir se tergiversa. O simplemente se trataba solo de una defensa.

De cualquier manera, eso parece cambiar cuando está en estado de calma por la vigilia, cuando ambos están recostados en sus respectivas camas teniendo conversaciones nocturnas.

 

– a88; –

 

Jinki se siente un poco tonto y fuera de lugar en su propia habitación. Quizás no debió ser tan impulsivo con el asunto, pero realmente no podía seguir sabiendo sobre el insomnio de Jonghyun sin hacer nada al respecto. Remodelar, fue la mejor idea que se le ocurrió.

Solía creer que el menor tenía problemas para dormir desde siempre, pero el mismo Jonghyun le había aclarado que comenzó una vez que se mudaron. Jinki creía que si arreglaba su habitación como solía ser antes, podría ayudarlo a sentirse más cómodo y quizás mejoraría su dormir.

Aprovechando el hecho de que el menor estaba en una gira escolar, logró hacer una especie de réplica de su antigua habitación. Todo con la ayuda de la madre de Jonghyun, por su puesto.

Su habitación compartida ahora está pintada de un color blanco con patrones ondulantes verticales. Todas las ventanas tienen grandes cortinas que impiden el paso de la luz exterior, además la ampolleta pintada de azul atenúa la luz artificial cubriendo todo con una capa de oscuridad. A Jonghyun le gusta la oscuridad.

El toque final son las velas aromáticas. Jonghyun tiene una colección de ellas y al parecer, desde que se mudó, no se había dado el tiempo de ubicarlas; estaban todas apiladas en una esquina de su armario. Jinki hizo el trabajo por él y las acomodó en una repisa que instaló, el mismo sobre la cabecera, especialmente para ello.

Si el cambio no llegaba a gustarle a Jonghyun, haría un gran ridículo.

Se da otra vuelta en la habitación, Jonghyun debe estar por llegar. A las 9pm llamó a su madre avisando que venía en camino y ha pasado una hora. Se le revuelve el estómago con anticipación.

Los murmullos que llegan del segundo piso, le alertan de la llegada del menor. Pasa unos minutos más de angustia antes de que el menor se asome por la puerta,  cuando lo hace su bolso cae al piso con un golpe seco y recorre la habitación con la mirada, de un lado a otro, boquiabierto.

–¿Qué demonios pasó aquí?– Los ojos grandes de Jonghyun se fijan en él después de la inspección visual, mirándolo interrogante.

–Eeehhh, ¿creí que un cambio estaría bien?– No suena nada seguro, y su estómago da un vuelvo con pánico, tal vez era mala idea decírselo con rodeos.

–¿Y no se te ocurrió nada mejor que traer mi antigua habitación aquí? – Jonghyun sigue atónito y a Jinki le asusta pensar que podría estar enojado.

–Mmm. ¿No?

El menor lo mira estoico por largo rato y Jinki aprovecha para ensimismarse. Siempre había sentido un poco de miedo de pensar en no ser capaz de estrechar su relación con Jonghyun. Le aterraba la idea de que un par de años cuando ambos tuvieran sus propias vidas, sin sus padres obligándolos a convivir, se volverían un par extraños. Esperaba que su sorpresa no arruinara lo que se había formado entre ellos.

Una carcajada resuena en la habitación, haciéndolo saltar de la sorpresa. El menor sujeta su estómago mientras ríe, y recoge su bolso con la otra mano para lanzarlo a su cama despreocupadamente mientras se adentra.

–Eres tan idiota, raro y tonto…y…– Más que ofendido por sus palabras, se siente perturbado por su reacción. Jonghyun sigue riendo sin parar hasta que toma una larga respiración y lo mira con los ojos acuosos a causa de la risa – y por supuesto, eres el mejor, Jinki.

Con un suspiro de alivio Jinki expulsa toda preocupación de su cuerpo y esboza una suave sonrisa, lo mira complacido y el otro le devuelve la mirada divertido. Lo ve sentarse en su cama y lo sigue sentándose en la propia.

–Ahora, sí querías sobornarme por haberte visto el otro día con esa chica, lo conseguiste.– El tono de Jonghyun ya no es tan juguetón, hay algo más que no logra distinguir,  algo similar a la envidia.

–¡No es eso! Además Luna es mi amiga, malinterpretó las cosas un poco y por eso la viste besarme, eso es todo. No hay nada entre nosotros. –  Siente la urgencia de arreglar ese malentendido de inmediato.

–¿Entonces? – Jonghyun está calmado ya, solo queda una sonrisa perezosa de su ataque de risa. Jinki se deja de rodeos.

–Pensé que ayudaría a solucionar tu insomnio.

La sonrisa de Jonghyun se deshace, agacha la cabeza evadiendo su mirada. La penumbra como efecto de la ampolleta coloreada le impide apreciar el color en sus mejillas, pero está claramente avergonzado. Jinki continúa sin dejar que se extienda el silencio.

–Pensé mucho en ti mientras no estabas– Jonghyun lo interrumpe, con una broma para salvar su orgullo.

–¿Tanto me extrañaste?

Jinki rueda los ojos ignorando su comentario y sigue con su discurso premeditado.

–Si mejoras tus notas, tu madre no tendrá nada que reclamar cuando le digas que quieres ser cantante. Y mientras más pronto se lo cuentes, mejor.

–Seguro, hyung. – El sarcasmo implícito en el honorifico, no oculta su sinceridad ni impide que el estómago de Jinki de un vuelco de alegría. Una amplia sonrisa se instala en su rostro mientras ve a Jonghyun contener la suya.

–Hyung va a ayudarte en todo lo que pueda, Jonghyun-ah.

Jonghyun le lanza un almohadón que no alcanza a golpearlo y Jinki se deja caer de espalda riendo a carcajadas, como hace tiempo no recordaba haberlo hecho.

 

– a88; –

 

El reloj marca la 02:34. Jinki está recostado de espaldas y mira la cama de al lado. Jonghyun está dormido, su ciclo de sueño ha mejorado últimamente y aunque su insomnio no se ha curado del todo, ahora se duerme más temprano.

Jinki no puede dormir. Se ha pasado la última media hora observando a Jonghyun. La tenue luz de su lámpara de mesa –que ahora tiene una pantalla gris, le permite observar su cara descubierta. Puede apreciar el atractivo del menor detalladamente, teniendo como música de fondo el cautivante silencio de la noche. Su cabello rubio cenizo está todo desordenado. La cejas prominentes, que enmarcan las mejores miradas del de ojos claro, están relajadas en su sueño tranquilo. Contempla la mandíbula afilada unos instantes antes de pasar a los labios abultados, parecen de felpa y le causa cierta gracia que Jonghyun esté durmiendo con la boca abierta.

Antes solía mirar lo guapo que era con un poco de envidia, pero el sentimiento se opacaba por el alivio de pensar que su hermanastro no tendría problema a la hora de encontrar una linda novia. Ahora las cosas son diferentes. Y las dos opciones anteriores son reemplazadas por otra muy diferente y mucho más simple: Jonghyun le parece endemoniadamente atractivo. Y cada vez que se queda mirándolo por demasiado tiempo las mariposas hacen fiesta en su estómago.

Jonghyun ya no es ese antipático hermanastro que lo evitaba y lanzaba bromas hirientes sin razón. Desde que lo vio cantar con tanta pasión en aquel bar, algo cambió. O quizá fue antes, cuando tuvieron su primera conversación nocturna.

Ahora, Jonghyun es un enigma que Jinki consiguió descifrar. Es timidez oculta tras sonrisas burlona. Es sentimientos incontenibles ocultos tras repentinos ataques de ira. Es verdades ocultas tras bromas pesadas. Es preocupación oculta tras miradas de ira.

Y al conseguir descifrar el enigma mayor descubre que Jonghyun es música.

En esta noche que parece especialmente prometedora, Jinki descifra no solo a Jonghyun sino a sí mismo también. Ya no es el Jinki que se revuelca en su cama sobrepensando cosas innecesarias. No se siente más abandonado, perdido, ni solo. ¿Y vacío?, quizá nunca hubo uno para empezar.

Finalmente llegó a la conclusión de que analiza las cosas de tal forma que, en su cabeza, crea problemas que realmente no existen. Podía tomar un pequeño comentario y mirarlo desde tantos ángulos que luego olvidaría su significado original. Y entonces, se convertiría en algo que lo carcomía por dentro. Pero quiere cambiar, necesita hacerlo.

En esta noche particularmente satisfactoria, Jinki se replantea su vida por completo para poder vivir plenamente.

Su vida familiar es encantadora. Su padre siempre lo ha apoyado y se preocupa mucho por él. Su madre murió antes de que pudiera recordar su rostro, pero ya ha superado su muerte y la esposa de su padre es una mujer amorosa y cuida bien de él. Su hermanastro, Jonghyun, es un muy buen chico, talentoso, comprensivo y agradable a su manera. Tiene buenos amigos también. Kibum, Taemin y Minho son sus amigos de la infancia y siempre han estado con él. Actualmente están ocupados con sus propias vidas, pero está bien. Eso no quiere decir que vayan a distanciarse. Incluso si se dejan de ver por un largo periodo de tiempo cuando se reencuentran, el tiempo retrocede y es como si no hubieran dejado de verse en absoluto. Jinki finalmente entiende que así funciona la amistad.

Toda va bien, sin embargo, recientemente ha descubierto cierto hecho perturbador sobre sí mimo. Y a sabiendas de su condición está decido a actuar son inquietudes innecesarias. No va a pensar en el que será, ni en todas las maneras en las que podría terminar en un desastre. Simplemente, por una vez en su vida, va actuar sin pensar.

Su oportunidad se presenta con un celular vibrando en la cama de al lado. Jonghyun se remueve inquieto en su sueño, pero es Jinki quien se levanta y se acerca a apagarlo. Se queda mirándolo por unos instantes hasta que un somnoliento Jonghyun le devuelve la mirada con ojos entrecerrados, ignorando el celular en sus manos.

–¿Otra noche sin poder dormir?– El menor se las arregla para balbucear la pregunta, no demasiado consciente, y limpia los restos de saliva de su boca.

 –Sí. Hyung tiene demasiado frío.– Jinki deja el celular sobre la mesa de noche junto a la lámpara, Jonghyun hace la vista gorda.

–¿Eh?

–¿Puedo dormir contigo?– Jinki lo mira con ojos esperanzado, el nerviosismo le tiene un nudo en el estómago, pero lo ignora.

Jonghyun no responde, pero se hace a un lado acurrucándose en un rincón, Jinki capta la señal y se mete a su lado con el pecho inflado de alegría.

No se acercan más de lo necesario, pero sus manos se tocan. Jinki contiene la respiración unos segundos antes de dejar salir todo el aire de una vez. El olor de Jonghyun inunda sus sentidos, abrumándolo un poco más. Se siente como un sueño, uno muy agradable.

–Esto me trae recuerdos– comenta al aire, cerrando los ojos, para disfrutar el momento.

–Si te atreves a mencionar mi borrachera, voy a patearte.– Aparentemente Jonghyun ya está más despierto. Jinki suelta una pequeña carcajada al sentir la rodilla de Jonghyun chocando con su muslo.

–Estaba pensando– Hace una pausa, debatiendo si seguir adelante o no, pero recuerda su resolución anterior. Rechaza todos los pensamientos de mal augurio y sigue adelante –Nosotros no somos hermanos ¿cierto?

–¿Te golpeaste la cabeza con la cabecera o algo, genio?– Voltea a ver al menor y lo ve bostezar, luego se queda mirándolo y Jinki no aparta la mirada.

–Quiero decir, –Ignora el insulto, ahora que conoce más a Jonghyun a aprendido a interpretar sus palabras. Sólo quiere que vaya al grano. – no estamos relacionados por sangre.

–Obviamente – Jinki se gira sobre su lado, quedando recostado frente al menor. No es que esperara realmente la respuesta, solo quería abrirse camino para lo que estaba a punto de hacer. Se le revuelve el estómago con anticipación.

–Así que si hago esto– se inclina hasta depositar un rápido beso en los labios ajenos– no estoy haciendo nada malo.

Jonghyun lo mira pasmado, parece que ha dejado de respirar. Jinki lame sus labios, nervioso, prefiere dejar su mente en blando antes de pensar en lo mucho que puede haber arruinado. Con ese pequeño roce el corazón le late con fuerza y su pulso le retumba en los oídos. Ha querido besar a Jonghyun desde la noche en que lo vio sobre el escenario.

–Oh… ¿qué… qué fue eso?– Cuando Jonghyun finalmente habla, su aliento le roza los labios, tentándolo. El menor está sorprendido aún, pero también avergonzado y podría jurar que tiene las orejas rojas. Jinki ríe internamente, es tan adorable que quiere gritar.

–Me gustas. – Declara Jinki mientras sus miradas se encuentran, espera que sus ojos transmitan todas las cosas que el otro le hace sentir. – Y si también te gusto, prometo que no voy a pensar en nada y enfrentaré cualquier obstáculo para estar contigo.

–¿Incluso a mamá y tu padre?– Jonghyun lo mira con cautela, como un niño temeroso mientras agarra las sabanas con un fuerte apretón. Honestamente Jinki tiene miedo también, pero puede ser valiente por él. Valdría totalmente la pena.

–Incluso a mí mismo– Su respuesta sincera contenta al menor, quien sonríe con picardía mientra sus ojos brillan con intensidad.

La mano de Jonghyun se posa en su nuca, acercándolo.

–Entonces, ven aquí– Y en un pestañear, es Jinki quien está siendo besado mientras siente como su pecho se hincha de afecto y adoración. Es un beso dulce, que le hace suspirar. Cierra los ojos para dejarse embriagar por sus sentidos.

Entre besos tiernos decide que el camino del amor es uno que puede empezar a recorrer junto a Jonghyun.

Notas finales:

Son libres de dejarme amor, queja, reclamos o lo que quieren en los reviews<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).