Luffy caminaba en medio de un pequeño campo que estaba junto a la “guarida” (que así la hacían llamar sus nuevos nakama)
Se había levantado más temprano de lo usual para caminar un rato por un pequeño campo que estaba al lado de la casa donde se hospedaba. Últimamente ya no le apetecía permanecer más tiempo en la cama, tenía tantas cosas en la cabeza últimamente que sentía que iba a explotar: preocupación, miedo, temor…
¡No!
Si pensaba esas cosas entonces no era él. Él era Monkey D Luffy, el futuro rey de los piratas, ¡El hombre más macho de la tierra!
Mientras daba su pequeño paseo matutino se puso a pensar en los sucesos recientes que le habían pasado. Primero, su compromiso roto con Cavendish, que ha decir verdad, ya no creía que siguiera en pie. Segundo, no creía que sus nuevos nakamas fueran gente mala...
-“O…al menos no toda”
Lo que ocurrió en su fiesta de compromiso no fue algo agradable de ver. Y el recuerdo de lo que paso en el bosque le revolvió el estómago, causando que no se diera cuenta que alguien se estaba acercando.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió unos brazos alrededor de su cintura que lo hizo sentir incómodo.
-Te despertaste muy temprano, Mugiwara-ya-.Susurro Law al menor.
-¡Torao!, ¡tú también despertaste temprano! ¿También tenías hambre?-.Dijo un poco entusiasmado. Quería aparentar tranquilidad mientras trataba de separarse del “medico”.
-Tengo hambre de ti-. Justo cuando Trafalgar se estaba inclinando para darle un pequeño beso en los labios a su pequeña presa, fue interrumpido por la presencia de su nakama.
-Trafalgar, Zoro quiere que veas algo-. Sabo había llegado en un momento oportuno. Law solo soltó un chasquido y libero al pequeño. Mientras este solo suspiraba de alivio.
Mientras Luffy veía como Torao se alejaba del lugar, se dejó caer entre el pasto. Estas situaciones eran mucho para él.
-Si te sigue molestando, avísame, yo mismo le daré una paliza-. El rubio sonrió de lado mientras se sentaba junto al moreno.
-¡Esto parece una historia otome*! ¡No me gusta!-. Sabo se quedó sin palabras ante lo dicho.-¿Acaso lees historia otome, chico?
-Yo no, pero Shanks sí. Todas y cada una de ellas las conozco porque me las cuenta y no me queda más opción que escuchar. ¡A él le gusta llorar con historias como esas!
Sabo se sorprendió. Se supone que iba a ligar, no a escuchar cómo es que ese niño se había dado cuenta de los planes de todos para seducirlo….
¡¿Entonces estas enterado de que te queremos atraer?!
Luffy inclino su cabeza a un lado.
-No sé cómo interpretar eso-. Sabo solo se dejó caer de espaldas en el pasto. Volteando, para ver más de cerca el rostro de su acompañante. Sin duda el rostro de Luffy era angelical, además de que sus ojos eran un color muy singular, un hermoso negro ónix que brillaban como nada el mundo.
-Dime Luffy, ¿Te gusto un poco?-. Solo observo como el menor abría enormemente la boca.
-Tonto Sabo, no le gustas tú, le gusto yo ¿Verdad ex de Cavendish?
-¿Acaso no sabes leer el ambiente, Ace?-. El pecoso movió la cabeza en señal de negación.
En medio de la discusión entre los dos vampiros presentes, Luffy mostro una gran sonrisa. Por alguna razón, le gustaba estar con ellos, ya que no intentaban (mucho) propasarse con él.
-Dime niño, ¿De dónde eres? No pareces de Dressrosa-. Ace pregunto intrigado, ya que las facciones que tenía Luffy no eran muy comunes, y que en realidad, se le hacían muy conocidas. Demasiado conocidas.
-Soy de la villa Foosha en el East blue, es el pueblo más bonito, pero lo deje para ir en busca de mi título de pirata-. Mientras Luffy mecía de un lado para otro su cabeza, contando animadamente su sueño, el pecoso quedo estático, con tan solo esa mención de “su pueblo”, hizo recordar la miserable vida que enfrento después de la muerte de su madre a manos de los nobles que vivían en el otro lado de la villa Foosha. Ahora, más que antes, se proponía a cumplir su objetivo.
Sabo, al notar el cambio de ánimo que sufrió su nakama, distrajo a Luffy lo suficiente para que no notara el estado de Ace.
-…Y además las vacas son las mascotas y no se pueden comer aunque siempre se ven deliciosas.-A este paso Luffy siguió hablando solo.
***
-No te alteres, Ace. ¿Acaso no te da gusto? Dijo el vampiro rubio mientras seguía con paso apresurado al vampiro pecoso. Ace paro de golpe.
-Necesito ir a la ciudad por mi comida, no quiero perder el control cuando este poseyendo a Muguiwara ¿me acompañas?-.Sabo solo asintió un poco preocupado.
***
Mientras Luffy regresaba a su habitación, percibió un agradable aroma. Pero no cualquier aroma. ¡Era carne!
Ahora su objetivo era la cocina.
-¡Sanji! ¡Quiero carne!
Cuando llego a la cocina, se encontró con Kid. Sentado tranquilamente, bebiendo una copa de vino.
-¡Kiddy!-. El pelirrojo solo soltó un chasquido. Nunca soportaría ese apodo de mierda.
-¿Oye, de casualidad no viste la carne por aquí? Creo que era en la otra habitación-. Decía mientras recorría todo el cuarto.-Sera mejor ir a ver a San…
Sus palabras fueron interrumpidas cuando unos labios invadieron los suyos.
-Tú eres la carne, Mugiwara, y te voy a devorar lentamente-. Dijo Kid mientras separaba brevemente sus labios del menor, para después atacarlos nuevamente.