-Que estás haciendo niñato estúpido!!!- Grito eufórico el pequeño príncipe.
El niño se quedó parado ante la mirada de desprecio del rubio
-Yo solo vine a buscar un poco de carne, el hambre hace rugidos en mi pancita, shishishi
El pequeño príncipe al ver esa sonrisa radiante que mostró aquel niño hizo estremecer su joven corazón haciéndolo latir.
-¿Cómo te llamas?
-Yo soy Luffy, mi tío es Shanks, y como está platicando con su amigo el rey, yo me aburrí mucho y vine a buscar algo para comer, shishishi.¿ Y tú quién eres?
-Ah con que estas tenemos, sabes niñato este lugar no es un restaurante y no está permitido que personas como tu vaguen por los alrededores. –yo son el príncipe de este lugar y ordenó que te vayas de aquí.
-No por favor, ¡yo me quiero quedar!, anda que te cuesta, si me dejas quedar te prometo que me quedaré a jugar contigo-. Sonrió tan tiernamente que el príncipe no pudo negarse.
Cuando Luffy termino de comer, el rubio lo llevo al cuarto de juegos, nunca nadie en su corte vida se había ofrecido a pasar un rato con él, por temor a ser castigados si algo hacían mal o hacían enojar príncipe. Nunca imagino que en mundo hubiera tanta felicidad, ese niño había despertado un interés especial… en el que su corazón deseo que se quedara por siempre a su lado. Hasta que luffy se tuvo que ir, jamás imagino que le doliera tanto su partida.
-¡Nos vemos amigo! ya me tengo que ir. Dijo. – y a todo esto; ¿cómo te llamas?
-soy Cavendish, te ordeno que vengas a jugar conmigo otro día
-EHHH, si me das carne vendré seguido.
Pero ese día nunca llego ya que Shanks tendría que partir de al norte para averiguar dónde y como estaba Dragón ya que hacía varios meses que no sabía de él y temiendo que los chupasangre le hayan arrebatado la vida al igual que la madre del chico, partieron al siguiente día.
***
Los había hallado, tomo rápidamente su caballo para ir en su persecución, los vampiros estaban atacando una aldea cercana.
***
Se encontraban los 6 vampiros en una casa disfrutando de su manjar; era una joven pareja que recién se habían mudado.
-Siempre disfruto de la sangre de una joven y bella mujer-., dijo Sanji, relamiéndose los labios.
-Tu siempre deleitándote con las mujeres, estúpido ero-cook.
-y tú que me cuentas marimo, si fuiste el primero en abalanzarte con ese chico.
Ustedes dos ya dejen de pelear, aún no hemos tenido suficiente, vayamos a buscar más sangre fresca. Dijo Kid, cuando alguien los sorprendió entrando por la puerta derribándola.
-Al fin los encuentros malditos, esta vez acabaré con ustedes, no perdonare lo que le hicieron a mi amada esposa.
-Pero miren quien tenemos aquí, a nuestro gran amigo, Dragón el revolucionario, no me digas que vienes solo, dijo en tono de burla Law. –Dragón-ya No pretenderás enfrentarte tu solo a nosotros.
-Yo solo puedo con ustedes-.Se lanzó contra ellos furiosamente logrando golpear a tres de ellos, pero un descuido Zoro lo tomo de los brazos mientras los demás lo rodeaban.
-¿Cómo pretentendes acabar con nosotros estando tan vulnerable-Dijo Kid lanzando el primer golpe causándole una contusión en la cabeza, esto causó un grito por parte de Dragón.
-Ahora que recuerdo, tienes el mismo olor que ese niño que dejamos en esa casucha hace 7 años… así que tú eres el esposo de esa mujer, por lo tanto eres el padre de aquel niño que dejamos-y en tono de burla Sabo dijo-Me pregunto cómo estará tu lindo hijo.
Dragón al escuchar estas palabras les grito- ¡Ustedes jamás van a tocar a mi hijo!,- por lo que Sanji lo pateó fuertemente en el abdomen lanzándolo contra el muro, este solo soltó un alarido de dolor.
-Tú no nos vas a decir lo que tenemos que hacer, y…estoy seguro de que ese mocoso sabe delicioso-.El líder revolucionario quedo inconsciente.
-¿Y si buscamos a ese mocoso y le hacemos una visita?- Pregunto Ace
-No, aún debe ser muy pequeño, esperaremos unos cuantos años más-concluyo Law.
-¿Y qué hacemos con él?-, dijo Zoro señalando al revolucionario.
-Dejémoslo vivo, para que en un futuro observe como tomamos a su hijo, ¿les parece?
-De acuerdo-. Dijeron todos al mismo tiempo.
***
Cuando los hombres de Dragón llegaron, este se encontraba inconsciente y lo llevaron rápidamente al pueblo para curarlo. Al despertar vio a alguien conocido sentado en una silla al borde de la cama.
-¡¿Pero que estás haciendo aquí imbécil?!.
-Pues, hace varios meses que no sabemos de ti, estábamos muy preocupados y venimos a ver que sucedía, pensamos lo peor.
-Dijiste venimos, ¿de que estas hablando?, ¿tú y quien más están aquí?
-Perdona Dragón pero no tenía con quien dejar a tu hijo y lo tuve que traer conmigo.
-¡¿Pero qué estás diciendo, Tienes que irte rápidamente de aquí, debes llevarte a Luffy lo más lejos que puedas-, ¡él está en grave peligro!-, grito el revolucionario en tono muy asustado por lo que pueda suceder.
-Pero… no te entiendo, ¿porque estaría en peligro?
-Tu no entiendes, anoche me enfrente a los vampiros que mataron a mi esposa, no pude acabarlos, ni siquiera pude tocar a uno, todo fue inútil, estuve escuchando lo que estaban hablando, ellos quieren a mi amado hijo-. Hablo Dragón con lágrimas en los ojos. –Por favor Shanks, tienes que llevarte a Luffy, llévalo lejos y no permitas que algo le pase, yo iría con ustedes pero me seguirían y no quiero arriesgarlo más de lo que ya está.
-No te preocupes, prometo cuidar a tu hijo, no dejaré que ande solo por ahí, por lo pronto no regresaremos a Dressrosa iremos a otro lugar para estar más seguros, me retiro amigo y cuídate.
Al salir el revolucionario quedo pensativo, llegando a una conclusión.– No dejaré que toquen a mi hijo, lo cuidare desde las sombras si es necesario, seguiré intentando acabar con esos malditos asesinos, pero jamás, jamás dejaré a Luffy en sus manos.