Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El libro de las leyendas: Tomo Fullbuster por Fullbuster

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Portada

Resumen:

Tras la vuelta de Sasuke a Konoha y su reasignación como ANBU, le ha tocado hacer misiones con su antiguo profesor Kakashi. Pese a su gran habilidad como Ninja, Sasuke cae en una de las peligrosas misiones siendo Kakashi quien lo saca de allí malherido. Con los cuidados que necesitará Sasuke y las perversiones que ha cultivado Kakashi gracias a los libros eróticos que lee… no va a ser una recuperación tranquila lo que le espera a Sasuke.

Pareja Principal: Kakashi-Sasuke

Oscuridad… la más absoluta de las oscuridades estaba allí presente y sólo cuando abría con dificultad los ojos conseguía ver algún pájaro volando, algunas ramas de los altos árboles moverse por encima de él. Estaba tumbado y veía el cielo, las nubes pasaban y sabía que nadie le encontraría allí, estaba demasiado dentro de aquel infernal bosque donde la batalla se había alargado demasiado. Tocó su chaleco y sintió el pergamino que había robado de la Villa oculta de la niebla, su misión había sido un éxito pero al escapar… su propio compañero le había atacado a traición derribándole, ni siquiera se esperó aquel ataque.

Desde que había vuelto a la aldea oculta de la hoja todo era miserable, su modo de vida había sido un auténtico infierno, le llamaban traidor pese a que Naruto como nuevo Hokage había dicho que él era un héroe. Nadie le creía, seguían viendo al asesino, al despreciable y codicioso Uchiha, daba igual cuánto intentase arreglar su imagen, cada vez estaba más empeorada y ya no tenía sentido seguir luchando para mejorarla.

Cerró los ojos nuevamente respirando con dificultad y miró a su lateral tirado en otro charco de sangre a su compañero. Sonrió con cierta incredulidad y es que incluso herido… había derribado a su compañero o más bien… a su enemigo. Tosió con violencia quejándose al momento por el dolor. La sangre seguía saliendo de sus heridas sin detenerse, seguía encharcando el suelo, empapándole completamente a él que era incapaz de moverse. Presionaba su herida del abdomen y trataba de parar la hemorragia pero las fuerzas le fallaban. Cuanta más sangre perdía, más se debilitaba su mano y menos presión ejercía hasta que al final… su mano ya no presionaba nada, posada sobre su abdomen sólo se llenaba de sangre y se dejó ir. Su vida ya no valía nada, estaba perdido, no le encontrarían y aunque lo hicieran… todos le odiaban en esa villa, seguramente rematarían la faena. No tenía sentido seguir luchando por su vida.

- Sas… - escuchó y trató de poner más atención – Sasuke – le llamaba alguien, podía escuchar su nombre completo aunque apenas abrió los ojos unos milímetros para encontrarse con su antiguo maestro de armas – Vamos, chico. ¿Qué ha pasado?

- T-toma – le dijo dándole el pergamino a Kakashi.

- Ey – escuchó por última vez antes de desmayarse por completo.

La oscuridad volvió a invadirle y aunque debería estar acostumbrado a ella… no lo estaba. Había vivido toda su corta vida sumido en la más absoluta oscuridad, sumido en la venganza, en la ira, el odio, el rencor, la soledad… ahora le asustaba quedarse solo para el resto de su vida, le daba miedo ser ese chico vengativo sin ningún propósito en la vida, quería cambiar, ayudar a la Villa, ser de utilidad, tener una familia en el futuro… quería no sentirse solo pero lo estaba. Todo el mundo le había dado la espalda y hasta tras convertirse en ANBU, tenía que tener veinte ojos porque sus propios compañeros trataban de asesinarle cuando bajaba su guardia. El miedo y la desesperanza vivían con él desde que había vuelto.

Sentía dolor y movimiento, lo estaban trasladando a algún lugar pero no quería abrir los ojos, ni siquiera podía hacerlo. Estaba agotado, aún sentía la sangre brotar de sus entrañas pero también sentía algo cálido, seguramente le estaban curando mientras lo llevaban a algún lado. Respiró con dificultad y al inhalar… olió aquella dulce fragancia a frutas silvestres, a algo fresco y natural. Abrió con lentitud los ojos para encontrarse que Kakashi le estaba llevando a su espalda de camino a la villa.

Kakashi se percató de cómo intentaba sin mucho éxito moverse su compañero y detuvo su carrera asustando a Ino que iba tras ellos intentando curar la herida de Sasuke. Lo bajó al suelo unos segundos viendo su ropa completamente empapada en sangre, sus ojos cerrados, cómo le costaba respirar. Sentía una inmensa ira por lo que le habían hecho y es que ya en el examen a chunnin se dio cuenta que Sasuke era muy parecido a él. Había tenido la suerte de tener tres alumnos muy atados a su pasado, tuvo a Naruto Uzumaki, hijo de su maestro Minato Namikaze, tuvo a Sakura Haruno, una chica que decidió convertirse en médico como lo hizo su propia compañera Rin y luego tenía a ese chico… Sasuke Uchiha cuando él tuvo de compañero a Obito Uchiha quien le regaló aquel Sharingan que le hacía casi invencible.

Sasuke le recordaba tanto a él. De joven siempre fue un chico lleno de rabia que buscaba venganza. Perdió a temprana edad a su padre, perdió a su maestro Minato, perdió a Rin y a Obito, todos sus seres queridos desaparecían y a cada desaparición… su corazón se endurecía más y más clamando venganza por todos ellos. Sasuke también era ese chico vengativo que habría hecho cualquier cosa con tal de obtener su objetivo. No podía dejarle morir allí, tenía que demostrarle que la vida era mucho más que una simple venganza. Él era su maestro, era su responsabilidad inculcarle y enseñarle el verdadero significado de la vida, compartir la vida con tus seres queridos, con tus amigos y no desperdiciarla.

- No puede respirar – dijo Kakashi escuchando su respiración, escuchando cómo se ahogaba - ¿Qué le ocurre? – preguntó preocupado hacia Ino que estaba agachada junto a Sasuke.

- Se está ahogando con su propia sangre. Tiene una hemorragia interna, se le están encharcando los pulmones, hay que liberar el exceso – comentó Ino – dame tu Kunai.

Kakashi le pasó uno de sus Kunais viendo cómo Ino lo clavaba levemente en Sasuke y trataba de sacar el exceso mientras trataba de curarle. Sasuke empezó a respirar enseguida para tranquilidad de Kakashi y aún más para la de Ino. Por un segundo, Kakashi se fijó en la ropa Ninja de Sasuke, estaba destrozada, su pantalón lleno de agujeros y sucio por el combate, a su chaleco le faltaba alguna parte de tela y tenía tanta sangre, que apenas podía reconocerse nada más en él.

- Hay que llevarlo urgentemente al hospital, aquí me faltan medios para curarle en condiciones – dijo Ino.

- Está bien, ya no estamos lejos. ¿Aguantará?

- Eso espero – dijo Ino ayudando a Kakashi para subir a Sasuke a su espalda de nuevo.

Sasuke hacía un rato que se había desmayado pero al menos, aún recordaba aquella fragancia que había conseguido relajarle. El dolor había desaparecido por un momento, no sentía nada excepto cansancio, se negaba a abrir los ojos hasta que escuchó una voz al fondo, era Ino hablando.

- ¿Vas a informar al Hokage? – preguntaba.

- Tengo que hacerlo, esto no puede seguir así. ¿Ahora hasta sus compañeros le atacan? Podían haber echado a perder toda la misión por eso, una misión que repercutiría en la Villa por una tontería de ese calibre.

- Sabes que la gente no termina de aceptar a Sasuke.

- Es de Konoha y tendrán que hacerlo en algún momento. Nos ayudó y es un héroe, estoy cansado de ver cómo le tratan. Esto tiene que acabar – comentaba Kakashi – hablaré hoy mismo con el Hokage si es necesario.

Sasuke abrió los ojos con pesadez y miró hacia el ventanal del pasillo. Le costaba ubicarse y es que no entendía cómo había llegado hasta allí, era una habitación del hospital de Konoha, había estado tantas veces aquí que ya lo reconocía al momento. Kakashi en una de las veces que miró por el cristal para comprobar cómo se encontraba Sasuke, le vio mirando hacia ellos y decidió entrar disculpándose con Ino.

- ¿Cómo estás? – preguntó Kakashi.

Sasuke trató de incorporarse pero al doblar un poco el abdomen el dolor que sintió fue demasiado intenso sacando un quejido enseguida mientras Kakashi le pedía que volviera a acostarse y no hiciera movimientos aún.

- No hace falta que hables con el Hokage – dijo Sasuke mirando hacia otro lado con su típico tono frío.

- Sasuke… mírate. Estarías muerto ahora mismo de no ser porque pasaba por allí.

- Nos atacaron y nos defendimos.

- No es cierto, mientes. Nunca fuiste un buen mentiroso.

- No… ése era mi hermano – dijo borde – Tenías que haberme dejado morir allí.

- No, Sasuke, ningún ser querido mío va a morir, ya he perdido demasiados. Eres mi alumno y mi deber es protegerte.

- Ya no soy tu alumno, Kakashi. Lo era y aprendí mucho de ti, eres el mejor maestro que he tenido jamás, pero ahora soy un ANBU, hago misiones peligrosas todos los días mientras tú…

- Yo soy un simple profesor, sí – le acabó la frase Kakashi – pero yo fui ANBU mucho antes que tú, Sasuke, yo luché en la tercera guerra Ninja al lado de Minato Namikaze, mi equipo destruyó aquel puente clave para la victoria de Konoha, he hecho misiones peligrosas mucho antes que tú y sé lo que es ser un ANBU, por eso mismo sé… que no poder fiarte de tus compañeros no es bueno para las misiones, Sasuke. El hokage debe conocer estos detalles.

- No lo hagas, por favor – bajó al final el tono Sasuke – puedo arreglarlo, dame un poco de tiempo para que me gane la confianza de todos, si el Hokage interviene poniendo medidas más duras en represalia aún me tendrán más miedo. Por favor. Empeorarás mi situación.

- Te doy un mes como mucho, si no lo has arreglado yo mismo tomaré medidas.

- Gracias – le dijo Sasuke.

- Tú ocúpate de descansar ahora mismo, no estás para moverte mucho – le comentó Kakashi marchándose de la habitación preocupado.

Ese chico le recordaba tanto a él. Tenía esa coraza fría y dura puesta constantemente, debía ser agotador tener que mantenerla siempre para evitar que le hicieran daño y por mucho que él desease que esa coraza bajase un poco, no era posible. Quitar una coraza no era nada bueno, era como quitar una parte esencial de ti, pero al menos conseguir que la redujera un poco con él… quizá eso sí podía lograrlo.

Al salir fuera iba a irse a su casa a cambiarse de ropa cuando la voz de Sakura hablando con Ino le detuvo en el pasillo. Se miró la ropa llena de la sangre de Sasuke y sabía que no era muy tranquilizador para los pacientes que estaban allí verle de esa forma pero no podía marcharse tras escuchar a ambas muchachas hablando.

- No puedes darle el alta a Sasuke – le comentaba Ino.

- Ya lo sé que no puedo – decía Sakura – pero los superiores son los que mandan, no puedo hacer otra cosa que mandarle a su casa.

- Pero si ni siquiera puede ponerse en pie. ¿Qué hará en su casa? No puede valerse por sí mismo.

- ¿Y qué quieres que haga? Danzo ha firmado su alta, es mi superior, no puedo contradecir esa orden. Ya sé que no está para valerse por sí mismo y me lo llevaría a mi casa pero están mis padres.

- En la mía olvídate, tengo a Sai y sabes lo mal que se llevan ambos.

Las dos chicas se giraron de golpe observando a Kakashi que también las miraba y sonrieron con complicidad acercándose corriendo a él.

- Ni se os ocurra – les dijo.

- Vamos, Kakashi, fue tu alumno, se lo debes – dijo Sakura.

- Y vives solo, no tienes problemas en acogerlo un tiempo.

- Yo no soy el mayordomo de nadie – dijo haciéndose el ofuscado aunque no era cierto.

- ¿Tienes miedo de que encuentre tu colección de libros pervertidos? – preguntó Sakura con una gran sonrisa.

- Claro que no – dijo Kakashi – De acuerdo… me lo llevaré un tiempo.

- Genial, te explicaré los cuidados que va a necesitar – le dijo Sakura llevándoselo a parte para contarle las cosas.

Al final, ahí estaba Kakashi de camino a la torre del Hokage a entregar el pergamino que Sasuke había obtenido en su misión para luego ir a su casa. Ino y Sakura le habían dicho que ellas se ocuparían de que llevasen a Sasuke a su casa, así que no se preocupaba por ello, aunque él jamás había tratado a un enfermo, estaba acostumbrado a vivir solo y le gustaba su soledad.

Naruto como nuevo Hokage estaba tras su escritorio rellenando papeles, eso era lo que más había llegado a odiar Kakashi de su cargo de Hokage, menos mal que renunció a él, porque no lo aguantaba más, siempre habían problemas y más problemas, siempre llegaban millones de esas hojas para rellenar. Nunca se acababa el trabajo. Ahora había vuelto a ser Ninja, a entrenar a un grupo de estudiantes a los que con no aprobar en su prueba era más que suficiente para estar tranquilo y es que desde el equipo siete, no había vuelto a coger ninguno más.

Naruto al ver a Kakashi aún con su ropa Ninja y lleno de sangre se asustó un poco, pero Kakashi dejó el pergamino que Sasuke le había dado encima de la mesa sin mediar palabra.

- ¿Hay algo que deba saber? – preguntó al ver que su maestro no tenía intención de hablar pero estaba claro que algo había ocurrido.

- No, Hokage – le comentó.

- ¿Cuántas bajas?

- Dos.

- ¿Y Sasuke? – preguntó preocupado.

- En el hospital, tardará un tiempo en volver al trabajo, ha sufrido graves heridas, no creo que puedas contar con él para misiones en algún tiempo.

- Ya veo – comentó tranquilizándose un poco al saber que su mejor amigo estaba bien, pero algo alterado aún por los acontecimientos - ¿Han sido los de la villa? – preguntó.

- No lo sé – intentó camuflar Kakashi mintiendo – cuando llegué Sasuke ya estaba herido y me dio el pergamino por si él no sobrevivía. Lo trajimos y aún no ha querido hablar de lo sucedido.

- Tan terco como siempre, pensando que puede arreglarlo todo por su cuenta sin pedir ayuda. Maldito cabezón – se quejó Naruto - ¿Qué le han dicho en el hospital?

- Que no está para moverse, pero tu consejero Danzo lo ha mandado a casa – se quejó Kakashi – como no puede moverse bien lo hemos llevado a la mía, lo mantendré vigilado y bien atendido hasta que se recupere.

- Gracias, Kakashi – le comentó Naruto – haz que no se meta en más líos.

- Lo intentaré. Si me disculpa, no quiero dejarle mucho tiempo solo en casa sin atención.

- Claro, puedes retirarte, gracias por traer personalmente el pergamino.

Kakashi se marchó dirección a su casa. Quería llegar pronto y ver el panorama que le esperaba esos días. Para cuando llegó, las chicas ya se habían marchado dejándole la llave bajo una de las macetas de la ventana. Siempre había vivido en aquel apartamento del centro de la Villa. Desde que su padre se suicidó debido a la mala fama que cogió todo en su vida había ido mal. Poco tiempo después había perdido a todos sus seres queridos y compañeros pero ya no tuvo el valor de vender aquella casa. Una parte de él le decía que empezase de nuevo en otro lado y otra parte le decía que esos recuerdos eran parte de su vida y de su pasado, no sería el mismo sin ellos. No quería desprenderse de lo único que le aferraba a su padre.

Entró hacia la habitación viendo a Sasuke tirado en aquel futón en el suelo durmiendo sin apenas moverse. Todo el mundo en la Villa sabía que Danzo, gravemente herido por aquel chico no le tenía aprecio ninguno. Era evidente que no prestaría atención a su salud y trataría de hacerle la vida imposible, todo el mundo conocía las disputas de ambos. Un poco más y Sasuke lo habría matado si no llegan a impedírselo.

- ¿Por qué siempre eres tú quien cuida de mí? – escuchó a su espalda cuando ya se retiraba de la habitación.

Kakashi se giró mirando a Sasuke que trataba de incorporarse sin mucho éxito. Su rostro al contraerse le indicaba el dolor que estaba sufriendo y se acercó a él para ayudarle a apoyar la espalda contra la pared para que estuviera más cómodo.

- No te esfuerces, no estás bien aún – le dijo Kakashi.

- No me has respondido.

- Yo no cuido de ti, Sasuke.

- Si lo haces, lo hacías en el pasado y lo haces ahora.

- Te estás confundiendo – le dijo Kakashi.

- No, no lo hago. Recuerdo perfectamente cuando eras mi profesor, me traías a veces comida y te preocupabas de que hiciera las cosas bien en la casa.

- Supongo que no puedo ver a los huérfanos y dejarles así sin más solos. Naruto y tú me recordáis un poco a mí cuando perdí a mi padre. No quería que estuvierais solos. Supongo que tú eres más parecido a mí y no podía evitar tratar de cuidarte e indicarte el buen camino, pero no fui un buen profesor, te desviaste, elegiste el camino de la venganza.

- No necesito tu lástima – le dijo Sasuke.

- No es lástima lo que siento por ti, Sasuke. Un día lo entenderás. Ahora te traeré tu medicación para que puedas descansar.

Kakashi fue a la cocina a buscar la medicación que las chicas debían haberle dejado allí. Había unas cuantas pastillas y leyó la nota que le dejaron en la encimera mientras preparaba una sopa de miso, seguramente le sentaría mejor algo caliente para el cuerpo. El invierno se acercaba con rapidez y en Konoha siempre solía ser crudo, frío y tormentoso. Miró por la ventana comprobando cómo las hojas empezaban a moverse con cierta suavidad, en poco tiempo el viento soplaría con fuerza, siempre iniciaba como una leve brisa antes del endemoniado viento que arrasaba con todo a su paso.

Con un sonoro suspiro se aproximó a las ventanas cerrándolas por completo dejando la oscuridad. Era mejor eso a que el viento rompiera todas las puertas de las ventanas cuando iniciase. Mientras ponía la sopa en un cuenco pensaba en las palabras de Sasuke, aunque quisiera negarlo era cierto que muchas veces desde que cogió al equipo siete había pasado mucho tiempo en la casa de Sasuke preocupado por él. Era un chico solitario y aunque sabía cuidarse solo, no le gustaba verle así. Al final… aquel chico engreído acabó ganándose su corazón poco a poco, ese chico que le admiraba y quería que le enseñase a ser el más fuerte, se había enamorado de él y jamás se lo dijo.

Cuando Sasuke se marchó de la villa con Orochimaru, fue como si le arrebatasen una gran parte de él, no soportaba la idea de pensar lo que el mismo Orochimaru podía hacerle a Sasuke, tuvo miedo, celos, sintió la ira y el rencor, pero sobre todo… tuvo fe en las palabras de Naruto cuando dijo que le traería de vuelta, aquí estaba ahora en su casa y seguía sintiendo lo mismo por él aunque Sasuke lo desconociera.

Le subió la sopa cuando al abrir la puerta se encontró con que Sasuke tenía un libro en sus manos y le daba la vuelta para ver tanto la portada como la parte de atrás del tomo sin llegar a abrirlo. Kakashi rojo como un tomate se acercó con rapidez a Sasuke quitándoselo de las manos y dejando la bandeja a su lado con la sopa y las pastillas.

- ¿Aún lees esos libros pervertidos? – preguntó Sasuke con su típica sonrisa de autosuficiencia.

- Claro que no – dijo Kakashi intentando camuflar el libro – pero éste no es para ti.

- ¿Por qué no? Me aburriré mucho mientras te vayas a trabajar y quiero algo con lo que entretenerme. ¿Por qué no puedo leerlo?

- Porque… hay mucha violencia.

- Kakashi… soy ninja, estoy más que acostumbrado a la violencia – le dijo estirando la mano para que le diera el libro.

- Cena, tómate la medicación y descansa – le comentó Kakashi llevándose el libro hasta la estantería.

Sasuke frustrado por saber cómo se iba a aburrir al día siguiente, se tomó la sopa sin rechistar mucho aunque le dolía cada movimiento que hacía. Al final, Kakashi al verle sufrir tanto, decidió sentarse a su lado y darle la sopa él mismo para evitar que se moviera. Sasuke al principio no quería ni abrir la boca, él no estaba inválido, sólo le dolía todo el cuerpo pero seguía siendo autosuficiente y podía valerse por sí mismo, odiaba que la gente le tratara como un debilucho, no estaba acostumbrado a que nadie se preocupase por él o hiciera cosas por ayudarle o complacerle.

Al final acabó aceptando al ver que tampoco le hacía mucha gracia a Kakashi estar de enfermero de él. Abrió la boca dejando que Kakashi le diera la comida pese a la humillación que eso le hacía pasar a un Uchiha. ¿Quién le habría dicho que acabaría en una situación así? Él que siempre pensó que era el mejor, el que siempre corría tras su profesor intentando que le enseñase técnicas cada vez más fuertes y aunque trataba de superarle… Kakashi siempre estaba por delante de él, le había salvado la vida en aquel bosque y lo llevó hasta el hospital.

Agachó la cabeza unos segundos sin saber qué hacer, pensando en todo lo que ocurrió en aquel bosque, en cómo su profesor acudió corriendo a buscarle. Él ni siquiera debería haber estado cerca, era la misión de un solo equipo y no entendía ahora que podía pensar cómo es que Kakashi estaba allí. ¿Le había seguido por preocupación de profesor?

- ¿Cómo me encontraste? – preguntó Sasuke haciendo que Kakashi abriera los ojos.

- Yo… estaba por allí cerca, tuve suerte de verte.

- Nadie entra nunca por esa zona – comentó Sasuke – y tu grupo debía estar lejos.

- Habíamos acabado la misión y quería ver cómo te iba.

- ¿Me seguiste?

- No – dijo Kakashi – me preocupé por si tu equipo te hacía algo y quise comprobar que estabas bien. No lo estabas – dijo entonces – me alegro de haber pasado por allí.

Sasuke al ver los ojos vidriosos de Kakashi pudo ver a través de él ese dolor que sentía sólo de pensar en que podía haber muerto allí, podía ver el sentimiento de Kakashi, su preocupación y bajó finalmente un poco sus defensas.

- Yo también me alegro que pasases por allí – le dijo Sasuke – te debo mi vida, mi pobre e insulsa vida.

- Tu vida nunca será pobre ni insulsa, Sasuke. Eres el mejor ANBU que tiene esta Villa y esa gente no saben lo que se pierden al no darte la oportunidad de conocerte. Eres un gran chico y un mejor Ninja.

- Eres el único que lo piensa y eras mi maestro, tu opinión no vale, sólo tratas de animarme – le dijo Sasuke viendo cómo Kakashi estaba tan cerca de él mirándole.

Kakashi había cogido su rostro entre sus manos y le obligaba a Sasuke a mantenerle la mirada mientras se acercaba a él. Sasuke no pudo evitar sonrojarse al sentirle tan cerca, notaba su respiración en sus mejillas, veía de cerca aquel ojo descubierto que siempre llevaba mientras se fijaba en aquella máscara que jamás se quitaba y que ocultaba su rostro. Nunca había visto a Kakashi sin aquella máscara, no sabía cómo era en realidad. ¿Iba a besarle? La mente de Sasuke sólo podía pensar en eso y no podía apartar la mirada de aquella máscara. ¿Se la quitaría? ¿Vería por fin su rostro? Sasuke no podía estar más sonrojado que en aquel momento.

No sabía si apartarse de él o no, tampoco le permitían sus heridas moverse y el agarre de Kakashi sobre sus mejillas le impedían apartar su rostro. Se había quedado helado, jamás pensó que Kakashi… su maestro, pudiera tener esa clase de sentimientos por él pero no le parecía tan descabellado después de todo lo que hizo por él en su infancia, de cómo le cuidaba y protegía. Empezaba a entender un poco a Kakashi. Ya estaba a punto de rozar aquella máscara, hasta Kakashi había apartado una de sus manos llevándola hacia su máscara para quitársela cuando se detuvo en seco y abriendo los ojos apartó su rostro de él acercándose mientras se levantaba un poco dejando su pecho a la altura del rostro de Sasuke para darle un abrazo.

- Sólo… preocúpate de recuperarte, ¿vale? No vuelvas a darme esos sustos, por favor.

Kakashi terminó de darle la cena y la medicación a un confundido Sasuke. Había estado a punto de besarle y no sabía qué había ocurrido en el transcurso de ese corto recorrido para que cambiara de opinión. ¿Fue quizá su imaginación? ¿Cómo iba su profesor a querer besarle? No podía ser pero seguía dándole vueltas a ese asunto aunque no dijo nada en voz alta, no se atrevía a preguntar algo así.

- Duerme un rato, yo dormiré en el salón. Si necesitas algo llámame, vendré enseguida a ayudarte.

- Vale.

Kakashi ya se marchaba hacia la puerta, estaba abriéndola cuando sintió la voz de Sasuke a su espalda de nuevo.

- Kakashi… ¿Mañanas vas de misión? – preguntó.

- Sí, pero no mucho rato. Estaré en casa enseguida, te lo prometo. Me iré de madrugada así que trataré de no hacer ruido para no despertarte.

- ¿Puedes ayudarme a tumbarme? – le preguntó Sasuke que seguía incorporado.

Kakashi le ayudó a volver a tumbarse pese al dolor y salió finalmente cerrando la puerta tras él deseándole las buenas noches. Tiró uno de sus sacos de dormir que utilizaba en las misiones al suelo y trató de dormir en aquel oscuro salón.

Apenas pudo dormir pensando en Sasuke, pensando en que lo tenía en la habitación de al lado y en que había estado a punto de desvelarle su identidad bajo aquella máscara para besarle. Siempre había sentido algo especial por su alumno, aunque se negaba a pensar que era amor. Ahora empezaba a entender que negarlo no le serviría de nada. Le gustaba ese chico aunque él jamás podría verle como algo más que como a su maestro. Sasuke buscaba una mujer que pudiera darle hijos y así continuar su estirpe del sharingan. Era lo que él siempre deseó, vengarse y hacer resurgir su clan de nuevo.

Aquella mañana cuando se despertó, preparó todo lo necesario para la misión y se dispuso a marcharse cuando escuchó la voz de Sasuke llamándole. Acudió enseguida dejando la mochila junto a la puerta de salida.

Al llegar al cuarto de Sasuke, éste estaba ya incorporado aunque con dolor. Se acercó a él preguntándole qué le ocurría cuando vio cómo le subían los colores enseguida a sus mejillas y tartamudeaba intentando explicar algo que no le salía.

- Es que… llevo mucho tiempo sin…

- ¿Sin?

- Sin ir a ya sabes – comentaba – y no puedo moverme. Esto es vergonzoso – exclamó.

- ¿Necesitas ir al baño? – preguntó Kakashi al final viéndole tan cohibido.

Él asintió avergonzado por estar pidiendo algo así. Jamás se imaginó Sasuke que se encontraría un día en esta situación tan indefensa pidiéndole a su profesor que le sostuviera tanto a él como a su miembro para poder ir al baño. Había dudado mucho si pedírselo o no, finalmente había decidido que tenía que pedirlo porque no aguantaba más sus ganas de ir al baño. Tenía que vaciar su vejiga o iba a reventar.

Kakashi sonrió y lo cogió en brazos antes de que Sasuke pudiera reaccionar llevándolo hasta el baño. Lo dejó en el suelo de pie apoyando su espalda contra el pecho de su profesor y lo sostuvo desde atrás mientras le bajaba el pantalón con delicadeza dirigiendo sus manos hacia su miembro.

Sasuke contuvo como pudo sus ganas por gemir al sentir aquellas manos rozando su miembro mientras lo sostenía con firmeza y aunque le dio vergüenza, vació su vejiga sintiendo cómo se aliviaba la presión que había estado sintiendo aquella noche y que apenas le había dejado dormir.

- Gracias – agradeció Sasuke susurrándole a Kakashi cerca del oído, algo que hizo temblar de excitación al mayor.

Jamás había escuchado a Sasuke susurrar y menos agradecer a alguien por algo tan simple aunque también vergonzoso para ambos. Ninguno esperó jamás encontrarse en una situación así pero ahí estaban. Kakashi sólo pensaba en besar a ese chico, en hacerle suyo de una u otra forma pero no podía, era su alumno, estaba herido y no quería hacer nada contra la voluntad de ese chico. Pese a estar tan cerca de él, lo cargó enseguida en brazos tras subirle el pantalón y lo devolvió al futón arropándole como si de un niño pequeño se tratase, recordando los viejos tiempos cuando cuidaba de él hacía ya años.

Kakashi aprovechó que aún tenía un poco de tiempo hasta la misión para quedarse allí con Sasuke cuidándole. Total… todos sus compañeros sabían que él siempre llegaba tarde ya fuera por una excusa o por otra. En cuanto se durmió Sasuke, se marchó más tranquilo. Haría la misión rápido para volver en cuanto pudiera.

Cuando Sasuke despertó era casi medio día y no había rastro de Kakashi aunque le había dejado a su lado algo para que comiera al despertar. No pudo evitar sonreír y es que Kakashi era siempre así de atento. Fue a coger la bandeja cuando sintió algo extraño y miró bajo el futón encontrándose con el libro que el otro día había intentado ojear y Kakashi le arrebató de las manos con rapidez. ¿Qué tan comprometido podía ser ese libro para que lo alejase de él? Quería conocer qué había allí dentro así que empezó a leer con una gran sonrisa en los labios… descubriría esos libros pervertidos que tanto le gustaban a su profesor y que siempre ocultaba a todos.

Abrió el libro y empezó a leer. Se extrañó al ver su trama, un profesor enamorado de su estudiante. Cerró el libro sonrojado y miró la portada observando que era un libro homosexual y se sonrojó el doble al recordar cómo había cogido su antiguo maestro su miembro para poder ir al baño por culpa de las heridas que tenía. A medida que avanzaba la lectura del libro, se daba cada vez más cuenta que Kakashi se parecía mucho al protagonista, siempre cuidando de ese pequeño alumno como había hecho Kakashi con él cuando a sus doce años empezó a entrenarles.

Cerró el libro dándose cuenta por primera vez de las palabras de su profesor cuando le dijo que no era lástima lo que sentía por él, que ya lo entendería. ¿Le amaba? ¿Se había enamorado? Sasuke estaba confuso ahora mismo, de joven ya se le había pasado por la cabeza alguna vez llegar a pensar él mismo si había sentido algo por su profesor o no. Entrenaba muchas veces a su lado y luego le cuidaba cuando estaba siempre en la soledad de su casa. Se sonrojó al darse cuenta que ya en el pasado había pensado en su profesor de una manera poco educativa y profesional, le había llegado a desear en algún momento aunque desechó aquella idea cuando se marchó con Orochimaru a entrenar. Pensó que jamás volvería a ver a Kakashi. Ahora lo volvía a tener frente a él, el Ninja copia de Konoha, el hombre que sabía más de mil técnicas y que leía estos libros pervertidos.

Al escuchar el ruido de la puerta principal supo que Kakashi había vuelto a casa y sonrojado como estaba, escondió el libro con rapidez donde lo había encontrado, bajo el futón para luego tirarse de golpe y fingir que dormía. No quería que Kakashi le pillase husmeando en esos libros para adultos que él leía.

Sintió la puerta de la habitación abrirse y el caminar de Kakashi acercándose a él. Decidió al sentir cómo acariciaba su cabello con suavidad abrir los ojos con lentitud. Le miró unos segundos viendo su ropa Ninja manchada y él cansado por la misión, con la ropa algo rasgada en algunos lugares.

- ¿Estás bien? – preguntó Sasuke preocupado al ver su ropa en ese estado.

- Sí – dijo acariciándole aún el cabello – estoy bien. La misión se complicó un poco, nada que no pudiéramos arreglar.

- Ya veo.

- Voy a darme una ducha y en cuanto salga prepararé algo de cena para los dos. ¿Te encuentras mejor para levantarte? – preguntó.

- Creo que sí.

Kakashi se marchó a la ducha y Sasuke trató de levantarse en ese momento consiguiéndolo con bastante dolor aún. Mentalmente se reprendía una y otra vez, no era posible que no pudiera aguantar un poco de dolor después de todo lo que había vivido, de todas las batallas, él era un Ninja y tenía que estar acostumbrado a esto. ¿Por qué se sentía como un niño pequeño al lado de Kakashi? No lo entendía, jamás le había pasado algo así.

Se acercó caminando como pudo hacia la puerta para ir a la cocina pero se detuvo unos segundos al ver la puerta entreabierta del baño. Por el espejo frente a la puerta podía ver el cuerpo desnudo de Kakashi, cómo pasaba sus manos por su musculoso cuerpo quitándose toda la suciedad y sangre que llevaba encima. Por un momento su mente se desvió a aquel libro que había leído, hacían tantas cosas que ni siquiera él conocía que hubiera tantas formas de practicar el sexo. ¿Eso es lo que leía Kakashi? ¿Habría probado todas esas cosas con alguien? Por un momento deseó entrar allí y decirle que quería probarlo con él, quería hacer todo lo que ese libro había explicado con él pero cuando dio un paso hacia delante, el dolor en su abdomen fue tan intenso que supo que no sería capaz de satisfacer al que había sido su maestro, era imposible sintiendo ese dolor, él tampoco querría tocarle estando herido como estaba, ni siquiera estaba seguro si querría tocarle aún estando en plenas condiciones.

Dio el paso hacia atrás y decidió salir de allí sentándose en una de las sillas de la cocina. Se quedó todo ese tiempo mirando la casa de Kakashi, estaba limpia y ordenada aunque mantenía las ventanas cerradas. Podía escuchar el ruido del viento correr moviendo las persianas con fuerza, por lo menos tendrían varios días de tormenta, primero el viento y luego llegaría la época de las grandes tormentas, las lluvias y los truenos. Era la época del año perfecta para las grandes tormentas que azotaban Konoha.

- ¿Te molesta el ruido del viento? – preguntó Kakashi tras él y Sasuke se giró.

Allí estaba con una toalla alrededor de su cuello, sin camiseta y con un simple pantalón. A Sasuke se le desvió la mirada enseguida hacia el miembro de Kakashi por el leve bulto que sobresalía en aquellos ceñidos pantalones de pijama que se había puesto, luego levantó la mirada hacia él sonrojado.

- No, estoy acostumbrado a ese ruido.

- Has pasado mucho tiempo fuera de Konoha – le comentó – demasiados años.

- Estoy acostumbrado al ruido de ese viento desde pequeño, en parte lo echaba de menos. ¿Cuándo podré irme a casa? – preguntó.

- En unos días, pero no es seguro que vuelvas allí, ya sabes que la gente te odia y saben dónde vives.

- Es mi casa – dijo Sasuke – sé que no es el mejor sitio ahora, que la gente la está destrozando a pedradas y que la pintan con sus insultos pero me da igual, es mi casa – le dijo serio agachando la cabeza mientras Kakashi se ponía a cortar unos nabos.

- ¿Por qué no pides ayuda, Sasuke? ¿Tan orgulloso eres aún? Sabes que cuentas con amigos que te ayudarían.

- No necesito que me ayuden – dijo de forma fría – puedo cuidarme solo.

- Los Hyuuga están agradecidos contigo cuando devolviste a la vida a Neji, seguro que te podrían… - Kakashi se detuvo pensando otra cosa que no fuera la palabra ayuda que Sasuke rechazaba con tanta facilidad – agradecer el detalle que tuviste con ellos.

- No quiero su agradecimiento, lo hice porque sentí que era lo que había que hacer. Nada más.

Kakashi no quiso forzar más aquella conversación y se mantuvo a cierta distancia. Cenaron en silencio observándose, sintiendo los dos unas ganas irrefutables por sentir los labios del otro pero sin ser capaces ninguno de dar el paso. Sasuke finalmente dijo que se marchaba a dormir y cuando estuvo en la soledad de su habitación, volvió a leer el libro, quería saber más trucos, quería aprender y poder ser el mejor para Kakashi, quería que su maestro le enseñase más cosas aparte de a pelear y a ser el mejor Ninja de la Villa, pero no sabía si algún día lo conseguiría.

Pasaron una semana en una incómoda convivencia viéndose la mayor parte del tiempo medio desnudos, ayudando Kakashi a orinar a Sasuke cogiéndole su miembro y tratando de ocultar su excitación por ese chico como podía. Sasuke escondía y sacaba el libro pero no detuvo su lectura hasta que lo acabó por completo, para entonces… ya estaba prácticamente recuperado. Ino fue la que vino aquel día a decirle que ya podía volver a su casa, que estaba bien para mantenerse por sí solo.

Sasuke estaba en la mesa de la cocina aquel día tomando su desayuno cuando Kakashi le sacó de nuevo el tema.

- No vuelvas a tu casa – le dijo – no es seguro.

- Ya te lo dije, es mi casa – comentó.

- Quédate aquí, te ayudaré, aquí nadie te hará nada.

- No voy a esconderme como si fuera un criminal, no he hecho nada malo desde que volví.

- ¿No entiendes que estoy preocupado por ti, maldito cabezota? – le gritó Kakashi al final levantándose de la mesa y golpeándola con sus manos - ¿No entiendes que no quiero verte sufrir ni quiero tener que seguirte a todos lados para protegerte? No quiero volver a encontrarte tirado en un charco de sangre muriéndote.

- Soy un Ninja – le gritó Sasuke golpeando también la mesa levantándose – puedes verme muerto en cualquier momento.

- Jamás – le dijo Kakashi cogiéndole de la muñeca y empujándole hacia él bajándose de golpe la máscara hasta que sus labios se tocaron en un violento beso que cada vez se hacía más y más posesivo por parte de Kakashi – tú no morirás mientras yo siga vivo – le susurró aún rozando sus labios contra los suyos.

- No puedes impedirlo, no eres un dios todopoderoso para decidir quién vive y quien muere.

- Antes muero yo que dejo que alguien te ponga la mano encima, Sasuke.

Aquello sorprendió al moreno que abrió los ojos sorprendido sintiendo de nuevo cómo Kakashi le besaba. Sasuke metió la mano bajo la camiseta del mayor tocando sus abdominales sin dejar de besarle hasta que llegó a sus pezones y los pellizcó sacándole una sonrisa a Kakashi.

- ¿Leíste el libro? – preguntó con una sonrisa sorprendiendo a Sasuke.

- ¿Qué? ¿Qué libro? – preguntó apartando la mirada Sasuke sonrojado.

- “El profesor que clavó su katana” – le dijo riéndose aún.

- N-no – fue lo único que pudo articular Sasuke – claro que no. Qué nombre más estúpido para un libro. Espera… ¿lo dejaste ahí adrede? – preguntó ahora mirándole viendo la sonrisa de Kakashi – Tenía que habérmelo imaginado, sigues siendo un pervertido.

- ¿Has aprendido mucho? – preguntó Kakashi sin poder dejar de sonreír y Sasuke sólo podía observar aquel hermoso rostro sin la máscara, finalmente podía verle sin ella  y no entendía por qué lo ocultaba, era perfecto.

- No – dijo sonrojado – no he aprendido mucho.

- Entonces déjame enseñarte, déjame ser tu profesor una última vez.

- ¿Vas a clavarme tu Katana? – preguntó burlón Sasuke – más bien parecerá un kunai.

- Oh… vuelves a sacar tu orgullo de Uchiha, no te preocupes, que probarás mi “kunai” y tú mismo decidirás lo que es, aunque puedo sorprenderte, muchos dicen que mejoro desnudo – comentó burlón – si quieres descubrirlo ve a la habitación y espérame pacientemente, pero debes consentir todo lo que vaya a hacerte – le sonrió - ¿Consientes, Sasuke?

- Sí – le dijo- haz lo que quieras y enséñame tu mejor truco para gemir como nunca – le retó.

- Iré enseguida – le comentó besándole por última vez.

Vio cómo Kakashi se alejaba por el pasillo y dudó unos segundos. ¿Se habían besado? ¿Le había pedido sexo al que fue su maestro de forma indirecta? Más bien lo había dicho muy directamente que quería probarle, hasta se había atrevido a retarle cuando había visto ya en la ducha que no era precisamente pequeño lo que tenía entre las piernas su maestro. La curiosidad por lo que haría Kakashi le volvió a la mente y decidió ir a la habitación.

Al llegar a la habitación todo estaba a oscuras y aunque trató de encender las luces, no había forma, tan sólo una leve vela al fondo iluminaba el lugar. Quiso ir a la cama cuando sintió que al arrodillarse en ella para tumbarse algo se apresaba en sus muñecas y tiraba de ellas impidiéndole moverlas. Miró la cuerda que venía desde la pared sintiendo cómo algo se colocaba también en sus tobillos, otra cuerda que le elevaba unos centímetros del suelo y lo dejaba allí colgado con sus piernas algo abiertas. Intentó quejarse cuando se hizo un poco más la luz y vio a Kakashi vestido de enfermera, con una minifalda brutal pudiendo ver la punta del miembro de Kakashi asomar por el límite, con una camisa escotada y un gorro de enfermera con su máscara puesta y una jeringuilla en la mano.

- Me han dicho que un paciente se estaba portando mal – comentó poniendo una pose excitante e insinuante en el marco de la puerta – veamos a ese revoltoso paciente, quizá pueda ayudarle en sus reclamaciones – comentó acercándose a él con un paso lento pero seductor.

Dejó la jeringuilla en el suelo y se acercó hasta el inmovilizado Sasuke que estaba perfectamente subido a la altura de su miembro y acarició las piernas de Sasuke dirigiéndose hacia su miembro. Apretó su trasero haciendo que Sasuke diera un respingo y Kakashi sonriera.

- Han dicho que no dejabas de pedir atención y yo te daré una muy personalizada – le susurró al oído mordiéndole el lóbulo luego - ¿Qué te duele, Sasuke? – susurró de forma sugerente.

- Ya sabes qué me duele – le dijo Sasuke sonriendo.

- Quiero escuchártelo decir. ¿Qué necesita atención urgente?

- Mi… mi miembro – dijo al final y Kakashi sonrió al ver el sonrojo en sus mejillas mientras buscaba un pañuelo y vendaba los ojos a Sasuke para luego sacar un Kunai y rasgar toda la ropa dejándole completamente desnudo.

- Voy a satisfacerte esa necesidad con suma presteza – comentó volviendo a meterse entre sus piernas y apoyando las piernas de Sasuke sobre sus hombros evitando que las cuerdas le hicieran daño en las articulaciones por estar allí colgado.

Kakashi cogió el miembro de Sasuke y lo masajeó con suavidad cogiendo con la otra mano sus huevos y llevándolos a su boca los succionó creando los primeros gemidos en Sasuke. Se apartó de su miembro pese a que Sasuke se disgustó porque lo hiciera y se dirigió hacia el pecho del chico.

- Voy a auscultarte Sasuke, veamos si se escucha todo bien – comentó lamiendo los pezones, succionándolos y mordisqueándolos con delicadeza escuchando los jadeos contenidos de Sasuke – no te contengas, tengo que escucharte – le retó Kakashi y Sasuke sonrió antes de volver a jadear sintiendo de nuevo la maestra lengua de Kakashi sobre su pecho.

Las manos de Sasuke se agarraron con fuerza a las cuerdas que le sostenían mientras intentaba aguantar los gemidos que ya eran incontenibles cuando Kakashi seguía acariciando todo su cuerpo a su antojo sin que él pudiera hacer nada.

- Se escucha muy bien, sí. Veamos tus reflejos – comentó Kakashi lamiéndose un dedo y metiéndolo en la entrada de Sasuke con suavidad notando cómo el chico se tensaba al momento – veo que mantienes tus reflejos – comentó cogiendo su miembro de nuevo y masajeándolo justo antes de meterlo en la boca para darle más placer.

Sasuke ya no podía evitar gemir y más cuando sintió algo que se introducía en su entrada y se abría camino hacia el fondo. Creía que era Kakashi pero no, cuando le destapó los ojos vio que era la empuñadura de su Katana lo que estaba introduciendo en él dándole aquel placer.

- ¿Ves, Sasuke? Las katanas también sirven para algo mucho más placentero. ¿No querías que te introdujera mi Katana?

- Eres un pervertido – dijo Sasuke sonriendo.

- Pero mira cómo gimes, aún no has parado.

Kakashi se quitó aquel uniforme de enfermera sexy y sacando la katana de su interior tras haberle dilatado, entró en él con fuerza sabiendo que ya no le haría daño, moviéndose en su interior haciéndole gritar como jamás lo había hecho, agarrándose Sasuke a aquellas cuerdas con fuerza mientras su cuerpo se movía en el aire con cada profunda estocada que le daba su maestro.

- Eres muy ruidoso, Sasuke – comentó Kakashi sonriendo enseñándole su sharingan y creando una copia de sí mismo con un par de sellos de sus manos.

La copia se colocó junto a la cabeza de Sasuke cogiéndola con fuerza del cabello y obligándole a abrir la boca metiéndole su miembro dentro para que le diera placer. Kakashi no podía dejar de mirar cómo ese chico chupaba el miembro de su copia y se excitaba. No pudo evitar correrse en aquel chico sentándose luego a descansar en el sofá de la esquina mientras su copia metía el miembro del chico de nuevo en su boca. No se detuvo hasta que consiguió que Sasuke se corriera en la boca dejándole una visión perfecta a Kakashi que se estaba relajando en el sofá viendo la escena. Cuando Sasuke acabó exhausto, Kakashi se levantó cortando las cuerdas y cogiéndole para dejarle con cuidado en el futón.

Sasuke se durmió prácticamente enseguida y le dio igual saber que estaba desnudo frente a él. Kakashi le pasó la manta por encima evitando que cogiera frío, escuchando los truenos y la lluvia que caía fuera de la casa. Al final, tras acariciar durante largo rato la espalda y el cabello del chico, se quedó profundamente dormido.

A la mañana siguiente, Sasuke no estaba a su lado en la cama y se sorprendió. Lo buscó por toda la casa y aunque estaba el desayuno preparado, no pudo localizar a Sasuke en ninguna parte. Ya se disponía a comer lo que Sasuke había preparado cuando escuchó la puerta de su casa abrirse. Sasuke venía dejando las llaves de Kakashi en la encimera.

- ¿Dónde estabas? – preguntó preocupado.

- Arreglando las cosas como me pediste.

- ¿Y lo has hecho?

- No – dijo Sasuke – aún no. Estoy esperando que me acepten en el nuevo equipo ANBU, sé que todos han intentando matarme, da igual en el equipo que esté, por eso he pedido un equipo nuevo en el que me sienta más tranquilo.

Kakashi sonrió sabiendo a qué se refería y le invitó a sentarse en la mesa para comer juntos. No podía apartar los ojos de Sasuke y entonces habló.

- Te acepto en mi equipo, Sasuke – le dijo sonriendo.

- ¿Cómo sabías…?

- Sé que confías en mí y yo nunca te fallaré. Ya puedes dar ese problema por finalizado aunque tienes otro… tu casa.

- Sigo pensando cómo arreglar ése – dijo sonrojado.

- Vive conmigo, nadie se atreverá a venir a mi casa para decirte nada. De hecho… quiero formalizar mi relación contigo si me dejas, quiero vivir contigo, quiero tenerte todas las noches en mi cama y poder hacerte mío de mil maneras diferentes, te enseñaré que el sexo no es sólo eso, hay mil formas de jugar a él – le dijo Kakashi y Sasuke sonrió.

- Si vuelves a ponerte ese traje de enfermera sexy, tendré que pensármelo.

- Uyyy aún no has visto mi traje de policía sexy – le dijo Kakashi guiñándole el ojo.

- Entonces acepto. Viviré contigo y quiero que me lo enseñes todo, ninja pervertido – le susurró atrapando sus labios en un dulce beso.

 

Fin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).