CUMPLEAÑOS EN SÚPER FAMILIA
Contra todos los pronósticos de la mayoría del planeta, Steve Rogers y Tony Stark, mejor conocidos como el legendario Capitán América y el famoso Iron Man respectivamente, a pesar de sus constantes discusiones terminaron en una relación amorosa. Tras dos años de noviazgo, para sorpresa del resto de los Vengadores, Tony (el ególatra obstinado y ex playboy) le propuso matrimonio a su pareja. No le hacía mucha gracia cómo miles veían con deseo al rubio, así que su vena egoísta lo convenció de que debía proclamar a todos que ese monumento de hombre era exclusivamente de su propiedad. Que el mundo se conformara con el grandioso Capitán América, Steve Rogers era suyo y no lo iba a compartir.
Luego de un año de matrimonio, fue Steve quien hizo la propuesta que llevaría su relación a otro nivel: adoptar a un niño. Al principio Tony se negó, señalando las complicaciones y riesgos por sus vidas como superhéroes, sin embargo al mirar la expresión decepcionada y triste del soldado, mandó al diablo a su sentido común y él mismo hizo todo el trámite para que pudieran llevar a cabo la adopción. La brillante sonrisa de Steve cuando se lo informó le hizo pensar que por él haría cualquier cosa. Mejor que ningún súper villano se enterara, o tendrían serios problemas.
Cuando conocieron a Peter Parker, el pequeño castaño de ojos azules y que usaba unos viejos lentes, Steve supo de inmediato que era “él”: un niño tímido y algo frágil que a sus cuatro años ya había perdido a su familia, sin embargo aún así se esforzaba por hacer las cosas pese a sus limitaciones. Sintió tanta empatía hacia el infante, recordando sus años antes del suero, que no dudó en comentarle a su esposo el deseo de que Peter se volviera parte de su familia. Él sabía que la paternidad era un tema delicado para Tony debido a lo ocurrido con Howard, pero verlo esforzarse por convivir con el niño en el orfanato y posteriormente en la torre, le daba esperanzas y alegría. Peter resultó bastante inteligente para su edad, lo que terminó de encantar a Tony quien afirmó que él sería un digno hijo suyo y pobre de aquél que opinara lo contrario.
Curiosamente el niño se adaptó muy bien al resto de los Vengadores, a pesar de que siempre se angustiaba cuando partían a misiones o veía a alguno de sus padres o tíos llegar herido. Pero eran una familia muy unida y por ello hoy se encontraban reunidos en la granja de Clint para poder celebrar en privacidad el cumpleaños número seis del pequeño Rogers Stark (aunque Tony se empeñaba en afirmar que era Stark Rogers porque él tenía que mantener y heredar un imperio… o algo así).
Scott Lang, el peculiar Ant-Man, y su hija Cassie fueron los últimos en llegar al lugar. La niña se quedó saludando a los hijos de Barton mientras Scott iba hacia el festejado y sus padres.
-¡Tío Scott! –gritó el niño, corriendo hacia él
-¡Hey! ¡Feliz cumpleaños, pequeño Capitán! –saludó al tiempo que lo alzaba en sus brazos, haciéndolo reír
-¿Por qué todos se empeñan en recalcar su parentesco con Steve? –se quejó Tony- ¡Él también es hijo del fabuloso Iron Man!
-Porque saben que esos comentarios logran molestarte, Tony –aclaró su esposo y sonrió al recién llegado-. Empezaba a creer que no llegarías a tiempo, Scott.
-Lo lamento, Capitán, la misión se prolongó más tiempo de lo que pensé y después tuve que pasar por mi hija –explicó y volteó a ver al niño que seguía entre sus brazos-. Pero no podía perderme la fiesta de este galán.
Peter rió ante las palabras del hombre. Scott mostró la bolsa de regalo que llevaba y se la tendió con una sonrisa.
-¡Muchas gracias, tío! ¿Puedo abrirlo? –preguntó a sus padres
-Claro, campeón –concedió Steve
Peter rebuscó en la bolsa y sacó una tétrica araña negra de peluche a la que cuando le presionaban el estómago decía “Te quiero mucho”. Los esposos intercambiaron miradas de desconcierto ante el (que consideraban) inapropiado regalo para un niño de seis años. Y eso que Tony era bien conocido por sus exagerados y extravagantes regalos. Sin embargo su hijo gritó con emoción, agitando su nuevo peluche.
-¡Está increíble! ¡Eres genial, tío Scott!
El pequeño pidió ser bajado y de inmediato Peter corrió hacia los demás niños, agitando su araña.
-¡Cassie! ¡Cassie! ¡Mira lo que tu papá me regaló!
Lang lucía muy orgulloso por la reacción de su sobrino ante su regalo. Steve se sobó la sien mientras Tony se limitó a suspirar. Qué podían haber esperado del padre de la niña cuyo juguete favorito precisamente era un conejo tétrico (hasta tenía colmillos) que él mismo le regaló y cuando lo apachurrabas decía con voz escalofriante “Tú eres mi mejor amiga”.