Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La esperanza es lo último que se pierde. por Ellie Blanch

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos/as aqui les dejo un pequeño oneshot que hice espero les guste.

Debo aclarar que los personajes no me pertenecen son propiedad de Tadatoshi Fujimaki-Sensei, pero yo ocupo sus personajes para mis historias locas.

Desde la primera vez que lo vi jugar me enamore de él,  aunque al principio no podía entender porque todos le tenían cariño a pesar de ser un enclenque.

Con el paso del tiempo me di cuenta de que era una persona asombrosa, que independientemente mostrara un  rostro sin sentimientos, era una persona cálida preocupada de sus compañeros, pero  lamentablemente nuestra arrogancia  mato todo lo hermoso de nuestra amistad y en algún momento nuestros caminos se separaron.

 

Al llegar a mi nuevo Instituto debo decir que ya nada era lo mismo, el basket me seguía gustando, pero extrañaba a mis compañeros…lo extrañaba a él.

 

Pasaron unos meses insoportables en los cuales su recuerdo siempre venía a mi mente, necesitaba verlo, saber que estaba bien, ya que la despedida que tuvimos no fue la mejor de todas, es más…Él desapareció del club de la noche a la mañana sin siquiera una explicación, al menos para mí.

 

Cierto día supe donde se encontraba y decidido fui a ver como se encontraba, al llegar pude notar  de inmediato que estaba bien, ya que su bella sonrisa resaltaba en aquel rostro, al parecer había logrado conseguir lo que tanto deseaba “Trabajo en equipo” lo cual nosotros le habíamos negado durante el último tiempo.

 

No pude evitar que los celos se apoderaran de mi ser, aquel pelirrojo había captado la atención de aquella persona especial y no podía hacer nada, al verlos recordé aquellos tiempos felices que pasamos juntos, quería ser yo quien recibiera sus pases…quien recibiera su atención.

 

Cuando su partido de práctica termino, no pude evitar casi correr a su encuentro y pedirle que se fuera conmigo a mi instituto para jugar como solíamos hacer, pero rechazo la oferta casi al instante diciendo que tenía una nueva luz y que vencería a “La Generación de los Milagros” con su forma de juego.

No puedo decir que aquellas palabras no me dolieron… ¿Por qué no me dejas ser quien te preste ayuda? En Teiko tu luz siempre fue Aominecchi y ahora le estas dando ese privilegio a otra persona ¿Qué tienen ellos? ¿Qué es lo que me hace falta para estar junto a ti?

 

La impotencia se apodero de mí y no razone, antes de darme cuenta ya me encontraba jugando un uno contra uno con quien se hacía llamar tu luz, en un abrir y cerrar de ojos le demostré que yo era mucho mejor, pero aun así no acepto mi propuesta ¡No importa! Tendré una nueva oportunidad en nuestro juego de práctica para demostrarle de todo lo que soy capaz.

 

Así el ansiado día llego, en las noches anteriores casi no podía dormir pensando en que lo volvería a ver y sin querer comencé a profanar aquel cuerpo durante las noches de insomnio, pero quien no lo haría si él en su esencia era un ser digno de amor.

 

Cuando lo vi llegar junto a su grupo salí corriendo a su encuentro, pero como siempre le resulte indiferente ¿Acaso no comprendes cuanto duele? Observe a aquel pelirrojo y nos desafiamos con la mirada, era hora de arreglar esto.

 

Después de un tiempo el partido comenzó y a regañadientes el entrenador me saco a jugar, ya que el bruto de Kagami rompió la canasta, aunque se lo agradezco porque el entrenador no me quería dejar entrar, ahora tengo la oportunidad que estaba esperando.

 

Estábamos en un momento crucial y la verdad es que estaba tan concentrado en ganarle que olvide lo más importante, lo olvide a él, en un instante olvide por completo a quien se había convertido en mis preocupaciones y cuando di la vuelta para bloquear un tiro lo golpee, sentí frustración cuando vi aquel liquido carmín bajando por su frente, deseaba abrazarlo y pedirle perdón, pero alguien más se me había adelantado.

 

Después de aquello no pude concentrarme al 100% en el juego como hubiese querido, ya que cada vez que tenía la oportunidad mis ojos se desviaban hacia aquel cuerpo que descansaba en una de las colchonetas del lugar.

 

Yo sabía que era una persona realmente terca cuando se lo proponía, cuando lo vi que se levantaba del sitio que había sido su lugar de descanso durante el último tiempo no pude evitar preocuparme, pero este sentimiento cambio a enfado cuando lo vi salir a jugar en aquella situación ¿Tanto era el afán por querer ganar junto a aquel sujeto? ¿Por qué te empeñas en eso y me dejas de lado?

 

La rabia se apodero de mí una vez más, quería ganar y demostrar que era el mejor, pero el hecho de saber que podría dañarte nuevamente no me dejo concentrarme, y para mi decepción perdimos.

Las lágrimas derramadas no fueron por el hecho de perder el estúpido partido, fue más bien por verte sonreír feliz junto a tu nuevo equipo, mientras tanto que nosotros solo te hicimos poner caras tristes.

 

La envidia y el dolor me comían por dentro, necesitaba hablar y disculparme, así que como un acosador  los seguí para encontrar la oportunidad en la cual te separaras de tu equipo y pudiésemos conversar.

 

Llegaron a un restaurant, así que decidí esperar afuera, ya que conocía su falta de apetito y espere pacientemente que saliera en algún momento, 15 minutos fueron suficientes para verte salir sobando tu estomago como si hubieses comido en exceso, me reí internamente ya que más de seguro no habías ni terminado el plato, me observaste sorprendido al darte cuenta de mi presencia, inmediatamente te invite a caminar por los alrededores, lo cual aceptaste de inmediato.

 

Llegamos a una plaza y platicamos acerca del pasado, te dije que aunque Kagami fuese tu nueva luz en algún momento se volvería tan bueno que haría lo mismo que Aomine, me miraste con dolor, quizás esas palabras habían sido demasiado duras, pero era la verdad, justo en el momento en el que ibas a reclamar llego Kagami interrumpiendo…lo maldije por dentro.

Hablamos con él durante un rato, hasta que de repente sentimos que en la cancha de basket habían llegado unos brabucones a molestar a quienes ya se encontraban en el lugar.

No quería meterme en líos, pero al ver que habías desaparecido para ayudar me hizo correr inmediatamente a tu lado junto a Kagami para prestar nuestra ayuda, ¿Por qué tienes que tener esa alma tan caritativa? Jamás te ha gustado que pasen a llevar a la gente, a pesar de que no tienes la fuerza necesaria siempre quieres hacer el bien a costa de tu propia seguridad, gracias a Kamisama llegamos junto a ti antes de que algo pasara. Y decidimos jugar con ellos para ver quien se quedaba con la cancha.

Lo que más me gusto de esta situación fue el hecho de volver a jugar junto a ti, la emoción, el volver a recibir tus grandiosos pases…Aplastamos completamente a ese grupo con tu juego y eso me lleno de satisfacción.

 

Antes de despedirnos te acercaste a mí y susurraste un leve “Gracias Kise-kun” ¡Demonios Kurokocchi! ¿Por qué tienes que ser tan lindo?

 

Los días pasaron y aunque ahora hablábamos más frecuentemente, jamás teníamos tiempo para juntarnos, ya que ambos habíamos comenzado con los entrenamientos para la Inter High, esperaba con ansias cada partido para verte aunque fuese a la distancia y al hacerlo me di cuenta de la gran brecha que había entre aquellas personas que llamabas “Luces” y yo, al jugar eran uno. Con Kagamicchi quien se había ganado mis respetos, ahora podía ver que se encontraba exactamente en la misma posición que alguna vez tuvo Aominecchi, se complementaban tan bien en el juego que cada vez que los veía la envidia y los celos se hacían presentes desde lo más profundo de mi ser.

 

Así fue durante cada partido en el cual te vi colocando todo tu ser, hasta que llego aquel encuentro destinado, en el cual tus dos luces se enfrentarían, desde mi punto de vista parecía más una pelea entre el actual novio y el ex, ya que tus sentimientos por ambos se notaban demasiado bien o al menos yo podía verlos.

 

Por desgracia los que perdieron fueron ustedes y a pesar de que intente darte todo mi apoyo a través de mensajes y llamadas, solo eras capaz de responder con escuetos monosílabos, verdaderamente el perder contra él te había afectado de sobremanera.

 

Era la hora de la revancha te quería vengar en el partido que tendríamos contra Touou, además de que tus mensajes de apoyo me sorprendieron un montón, aunque fueron cortos, me basto para llenarme de ánimos, pero esto tampoco basto y perdimos contra ellos.

 

Nuevamente el tiempo pasó, ahora la Winter Cup estaba a la vuelta de la esquina y tu revancha junto a ella. El primer partido seria contra Aominecchi, te desee la mejor de las suertes de corazón, tenía la esperanza de que al vencerles pudieses seguir adelante  y arrasar a quien fue el primero en romper tu corazón, y así fue el partido fue difícil, pero la victoria les perteneció por completo, un ciclo fue cerrado ahora solo seguía el resto.

 

Mande mil mensajes de felicitaciones a tu celular, de los cuales solo respondiste un simple “Gracias Kise-kun, ánimo para ti también”, fue suficiente para mí o eso quise pensar, pero me di cuenta que no era verdad, yo ansiaba sentirte más cerca…Mucho más que cualquier otra persona, las ganas de tenerte entre mis brazos y poder besar cada parte de tu cuerpo, pero eso jamás pasaría ya me había hecho a la idea de observarte desde las sombras, me volvería una sombra mucho más oscura de la cual tu podrías llegar a ser, ya que tú eres mi luz.

 

Finalmente el partido contra Haizaki llego, antes de aquel juego para mi sorpresa mandaste un mensaje mucho más extenso que los anteriores, deseándome mejor y que esperabas con ganas la revancha ¿De verdad deseaba destrozarme tanto?...Pues si era un “Si” no lo aceptare, te demostrare que tan fuerte me he vuelto y aplastaría a tu nueva luz.

 

Durante el partido el maldito de Haizaki uso sus trucos sucios para ganar, debo admitir que hubo un momento en el que pensé que perderíamos, pero justo en ese momento un rayo de luz lleno el lugar, fue tu voz dándome ánimos, aquel brillo me saco del abismo en el cual me había sumergido, di todo lo que pude logrando finalmente la victoria.

 

Esa noche me llego un nuevo mensaje tuyo, normalmente era yo quien escribía, pero últimamente no tenía muchos ánimos, es cierto que me gustabas al punto de ser hostigoso, pero tampoco quería que me llegaras a odiar, prefería mantenerme a la distancia que seguir creando una herida que jamás podría cicatrizar .

 

El ansiado partido llego, ambos pusimos nuestro máximo potencial, pero el idiota de Haizaki me había dejado con una lesión que no pude soportar y fui retirado a la banca a pesar de que llevábamos la ventaja, la impotencia se apodero de mí una vez más ¡Era mi estúpido castigo por amar lo imposible! ¿Por qué el mundo estaba en mi contra?

El partido llego a su fin, dejando reflejado en el marcador la victoria para ustedes y a mí solo me dejo una horrible lesión que me impediría jugar durante un buen tiempo.

 

Y ahora aquí estoy…solo en mi habitación lamentándome por todo, por no haber permanecido junto a ti cuando más lo necesitabas, por ser un cobarde que no demostró cuán importante puedes ser, por haber perdido y por ser un idiota enamorado de lo imposible.

 

Lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, como estaba sobre la cama abrace mis piernas y me sumergí en la oscuridad. En ese momento el celular comenzó a sonar, al parecer alguien mandaba un mensaje, cuando pasaron como diez minutos comenzaron a llamar insistentemente, puse el aparato en modo silencioso, no quería hablar con nadie, pero para mí mala suerte media hora después empezaron a tocar el timbre de la casa, bueno si no abría la puerta obviamente el idiota que estaba fuera se daría cuenta de que no había nadie en el lugar y se iría en algún momento, además estábamos en invierno así que  era lo lógico a no ser que quisiera enfermar, aunque fueron quince largos minutos los que demoro en desistir.

 

Otros tantos minutos pasaron hasta sentir que las cotorras de mis hermanas llegaban hablando quien sabe de qué cosas, se escucharon pasos provenientes de las escaleras y finalmente sin pedir permiso abrieron la puerta de la habitación, gracias a que estaba oscuro pude limpiar rápidamente mis lágrimas.

 

-          Ryo si estabas en casa – Dijo mi hermana al ver mi silueta en la habitación.

-          Si, ¿Por qué?– Respondí secamente.

-          Un amigo te busca.

-          ¿Amigo? – Pregunte sorprendido.

-          Si, nos asustó un montón cuando abríamos la puerta y apareció de repente.

 

¡Un momento! El único que era capaz de hacer algo así era Kurokocchi y eso era imposible porque él debería de estar festejando con su equipo y el tonto de Kagamicchi…su nueva luz.

 

-          Dile que se vaya no quiero hablar con nadie – Fue mi respuesta, quien haya usado el truco de mi Kurokocchi no funcionaría conmigo.

-          Pero vino hasta acá en este día tan frio…Debe ser importante.

-          No me importa, esa fue su opción – Detestaba ser frio, pero no quería hablar con nadie, hasta mi hermana se estaba volviendo una molestia.

-          Pero...

-          Lo lamento mucho Kise-kun, no creí que molestaría tanto, lamento las molestias me iré a casa.

 

¡Esa voz! No podía creerlo que estaba haciendo Kurokocchi en mi casa a estas horas.

 

-          ¡Espera! – exclame antes de que se marchara corriendo hacia la puerta, el volteo inmediatamente y me miro con preocupación, aunque lo aparentara a través de su póker face, yo había aprendido a ver a través de él aunque sea un poco.

-          ¿Por qué estabas llorando Kise-kun? – Se acercó lentamente y llevo una de sus manos hasta mi rostro y pude notar que estaban frías.

-          No es nada Kurokocchi – Voltee el rostro avergonzado – Pero ¿Qué es lo que te trae por aquí?

-          No te preocupes vendré en otro momento – Hablo bajando la vista.

-          Yo…

-          Ryo, el solo vino a verte deberías escucharlo, vamos entren a la habitación y póngase cómodos, iré por algo de chocolate caliente para que tu amigo entre en calor  - Hablo antes de marcharse.

-          ¿Quieres pasar?

-          Está bien, gracias.

Lo primero que hice fue prender la luz, Kurokocchi comenzó a ver todo a su alrededor, se notaba que estaba nervioso, se quedó parado al  medio de la habitación, sobando sus manos y en ese momento me percaté de que tenía la nariz y las mejillas completamente rojas, al parecer mi hermana tenía razón con el frio de afuera y justo en ese momento me di cuenta de algo.

 

-          ¿Kurokocchi eras tú quien llamaba a la puerta? – Me aventure a preguntar, esperando que la respuesta fuese negativa.

-          …- Bajo la mirada, como si la pregunta hubiese sido un regaño – Necesitaba hablar contigo Kise-kun.

-          Perdón yo… - Salí corriendo y lo abrace, estaba completamente frio – Yo no quise.

-          No te preocupes, fui yo quien decidió esperar.

-          ¿Y de qué quieres hablar? – Me aparte y mire aquellos ojos color cielo – Debe ser importante si has decidido esperar ¿Te ha pasado algo?

 

El movió su cabeza en forma negativa, luego me miró fijamente y abrió su boca para decir algo, pero las palabras no salieron, bajo su mirada nuevamente al parecer estaba poniendo en orden sus ideas.

 

-          Sera mejor que tomes asiento, espera un momento traeré algo caliente, a lo mejor el frio no te deja hablar, además mi hermana se demora un montón – Al decir eso salí corriendo.

 

¿Qué era lo que deseaba decir? Venir a estas horas de la noche y ¿Si me decía que ya no quería ser mi amigo y que estaba harto de mí? o ¿Qué estaba enamorado de Kagamicchi y quería que lo ayudara? ¡No quiero ninguna de estas alternativas! Kurokocchi estaba raro y eso era un hecho, pero no sería capaz de hacer algo así ¿Cierto? Moví mi cabeza intentando desechar cualquiera de las ideas que cruzaban mi mente.

Al llegar a la cocina mi hermana ya tenía la bandeja lista, por lo cual se la quite y la lleve yo mismo a la habitación dando la indicación de que nadie fuese a interrumpir.

Cuando entre al lugar pude ver que mi pequeño Kurokocchi se encontraba sentado sobre la cama mirando su celular distraídamente.

 

-          Lamento la demora – Hable haciendo que el diera un salto debido al susto que le había ocasionado, rápidamente guardo su celular en el bolsillo, lo mire extrañado, definitivamente algo le pasaba, deje la bandeja sobre la mesita de noche y le entregue uno de los tazones.

-          No te preocupes y gracias – Hablo aceptando lo que le entregaba.

-          Ahora dime ¿Qué sucede? – Pregunte tomando la otra taza y sentándome junto a él.

-          Yo…yo… LosientoKise-kunnoqueríaincomodarteconloqueteenvie.

-          ¿Qué? – Lo mire extrañado, puesto que había hablado tan rápido que no logre entender nada - ¿Puedes repetirlo pero más lento? – Ante esta solicitud pude ver que sus mejillas se tornaron carmín. ¿Qué le estaba pasando a Kurokocchi?

-          Es que…bueno… lamento si te hice sentir mal…yo…quería que lo supieras…yo me había propuesto que fuese hoy, pero desapareciste y…esa fue mi mejor opción y…

-          ¡Espera un momento! – Exclame, la verdad es que no estaba entendiendo absolutamente nada - ¿De qué me estás hablando Kurokocchi?

-          Del mensaje.

-          ¿Mensaje?

-          …

-          ¿Kurokocchi?

-          …

 

En ese momento caí en cuenta, recordé que alguien había mandado mensajes y luego había llamado, deje el chocolate en la mesita y busque sobre la cama, por su parte Kurokocchi estaba en silencio, al parecer estaba teniendo una batalla interna con algo, definitivamente me estaba gustando este Kurokocchi tan extraño, era mejor que el usual póker face que estaba acostumbrado a  ver. Efectivamente las llamadas perdidas eran de él y había un mensaje, comencé a leer y poco a poco sentí como mi rostro se tornaba serio, lo que decía no podía ser cierto.

 

-          Kurokocchi esto no es gracioso – Dije al terminar de leer, al escuchar mi voz dio un salto, al parecer estaba asustado, pero es que no podría creer que se estaba burlando y de la peor forma.

-          Kise-kun…yo quería disculparme, pero no respondiste a mis llamadas…yo…

-          ¿Qué sucede? El Kurokocchi que yo conozco no se reiría de los sentimientos de los demás.

-          No me estoy burlando.

-          ¿Y entonces porque hiciste esto?

-          …Por qué es lo que siento – Hablo tan bajo que casi no pude escuchar.

-          ¿¡Que!?

-          Kise-kun lamento esto de verdad no quise hacerte sentir mal, y tampoco quiero que nuestra amistad termine – Se levantó de la cama con claras intenciones de marcharse – Por favor, olvida el mensaje y lamento mucho si te hice sentir asqueado.

-          …

 

Kurokocchi dejo la taza sobre la mesa, y paso por mi lado con la mirada baja, murmurando un leve “Lo siento”, ¿¡Qué rayos significaba todo esto!? No comprendía absolutamente nada, la persona de la cual me había enamorado y de la cual había perdido toda la esperanza, de repente me mandaba un mensaje diciendo que era importante, ¿Quién en su sano juicio creería esto? Siempre había sido frio conmigo, me apartaba de su lado, para las únicas personas que tenía ojos era para aquellos que se hacían llamar sus luces. Volví a tomar el celular y releer su mensaje en caso de que hubiese algo entre líneas que no hubiese entendido.

 

“Kise-kun me hubiese gustado estar frente a ti para decir esto, pero te marchaste antes de poder hacerlo, me había propuesto que si llegaba a ganar el partido te diría que eres la persona más importante para mí”

 

Eso me parecía ridículo, pero ahora que lo pensaba no decía en que aspecto era importante, ¿Conocido? ¿Vecino? ¿Amigo?, ¡Ohhh rayos! ¿Por qué debía ser tan impredecible? Necesitaba hacerle miles de preguntas, así que bastante rápido baje por la escalera para alcanzarlo.

 

-          ¿Qué le has hecho? – Pregunto mi hermana algo enfadada.

-          ¿A qué te refieres?

-          Tenía una cara como si en cualquier momento se pondría a llorar.

-          ¡Maldición! – Exclame antes de salir de la casa sin siquiera ponerme los zapatos, y eso fue una muy mala elección, puesto que había comenzado a nevar - ¡Kurokocchi!

 

Menos mal que no había mucha gente en la calle debido al frio, y los pocos que habían me miraban como si estuviese loco, bueno no era para menos si estaba solo con un chaleco delgado y sin zapatos, cuando llegue a un cruce pude deslumbrar aquella cabellera celeste que buscaba, pero para mí mala suerte, mi lesión se hizo presente, me dolió un montón por lo cual tuve que detenerme, no quería que esto quedara así por lo cual  reuní todo el aire que caía en mis pulmones y grite lo más fuerte que pude su nombre, al parecer dio resultado porque se detuvo y volteo en mi dirección, quise caminar, pero fue imposible, el frio había hecho de las suyas, él se dio cuenta de esto y corrió a mi lado.

 

-          ¿¡Que estás haciendo Kise-kun!? – Pregunto preocupado cuando llego a mi lado.

-          Quiero que me expliques en que aspecto soy importante para ti.

-          Eso no importa ahora… ¿Por qué estas sin zapatos? Te vas a enfermar.

-          Solo responde, no importa si me enfermo.

-          Pero a mi si, vamos a tu casa, te ayudare con tu pie.

-          No me moveré hasta que respondas.

-          …

-          ¿Kurokocchi?

-          Me gustas – Fue su corta respuesta, pude notar que sus mejillas se tiñeron de un pálido rubor al igual que sus orejas.

-          ¡¡¡¡Eh!!!!

-          Ahora vamos a tu casa ya respondí a tu pregunta Kise-kun.

-          Pe-pero… ¿Qué pasa con Aominecchi y Kagamicchi?

-          ¿Que? – Pregunto extrañado – No entiendo que estás diciendo, pero ya vamos a tu casa – Me tomo de un brazo y me ayudo a caminar, llegamos todos mojados producto de la nieve que había comenzado a caer fuertemente.

 

Al llegar al lugar mi madre esperaba en la puerta, nos miró enojada, pero a pesar de eso lo único que hizo fue ayudarme a entrar, cuando Kurokocchi hacia el intento de marcharse lo empujo dentro de la casa, sin siquiera darle tiempo de reprochar.

 

-          Kise Ryouta ¿Qué pasa contigo? ¿Qué crees que haces saliendo así de la casa?

-          Mamá yo… yo…

-          Los dos irán a tomarse un baño para quitarse esas ropas húmedas y el frio que hace.

-          Pero yo…

-          Llamaremos a tu casa Kuroko-kun – Interrumpió ella a Kurokocchi – Ryouta pásale uno de tus pijamas, no lo dejare salir de aquí con esa nevazón que comenzó.

 

Sin más tuvimos que hacer caso a su orden, y después de media hora ambos estábamos en pijama en mi habitación, la verdad es que el silencio era sepulcral, no sabía cómo volver a la charla anterior, mientras tanto me deleitaba viendo a Kurokocchi en pijama, era entretenido verlo  porque le quedaba grande.

 

-          No es gracioso Kise-kun – Hablo como si leyera mi mente.

-          Pero si no he dicho nada.

-          Pero tu cara lo dice todo – Al parecer había vuelto el Kurokocchi que conocía con su semblante serio.

-          Jajajaj es que te ves más pequeño de lo normal.

-          …

 

Justo en ese momento llego mi madre a la habitación, indicando a Kuroko que le diera el número de su casa para informarles a sus padres que se quedaría a pasar la noche con nosotros, además decirnos que nos quería en cinco minutos abajo para cenar.

 

Cenamos tranquilamente, el único disturbio que hubo fue cuando mis hermanas vieron a Kurokocchi en aquel pijama que le quedaba grande y corrieron a abrazarlo, diciendo que se veía adorable, por la cara que tenía mi mamá puedo decir que hasta ella deseaba hacerlo, pero se contuvo, una de mis hermanas le dijo que si le molestaba esa prenda tan grande con gusto le prestaba uno de los propios a lo cual Kurokocchi se puso rojo de la vergüenza pero no dijo absolutamente nada.

 

Después de un momento al finalizar la cena volvimos a la habitación, para por fin descansar o eso se suponía, pero esta sería la situación perfecta para aclarar todas las dudas que asaltaban mi cabeza.

 

-          Ahora Kurokocchi… ¿Me podrías explicar todo? – Pregunte mirándolo seriamente - ¿Qué es eso de que te gusto?

-          Lo que has oído Kise-kun…Me gustas – Hablo apartando al mirada.

-          Eso no es cierto, entonces ¿Qué son Aominecchi y Kagami para ti?

-          Obviamente que amigos… ¿Por qué me preguntas por ellos?

-          Entonces… ¿Que era esa actitud fría conmigo?

-          No quería que te dieras cuenta de mis sentimientos…además…bueno…eres muy…

-          Lo sé, lo sé…me encanta abrazarte, pero…

-          Lo lamento, quizás yo malinterprete esos abrazos y pensé algo que no debía, por eso después de enviar el mensaje quise disculparme, pero tú no respondiste a mi llamada, y sin pensar vine para hablar directamente…Kise-kun de verdad mejor olvidemos todo.

-          ¿Por qué quieres que lo olvide si es lo que más había deseado en esta vida?

 

Sin más me acerque a él y lo abrace, durante unos minutos no dijimos absolutamente nada, podía sentir los latidos acelerados de ambos, pero fue Kurokocchi quien actuó primero, separándose un poco de mi pecho para luego mirar hacia arriba directo a mis ojos.

 

-          ¿Qué significa esto? – Pregunto Kurokocchi con su mirada inquisitiva.

-          ¡Obviamente que te amo!

-          …

-          Kurokocchi ahora que conozco tus sentimientos ¿Quieres ser mi novio?

-          … - No fue capaz de decir nada, pero su rostro se tiño de rojo.

-          ¿Sabes que los silencios pueden ser interpretados como un “Si”?

 

No espere ninguna respuesta de su parte y lentamente comencé a acercarme a sus labios. Se veían sabrosos, y además era cumplir uno de los tantos sueños que tenía con él, al comienzo fue solo un roce de labios, pero conforme pasaba el tiempo decidí dar un paso más e introduje mi lengua en su cavidad, nuestras lenguas comenzaron una batalla, sentí como Kurokocchi llevaba sus manos hacia mi cuello haciendo que el beso se profundizara, yo por mi parte lleve las mías hacia su cintura, pero lamentablemente todo lo que tiene un comienzo también tiene un fin y nuestro pulmones nos lo hicieron saber, el aire nos comenzó a faltar, al separarnos un hilo de saliva aun unía nuestros labios, la vista frente a mí fue la mejor de todas, era un pequeño fantasma sonrojado, con la respiración entrecortada y unos hermosos ojos vidriosos producto de la excitación del momento.

 

-          Eso fue un sí ¿Cierto?

-          S-Sí.

-          Eres tan lindo – Hable apretándolo más contra mi cuerpo, es que era tan pequeñito y abrazable que no podía soltarlo.

-          Kise-kun.

-          Está bien lo siento, es que no puedo evitar sentirme feliz, esto es un sueño hecho realidad.

-          …

-          Kurokocchi ¿Por qué no dormimos juntos esta noche? – Pregunte ya que hacía mucho frio, pero, al parecer lo entendió de otra forma porque me miro con espanto – Espera Kurokocchi no es eso ¡Es por el frio!

-          … - Al parecer fue peor porque su rostro se tornó completamente rojo, luego se separó de mi – Kise-kun me iré a lavar los dientes vuelvo en un momento.

 

La verdad es que no entendí mucho a Kurokocchi, en ocasiones hacia cosas que no tenían lógica, pero bueno, él era así después de todo, al llegar fui inmediatamente yo, hacía mucho frío así que lo mejor era no seguir dando vueltas por la casa, pero cuando llegue me encontré con una vista encantadora, Kurokocchi ya se encontraba dentro de mi cama.

 

-          ¿Kurokocchi?

-          Tu dijiste que hacia frio – Hablo apenado.

-          Sí, pero no pensé que tu…

-          Es que así estaré 100% seguro que esto no es un sueño – Comento apenado.

-          ¡¿Por qué tienes que ser endemoniadamente lindo?! – Exclame tirándome sobre él.

-          No soy lindo.

-          Jajajaj eso quisieras.

 

Antes de dormir estuvimos hablando un buen rato, era realmente un sueño todo lo que estaba pasando, jamás pensé que sería el mismo amor imposible quien se declarara, y yo que haba perdido todas las esperanzas esa misma tarde.

 

Al despertar en la mañana, la sonrisa que se dibujó en mi rostro no sería quitada por nada ni nadie, un bello Kurokocchi descansaba entre mis brazos, su cuerpo era cálido y pequeño, lo observe durante un largo rato, hasta que comenzó a despertar de a poco, su pelo lucia desordenado como de costumbre, cuando íbamos de campamento también pasaba lo mismo.

 

-          Buenos días Kise-kun –Dijo tallando sus ojos.

-          Buenos días Kurokocchi – Respondí besando su mejilla, inmediatamente su sonrojo se hizo presente - ¿Cuándo te acostumbraras?

-          Kise-kun no ha pasado un día aun – Hablo levantándose de la cama.

-          ¡Eres injusto!

-          ¿Por qué? – Me levante abrazándolo fuertemente, para luego darle un candente beso.

-          Porque faltaba mi beso de buenos días – Lo mire con ternura, a lo cual el me aparto y salió corriendo nuevamente hacia el baño.

 

Lo observe con una gran sonrisa, iba a ser entretenido conocer a este nuevo Kurokocchi, ya que no era necesario que escondiera sus sentimientos por mí nunca más. Abrí la cortina de mi habitación, para darme cuenta que a pesar del nevazón del día anterior, ahora un hermoso sol se hacía presente este día domingo, era la oportunidad perfecta para comenzar con una hermosa cita con “Mi pequeño fantasma”. La verdadera felicidad comenzaba desde ahora que tenía a mi tesoro más preciado junto a  mí.

 Fin.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, cualquier cosa pueden dejar sus comentarios. Me encantan las criticas constructivas :)

Espero seguir escribiendo y si has llegado hasta aqui muchas gracias.

Un saludo gigante a todos/as

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).