La llamada del instinto.
El hermoso lobo esta sunido en un sueño intranquilo; se revuelve en la vieja manta donde se ha hechado a dormir, gruñe un poco y luce intranquilo, su fisionomia humana deja traslucir mas las emociones ke lo embargan.
El pelo negro y un poco largo esta desordenado, la palida piel esta perlada con gotitas de sudor, y en sus sueños, Kiba corre y corre en busca de una compañera.
No una para una relacion afectiva, pues es un lobo solitario, busca una para una relacion sexual, para satisfacer ese deseo intenso que ya no lo deja ni dormir.
Hace tres dias que esta en celo, los tres dias de plenilunio, y lo unico que ha podido hacer ha sido correr con mas ganas en busca de Cheza, y ponerse de mal humor, contra todoos en general y contra Toboe en particular.
Le molesta que el chico se le acerque tanto y lo cuide con sus pequeñas y delicadas manitas, qu elo mire preocupado con esos grandes y bellos ojos color miel, tan inocentes, que no comprenden los chistes y las bromas de doble sentido ke Tsume y Hige le hacen a Kiba.
Y le molesta porque el chico es tan o mas hermoso que una mujer, huele tan bien, se siente tan rico tocarlo, estar a su lado... Pero ese es el punto, no deberia de gustarle el cachorro.
Kiba sigue retorciendose en sueños, deseperado, excitado, como lo indica su abultada bragueta.
-Con este tipo no hay quien duerma- dijo Tsume - a excepcion de ese mocoso.. ¿no estar muerto?
-No aun hule vivo- se lamento Hige, guiñandole el ojo a Tsume.
-Ja-dijo este y se salio de la cueva, seguido a poco por Hige y se fueron a buscar comida.
Kiba pujo en sueños, fuertemente, soltando un manotazo que resono muy cerca de la carita del jovencito. Este se desperto y vio preocupadoa Kiba, no entendia por que no se tomaba en serio su enfermedad y porque no le decian de que se trataba, el haria cualquier cosa por ayudarlo, queria ke se sintiera mejor...
Limpio el sudor de la blanca frente de Kiba y se acerco a notar su respiracion, retrepandose un poco sobre el.
En sus sueñor, Kiba aullo de placer al sentir el contacot de un suave y pequeño cuerpo, estirando sus brazos y aferrandose a el.
-Kiba!- exclamo Toboe, al sentir las manos afiebradas de Kiba cerrarse sobre su cuerpo, tocandolo avidamente en sitios que nadie nunca le habia tocado, como su tentador tracero...
-GGrrrr- gruño Kiba, aferrandolo a un mas y apretando su excitada entrepierna contra la del chico, que estaba montado a horcajadas sobre el.
-¿Kiba, que estas haciendo!- exclamo el pequeño, sangoloteando a Kiba apra despertarlo, abridno este sus ojos intensamente azules, iluminados por una llama ke Toboe no conocia y le dio miedo...
Con un impulso mas fuerte que el mismo Kiba aferro mas a Toboe y estiro su cuello para unir su avida boca a la del pequeño lobito, plnatandole un beso sensual y deseoso como el chico nucna habia sentido, no sabiendo como responder a esto, asustandose del extraño comportamiento de Kiba, forcejeando al cabo.
-No Kiba, ¿que te pasa? ¡¿ke estas haciendo?!- le decia tratando de apartar la pelinegra cabeza de su cuello, donde ahora el ojiazul le colmaba de besos que casi eran mordidas, y sus manos recorrian expertas y desossa el esbelto y flexible cuerpo del pelicastaño.
Por toda respuesta Kiba le abrio la camisita a Toboe, botandole algunos botones por la prisa con que lo hizo, acariciando con sus hermosa manos el pechito que subia y bajabva ajitado, lamiendo la blanca y virginal piel del chico, repegandose deseoso hacia el, presa de su instinto animal.
Toboe trataba de alejar de si a Kiba, estaba dandole miedo lo que el ojiazul estaba ahciendole, a pesar de sentirse bien, pero habia algo que no cuadraba, a el le gustaba que Kiba lo acariciara, pero no asi, habia algo de ardor desenfrenado en aquellas caricias que el pequeño no conocia y no tenia ganas de conocer aun, pues era solo un cachorro, uno muy tierno e inocente.
Creyo ke habia logrado apartar a Kiba cuando este se incorporo un poco, pero solo fue para arrancarle el cinturon y bajarle los pantalones, rompiendoselos, interrumpiendos en la tarea de quitarselos para chupar aquellos rosados pezoncitos erguidos por el frio y el miedo, sobandole el terso vientre y descendiendo por el , pasando rapidamente por la sensual y marcada V entre las caderitas del ojimelado para toquetearle el pubis, lampiño aun, manosenadole rapidamente los genitales antes de levantarlo un poco por la cadera, abriendole las piernas con su muslo y acomodandose entre ellas, tomando al pequeño pro lso muslos y levantandoselos, acercando su abultada entrepierna a las nalgas de Toboe, frotandose contra ellas entre palentera y dolorosamente, estaba tan excitado...
-Kiba, para, tengo miedo...- le dijo Toboe, evitando unir sus labios a los de Kiba, besandole elste el contorno del delicado rostro, lamiendole el cuello y acariciandole con ardor los desnudos muslos, frotando su vestida entrepierna contra las carnosas nalgas, jadendo y pujando.
Con lo azules ojos perdidos en el deseo miro al hermoso chico pelicastaño, la carita asuatada, los ojos y los labios abiertos, encontrando enloquecedora la vision de la lenguita de Toboe medio oculta en la calida cavidad de su boca, llevando Kiba unpar de deos a ela, metiendoselos y callando sus quejas, tocando la resbalosa y suave piel y muriendose de deso, sacanod d eahi sus dedos para diriguirlos abajo, a la otra cavidad del pequeño, metiendoselos de un jalon en su virginal culito.
Al sentirlos Toboe gimio de dolor, preguntandose por que Kiba le estaba haciendo aquello, dolienjdoel mucho quel pelinegro moviera aquellos dedos en su interior, alegrandose de que lso sacara, pero asustandose mucho, casi por instinto, cuando Kiba se incorporo un poco y se abrio la bragueta, dejando ver su erguido y enorme sexo, amenazador, le parecio a Toboe, que se engurruño volviendose de ladito y cerrando sus piernas, llevandolas al pecho, en pocicion fetal, llorando cuando Kiba lo agarro y trato de abrirlo de piernas.
-Para, Kiba, por favor, tengo miedo...- sollozaba Toboe mirnaodlo directamete a los ojos.
Kiba se sientio reaccionar, sintiendose fatal, excitadisimo, presa de violentas y encontradas emociones: estaba demasiado excitado, tenia que acabar,pero no queria hacer daño a Toboe.
-Perdomane- le dijo- esto es mas fuerte que yo- y se acosto de ladito detras de el, tomandole por donde caderas y muslos se unen, acercando su pene colocandolo entre las carnosas nalgas, frotandolo entre ellas sin penetrar al virgen, pujando del placer que sentia, sudando y aferando a Toboe, que sollozaba y segui quieto, asustado, sintiendo muy raro en su culito.
De improviso, Tsume regreso, entrando de prisa al oir los pujidos, gemidos y respiraciones fuertes, llevandose la mano a la boca por la impresion de ver aquello, pensando que Kiba estaba violando a Toboe (casi) acercandose rapidamente y apaartandolo, viendo entonces que solo estaba fortandose con el pequeño, jalando a Kiba par alevantarlo, agrediendolo el otro, dandole una bofetada el atractivo moreno.
-Estate quieto!- le oredeno, incandose de inmediato frente a Kiba, tomando su ereccion con la diestra y cerrrando sus labios de inmediato sobre ella, succionandosela con fruiccion al tiempo que precionaba la base del pene con su pulgar y su indice cerrados en anillo, deteniendose de la estrecha cadera con la otra, ofreciendole sexo oral para que el ardor del instinto pasara, jadeando Kiba y apretando la peliblanca cabeza contra su entrepierna.
Toboe se habia arrebujado en una manta y miraba como hipnotizado la escena, entre fasciando y atemorizado,pensando ke algo malo le estaba pasando a Kiba al verlo gritar y sacudirse, apretando mucho a Tsume contra el, cayendo ambos al suelo, retirando de su boca el pene Tsume, viendo el pequeño como mientras caian el erecto miembro de Kiba expulsaba un fluido blanco, cayendo sobre el rostro de Tsume casi todo, quednado tendidos unos segundo en el suelo, luego de aquella sesion de sexo crudo.
Tsume se limpio el fluido del rostro, chupandose luego los dedos. Toboe penso fugazmente ke si eso era lo que tenia que ahcer para ke Kiba se sintiera bien lo haria, no habia sido muy dificil, ¿o si?
Kiba fue el primero en hablar.
-Gracias, Tsume...
-Jum, para otro dia pidelo antes de abusar de un cachorro...
-¡No abuse de Toboe!- se defendio Kiba, sentandose y guardando su pene dentro de sus pantalones.
-Para el caso, casi lo hiciste y de seguro ke el pobre chico esta traumado...
-No- dijo Toboe- yo, oslo me asuste mucho de verte asi. Kiba,pero si tu me lo hubieras pedido yo habri ahecho lo que hizo Tsume... ¿que hizo?- pregunto abrindo mucho sus inocentes ojos melados.
Tsume rio avergonzado.
-Callate, cachorro bobo, no es algo ke los niños deban saber...
-¿Se lo has lamido, verdad? como limpiandose- se agacho e imito a un lobo limpianodse su sexo.
-Te he dicho ke te calles y lo olvides!- le grito Tsume, dandole un pezcozon.
-¿Que pasa?- pregunto Hige, llegando.
-¡Nada!!!- gritaron Tsume y Kiba.
-vale, vale, que genio...- rezongo Hige-traido comida, par ake la coman en vez de morderme a mi...
-¿Mordiste a Kiba, Tsume?
-No!- le grito, dandole otro pezcozon
-pero eso blanco...- siguio y Tsume le cerro la boca, viendo malencaradoa Hige, ke se hizo el desnetendido, reuniendose los 4 lobos a comer uno de los desayunos mas incomodos de su viaje.