-AHHHHHHHHH cálmate Vegeta, creo que ya es suficiente entrenamiento por hoy – Gokú estaba ya muy cansado, eso se le notaba en su respiración y en su cuerpo
El príncipe entonces paró de golpear, también estaba agotado - bien Kakarotto, entonces nos vemos después.
-¿y así te vas a despedir? – el menor esperaba una respuesta que nunca llegó, solamente lo vio marcharse a toda velocidad °°° creo que está enojado °°° suspiró yéndose a su casa en la montañas.
Al llegar se dio un buen baño y bajó a cenar, ya satisfecho se encaminó a su cuarto a dormir, algo no le gustaba y fue la forma como el príncipe se marchó sin siquiera darle un tierno beso, sí, de seguro estaba enojado por unas “cosas”, pero no pensó que sería tan terrible. No importa lo que pasara iría a verlo – Ok - puso sus dedos en la frente y se teletransportó junto a él.
Se sobresaltó al verlo dormido, se sentó a su lado y empezó a acariciarle el cabello, bajaba su mano hasta el mentón, con la yema de sus dedos le tocaba los labios; otra vez repetía la acción hasta que no pudo resistirse y juntó sus labios con los del mayor, le introdujo su lengua en la cavidad bucal saboreando cada rincón, estaba tibio y el beso ayudaba a un dormido Vegeta a abrir más su boca dándole acceso.
Pero la ausencia del aire le hizo despertar - ¿Qué haces? - preguntó con suspicacia, se le veía ya perdido en el placer, negársele era un crimen, así que lo tomó de la nuca profundizando ese beso, dejó que su lengua se entrelazara con la del menor, de a poco se volvió algo fogoso y salvaje.
-¿me disculpas?, haré lo que quieras - Gokú ya sabía la respuesta, aun así lo dijo para calentarlo más.
Una sonrisa de medio lado apareció en el rostro del mayor – Bien, jugaremos al papa y a la mamá, yo seré el papá - anunció poniéndosele encima, lo volteó boca abajo relajando ese musculoso cuerpo, con delicadeza le fue retirando toda la ropa rozando de vez en cuando la piel y sacándole varios gemidos.
El mayor se puso de pie en la cama y se sacó la pantaloneta y los bóxeres que tenía puestos, volvió a posarse sobre el menor restregándole el miembro en medio de las nalgas - levanta el trasero - ordenó para acomodar mejor su lubricado pene, se aferró a él abrazándolo. Empezó a moverse buscando la entrada del de cabello alborotado, cuando ya su glande la rozó no se introdujo sino que dejaba que su propio miembro la lubricara
Gokú no cabía de tanta excitación, quería besarlo pero estaba lejos para hacerlo, ese pedazo de carne amenazaba con penetrarlo, pero el príncipe se hacía el difícil. Sentía esa cálida lengua recorrer su espalda y llegar hasta el cuello, luego unos labios que lo besaban apasionadamente. ¡Por Kamisama! Ya no aguantaba más, lo buscaría y eso iba a hacer, movió sus caderas buscando ser penetrado, apenas y lograba que la cabeza entrara y el mayor de inmediato retrocedía, así unos cuantos minutos más, su anillo ya estaba lo suficiente dilatado.
-espera un poco - gemía Vegeta daca vez que entraba en esa estrechez, estaba muy calientita, pero no se aguantó y lo abrazó más fuerte y de una sola estocada se enterró sacándole un gemido ahogado, un vaivén que iba en aumento se hizo presente.
Sus marcados cuerpos ya destilaban sudor, ambos liberaban un aroma de hombre limpio, el menor trataba de masturbarse ya que su miembro estaba al tope de excitación, entonces sintió como cada estocada lo hacía moverse sobre las suaves sábanas Satín, esa sensación de su miembro restregarse delicadamente, su lubricación permanecía sobre la tela permitiéndole resbalar con más facilidad, por otra parte su entrada le proporcionaba un placer único, ese tozo en su interior tocaba un punto que lo hacía abrir sus ojos de puro placer.
Fuera de la habitación no se escuchaba nada, pero dentro era otra cosa, sus pieles chocaban con furia, el sonido de la entrada del menor al ser penetrada era espectacular, era como un sabroso chapoteo.
-YO – dijo entrecortado - yo, Kakarotto, no aguanto más - y habiéndolo dicho se corrió en la estrechez del mencionado. Gimió profundo quedándose quieto con su todo su miembro en aquel interior.
El de cabello alborotado estaba por llegar pero fue ahí cuando su amado se detuvo dejándolo a medias -Espera, sigue… - unos fuertes brazos lo pusieron de rodillas, su entrada había sido abandonada, pero cuando ya estuvo en posición, otra vez se sintió lleno.
El príncipe lo acomodó bien -mmm te haces el difícil - dijo agarrándolo del miembro, un sonrojo muy visible se notó en el menor.
Otra vez lo embestía al tiempo que lo masturbaba, su mano se empapó de lubricante, así que no se preocupó por lastimarle el descubierto glande ya que resbalaba muy fácil, le mordía suavemente la espalda dejando algunos moretones. Necesitaba complacerlo – AHHHHHHHHHHHH- con un fuerte gritó y elevando su ki, su cabellera se tornó rubia, su miembro creció notablemente y adquirió altura, ahora casi llegaba a la estatura del menor.
Gokú se relamió, estaba en la gloría al sentirlo tan salvaje y dulce a la vez – AHHHHHHHHHH Vegeta - no pudo aguantarse más y se liberó manchando con su semilla las sábanas. Su cuerpo se tensó y su entrada aprisionó el miembro del mayor, sintió una vez más como ese miembro daba unas tres pulsaciones y que algo caliente era depositado en su cavidad. - ¿me das un besito? – rogó retirándose causando que sus cuerpos se separaran.
-¿Por qué no? - el príncipe le acarició el rostro y tomándolo del mentón lo acercó para unir sus labios – Oye. ¿Y si mañana no entrenamos?
-¿eh? - eso era extraño viniendo de él - ¿entonces qué haremos?
-pues dormir
-¿Cómo así que dormir, por qué?
-porque jugaremos a que serás mi mujer toda la noche – volvió a besarlo al notar su cara de aprobación, - ¿nos las chupamos? – insinuó vulgarmente.
Gokú se sonrojó ante tal petición – Jejeje si - y así se fueron acomodando haciendo un 69 recostados de lado, algo no estaba bien – Oye, vuelve a tu estado normal, así no soy capaz
Vegeta al verlo en problemas soltó una enorme carcajada, pero él tenía razón, volvió a su estado normal para sentir el primer contacto de los labios del menor sobre su glande, tampoco se quedaría atrás y se acercó hasta engullirlo hasta la mitad succionando muy fuerte.
La habitación retumbaba por la fricción de la saliva…
-mmm – el de cabello alborotado despertaba ya, algo estaba muy mojado en su interior, no sólo eso también algo semiduro se hallaba dentro, lo retiró y se puso de frente. -¿Qué hora es?
El príncipe vio el reloj de la mesa - son las tres de la tarde - afirmó, de pronto sus estómagos rugieron casi al tiempo – espera traigo algo de comer - y poniéndose la ropa bajó hasta la cocina, al parecer no se encontró con nadie, llenó unas enormes bandejas y volvió a la habitación.
Gokú ya estaba sentado en la cama esperándolo, al verlo le sonrió - me encantó ser tu mujer - su sonrojo aumentó al observar cómo se desnudaba y se sentaba frente a él poniendo las bandejas en medio.
