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Horuss por Alondra-Viridiana

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Notas del fanfic:

Yaaay se que deberia estar trabajando en mis otros fics pero no pude resistir U.u

Notas del capitulo:

Nyaaa

Horuss se dejó arrastrar hacia aquel lugar con total desagrado y una mueca de fastidio en su rostro. La plaza estaba llena, casi reventando, las personas iban y venían, las mujeres que parecía que les había dado una sobre dosis de hormonas se amontonaban en la parte baja de las gradas gritando y vitoreando al torero; Kurloz lo miro aguantando una sonrisa, sabia lo mucho que a su prometido le molestaba aquellos "espectáculos" pero presentarse en público durante aquel tipo de celebraciones era, en parte, su trabajo. Ambos se encontraban en una zona especial de aquel recinto solo reservado para personas importantes en donde se podía observar todo sin ser molestado por las demás personas.

 

– Aun no puedo creer que me dejara convencer – Seguía refunfuñando mientras acomodaba su coleta en su hombro derecho

 

– Es una obligación a medias – Amaba cuando hacia un berrinche – Para ser parte de la nobleza esto es como… un requisito.

 

Horuss bufo aun sin darle la razón al mayor aunque sabía que la tenía y de sobra, después de todo Kurloz nunca mentía y mucho menos se equivocaba, trato de ignorar la barbarie del acto que debía presenciar y se concentró en sus pensamientos, más concretamente en la pronta boda que uniría a la noble y respetada familia Makara con los nuevos riquillos del pueblo, los Zahhak. Aun no podía comprender que veía Kurloz en él y eso solo lo aterraba aún más, por si aquello fuera poco tampoco estaba completamente seguro de los sentimientos que albergaba por el primogénito de los Makara.

 

Se habían conocido hacer relativamente poco tiempo, Horuss siempre solía quedarse en el taller que su padre había ambientado para su uso personal y casi nunca salía de el exceptuando aquel fatídico día en que necesito de un libro de ingeniería mecánica para poder terminar con una de sus amadas creaciones. La familia Zahhak se caracterizaba por el don casi mágico de crear maravillas de ingeniería y el primogénito de Darkleer no iba a ser la excepción; el joven de pelo largo llego a la librería totalmente concentrado en lo que hacía, tanto que no se dio cuenta en el momento en que choco estrepitosamente con alguien más.

 

Hubiera caído al suelo de no ser por un par de manos que lo sujetaron fuertemente, durante la colisión había cerrado los ojos y después de sentirse aprisionado por unos brazos ajenos decidió que lo mejor era observar lo que pasaba. Lo primero que los azulados ojos de Horuss vieron fue un mar amatista mirándolo intensamente mas no parecían molestos sino todo lo contrario, miro detenidamente al guapo joven en frente suyo, era alto pero no por ello delgado, su cabello el cual estaba alborotado ligeramente era de un negro intenso que contrastaba con su pálida piel además de tener los ojos más intrigantes que él hubiera visto y a juzgar por sus vestimentas el Zahhak pudo deducir fácilmente que provenía de una familia muy bien posicionada.

 

– Usted perdone – Horuss casi pudo sentir que se sonrojaba al escuchar aquella voz tan grave y profunda, escucharlo recitar prosa o poesía debía ser sublime. – No mire por donde iba.

 

– N-no, la culpa es mía, perdóneme usted a mi señor… - Lo miro nervioso mientras deshacía el agarre al cual aún lo tenían sometido.

 

– Makara, Kurloz Makara – Sonrió de manera galante mientras tomaba delicadamente su mano y procedía a besarla. Aquello solo intensifico más su sonrojo. – Entonces como veo que ambos albergamos la culpa ¿Qué le parece si para expiar mis pecados le invito algo de beber y para liberarse de los suyos usted acepta mi humilde invitación?

 

Para esos instantes Horuss había perdido totalmente la capacidad del habla así que lo único que pudo hacer fue asentir torpemente mientras trataba por todos los medios de que sus piernas no le temblasen debido a los nervios que sentía en aquellos momentos, agradecía que no hubiese empezado a sudar como loco pues ahí sí que se vería deplorable. Aquella tarde había sido muy amena entre pláticas con tópicos intelectuales y cómodos silencios, Kurloz se había ofrecido a llevarlo a casa y él no pudo negarse además de que cierta parte de él se sentía muy a gusto al lado del Makara.

 

Después de aquella salida le siguieron muchas más empezando su "relación" si es que podría llamarla así. Claro que se habían besado y abrazado pero algo le impedía a Horuss llegar o siquiera imaginar tener algo más, estaba más que claro que no era porque Kurloz no fuera atractivo, el hombre tenía un porte de príncipe de cuentos de hadas que cualquier mujer mataría por tenerlo a su lado, y era en eso en donde radicaba el problema, Horuss quería a Kurloz pero no lo amaba, o al menos por ahora no estaba seguro de hacerlo en su totalidad, y era por ello que siempre ponía trabas ante cualquier tipo de avance de Makara.

 

Además no supo en que momento le dio al mayor una señal errónea pero de la nada, aquel día de mediados de marzo, Kurloz le pidió matrimonio. Al principio creyó que era una broma pues no tenían ni un año de conocerse y menos de ser pareja pero después la realidad le abofeteo en plena cara, Kurloz nunca bromeaba. Le pidió tiempo y el Makara como buen caballero que era se lo concedió, de más estaba decir que no tuvo que pensarle mucho pues su padre al enterarse de la noticia prácticamente le amenazo en que si no aceptaba aquel enlace podría irse olvidando de seguir perteneciendo a la familia.

 

Es por ello que ahora se encontraba ahí, en aquella plaza de toros junto a su futuro marido viendo un espectáculo que le correspondía a sus "amados" suegros pero que estos al encontrarse indispuestos decidieron enviarlos a ellos ya que después de la boda Kurloz automáticamente tomaría el puesto de su padre como dueño de todo. Horuss escuchaba los gritos agudos de las mujeres que más bien parecían chillidos además de que estaban acompañados por un coro de vítores de hombres, al parecer el torero estrella había entrado a la arena. El menor bostezo notablemente aburrido mientras cerraba los ojos con parsimoniosa lentitud y estaba a punto de quedarse dormido cuando un joven entro y llamo a su prometido, al parecer era importante.

 

– No tardo – Se excusó Kurloz mientras salía del pequeño recinto besando levemente la mejilla del menor.

 

El escándalo de las personas seguía molestándole además de que no quería ver como un cobarde torero acababa con la vida de un ser inocente como lo era el toro. Desvió su vista de la arena concentrándose en el cielo cuando de improvisto una gran rosa blanca manchada de un brillante color rojo debido inequívocamente a la sangre del pobre animal que acababan de asesinar le cayó en el regazo; el silencio reino súbitamente la plaza de toros mientras Horuss contuvo la respiración por breves segundos negándose rotundamente a saber quién le había dado semejante obsequio que le daba repulsión de solo mirarlo.

 

– ¡Eh muñeca, aquí abajo! – Con la mejor mueca de enojo dirigió sus ojos azules hacia la arena solo para toparse de lleno con un par de deslumbrantes ojos avellana que lo miraban entre divertido y coqueto. – Para la señorita más bella que he tenido el placer de observar.

 

Y Horuss no supo que fue lo que le hizo sentir más molesto si el hecho de que aquel tipejo lo estuviera confundiendo con una mujer o el hecho de sentir como una potente descarga eléctrica le recorrió todo el cuerpo al ver aquella sonrisa y esa mirada en su persona. Definitivamente odiaba las corridas de toros.

Notas finales:

Espero actualizar pronto este y los demas que tengo pendientes :3 hasta entonces :D


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