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¿Por qué tú? por MeganeShintaro

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Notas del fanfic:

Los personajes de KnB le pertenecen a Tadatoshi Fujimaki.

¿Por qué tú?

 

 

La blancura del cielorraso lo invitaba a revivir una y otra vez el momento en que su vida entera cambió. Acostado sobre aquel delgado, pero confortable colchón, vio pasar cada imagen, cada gesto, y escuchó cada palabra que se colaba de entre los rosados y delgados labios que se movían, sin saberlo, provocativamente. Es que cualquier acción o expresión en tan perfecto ser, a sus ojos era un espectáculo que siempre lo dejaba con ganas de más.

 

 

Era una tarde preciosa como ninguna otra, una en la que se deleitaría con su compañía. No sería mala idea pasarla recostado sobre el césped del parque junto a él, pudiendo sentir el calor de aquel firme pecho junto a su mejilla y los latidos frenéticos que aparecían sólo cuando él lo tocaba; porque así era, el único que era capaz de producir aquel descontrol en el cuerpo contrario era nadie más que él. Lo esperaría en el mismo lugar de siempre, sentado en el banco frente al instituto, pero algo sería diferente esta vez; aquel al que esperaba, no llegaría a tiempo; lo haría esperar más que de costumbre.

 

 

El sonido de la puerta que se cerraba, lo devolvió al presente. Lo habían hecho nuevamente, lo sentía en todo su cuerpo; ese cosquilleo que ahora resultaba tan familiar, la señal de que pronto el sueño lo invadiría y él se entregaría gustoso a los brazos de Morfeo, pero aún contaba con algunos minutos más. Había tiempo.

 

 

Se levantó; arregló sus ropas, no quería presentarse luciendo desaliñado, y cruzó la calle con sosiego. Era probable que el entrenamiento se hubiera extendido más de la cuenta, si bien la Winter Cup había finalizado hace dos semanas, con lo exigente que sabía que era el capitán de Shūtoku, seguramente ya había comenzado a pensar en las preliminares de la Interhigh. Recorrió el camino al gimnasio, que ya conocía de memoria, hasta que se encontró con que éste estaba cerrado bajo llave. Quizás habían terminado recién y estaban tomando una ducha en los vestuarios; si, bordearía aquella imponente estructura para dar con la puerta trasera que comunicaba la zona del guardarropa con el exterior.

 

 

Ya había comenzado a experimentar el adormecimiento en sus extremidades. Al menos ahora no sentía el enloquecedor ardor en sus muñecas. "¿Habrás sentido lo mismo?", le preguntó mentalmente, imaginando la respuesta que recibiría. Probablemente habría sido un "Nada que no pueda tolerar", seguido por ese latiguillo tan característico en él, acompañado, tal vez, por un dulce rubor en sus mejillas. Poder escuchar su voz en su cabeza lo hizo sonreír. Lo amaba tanto.

 

 

– Dímelo. Dime que tú también me amas –pudo ver y oír cómo le pedía entre lágrimas.

– Takao... yo –fue interrumpido súbitamente por los labios que se posaron sin permiso sobre los propios.

Los espectadores rubíes observaban aquella escena que parecía sacada de una de sus peores pesadillas. Vio las manos ajenas aferrarse a los verdosos cabellos; a ese cuerpo, que se suponía que le pertenecía, apresado entre los casilleros y el otro; ambos torsos desnudos con una cercanía intolerable. Escuchó un jadeo, no pudo, ni quiso intentar reconocer a su dueño. No sería testigo de lo que sucediera allí. Cerró la puerta.

 

 

La luz resultaba dolorosa a la vista, sus párpados pesaban más a cada segundo y los latidos, cuyos golpeteos podía sentir y oír, poco a poco iban siendo apaciguados. El tiempo se agotaba. "Shintarō, ¿por qué?"

 

 

Lo contempló con una mirada gélida. Su rostro aún se encontraba empapado por las lágrimas que sus azulados ojos habían soltado, antes de convertirse en lo que ahora era, un pálido y frío cadáver. No dejó de admirar su obra, hasta que el peliverde cruzó la puerta.

– Akashi... ¿qué has hecho?

– Protejo lo que me pertenece.

Siguió con sus orbes bicolores al recién llegado, cuestionándose por qué se acercaba tan desesperadamente y tomaba entre sus brazos a aquel sujeto, cuando en realidad era él al que debía abrazar.

– Shintarō

– ¡Aléjate! ¡Estás enfermo!

 

 

"De entre todas la personas del mundo, ¿por qué tenías que ser tú el que me dejara aquí?". El tiempo se había acabado. Los sedantes terminaron por surtir efecto en su organismo y ya no tuvo fuerzas para seguir luchando. Por tercera vez, en el quinto día de su internación, cerró sus párpados para sumirse en un profundo sueño.

Notas finales:

Hace mucho quería escribir un AkaMido, y como en el grupo de facebook "MidoAka - Intelligent Team" se está llevando a cabo un concurso de fanfics, pensé, ¿Why not?

Gracias a Commander Handsome por revisarlo y ayudarme <3

Espero que les haya gustado, y los invito a dejar un comentario si es que así lo desean n.n

 

Gracias por leer.

Saludos de Megane <3


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