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Cómo robar un Uke por MikaShier

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Éste es un fanfic original basado en Free! Iwatobi Swim Club, Free! Eternal Summer y High Speed!

Los personajes no son de mi autoría. Pertenecen a las series anime y la novela anteriormente mencionada.

 

Advertencias: Este fanfic es de temática Yaoi (homosexual). Si no te gusta este género, te recomiendo que no leas.

 

Título: Cómo robar un uke

 

Autor: MikaShier

 

Personajes principales: Matsuoka Rin; Nanase Haruka;

Una cosa.
 
Una sola cosa era lo que Haru estaba rogándole a los dioses. Y ellos lo ignoraban.
 
Está bien, quizá no era sábado pero él estaba ahí. Y también se encontraba su problema. Sousuke lo observaba con ojos asesinos mientras Rin, acostado detrás suyo, hablaba con su hermana por teléfono. Tenía una pequeña pelota en su mano y la lanzaba para después atraparla. Lo único que Haru podía hacer era mirar esa pelotita.
 
No hubiera ido a la Academia de saber que Sousuke era el compañero de dormitorio de Rin.
 
Sousuke se dejó caer sobre el estómago de Rin, en cuanto éste colgó, sacándole el aire. Haru lo miró indiferente a pesar de que quería estrangularlo en su interior. Y es que...
 
¿Por qué se tomaba esa libertad?
 
El pelirrojo golpeó a Sousuke sonriendo. Su mirada rojiza tenía ese brillo especial. Y la sonrisa del otro pelinegro parecía atraer a Rin. Estaban emanando un aura que Haru no soportaba.
 
Pero no quería irse y dejarlo ahí con Sousuke.
 
Quizá debería mudarse, para que el enorme pelinegro no fuese a aprovecharse del pobre e indefenso Rin.
 
─ ¿Necesitabas algo, Haru? ─preguntó Rin mientras se levantaba. El aludido lo observó, inexpresivo.
 
─Solo vine.
 
─Bueno... ¿no tenías práctica? ─el pelirrojo se acomodó a un lado de Sousuke.
 
─No.
 
─ ¡Perfecto! ¿Qué tal si practicamos tu desenvolvimiento con las personas? ¡Aquí está Sousuke para ayudar!
 
─No me incluyas en tus cosas raras ─masculló el otro. Rin sonrió.
 
─Ayudará. Ahora, hazlo. Coquetea, pequeño aprendiz ─Haru se cruzó de brazos.
 
─ ¿Por qué todo para ti es coquetear? ─el pelirrojo se encogió de hombros.
 
─Me parece divertido. Eso es todo... ¿No lo harás? ─el menor no se inmutó─ Bien, demostración.
 
Haru no quería una demostración. Intentó impedirlo, pero Rin ya comenzaba a observar a Sousuke con un brillo encantador en su mirada. Su mejor amigo tragó en seco.
 
─Sousuke ─murmuró el pelirrojo─, sé que eres mi mejor amigo, pero... Ya sabes, tú no te sientes como solo un amigo para mí. Eres más bien... Yo por tí...
 
─Oh, entiendo ─exclamó el otro. Las cosas sucedieron muy rápido, Haru no pudo detenerlo... Ni siquiera lo comprendió.
 
De un momento a otro, Sousuke se había abalanzado sobre Rin y estaba besándolo. El pelirrojo abrió los ojos con sorpresa y lo empujó.
 
─ ¿¡Qué demonios...!?
 
─Estabas declarándote.
 
─Sigo ─Haru se sentó a un lado de Rin y lo obligó a mirarlo─. Te amo, Rin─ cuando intentó besarlo, Rin ya le había tapado la cara con una mano. Fruncía el ceño y parecía gruñir. Se levantó enojado y fulminó a ambos pelinegros con la mirada.
 
─No sé qué demonios ocurre con ustedes dos. Pero no me metan en sus peleas ─señaló a Sousuke─. No vuelvas a besarme.
 
─Rin...
 
─Y tú ─señaló a Haru antes de golpear su cabeza con la palma de la mano─ ¿Qué clase de declaración es esa? ¡Jamás podría enamorarme de algo así! Yo intento ser romántico y ustedes, idiotas, lo impiden. Arreglen sus cosas y después vuelvo.
 
La puerta se cerró fuertemente. Rin suspiró y salió del edificio. Su corazón latía fuertemente y sus mejillas tomaban un tono rosado. Él sí se había enamorado de esa declaración.
 
Sousuke y Haru se miraban con odio. El más grande no soportaba la presencia del otro, pues desestabilizaba a Rin y hacía que su atención se desviara.
 
Por su lado, Haruka se levantó y salió de la habitación, dispuesto a perseguir al pelirrojo que iba a encontrarle al amor de su vida.
 
Lo más molesto de la situación, para Haru, era que Sousuke se negaba a dejarlos a solas. Él no quería un mal trío. Deseaba con toda su alma que aquél pelinegro fortachón se cayese en algún pozo y él pudiese seguir ensayando con Rin.
 
Sonrió internamente ante el pensamiento negativo.
 
Vaya que el pelirrojo despertaba sensaciones en él. De un momento a otro, sus pasos se convirtieron en leves saltos. Y entonces ya no caminaba tranquilamente en busca de Rin. Se había vuelto una carrera.
 
La rapidez de Haru en la tierra no era tanta como en el agua. Lo había descubierto hacía mucho, cuando cayó en la cuenta de que para Rin el agua y la tierra eran igual de fáciles y él, en un intento inconsciente de ser igual, había tratado imitándolo.
 
Sí, Haru era rápido. Pero no lo suficiente. Sousuke ya estaba varios metros delante cuando anteriormente los había estado detrás. Pero no encontraban a Rin.
 
Una tregua silenciosa fue creada. Caminaron juntos por la Academia hasta que encontraron a Momo, quién los miró con burla y señaló la entrada.
 
─Matsuoka-senpai dijo, "si te preguntan, diles que se jodan. Me voy al centro de Iwatobi por un café". Creo que él los considera algo así como perritos fieles. Demasiado predecibles─ afirmó el pelirrojo con sorna.
 
Ignoraron el comentario y reanudaron la carrera. No había pasado mucho tiempo, así que Rin quizá aún estaba en la parada del metro. La adrenalina inundó a Haru. Por alguna razón sentía que, si Sousuke llegaba primero, no era la carrera lo único que perdería. Sus pasos se hicieron más rápidos.
 
He ahí la ventaja de ser más ligero.
 
Primero fue un metro, luego dos hasta llegar a tres y el chico agua obtuvo la delantera.
 
¿A quién le importaba que aquello fuera ridículo?
 
Al llegar a la estación, sus hombros cayeron hacia abajo y se sintió frustrado. El tren acababa de partir. Se sentó en una banca y tranquilizó su respiración. La indiferencia en su rostro molestó a Sousuke, quien se sentó a dos bancas lejos de él.
 
Rin sonrió ampliamente, con diversión. Observó a ambos pelinegros fulminándose con la mirada. Una parte de él odiaba que no pudieran llevarse bien, pero a la otra le encantaba presenciar la competencia de miradas discretas en la que ambos se sumergían.
 
Los había visto correr desde el andén y, en vez de abordar el tren hacia el centro de Iwatobi, se había escondido dentro de una tienda de snacks para observarlos.
 
Cuando llegó el tren, Rin esperó a que ambos subieran para abordar en el vagón continuo.
 
Podía divertirle, pero no lo entendía.
 
Se preguntaba por qué Haru y Sousuke peleaban constantemente en su presencia ¿Por qué ambos corrían a por él? Pasó de la diversión a la frustración, ¿Por qué tanta pelea? Quizá debería alejarse de ellos por ese día. Tenía suficiente de verlos odiándose.
 
Bajó en la siguiente estación y se puso la capucha para caminar fuera del andén.
 
La suerte no estaba de su lado, pues cuando al fin pudo tener un café en sus manos y sentarse en uno de los sofás del café más conocido de Iwatobi, dos pelinegros hicieron sonar la campanilla de la entrada. Sí, Rin había sido un tonto al escoger un lugar conocido como escondite. Pero ellos lo habían sido más, pues, después de recorrer varias cuadras, habían recordado la cafetería favorita del chico al que seguían.
 
Se sentaron a cada lado de Rin, apretándolo. El pelirrojo se encogió en su lugar, con una mueca de fastidio en el rostro. Estaban llamando la atención y esa no era la manera en que le gustaba hacerlo. Por alguna extraña razón, sentía que su libertad estaba siendo tomada, como si se extinguiera cada vez que los pelinegros se pegaban más a él.
 
─ ¿Qué demonios creen que hacen?
 
Haru se encogió de hombros. No hacía nada, en realidad. Solo debía impedir que Sousuke ganara cualquier cosa no estipulada en su contrato silencioso. Es decir, era puro orgullo y dignidad. Pero en esa ocasión, se sentía como si fuese algo más. Algo más con una mirada tan roja como el rubí y tan cortante como sus afilados dientes.
 
Cuando Rin intentó huir a un sillón individual, fue detenido por ambos chicos. Su mirada de derrota fue la bandera verde para que ambos pelinegros se fulminaran con la mirada, culpándose el uno al otro.
 
─Esto es tan patético ─se lamentó Rin─. Creí haberles dicho que me dejaran fuera de esto. No soy ninguna especie de escudo.
 
"Nadie dijo que peleáramos por un escudo", pensó Haruka.
 
─Eres el único por quién no mato a Nanase. Sé que llorarías.
 
─Eso no es divertido, Sou ─masculló Rin─. Al menos podrían apartarse un poco, mi café se enfría y no puedo beberlo si están poniéndoseme encima.
 
─Lo haré si Sousuke lo hace ─musitó el ojiazul con indiferencia.
 
─Yo no lo haré si Nanase no lo hace primero.
 
─Si no se apartan voy a ahorcarlos...
 
Haru sonrió internamente. Rin siempre sería tan irritable, pero nunca le haría daño a alguno de ellos. Suspiró discretamente y lo miró de reojo, observando como el pelirrojo intentaba beber su café sin derramarlo ni quemarse. Su corazón dio un vuelco. Quizá, y solo quizá, no estaba enfermo realmente.
 
~~~
 
Si había algo que Nagisa no entendía, era a los tres chicos que caminaban frente a él. Era extraño el aura que emanaban y las actitudes que tomaban. Rin tenía a un pelinegro a cada lado, uno más grande que el otro, y caminaba incómodo.
 
Sonrió con diversión. Puede que el pelirrojo no se diese cuenta, pero Rei y él habían captado la situación de inmediato. Lo que no entendía era porqué el ojicarmín no se daba por enterado.
 
Rin empujó a los chicos por enésima vez y estos actuaron como un resorte, pegándose a él nuevamente. Nagisa estaba aguantando una risa, observó a Rei y a Makoto y sonrió ampliamente.
 
─Pobre Rin-chan ─dijo burlón.
 
─No puedo creer que Haruka-senpai esté metido en algo así ─exclamó Rei─. No pensé que él por Rin-san...
 
─Estoy seguro de que lo hace de forma inconsciente ─aclaró Makoto, suspirando─. Pero no puedo negar que me sorprende que las peleas con Sousuke llegasen a tal.
 
─Desde hace semanas está así... Ahora siempre está con Rin-chan ─afirmó Nagisa─. Tal vez sea porque Mako-chan siempre está en el club con los niños...
 
─Eh... Sí... Tal vez ─el castaño miró al piso, sintiéndose incómodo de pronto.
 
─ ¡Maldita sea, déjenme fuera de sus estúpidas peleas! ─bramó Rin deteniéndose frente a ellos y dando media vuelta para alejarse─ Nagisa...
 
─Rin-chan ─el rubio sonrió y se hizo a un lado, para colocar el pelirrojo entre él y Rei─, no te preocupes, nosotros protegeremos tu trasero ─el aludido lo observó atentamente, ¿acaso alguien quería hacerle daño?
 
─ ¿A qué te refieres? ─preguntó extrañado. Nagisa lo ignoró y siguió caminando─ Rei, dime a que se refiere, ¿protegerme de qué?
 
─Bueno ─el peliazul carraspeó y volteó hacia otra parte, sonrojándose ligeramente─, sabes que Nagisa-kun siempre dice cosas raras... Yo... no sé a qué se refiere ─Rin volteó hacia su última esperanza. Makoto suspiró y sonrió amablemente.
 
─Tal vez lo averigüemos pronto.
 
 
Haru y Sousuke se fulminaban con la mirada mientras caminaban lentamente. Rin había huido y ambos se pasaban la culpa. El menor chistó suavemente y volteó el rostro, Sousuke no era digno de molestarle.

 

─Creí que te había dicho que te alejaras de él ─masculló de pronto. Haru lo miró con indiferencia.
 
─No me interesa ─respondió frío.
 
─Siempre te entrometes en el camino de Rin. Tienes que dejarlo en paz. Solo vas a estancarlo. Rin merece cumplir sus sueños.
 
─Yo no voy a...
 
─Rin jamás amaría a alguien como tú ─sentenció. El corazón de Haru dio un vuelco, haciendo que sintiera opresión en el pecho─. Aléjate.
 
─Yo no quiero que me ame... Yo solo...
 
─Cállate. Simplemente quédate en silencio igual que siempre y aléjate de él, Nanase. Solo lo harás sufrir.
 
─No tienes derecho a decir eso. Tú no sabes nada sobre mí... ─Sousuke sonrió.
 
─Pero sé todo sobre Rin.
 
Haru se quedó en silencio. En realidad, no sabía por qué aquello le molestaba. Se colocó a un lado de Makoto y soltó un pequeño suspiro.
 
Se suponía que Rin lo ayudaría a enamorarse pronto, pero Haru no progresaría si Sousuke seguía rondándolo. El ojiazul quería su tiempo a solas con el pelirrojo.
 
Solo Rin y él.
 
Sin Sousuke, sin Makoto, sin Nagisa, sin Rei y sin Gou. Pateó una piedra y miró el cielo. Ya quería que el momento llegara.
 
Por su parte, Rin se sentía confuso. Sus pensamientos lo atormentaban. No sabía lo que pasaba con sus dos mejores amigos y no entendía el odio que se tenían. No hallaba una explicación razonable. Suspiró y siguió caminando.
 
Se dirigían al centro comercial, de nuevo, esta vez acompañados por Tachibana. Al pelirrojo no le agradaba mucho eso. No era que odiase al castaño, era solo que sabía que Haru lo preferiría a Makoto y no a él. Suspiró y caminó hacia Sousuke. Siempre había sido así, por lo que Rin no entendía por qué intentaba que eso cambiase.
 
─No seré tu carrito de carga ─exclamó el pelinegro al sentir a su amigo a un lado─. La última vez mis brazos me dolieron... a pesar de que estoy en forma.
 
─Bueno, es tu culpa por ofrecerte a acompañarme aún sabiendo que amo las compras.
 
─En ello eres peor que una chica ─se burló el mayor.
 
─Eso no es del todo cierto...
 
─Oh, vamos, sabes que lo es ─lo abrazó por la cintura y despeinó su cabello. Rin empujó su mano, sonriendo.
 
─Insisto en que no ─Respondió. El pelinegro no dejó de abrazarlo, Rin no se quejó.
 
─Sobre todo cuando te haces la coletita ─le acarició el cabello. Nagisa sonrió.
 
─Sou-chan lleva la delantera ─musitó. Rin volteó y enarcó una ceja.
 
─ ¿En qué?
 
─En nada ─interrumpió el pelinegro─. Tus amigos son algo paranoicos.
 
 
*
 
─ ¿Te gusta este? ─Haru ladeó la cabeza y asintió. Sí, se veía bien en él, pero no comprendía...
 
─ ¿Para qué quieres un gorro, Rin? ─el pelirrojo se encogió de hombros.
 
─El que tenía lo perdí. Así que busco uno nuevo y mejor.
 
─ ¿Y los lentes? Tu no usas aumento ─Rin sonrió y se los quitó.
 
─Quería ver cómo me quedaban. Vi un chaleco allá...
 
─Tienes muchos chalecos ya, Rin ─Haru observó las bolsas que tenía en brazos─. Zapatos, camisas, chaquetas, accesorios... ¿Qué más vas a comprar? ─se quejó Haru.
 
─Un gorro ─Rin lo miró con indiferencia─. Puedo comprar solo, si quieres ir a divertirte con Makoto. No te obligaré a cargar mis cosas.
 
─Me ofrecí.
 
─Bueno, no entiendo por qué. Ni siquiera Sousuke se ofrece a ello─ el pelinegro, ofendido, volteó hacia otro lado. Ahí estaba otra vez, el tono feliz del pelirrojo mientras hablaba de su amigo con orgullo.
 
─No soy Sousuke ─masculló para sí mismo. Rin se encogió de hombros.
 
─No dije que lo fueras. No te sientes como un Sousuke para mí ─Rin pagó el gorro y se lo acomodó. Los mechones de su cabellera rojiza se escondieron casi por completo, pero aún había algunos esparcidos por su rostro. Haru había hecho bien en apoyar aquél pedazo de tela. Le gustaba como le quedaba. Sacudió la cabeza ligeramente mientras Rin tomaba las bolsas de uno de sus brazos y las llevaba él mismo.
 
─ ¿A qué te refieres con eso?
 
─ ¿Eh? ─Rin lo observó con curiosidad ─ ¿De qué hablas?
 
─Sentirse como un Sousuke.
 
─Pues... Sousuke se siente como... más que un amigo ─murmuró. Sí, en definitiva era así. Sousuke le parecía como un hermano sobreprotector, pero no se atrevía a decir eso en voz alta.
 
─Ah ─Haru desvió la mirada con una sensación amarga asentándose en la base de su estómago.
 
¿Entonces Sousuke de verdad era algo más para él? Apretó las bolsas. Ni siquiera sabía porque se sentía tan decepcionado.
 
─Los demás deben estar en el restaurante. Vamos, Haru ─la sonrisa que el pelirrojo le dedicó en ese instante, le pareció divertida y adorable.
 
A Haru le pareció la más linda que había visto.
 
Y fue por ello que entendió. El pelirrojo no merecía a Sousuke. Porque Rin era para él.

Notas finales:

¡Gracias por todos sus reviews! Me agrada que les guste la historia. Nos vemos en la próxima actualización.


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