Para Albus habían dos opciones, la primera reírse de la cara que había colocado su amigo, para él era demasiado interesante, por una vez en su vida no se emocionaban, ni lo acosaban para buscarle información, Scorpius estaba completamente pálido, y bueno la segunda opción solo sería tranquilizar al pobre chico que comenzaba a temblar.
Se tragó sus ganas de reírse y luego respiro profundo, tranquilizarlo, esa era la mejor opción, Albus miro algo burlón a Malfoy menor, solo saco un pequeño estuche donde llevaba unas cuantas grajeas de todos los sabores, le ofreció una.
-Solo es una grajea, no te voy a atacar ni nada parecido –dijo divertido Albus.
Scorpius dirigió su pedida mano al pequeño estuve cogió una naranja y se la llevo a la boca.
-Calabaza… -dijo algo tímido.
Albus se llevó una a la boca y luego dio un largo suspiro.
-Lodo –dijo divertido.
Los dos comenzaron a reírse, sin preocupaciones, comieron unas cuantas, hasta que se terminaron en la pequeña caja, el tren comenzó a disminuir su velocidad, eso solo significaba que pronto llegarían a Hogwarts, Albus dio un brinco de su asiento y se despidió de Scorpius.
-Nos vemos pronto, tengo que cambiarme –dijo alegre
Albus se apresuró a llegar a su vagón, tratando de pasar desapercibido, luchando contra las multitudes y los prefectos que salían para acomodar a los de primer año, llego algo retrasado a su vagón, su hermano y su prima ya llevaban la túnica de Hogwarts, James lo miro burlón, mientras Rose terminaba de leer su grueso libro, se acercó a su equipaje, rápidamente se alisto y miro a su lechuza, era totalmente blanca, como la que tenía su padre, el la llamo Romian, una hermosa lechuza macho, cogía su jaula, mientras los prefectos les indicaban a los de primer año que salieran por la tercera puerta, Albus miro a su hermano.
-Nos vemos en el gran comedor –dijo burlón James- Más vale no deshonrar a la familia si sales un Slytherin.
Albus lo miro enfadado, sus nervios comenzaban a invadirlo de nuevo, ¿y si realmente es un Slytherin? Miles de veces preferiría estar en Hufflepuff, eso sería lo mejor, preferiría ser un inútil Hufflepuff a una serpiente de Slytherin.
Malfoy, estará en Slytherin…
Eso le recordó una pequeña vocecita en su interior, si eso sería lo más probables, todos los Malfoy era los príncipes de Slytherin, sintió algo de alivio, al menso si terminaba en Slytherin estaría junto a Scorpius, sin evitarlo dio una pequeña sonrisa.
-Ya no me interesa en casa estoy –dijo seguro Albus a su hermanso James –Despues de todo, lo que me hace diferente es lo que yo decida, no en que casa esté.
Albus salio con un sentimiento de triunfo al dejar a su hermano callado, miro a su alrededor y pudo divisar una cabellera casi plateada.
-¡Scorpius! –grito Albus.
Scorpius lo saludo con su mano, al cabo de unos instantes ya estaban los dos saludándose nuevamente, mientras que el tren de Hogwarts, se detenía por completo, salieron del tren y escucharon una voz poderosa.
-¡Los de primer año! –dijo un semi-gigante.
Albus sabía que era su tío Hagrid, estaba algo más viejo, pero seguía teniendo ese rostro bonachón, Albus apresuro a su nuevo amigo Scorpius y saludo a su tío Hagrid.
-¡Tío Hagrid! –dijo Albus emocionado.
-Albus. Mi niño –dijo Hagrid mientras lo alzaba y lo colocaba en sus hombros -¿Tu primer año?
Albus asintió, le dijo que lo bajara, miro a Scorpius que lo veía impresionado.
-Tío… Este es Scorpius Malfoy –dijo amablemente Albus.
Habrid lo observo algo inquieto, luego le dio una dulce sonrisa.
-¡Bienvenido a Hogwarts! –Dijo finalmente Hagrid -¿Cómo se encuentra tu familia?
Scorpius se quedó callado, mientras daba una pequeña sonrisita.
-Bastante bien…
Hagrid le dio una dulce sonrisa, mientras comenzaba a gritar de nuevo ¡LOS DE PRIMER AÑO! Scorpius y Albus se mantuvieron cerca de Hagrid.
-¡Vamos a los botes!
Los de primer años estaban asustados, le temblaban las rodillas y Albus no era la excepción, podía sentir su estómago en la garganta y maldijo internamente las grajeas, se subio a un bote junto a otros dos compañeros, se saludaron.
-Soy Habini Wadlow –dijo un chico con cabello castaño y ojos ambares
-Yo André Volkov –dijo un chico con un fuerte acento ruso, sus ojos eran de un profundo azul y su cabello era rojo
-Scorpius Malfoy –dijo el rubio algo timido.
Los chicos lo miraron algo incomodos pero luego le tendieron la mano, todos miraron a Albus esperando que se presentara.
-Albus… Potter –dijo casi en un susurro para que no lo escucharon.
André y Habini soltaron un grito ahogado, se acercaron más a él.
-¿Eres hijo de Harry Potter? – Pregunto ansioso André.
Albus se sintió incómodo y solo asintió un poco con la cabeza, pensaban que irían a llegar más preguntas pero luego se dirigieron dónde estaba Scorpius.
-y tu ¡Un Malfoy! –Dijo sorprendido Habini.
-Si –dijo seguro Scorpius.
Los dos muchachos se miraron y luego comenzaron a reírse, asustando a Scorpius y a Albus.
-¿Quién lo diría? –Dijo Habini –Los enemigos jurados en versión miniatura, ¡compartiendo un barco!
-Mi padre no tiene nada en contra de los Malfoy –dijo seguro Albus.
-El mío tampoco tiene algo en contra de los Potter –le apoyo Scorpius.
-¡Tal vez no ahora! –Dijo André –Mi padre siempre me cuenta como sus padres se veían y comenzaban a echar maldiciones.
Scorpius miro a Albus, ¡Su padre nunca le conto nada de eso! Albus si sabía a la perfección lo mal que se llevaban los Malfoy y bueno… con cualquier sangre mestiza o sucia, pero ahora, si mal no recuerda hace poco se vieron y se saludaron como si fueran amigos de toda la vida, ¡Había salido en El Profeta!
-Los tiempos cambian… al igual que las personas –dijo serio Scorpius.
-¡Claro que si hombre! –Soltó Habini –Ahora son grandes amigos.
Luego de eso, comenzaron a escucharse “Ahhhhh” y “Ohhhhh” los muchachos vieron, ya se veía el imponente castillo de Hogwarts, Albus sintió una punzada en cerca al corazón, pronto seria la Selección, miro a Scorpius, su mirada seria y casi felina le decía que al parecer el también estaba pensando en eso.
-¡Llegamos! –Anuncio la potente voz de Hagrid.
Las balsas pararon en un pequeño puerto y los de primer años comenzaron a bajar, todos se veían pálidos, como si los llevaran a Azkaban, Albus miro a su lado, Scorpius, no parecía estar nervioso, más bien algo feliz, no estaba pálido y sostenía una mirada completamente serena, pero felina.
Las gigantes puertas del castillo se abrieron, dando a ver a una bruja, algo bajita pero con una cara redonda, su túnica era de tela escocesa color roja.
-¡Bienvenidos a Hogwarts! –Dijo con voz potente –Soy Aileen Becher.
Los chicos de primero entraron al vestíbulo asustados, al mandato de la profesora Aileen, esta les dio una cálida sonrisa y los organizo en dos filas, una de niñas y otra de niños, y comenzaron a caminar hasta llegar a las puertas del Gran Comedor, al parecer uno que otro (incluyendo a Albus) pareciera como si fuera a vomitar o desmayar, mientras que el único que parecía permanecer sereno era Scorpius, la profesora Aileen abrió las puertas, haciendo pasar a todos los de primer año, el Gran Comedor, estaba tan glorioso como siempre, con sus largas cuatro mesas, llenas de estudiantes, y arriba de cada mesa estaba el animal de su casa junto a su nombre, las velas que flotaban por el aire y su techo tan alto que parecía tener estampado el clima de esa noche.
La profesora Aileen coloco encima de una butaca un sombrero en punta, desgastado y remendado, dio una rasgadura para comenzar a cantar, Albus no coloco cuidado a lo que decía solo podía escuchar a lo lejos, unas cuantas palabras… nada mas, el Gran Comedor estallo en aplausos sacando a Albus de su ensueño, la profesora Aileen, se paro al lado del sombrero seleccionador y saco un gran pergamino.
-¡Cuando escuchen su nombre pasen adelante!
Se escucho la respiración agitada de los de primer año, comenzaron a llamar uno a uno, Albus solo escucho unos cuantos nombres, realmente no le importaba demasiado.
-Scorpius Malfoy –dijo la profesora Aileen.
Scorpius, permanecía tan sereno como siempre, pero Albus pudo ver como se apretaba fuertemente el puño hasta dejar sus nudillos blancos, la profesora Aileen coloco en sombrero en la cabeza de Scopius, el silencio se hizo en el Gran Comedor, se estaba demorando demasiado en dar el veredicto el sombrero Seleccionador.
-Difícil decisión –dijo el Sombrero –Que mente tan espectacular…
Todos se quedaron en silencio, esperando el veredicto del sombrero…
-¡GRYFFINDOR! –grito emocionado el sombrero.
Todo se quedó en silencio, nadie lo podía creer, hasta los profesores tardaron en asimilarlo un poco, hasta que la directopra McGonagall comenzó a aplaudir efusivamente y el resto del colegio la siguió, Scorpius bajo del asiento con su mirada timida y algo sonrojado.
¡Un Malfoy en Gryffindor! Y yo quejándome de quedar en Slytherin.
En la mesa de Gryffindor se hizo un completo revuelo todos se acercaban a Scorpius a darle la bienvenida, mientras que algunos de los de Slytherin no procesaban al noticia, al igual que muchos de los de primero.
La lista siguió hasta llegar a Adrianne Payne, ella era una Hufflepuff.
-Albus Severus Potter –dijo la profesora.
Albus dio un suspiro.