-¿Que carajos te paso Al? -Dijo alarmada Rose viendo como me golpeaba yo mismo.
-Me estoy castigando -susurre desanimado -Eres un idiota, un total idiota Albus.
-¡Deja de pegarte! -dijo Rose agarrando mis brazos -Ahora cálmate y dime que sucedió.
-Soy un completo idiota Rose.
Me miró sin entender y luego caí encima de ella quejandome de mi idiotez. Estábamos en la Madriguera, pues aunque hubiera querido quedarme en la mansión Malfoy no tendría las agallas de ver a la cara a Scorpius... ¡Idiota! Si al menos vas a tener tanto arrepentimiento lo hubieras besado, más culpa pero duraría lo mismo... Pero no, como soy un idiota tenía que tener moralidad y la sociedad dice que está mal hacer cosas sin consentimiento, yo y mi maldita moral, ¡Lo hubiera besado! Un simple beso no arruina nada... bueno no tanto.
-Albus -dijo Rose cansada -Quítate de encima.
-Golpéame -dije mostrándole mi mejilla izquierda -Fuerte, sin compasión.
-¿Que te sucede estás así desde el funeral? ¿No dijiste que? No me digas -dijo sorprendida -¡Albus que le hiciste a Scorpius!
- ¡Nada! -dije con lamento.
-¿Nada? -dijo sin comprender -Entonces porque estas tan fuera de ti.
-¡Por eso mismo! -dije exasperado -¡No hice nada!
-¿Te dijo que hicieras algo? -susurro sorprendida.
- No es eso -dije cansado, me tire encima de la gran alfombra del cuarto de Rose -Es que... Scorpius me hizo una escena.
- ¿De celos? -dijo sorprendida.
- ¡Si! -dije emocionado -Me reclamo absolutamente todo... hasta el hecho de que Nathan ya no comiera postre de calabaza.
- ¿Que?
-Exacto -dije sentándome de nuevo -El seguía cacareando de lo idiota que soy, quejándose del hecho que lo dejara y culpandome por todo lo que pasaba.
- Una escena de celos completa -dijo Rose con tono serio -¿Entonces?
- Pues yo estaba con mi cara de "Scorpius es lo mejor de esta vida" y luego comienza a decir que le debo decir absolutamente todo... Que él debía ser la primera persona en saber absolutamente todo.
- Wow
- Y yo con mi cara de idiota enamorado y mi cerebro de vacaciones le pregunté las cosas que debía de decirle.
- Y le preguntaste "¿Hasta quien me gusta?"y soltaste todo como la lora que eres, dedicando amor eterno -dijo haciendo movimiento principescos tomo mi mano y la beso -"oh, Scorpius, ¡Te amo! Solo haz sido tu quien he visto, solo puedo quererte a ti mi unico amor"
Reí ante la torpe mímica de Rose y solté mi mano.
- Claro que no -dije parandome -Fue mas como "Eres todo para mi, mi cielo, mis estrellas, mi luna. yo sin ti no podria vivir. Pareces mi único motor, te traería las estrellas solo por una sonrisa tuya... Así que Scorpius, eres tú y solamente tú a quien amo"
Ella rió y se desmayó falsamente en mis brazos.
- Bésame -dijo con voz dramática -Bésame hasta que estemos por siempre conectados.
- Solo te amo a ti -dije haciendo una exagerada boca de pato.
- Les recuerdo que en esta familia no va el incesto -dijo divertido James -Por muy primos que sean.
- ¡Amor! Nos han descubierto -dijo Rose con amargura -Pero no importa, nadie podra separarnos.
- Así es -dije mientras la acunaba en mi pecho -Sorteare cualquier peligro para poder estar junto a ti... Mi amor.
- ¡Inaudito! -dijo mi hermano siguiendonos el juego -¿Cómo te atreves? Ella no te pertenece... ¡Porque ella me ama solo a mi!
Respire lastimado.
-¿Por qué? -dije aferrándome a ella -¡Solo te amo a ti Rigoberta!
- Nuestro amor nunca podrá existir Eduardo Antonio de Los siete Rosarios -dijo con tono dramático -Pero tu hermano... ¡Si es él! El puede no bajar las estrellas... bajara galaxias para ver mi sonrisa.
- Así es amada mía -dijo James tomándola de la cintura -Yo, Darien del Salvador de Los siete Rosarios con mi palabra de hombre, proteger a la siempre hermosa Rigoberta. La amaré y protegeré hasta que el fuego eterno se extinga.
Comencé a aplaudir efusivamente, tome mi varita y comenzó a conjurar flores y confeti, James tomó a Rose y le dio un sonoro beso en la mejilla.
-Serás la mujer más feliz Rigoberta -dijo mi hermano haciendo una cara graciosa.
- Lo seré si estoy junto a ti Darién del Salvador.
Nox
Lumus
James y Rose comenzaron a hacer reverencias y agradecer, mientras yo aplaudía efusivamente. Luego todos comenzamos a reírnos y James se sentó en la alfombra.
- ¿Como es Durmstrang? -dijo curioso.
- Creo que ya tuvimos esta conversación James -dije divertido.
- Decir "Frío" no es una descripción en su totalidad -dijo jugando distraídamente con su varita.
- Entonces -dije seriamente -Es jodidamente frío, son estrictos, siempre nieva, nos hacen pruebas de supervivencia. Casi muero congelado más de una vez, y las chicas son muy fuertes... pero si ganas la admiración de una, estas condenado.
- ¿Quien es el populacho de Durmstrang? -dijo mi hermano con voz de bebé y acariciandome cual perro -¿Quien beso norteñas hasta que sus labios quedaran rojos?
- Yo -dije tranquilamente.
James se detuvo y me miró como un desconocido.
-¡Rose! -dijo asustado -Mi hermanito, el que se azoraba con el nombre de amor se ha vuelto un hombre indecente.
- ¡Oye! -dije enfadado -No me vengas a decir que no besaste a alguien.
- Es diferente -dijo con falsa seriedad -Porque todo el mundo lo espera de mi. Es decir, soy James Sirius, el abuelo y el tío eran todos unos rompecorazones.
- Y tu eres la copia barata de ellos -dije con gracia.
-Touché -apunto mi prima.
- No me vengas con esos cuentos Rose Mary -dijo divertido James -Veras Al, esta chica con cara de santurrona, se carga tremendo grupo de fans.
- ¿Que? -dije divertido.
- Ya oíste -susurro James -Por razones desconocidas, Rose es una chica muy cotizada.
La observe detenidamente, sus facciones algo afiladas, sus enormes ojos con pestañas tupidas y un poco encrespadas, buen pecho, una cintura pequeña y una cadera algo ancha.
La levante divertido y le di una nalgada.
-¡Albus! -dijo escandalizada.
-Albus lo aprueba -dijo James divertido.
Asentí y levanté mi pulgar dando una pequeña sonrisa, me gane un golpe en el brazo de Rose y ella se volvió a sentar.
- Ahora que lo pienso -dije pensativo -Ustedes que hacen aquí, quiero decir, aun hay clases.
- Bueno si -dijo James desinteresado -Pero luego de que casi te matan nos mandaron a todos a casa. Bueno a la familia, es solo que estan asustado de que fuera un atentado contra la "segunda generación". Eso dice el Ministerio.
- La tía Hemiones -dijimos al tiempo James y yo.
- Sí -dijo Rose divertida -Su querido sobrino está en peligro de muerte... entonces dijo que sus hijos y otros sobrinos tambien lo podrian estar... pero no hizo nada. Fue el Jefe de los Aurores que decidió que era mejor resguardados hasta que investigan lo suficiente.
- Las conexiones y privilegios que tienes por ser pariente de la Ministra de Magia -dijo James aburrido.
- Molestan con eso -dije curioso.
-Pues a mi por que estan seguros que entrare a el Ministerio o a los Aurores y tendrás más privilegios.
- Y a mi por las notas -dijo Rose con algo de resentimiento -Que sea más inteligente que esas estúpidas no tiene nada que ver con la posición de mamá.
- Los dilemas que no tuve que pasar demasiado... -dije sonriendo -Pues solo vivi la parte de felicitación de que mi tía sea la Ministra y no el trago amargo de la envidia.
- Huiste -dijo con odio James -¡Huiste mientras yo me ahogaba en popularidad!
- Lo siento -dije con gracia -No podía vivir a tu sombra.
Reímos un poco y luego la abuela Molly nos llamó a comer. Poco a poco me integraba a la vida diaria de la familia.
***
- ¡Eres un adicto al ejercicio Albus! -dijo Rose gritándome desde la ventana de la Madriguera.
Le sonreí mientras seguía haciendo flexiones de brazos, al poco rato escuche los pasos acercandose a mi.
- ¿Como te puedes levantar tan terriblemente temprano? -dijo Rose sentándose en una roca cercana.
- Hábito -dije mientras hacia unas barras -Además debo estar en forma para los pruebas, se me da mal entrenar solo pero si no lo hago con seguridad reprobare los exámenes.
- Tanto necesitas resistencia física -dijo mientras bostezaba.
- Pues se supone que este año meten todas las cosas en un solo examen, no se cuanto dura. Pero debo estar preparado al menos para tres semanas de colocar mi mente y cuerpo al extremo.
- Son unos sádicos -dijo Rose mirando como entrenaba -Creo que puedes pasarlo, ¿no eres el mejor de tu curso?
-Pues si -dije algo agitado -Pero eso no me asegura pasar los exámenes.
- ¿Cuando los programaste? -susurro ella con voz adormilada.
-En seis semanas -dije estirando un poco mis músculos -Era lo máximo que me permitían.
- Nosotros también presentamos en ese periodo de tiempo -dijo aburrida -Me voy, debo comenzar a estudiar... También deberías estudiar lo teórico.
-Lo hago -dije mirando como el sol se asomaba por la colina -Antes de dormirse, al despertar y cuando estas ocupada estudiando.
- No asimilo el hecho de que estudies mas que yo Albus -dijo algo orgullosa.
- Pues yo no asimilo que tengas tremendo pecho.
- ¡Idiota! -dijo avergonzada mientras caminaba regreso a la madriguera.
Sonreí complacido y comencé a correr por el bosque cercano de la casa... Veamos, son más o menos las seis de la mañana... Así que aún faltan unas tres horas para que todos estén despiertos. Comencé a internarme más en el bosque. Definitivamente me agradaba estar en un ambiente natural, comí unas cuantas nueces amargas y seguí mi camino. Si volvia a Hogwarts debía conseguir un permiso para poder estar en el bosque prohibido para poder entrenar.
***
- ¿Dónde estabas metido hijo? -dijo mi madre preocupado.
-Ejercicio matutino -dije mientras secaba mi cabello luego de una ducha.
- Espartano -dijo Rose -Está levantado desde las cuatro de la mañana.
- ¡Cuatro! -dijo mi madre comiendo rápidamente -No debes presionarte tanto.
-Diria mas bien que estoy oxidado -dije estirando mis musculo -Trygven se decepcionada al ver mi estado físico actual.
- ¿Por qué? -dijo James adormilado.
-Pues ya no reconozco dos plantas, tengo que estudiarlas un poco para que no se me olvide sus diferencias -dije sacando dos hojas, mi hermano las observo detalladamente y luego bufo.
- Son iguales Albus -dijo como si estuviera loco.
- No, una te puede proveer de nutrientes necesarios para sobrevivir en invierno, la mayoría de los animales están invernando, no hay plantas suficientes. Pero esta hermosura -dije mostrando la de mi mano derecha -Te evita una muerte por inanición. En cambio está -mostré la otra hoja -Tiene un potente tóxico, no te mata, pero te provoca vómito, diarrea y alucinaciones. En momentos de poco alimento, medicina, o cualquier tipo de elemento para superviviencia te puede matar un simple vómito.
Me miraron algo extraños y guarde cuidadosamente mis preciadas hojas, me sente y comence a practicar mis hechizos no verbales, luego del ataque de Gil, me di cuenta de lo ignorante que aun soy. él ya puede hacer maldiciones, algo demasiado difícil para un mago cualquiera, mientras yo lucho con un simple Accio para que el frasco de la sal venga hacia mi.
La abuela Molly sirvió la comida para nosotros, solo nos encontrábamos los hijos, ya que los adultos habían salido a trabajar. Miré a Lily que ya estaba bastante grande y acaricie suavemente el cabello. Ella sonrio y comenzo a preguntar sobre lo que había vivido en Durmstrang. Al terminar el desayuno me acerque a ella y le pregunte por la mensajería.
- Pues no se Al -dijo extrañada -Están en la mesa de la lechucería como siempre.
Malditas costumbres, en Durmstrang siempre preguntaba a alguien por la mensajería. Acostumbrate, ya nadie revisa tu correo y te da fechas específicas para poder escribir. Me dirgi a la lechucería y vi el gran arrume de cartas que había en una mesa... ¡Merlin! Así como encontrarás lo que necesitas, tome todas las cartas y paquetes y los deje en el piso, tome la mesa que obviamente era muy pequeña.
-Engorgio.
Cuando estaba de un tamaño aceptable tome escribí en la mesa los nombres de todos y comencé a organizar. Ese pequeño trabajo me tomo al menos dos horas. Cuando termine mire satisfecho la ordenada mesa, colque otra a su lado para que las lechuzas dejaran ahí las cartas y no arruinaran mi hermoso trabajo. Mire el montoncito que había en mi nombre, respire nervioso. Había una carta de Scorpius que había atrasado por estar limpiando la mesa. Me dirgi nervioso a la habitación, deje las cartas encima de la cama y luego observe la dimita mancha que tenía el cubrelecho.
-Tambien deberia limpiar el cuarto -dije mientras dejaba las cartas en una mesita y me dispuse a lavar mis cobijas.
Pase el resto del dia, limpiando es su totalidad mi cuarto, sacudi el colchón, lave perfectamente mis cobijas, limpie el piso y las paredes, llegue hasta el punto de pintar la pared de un suave beige, cambie el color de las cobijas quitando esa sensación de gastado y rearme la habitación, utilice unas cuantas cosas que me encontraba para hacerla mas comoda para mi, termine con cortinas delgadas de seda que nadie sabia que existia, un sillón que había abandonado en el ático, algunas fotos de la familia en un arreglo de cuadros, los libro separados por color para que se viera un divertido degradado y un escritorio con alguno poster en miniatura encima de este.
- Vaya -dijo Rose al entrar -Si que querias remodelar el cuarto.
- Bueno -dije algo nervioso -Soy un cobarde.
- ¿Te mando una carta? -dijo Rose mirando el montón de cartas en la mesa.
- Si -dije nervioso.
- No debe ser tan malo -dijo Rose mientras cerraba la puerta.
Podría ser peor, pensé fugazmente, ¿Tal vez debería ayudar a la abuela en hacer la cena? ¡No! Trágate tu cobardía Albus Potter, es necesario que hagas esto... Mire con algo de temor la elegante carta, con su papel fino e impecable caligrafía. Vamos, tu puede Albus Potter.
Abrí la carta con delicadeza y cerré los ojos mientras terminaba de sacar la carta, la coloque frente a mí y abrí los ojos con miedo.
Para Mi querido Albus
Hola... ¿Como te encuentras? Ha pasado casi una semana desde el funeral de mamá. Yo realmente no se que decir, ya que. Merlín realmente no tengo idea de lo que debo decir en una carta de este estilo. Olvida lo que escribi. Bueno no no lo olvides. Es solo que... me gustaría aclarar unas cosas, ¿podríamos vernos? Sé que debes estar ocupado, igual yo lo estoy. Pero realmente quiero aclarar unas cosas. Así que si quieres verme respondeme. Un corto si es más que suficiente. Veamonos en la Heladería Florean Fortescue. El sábado, a las dos de la tarde. Si no me contestas pensaré que no quieres venir.
Sonreí como un idiota ante la carta nerviosa de Scorpius, tome un pedazo de Pergamino y escribí un enorme si, lo coloque en una lechuza y le indiqué que era para Scorpius.
- Puede ser un buen comienzo -dije emocionado -Porque definitivamente lo nuestro va a ser y no quedará como un simple sueño. Más vale que te prepares Scorpius Malfoy.