Me movía con rapidez por los doce templos, tenía una deuda que saldar con mi compañero de la doceava casa zodiacal, no es que él me lo hubiera pedido ni tampoco que fuese necesario, sólo que en mi interior sentía la necesidad de devolverle algo, me quede frente a la puerta no sabía si entrar o pedir permiso, aunque pensándolo mejor ¿desde cuándo sigo las normas de etiqueta?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta al abrirse.
-¡Vaya!-le escuche exclamar con sorpresa-a que se debe tu vista Deathmask
Paso despreocupadamente mi mano por mi cabello y le respondo---nada en especial, solo quería saber si querías pedirme algo…ya sabes para agradecerte por tu ayuda---veo cómo piensa en lo que acabo de decir, de seguro si hay algo que dese pedirme.
-No sé, ¿Qué tienes para ofrecerme?
-Puedes pedirme lo que quieras-le digo de manera despreocupada
-Entiendes todo lo que cabe en ese ¨lo que sea¨-me pongo un poco nervioso al ver la extraña sonrisa con la que él responde.
-Claro…ya sabes que pedir-le respondo un tanto nervioso, aunque más que nervioso me encontraba bastante incomodo
-¿Qué te parece si me ayudas con unas cosas en mi templo?
-Si eso deseas-lo seguí, al entrar a su templo me percaté de que este no se encontraba desordenado, así que lo mire y le pregunte que debía hacer, él me sonrió me tomo de la mano y me llevo a su habitación.
-quiero que me ayudes a cambiar de sitio algunas cosas de mi habitación.
-está bien-le respondo encogiendo los hombros.
Le ayude a mover el armario la mesa de noche, termine de mover la cama, ahora esta se encontraba cerca de una ventana desde la que se podía apreciar la luna, el salió de su habitación y yo aproveché para tender su cama, cuando me encontraba acomodando las almohadas sentí como alguien me abrazaba pasando sus manos por mi cintura, gire mi rostro y vi a Afrodita sonriéndome.
-¿Qué sucede?—me pregunto con una voz seductora — tu dijiste que lo que yo quisiera-beso mi mejilla después de decir esas palabras.
-no me refería ha esto—aunque mi voz se escuchaba un poco molesta, no me aleje de su contacto.
-entonces será mejor pensar en otra cosa -- me giro y comenzó a acariciar mi cabello.
-No…de verdad te estoy muy agradecido, y si esto te hace sentir mejor…creo que no hay ningún problema.
Se acercó y comenzó a besarme de una forma que no puedo describir, me sentía extraño, el único contacto que yo solía tener con otro hombre era el de los golpes en medio de una batalla…y talvez la verdadera razón por la cual no puedo describirlo es porque nunca antes había besado a alguien, pero poco podía pensar en eso, cuando detuve el beso por falta de aire me di cuenta de que ya me encontraba acostado en la cama con el caballero de las flores sobre mí.
Escuche reír al caballero que se encontraba sobre mí, después de esa pequeña risilla lo escuché decir--- no pensé que actuaras a si en este tipo de situaciones.
-¿a qué te refieres?--- no entendía muy bien, ¿de qué forma debía actuar?
-pensé que eras más ¨agresivo¨--- no pensé que yo tuviera que hacer todo el trabajo
-Yo…la verdad es que no se que se supe que debo hacer--- le confieso, quizás sabiendo esto pensaría en otra cosa que pedirme.
-No importa, yo te enseñare lo que se debe hacer---comenzó a acariciar mi pecho por debajo de mi ropa.
-Afrodita… ¿estás seguro de que esto es lo que quieres?
-No te asustes, no voy a hacerte daño.
No hablamos por un buen tiempo, no porque no quisiéramos, la verdad es que yo no podía hablar Afrodita le daba a mi cuerpo caricias que me llenaban de nuevas emociones, en algunas ocasiones yo posaba mis manos sobre su cuerpo repisando las (para mi sorpresa) fuertes líneas de su cuerpo, besaba su pecho y aspiraba su aroma, mientras sentía las fuertes caricias que aquel hombre me daba, aparto sus manos del colchón y entrelazó sus dedos con los míos, empezando un vaivén friccionando su intimidad con la mía
-Afrodita-sentí una gran vergüenza, había pronunciado su nombre con una gran dificultad arrastrando las letras, pero ese sentimiento solo fue en aumente pues de mis labios solo salían suspiros
-Deathmask…nunca imagine que podría causar este efecto en ti.
Me sentía un poco más seguro, pasaba mis manos por todo su cuerpo acariciando con especial cuidado su cabello es lo que más amo de él (esperen un momento)… ¿desde cuándo amo a Afrodita?, quizás nunca me había dado cuento esto de los sentimientos es algo nuevo para mí así que no sé cómo definirlos todos.
-Me gusta tu cabello-logre decirle entre suspiro
El me miro y me respondió-a mí me fascina todo de ti.
Es un tanto complicado para mí recordar todo lo que pasamos juntos en esa noche, mi visión y todos mis sentidos se disolvían sus caricias estaban arrancándome hasta el alma en cada nuevo suspiro que profesaba su nombre.
Me sentía agotado como nunca en mi vida en ocasiones era presa de un extraño dolor que nunca antes había experimentado, pero poco me importaba al ver el rostro satisfecho de Afrodita sabía que mi deuda había sido saldada, pero ¿y si Afrodita solo deseaba hacerlo una vez? , me sentí un poco triste talvez yo no podría soportarlo, me levante y me senté sobre su pecho, el me miro y un poco adormilado me pregunto
-¿Qué pasa, no estás cansado?-se levantó y me acaricio el rostro, no me di cuenta en que momento comenze a llorar-¿Qué sucede, te duele, te lastime?
-No…si tú…si tú no deseas nada más será mejor que me valla-cuando estaba dispuesto a irme, sentí como se volvió a posar sobre mí, me beso pego su frente con la mía y dijo-¿crees que esto es suficiente? Te recuerdo que casi me matan
Con ilusión le pregunte-¿Qué deseas?
-lo que sea-respondió----- besando mi cuello
-¨lo que sea ¨ abarca muchas cosas------le respondo de manera divertida.
bajo por mi pecho posando sus manos en mi cintura-¿Qué me ofreces?-me pregunta mientras comienza a besar mis piernas
-mi vida.
Porque no tengo más que ofrecer, porque nada de lo que haga será suficiente, no solo por ayudarme…porque gracias a ti ahora se diferenciar el amor de los demás sentimientos